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Bogotá: ¿Un plebiscito antipetrista?

Escrito por Andrés Dávila

Los resultados de Bogotá quieren leerse como una muestra de la percepción sobre la gestión del gobierno Petro, pero los resultados en todo el país son diversos y expresan tensiones, sorpresas, continuidades y cambios.

Andrés Dávila Ladrón de Guevara*

Unas elecciones significativas

El pasado 29 de octubre se desarrollaron las elecciones locales y regionales, las cuales desde 2003 se fijaron para el año siguiente al relevo presidencial y del Congreso. Con varias incertidumbres y el afán de varios sectores –no solo los de oposición–, se ha pretendido mostrar esta jornada electoral como un balance de la percepción frente a la gestión del gobierno. En otras palabras, los resultados quieren leerse como un definitivo plebiscito antipetrista. ¿Será cierto?

En primer lugar, debe mencionarse que esta jornada electoral se llevó a cabo de manera exitosa y con más de 23 millones de electores, poco más de un 59 % de participación –al menos en el caso de la votación por alcaldes en 1102 municipios del país–.

Sin embargo, no puede pasarse por alto que la inseguridad y la situación que persiste en algunas regiones del país tuvieron cierta incidencia. Además, se presentaron hechos lamentables como el incendio de la sede de la Registraduría en Gamarra, en el que una funcionaria de la Registraduría murió.

En los concejos y asambleas las bancadas tradicionales, Liberal y Conservadora, mantienen una plena vigencia.

En cualquier caso, se mantuvo una alta participación lo que es significativo en un país donde el voto no es obligatorio y se vota con tanta recurrencia. El mismo presidente destacó que durante la jornada electoral no se presentó ningún hecho violento asociado con el conflicto armado ni tampoco ningún homicidio.

Aunque en el momento de escribir este artículo todavía se adelanta el preconteo, a continuación expongo algunos de los principales resultados y un análisis que no pretende lanzar conclusiones apresuradas que apliquen de manera homogénea a todas las regiones.

Foto: Facebook: Juan Daniel Oviedo - El resultado de Juan Daniel Oviedo refleja que muchos votantes no querían que la segunda vuelta fuera una oportunidad para el candidato de Gustavo Petro.

Las sorpresas en Bogotá

El resultado más notable fue el triunfo del candidato Carlos Fernando Galán en primera vuelta, quien después de tres intentos será el alcalde de Bogotá a partir del primero de enero de 2024. Con casi un 50 % de los votos, Galán logró un resultado inesperado y muy contundente frente a la posibilidad de una segunda vuelta.

Debido a que en anteriores oportunidades varios alcaldes ganaron con un poco más del 30 % de los votos, se adoptó la doble vuelta en las elecciones para la alcaldía de la capital del país bajo el argumento de querer propiciar un ganador con más gobernabilidad.

Aunque en las dos últimas semanas las encuestas mostraron que el triunfo de Galán en primera vuelta era posible, no se pensó que lo hiciera con tal margen de ventaja: casi 30 puntos porcentuales de diferencia sobre el segundo y el tercero.

De otra parte, el segundo lugar obtenido por Juan Daniel Oviedo –director del DANE durante el gobierno Duque y candidato que se presentó por firmas como independiente– resultó relativamente sorprendente. Logró evitar exitosamente que se hiciera visible su cercanía con fichas uribistas reconocidas.

Sin embargo, la noticia fue la derrota con el tercer lugar del candidato de la coalición del Pacto Histórico, Gustavo Bolívar, quien era la apuesta del petrismo en Bogotá.

Este solo resultado, que llama mucho la atención por ser en Bogotá, parecería servir para confirmar lo que algunos plantearon como un plebiscito antipetrista. No obstante, este es un asunto que exige una mirada pausada y un análisis cuidadoso.

Pérdidas para el Pacto Histórico y el Partido Verde

Si la victoria de Galán fue una sorpresa contundente, claramente el resultado de Oviedo muestra que muchos votantes no querían que la segunda vuelta fuese siquiera una oportunidad para el candidato de Petro.

Estos resultados también confirman la dificultad del Pacto Histórico y del Partido Verde para encontrar un candidato con verdaderas posibilidades de triunfo. La alcaldesa saliente y su bancada no lograron encontrar una figura que pudiera disputar la alcaldía.

