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La colombianada: reflexiones sobre el desempeño de la selección

Escrito por Andrés Dávila
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Aunque la selección de fútbol está clasificada, muchos consideran que fracasó en los últimos partidos. ¿Qué sucede realmente?

Andrés Dávila*

Clasificación al mundial

Las cifras no mienten. Colombia está clasificada en el cuarto lugar con 17 puntos y menos un gol a un año del mundial de Qatar 2022. Hace un año la selección era séptima; claramente había que salir de un míster para volver a un director técnico. Ese director, colombianito, valluno y con una gran carrera, la tiene ahí.

Colombia es cuarta y tiene cuatro fechas por delante para ratificar su clasificación. Pero los medios, los comentaristas, los locutores y los exfutbolistas no se cansan de transmitir una imagen negativa, de derrota y enorme preocupación. En las redes se leen improperios contra Reinaldo Rueda y algunos jugadores. Tampoco faltan algunos memes ingeniosos y divertidos que retoman la narrativa del fracaso.

Es una situación paradójica: después de cinco partidos sin marcar un gol y de empatar o perder, la selección sigue de cuarta gracias a los resultados que fecha a fecha se dan en esta difícil eliminatoria.

Durante los seis años de Pékerman, el Dr. Vélez intentó convencer a la audiencia, con su tramposo modo de discutir y usar las estadísticas (futuro candidato a dirigir el DANE), de que clasificar al mundial en Sudamérica era fácil y obvio. Para desmentir esto hay que analizar tres puntos: el equipo, los medios y el significado para la sociedad colombiana.

El equipo

El equipo es uno más en la lucha. Tiene grandes virtudes, pero también grandes vacíos. Además, carga con lo sucedido ante Uruguay y Ecuador en 2020 cuando, innegablemente, los jugadores optaron por forzar la salida del Míster. Hoy esa carga pesa mucho.

El grupo se reconfiguró con dificultades y con un manejo delicado de James Rodríguez por parte de Rueda. En la cancha se ven solidaridad y compromiso, aunque los de más trayectoria dejan conocer malestares con quienes debutan. Son gestos mínimos, pero eso es importante y pesa en los camerinos.

Por si fuera poco, las lesiones y las sanciones obligan a probar otras fórmulas. Los jugadores rotan en exceso y pierden la oportunidad de ganar confianza. Esto afecta la creación de juego y la toma de decisiones en el ataque.

Hay malos comportamientos: a James y a Cuadrado les molesta que un recién llegado esté ahí. Son futbolistas y operan así, son los códigos del fútbol.

Al final, debe recurrirse a jugadores que no están en su mejor forma: Cardona, Quintero, James. Sin embargo, aunque se afirma que ya no se necesita este tipo de jugadores, su presencia se nota.

Con todo, la decisión para dar el pase final se toma apresuradamente. Las opciones se crean, pero no se concretan, un caso crítico de falta de eficacia. En la instancia definitiva, se notan la ansiedad y las malas decisiones de los jugadores.

Es impresionante la ausencia de buenas soluciones en la última jugada. Todos se equivocan, ninguno piensa, todos se sobreactúan. Así es la vida. El equipo debe insistir.

Los cinco cambios que realizó Reinaldo en los últimos dos partidos son un problema del técnico. Se entiende lo que pretendía, estaba desesperado, se arriesgó, pero no le salió bien. Apenas un gol cambiaría el relato y acercaría a Rueda a los genios.

Pero Reinaldo logró recomponer el equipo y hasta ahora lo tiene clasificado. Él juntó a los jugadores, los puso a convivir, los convenció de clasificar y mejoró el ambiente en el camerino. Y ahí van. Hay malos comportamientos: a James y a Cuadrado les molesta que un recién llegado esté ahí. Son futbolistas y operan así, son los códigos del fútbol.

