¿Cuáles son las palabras más repetidas en los discursos de Santos y Zuluaga? ¿Cuáles fueron las más reiteradas por Ramírez, Peñalosa y López? Análisis esclarecedor y novedoso sobre las posturas de fondo de los candidatos a partir del lenguaje que utilizan.
Los discursos del 25 de mayo
La campaña electoral estuvo llena de altibajos y la propaganda negra fue el centro de atención. Calificada como muy pobre por la falta de debate de los candidatos y por la escasa difusión de sus programas, el balance de esta contienda electoral es bastante negativo.
El pasado 25 de mayo los candidatos que pasaron a la segunda vuelta ofrecieron un discurso que reflejaba el ánimo de cada equipo. Mientras el discurso de Zuluaga se centró en un conjunto de ideas y conceptos fuertes que reflejaban la línea directriz de un programa de gobierno estructurado, el de Santos fue bastante escueto, simplista y monotemático.
![]() El Senador electo y Expresidente, Álvaro Uribe y el candidato presidencia, Oscar Iván Zuluaga. Foto: Politécnico Grancolombiano |
Una mirada al vocabulario de cada discurso muestra que la estrategia de Zuluaga fue la de seducir al auditorio a través de la razón. Las palabras que más sobresalieron en su discurso fueron: país, Colombia, educación, respeto, justicia, paz, jóvenes, pública, sí, oportunidades, cambiar, calidad, democracia.
El tono conciliador del candidato reflejaba la emoción de los resultados en su equipo, y atrás quedó el vocabulario inquisidor hacia la izquierda, del complot del comunismo y los valores propios de un nacionalismo fundamentalista.
En Santos el vocabulario tradicionalmente liberal y pragmático se dejó llevar por las pasiones y decidió optar por el camino, no de la argumentación, sino de la persuasión a través de las emociones: dolor, guerra, lucha, niegan, insultos. Los valores centrales de su proyecto de nación como: posconflicto, prosperidad, victimas, pobreza o corrupción fueron los ejes menos visibles.
Los proyectos detrás de las palabras
¿Es el discurso del 25 de mayo el reflejo del proyecto de nación de cada candidato? ¿Tiene realmente el uribismo o, si se quiere, el zuluaguismo, un proyecto coherente y una propuesta de centro derecha? Y, sobre Santos, ¿es posible afirmar que su visión y proyecto de país carecen de contenidos estructurados por su insistencia en el tema de la paz?
El análisis de un corpus de textos que contiene 1 millón doscientas mil palabras nos permite encontrar parte de las respuestas.
El análisis de un corpus de textos que contiene 1 millón doscientas mil palabras nos permite encontrar parte de las respuestas. En este estudio se incluyeron 800 textos de Juan Manuel Santos (a) como ministro de Defensa, (b) como candidato en 2010, (c) como presidente durante los tres primeros años, y (d) como presidente-candidato en 2014.
Asimismo se estudiaron 300 documentos de la campaña que incluyen textos de Zuluaga, Ramírez, López y Peñalosa. Estos documentos consisten en entrevistas, columnas de opinión de los candidatos, comunicados de campaña y programas de gobierno. Esto fue lo que revelaron.
Los análisis de estadística textual dan luces sobre la evolución del vocabulario de los líderes políticos y nos permiten precisar los temas fuertes de cada uno. El gráfico siguiente muestra las similitudes o lejanías del vocabulario de los candidatos.
Grafico 1. “Análisis Factorial de Correspondencias”
El gráfico muestra que existen grandes sintonías entre los discursos de Zuluaga, de Santos en campaña de 2010 y de Ramírez. Por otro lado encontramos a Peñalosa más cercano de López que de Zuluaga. Finalmente López es la más alejada del resto de candidatos.
En la parte opuesta del gráfico encontramos a Santos presidente los primeros tres años y a Santos candidato 2014. Finalmente, en la parte superior del gráfico están los discursos de Santos como ministro de Defensa.
Uribismo: entre derecha extrema y centro derecha
Una mirada al vocabulario del primer grupo (Zuluaga, Santos campaña 2010 y Ramírez) permite caracterizar los ejes del uribismo. Los temas centrales son la Seguridad Democrática, los jóvenes, la cohesión social, la confianza inversionista y el papel del líder Álvaro Uribe.
En el vocabulario de Zuluaga se mezclan dos corrientes, que podríamos llamar la uribista y la conservadora.
– La “uribista” acentúa ideas propias de la extrema derecha. Su sentido es unir fuerzas para combatir la desorganización social y luchar contra los regímenes plutocráticos, aquellos donde los más pudientes detentan el poder. Y los eslóganes del presidente Uribe: “patria, familia y trabajo” son los mismos de los primeros movimientos de extrema derecha en Francia.
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Durante la campaña presidencial los mensajes más sobresalientes en el Centro Democrático fueron: Uribe, electoral, oposición, Registraduría, escrutinio, voto, elección o derecho. Se repiten constantemente las palabras: denuncia, indignación, violaciones, amenazas, condena, grupos terroristas, responsables de violaciones de derechos humanos. Otro grupo de palabras se refiere al gobierno venezolano: amenaza de intervención del gobierno venezolano, territorio venezolano, grupo terrorista FARC, Maduro y Venezuela.
– La segunda corriente dentro del “zuluaguismo” utiliza un vocabulario menos extremista. Es el léxico de la candidata del Partido Conservador, donde priman los valores de familia, honestidad, orden, meritocracia y sacrificio.
