El Procurador ha planteado un debate maniqueo e impreciso ante la inclusión de un medicamento en el POS. La evidencia científica actual propone su empleo entre otras cosas, para inducir la interrupción voluntaria del embarazo, la cual en Colombia ha sido despenalizada en tres casos reglamentados por la ley.
Boris Pinto*
Debate maniqueo
La inclusión del medicamento misoprostol en el Plan Obligatorio de Salud (POS), ha despertado una aguda controversia, impulsada especialmente por la intervención de la Procuraduría General de la Nación.
La discusión puede ganar en claridad si se precisan algunos conceptos fundamentales en torno a la naturaleza del medicamento en cuestión, a sus indicaciones basadas en la mejor evidencia científica actual y a las recomendaciones de uso propuestas desde la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En primera instancia, el misoprostol no debe seguir llamándose "la píldora del aborto", o el "medicamento del aborto" o una "droga abortiva" en los medios masivos de comunicación, ni por parte de apologistas o detractores de la interrupción voluntaria del embarazo. Tampoco es "la píldora del día después" (levonorgestrel, 1.5 mg). Al convertir una molécula en un asunto moral, se reduce el horizonte del debate reflexivo a un alegato maniqueo que no aporta luces para una discusión mucho más profunda.
Misoprostol: ¿qué es y para qué sirve?
El misoprostol es técnicamente un análogo semisintético de las prostaglandinas, unas sustancias producidas en el cuerpo humano (Prostaglandina E1) que, entre otras cosas, intervienen en los procesos inflamatorios.
Su primera indicación fue prevenir la úlcera gástrica, particularmente las úlceras inducidas por el consumo de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (Ibuprofeno, Diclofenaco) y el tratamiento de la úlcera duodenal [1].
Posteriormente, sobre todo a partir de los años noventa, se comprobaron otros alcances terapéuticos, al descubrirse en diversos estudios las posibilidades del misoprostol en el campo de la salud sexual y reproductiva, particularmente por sus propiedades para aumentar el tono del músculo liso del útero y facilitar la maduración del cuello uterino.
Algunos afirman que se ha aprovechado un efecto adverso del medicamento como una nueva indicación, pero lo cierto es que en investigación biomédica no es infrecuente que una molécula encuentre en el curso de su uso, otras posibilidades de aplicación terapéutica.
Actualmente, la OMS ha recomendado el uso del misoprostol en tres diferentes escenarios en salud sexual y reproductiva: el tratamiento médico del aborto retenido espontáneo, la inducción del trabajo de parto [2], y la interrupción temprana del embarazo junto con la mifepristona. Veamos brevemente de qué se trata cada una de estas indicaciones:
- ¿Qué es un aborto retenido? Se trata de un embarazo en etapa temprana del desarrollo y en el cual, debido a diversas causas (infecciones, problemas congénitos, alteraciones cromosómicas), el feto no logra desarrollarse y muere. Es un embarazo frustrado que no tiene ningún pronóstico y en el que los restos ovulares permanecen retenidos en el útero. Estos restos deben ser evacuados para evitar una infección o una hemorragia.
De acuerdo con otros criterios, este fármaco puede ser una excelente opción en el manejo de estos casos, así como en el manejo de pacientes que presentan una expulsión parcial de restos ovulares (aborto incompleto), o un aborto en curso, o un embarazo claramente inviable como un embarazo anembrionado (no hay embrión) o como tratamiento previo al legrado uterino en un embarazo molar (otra forma de embarazo sin embrión).
- También se ha propuesto su uso para facilitar la maduración del cuello del útero, lo cual es fundamental para inducir el trabajo de parto. Claramente, la OMS ha recomendado el uso de la molécula en estas condiciones, basada en estudios de un alto nivel de confiabilidad que certifican un buen perfil de eficacia y seguridad.
- De igual forma, el misoprostol está incluido en la guía técnica para la interrupción voluntaria del embarazo, que despenalizó la Corte en el año 2006, en tres circunstancias excepcionales, lo cual por supuesto está sujeto a debates legítimos en cualquier sociedad con aspiraciones pluralistas como la nuestra.