El presidente y su coalición tuvieron que acudir a una figura interesante pero que comenzó tarde y no logró superar el techo de la izquierda en Bogotá. Bolívar tampoco logró superar los temores que su figura y la del presidente causaban en muchos sectores. Por lo tanto y como ha sucedido en ocasiones anteriores, el electorado bogotano se negó a apoyar al candidato del presidente.

En cualquier caso, la primera gestión del alcalde electo será la de conformar una coalición mayoritaria en el Concejo. Aunque no es un hecho menor que el Nuevo Liberalismo puede triplicar sus curules, el Concejo está fragmentado y ninguna bancada tendrá más de ocho concejales. Esto no es una novedad en Bogotá.

Sin embargo, el Partido Verde no pudo consolidar una presencia importante como en 2019. De hecho, perdió más curules en comparación con las demás bancadas, aunque algunas de sus figuras representativas quieren hacer de la derrota un triunfo.

El Pacto Histórico tampoco obtuvo un número significativo de curules como para consolidar una oposición consistente.

Por lo sucedido en alcaldías anteriores, Galán no tendrá que preocuparse por sumar –cosa que claramente hizo en campaña–, sino por mantener una coalición aceitada y que respalde sus iniciativas, algunas de ellas en proyectos que han sido de amplio debate e imposibilidad de construir consensos durante varios períodos.

Otros resultados

Algunos resultados fueron poco novedosos, como el de las alcaldías de Barranquilla, Medellín, Cartagena y el de gobernaciones como la del Valle del Cauca, Cundinamarca y Atlántico.

Otros resultados favorecieron a candidatos que no venían punteando en las encuestas o presentaban situaciones de competencia cerrada, como sucedió en Cali y en Antioquia. En Cali y Medellín, existe una clara reacción contra los alcaldes salientes, quienes además eran cercanos de la izquierda y del presidente Petro.

En varios municipios se presentaron situaciones de muy poca diferencia. Entre estos se destaca Santa Marta, proceso afectado por la revocatoria de la candidatura de la aspirante que punteaba en las encuestas. Estas situaciones necesitan resolverse y acudir al proceso formal de escrutinio.

Estas situaciones hacen cuestionar el alcance y sentido de las decisiones del Consejo Nacional Electoral (CNE) al revocar candidaturas en períodos muy cercanos al desarrollo de los comicios, aspecto criticado por el presidente Petro en su cuenta de X.

De la misma forma, hay que esperar las noticias para ver si las cifras de violencia contra las urnas electorales, las sedes de la Registraduría o las alcaldías se repitieron o aumentaron respecto de lo sucedido en 2019.

¿Se reafirma el status quo?

Algunos medios destacan que los resultados son una reafirmación del status quo político. Aunque deben hacerse muchas precisiones e incluir múltiples condiciones locales y regionales y considerarse que un alto número de gobernantes tienen el respaldo de coaliciones de diferentes bancadas y movimientos, lo cierto es que los comicios de 2023 no tuvieron una notoria presencia de candidatos antipolíticos o independientes como en 2015 y 2019. En general las figuras conocidas y con trayectoria fueron las preferidas.

Aunque no es un hecho menor que el Nuevo Liberalismo puede triplicar sus curules, el Concejo está fragmentado y ninguna bancada tendrá más de ocho concejales. Esto no es una novedad en Bogotá.

En los concejos y asambleas las bancadas tradicionales, Liberal y Conservadora, mantienen una plena vigencia. En la mayoría de los pequeños municipios que conforman los departamentos conservan el peso electoral y político; siguen allí en la Colombia profunda. Tampoco sobra advertir que el uribismo sigue vivo, como lo muestran Antioquia y Santander, Medellín y Bucaramanga.

En definitiva, muchos de estos planteamientos exigen decantar resultados y cifras definitivas. En un sistema con múltiples bancadas ampliado por el CNE a instancias de la decisión de la Corte Constitucional respecto de la Unión Patriótica, el sistema político parece haberse adaptado y se prepara para un nuevo cambio en el cual sectores tradicionales y conocidos por el electorado han vuelto a ocupar los puestos de gobierno y de representación. Después de un reconocimiento democrático de los resultados, habrá que ver cómo se establecen las relaciones con el gobierno nacional.

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