Las banderas de la candidata del Partido Conservador aparecen de manera preponderante: lucha contra la corrupción y justicia. Así mismo, de su experiencia como ministra de Comercio Exterior y de Defensa, aparecen temas como la seguridad, el fortalecimiento institucional, el emprendimiento y nociones como la nación o la ideología.
El zuluaguismo se entremezclan los valores fundamentalistas de una extrema derecha uribista y una derecha más moderada que jalona Marta Lucia Ramírez en su alianza para la segunda vuelta.
Esta corriente tiene algunas distancias con los postulados uribistas pues acepta la existencia de un conflicto armado, una negociación de paz y la necesidad de crear instituciones fuertes.
Entro el zuluaguismo se entremezclan los valores fundamentalistas de una extrema derecha uribista y una derecha más moderada que jalona Marta Lucia Ramírez en su alianza para la segunda vuelta.
Y aquí debo recordar que Juan Manuel Santos también es – o fue- uribista. En su campaña de 2010 abogó por los principios de Uribe y dio toda la relevancia al mentor de ese proyecto. Por eso dijo entonces: “Creo en la honorabilidad del presidente Álvaro Uribe y quienes piensan que van a distanciarme de él se equivocan (…) ¡Vamos para adelante! Presidente Uribe: gracias por el legado, gracias por entregarme la posta, gracias por ser el mejor presidente de Colombia”.
Sin embargo, desde la Presidencia, Juan Manuel Santos escogió un nuevo rumbo lexical y se alejó del uribismo.
Peñalosa y López: derecha de centro e izquierda democrática
En Peñalosa encontramos un vocabulario propio del alcalde y del buen administrador, con un campo semántico propio de burgomaestre: urbana, ciudades, densidad, ambientales, renovables, metropolitana, urbano, territorial, zonas, catastro o ciudad. También se encuentran los ejes sociales en sus propuestas: educación, calidad, salud, hospitales, maestros, igualdad, desnutrición, género, rurales, ambientales.
Su posición sobre la continuidad de los diálogos lo ubica hacia la izquierda del espectro ideológico. Sin embargo, es difícil verlo allí por sus convicciones políticas y su recorrido personal. La frase célebre de su campaña: “yo no quiero ser presidente sino hacer cosas como presidente” lo enmarcan en un perfil más técnico que político y lo alejan de un liderazgo político tanto de izquierda como de derecha.
El discurso de Clara López presenta los grandes temas de la democracia: Estado, soberanía, izquierda, oposición, modelo, derecho, sociales, público, igualdad, inequidad. En sus propuestas, tales como el derecho a educación gratuita, a la salud, a vivienda digna o a empleo se ven las claras posiciones programáticas del Polo Democrático: es necesario renegociar los TLC, revisar el actual modelo de desarrollo, lograr mayor igualdad social y abrir espacio para el ejercicio de la oposición.
En Clara López se encuentran referentes de economistas destacados, como el premio nobel Stiglitz o humanistas como Thoreau y Gandhi. También, aunque sorprenda a muchos derechistas, López también lee y sigue al papa Francisco. Por ejemplo: “Cómo me entusiasma ese mensaje revolucionario del nuevo papa que revive el evangelio de Cristo y lo actualiza para que podamos con alegría difundir la palabra de la inclusión, de la igualdad, de la solidaridad y del amor, sin temor a ser falsamente estigmatizados de “extremistas”.
Santismo: entre liberalismo y elitismo
El Análisis Factorial de Correspondencias muestra las distancias entre las propuestas de la primera hora “santista-uribista” y el actual santismo, ya que Santos cambió su discurso con la llegada a la Presidencia.
Los temas más evidentes son la aceptación de un conflicto interno, olvidar la palabra terrorista y hablar de insurgentes, traer las víctimas al centro del debate político, revisar las políticas mundiales de lucha contra la droga, tenderle la mano al chavismo y al madurismo, y abrir el juego de Colombia al mundo.
A Santos le gusta definirse como reformador y no como revolucionario, y ha definido su doctrina política como liberal: “Soy liberal cuando prefiero la tolerancia a la discriminación, cuando opto por la diversidad en lugar de la uniformidad, cuando defiendo –como Voltaire– el derecho de los demás a pensar diferente (…)”.
Otra característica del santismo es el elitismo y su fijación por poner a Colombia en el centro del escenario internacional. Quiere que la educación colombiana incluya las mejores prácticas de la educación internacional. En uno de sus discursos afirma: “Estamos incorporando un programa para mejorar los docentes, usando un modelo coreano”.
A Santos le gusta definirse como reformador y no como revolucionario.
Santos no se compara con sus vecinos. Sus referentes no son Rafael Correa o Nicolás Maduro, sino las economías europeas. Hablando de los adelantos en infraestructura vial, asegura: “Este año vamos a pavimentar 300 kilómetros de dobles calzadas. Y eso se asemeja a la cifra más alta que España logró pavimentar, cuando estaba en su mejor momento”.
Sus ojos están en el exterior: la entrada de Colombia a la OCDE, la eliminación de visas para los colombianos que viajen a Europa, o la tecnología para todos. En vez de diarios regionales en sus discursos encontramos referencias a The Economist o el Financial Times. Su discurso está centrado en la paz, y asegura que si ella se logra “todo será más fácil”.
Pero sus alocuciones están llenas de cifras y datos que no siempre van de la mano con el día a día de los ciudadanos. Santos está alejado en el gráfico de los demás candidatos por el uso de un vocabulario propio y porque no ha logrado bajarse al terreno de campaña y quitarse los hábitos de monarca.
*Investigadora Institut des Amériques