Controversia médica, pero sobre otro tema
Hoy por hoy la gran controversia en el mundo científico con respecto al uso de este medicamento se centra en su perfil de seguridad para la prevención y el tratamiento de la hemorragia puerperal (hemorragia después del parto).
Según un informe de la OMS en 2010, esta recomendación está pendiente hasta que se tengan mayores evidencias sobre su seguridad, administrado anticipadamente a mujeres embarazadas. Están sujetos a controversia su seguridad, la dosis idónea y el momento adecuado de administración.
Este punto debe ser aclarado a la Procuraduría, pues el debate científico en el mundo no se refiere a la eficacia y seguridad del misoprostol en las tres recomendaciones promulgadas por la OMS, sino específicamente a la prevención de la hemorragia puerperal.
Un estudio de la Universidad Nacional del año 2007, basado en una revisión de los reportes de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (HTA), donde se analizaron datos concernientes a pertinencia, eficacia y seguridad del medicamento en cuestión, concluyó textualmente: "Se sugiere incluir en el sistema el misoprostol con la indicación de interrupción del embarazo, para el manejo aborto incompleto, aborto retenido, aborto inevitable, en el manejo de la hemorragia postparto y la inducción del trabajo de parto en segundo y tercer trimestre en fetos no viables" [3]. Así que la revisión que propone el Procurador, se viene realizando de forma sistemática desde hace varios años.
Eneldo, cáscaras de limón, moléculas…entre la moral y el POS
Las moléculas no se pueden convertir en asuntos morales. En la historia de los métodos anticonceptivos y los métodos de regulación de la fertilidad, encontramos desde estiércol de cocodrilo y cáscaras de limón en Egipto, pasando por renacuajos vivos que ingerían las mujeres chinas después de la menstruación, hasta pociones de hojas de sauce en la Edad Media. La pimienta, la mirra, el eneldo, el mercurio, el vino de eléboro mezclado con agua marina cocida, son elementos que se han usado para inducir abortos.
Y no por ello se pueden satanizar las cáscaras de limón, el eneldo o el mercurio. De la misma forma se podría censurar el uso de la oxitocina, que de hecho es una hormona producida por el cerebro humano.
La pregunta sobre el aborto es una pregunta moral que necesariamente genera opiniones desde diversas posturas éticas. Pero la inclusión del misoprostol en el POS no debería ser motivo de contiendas morales, pues la interrupción voluntaria del embarazo no es su única indicación y su formulación está precedida de un consistente acervo técnico en cuanto a su perfil de eficacia y seguridad.
Su inclusión en el POS no implica restringir su uso a una práctica deliberada del aborto, ni promover su venta libre y sin controles técnicos. Las mismas recomendaciones que deben exigirse para cualquier medicamento que requiera prescripción médica, son aplicables al uso del misoprostol, como lo son las normas técnicas basadas en la mejor evidencia científica.
Negar las diversas indicaciones de un medicamento, equivale a negar el derecho de las pacientes al acceso a sus beneficios en diversos escenarios, que trascienden el señalamiento incorrecto del misoprostol como "la píldora del aborto".
* Médico, magister en Bioética, profesor universitario de Bioética, miembro del Comité de Ética Institucional de la Investigación Universidad el Bosque. Colaborador de la Revista Alarife Universidad Piloto de Colombia, Revista de la Universidad el Rosario, Revista Agricultura de las Américas.
Notas de pie de página
[1] Baccaro, J. C; González del Solar, C; Laudanno. Misoprostol y cimetidina en el tratamiento de la úlcera duodenal activa: estudio clínico- endoscópico, multicéntrico, doble ciego; experiencia Argentina. Acta gastroenterol. latinoam; jul.-set. 198717(3): pp 235-40.
[2] Departamento de Salud Reproductiva e Investigación. Aclaración sobre la postura de la OMS respecto del uso del misoprostol en la comunidad para reducir la mortalidad materna. Organización Mundial de la Salud, 2010.
[3] Reporte de evaluación de posible inclusión al POS del Misoprostol. Universidad Nacional de Colombia, facultad de Medicina. Instituto de Investigaciones Clínicas, para Comisión de Regulación en Salud – CRES, Bogotá, Enero 7 de 2010.