Debe pensarse también en la calidad de la nómina. Muchos jugadores están fuera y son competitivos, pero la generación no está en su punto, es una mezcla de renovación y búsqueda: jugadores históricos que no están en su mejor momento, promesas que no alcanzan la cumbre y jugadores que son exitosos en sus clubes, pero fracasan en la selección nacional.

Hay que decir que los árbitros son un factor que pesa, como sucedió en los partidos contra Brasil, Paraguay y Ecuador. Arbitrajes que silenciosamente meten la mano y cambian el ritmo, la tendencia y el partido. Hábiles para fingir y engañar, no dejan bien parada a la Conmebol. Ese señor Tello de Argentina es realmente una vergüenza y un ejemplo de como ha caído el arbitraje argentino.

Queda confiar en las palabras del Pibe y en los vaticinios de Martín de Francisco sobre la numerología de “Rei” que siendo un 6 entra en el año 3 y, según parece, allí aclarará su mente.

Los medios

Aunque la selección está clasificada, Reinaldo no logra cumplir con los parámetros (exquisitos) del 99 % de los comentaristas, los periodistas y los exfutbolistas. En vez de mirar la complicada ruta de clasificación, estas personas hablan de un supuesto deber ser.

Pero el equipo no jugó mal, trató, pero los delanteros se dejaron vencer por la ansiedad y eligieron mal. Eso le sucede a Díaz, a Borja y a Zapata. Y ahí James es un bálsamo, aunque no es suficiente en su condición actual.

Hay que creer en Rueda como en Pékerman y no en ese filibustero de Queiroz. Rueda es mejor incluso que Osorio, un señor perdido de sí mismo. Aunque en muchas instancias definitivas le falta perrenque a Rueda, sus logros son claros. Así no le funcionen, sus cambios se entienden y, si Martín de Francisco tiene razón, viene un buen año.

En este momento, el imaginario es el de un país derrotado, fracasado y sin futuro. Perdón, el de una selección derrotada, fracasada y sin futuro, aunque la tabla de posiciones diga lo contrario.

En los medios, sorprenden la pasión, la emoción, el interés y la falta de objetividad. Sobre todo sorprende que pocas veces se tiene en cuenta al rival. Se habla de la selección como si jugara sola. Los juicios sesgados y contundentes resultan de los prejuicios de cada comentarista, incluidos los exjugadores.

Paradójico y contraevidente, Vélez aporta porque sabe y encuentra fórmulas que ningún otro tiene. Lástima que tenga tantos intereses y odios impresentables y sea tan mala persona. Iván Mejía aúlla desde su twitter que no quería tener y a veces acierta. Peláez y De Francisco dan un tono fresco. En otros programas, las entrevistas y la variedad de voces rompen los lugares comunes. Aun así, unos desadaptados llevan más de 7000 firmas contra Reinaldo.

Foto: Facebook: Reinaldo Rueda - En este momento, el imaginario es el de un país derrotado, fracasado y sin futuro. Perdón, el de una selección derrotada, fracasada y sin futuro, aunque la tabla de posiciones diga lo contrario.

La sociedad

En este momento, el imaginario es el de un país derrotado, fracasado y sin futuro. Perdón, el de una selección derrotada, fracasada y sin futuro, aunque la tabla de posiciones diga lo contrario. Es curioso que un año después todo sea tan traumático y dramático, como cuando se perdió por goleada contra Ecuador.

En fin. La sociedad colombiana no entra en estos detalles, aunque no pocos destilen odios y carencias. Hoy se siente defraudada, pero en enero estará ahí, en el Metropolitano en Barranquilla. Claramente este equipo no la enamorará, pero con suerte, mucha suerte, James y Falcao la harán vibrar. O al menos Luis Díaz y Reinaldo, con su ábaco, clasificarán al equipo.

Ojalá. Después de empates y derrotas, resulta muy cierto aquello de que la identidad nacional de la selección es la de Ganar sin ganar.

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