
Aun cuando el mundo habla de la pospandemia, todos los días mueren más personas debido a la COVID-19. ¿Cuál es el estado actual de los medicamentos para tratar la nueva enfermedad?
José Julián López*
Medicamentos para la COVID-19
Desde principios de la pandemia la industria farmacéutica e investigadores independientes desarrollan medicamentos que salven la vida de las personas afectadas por el coronavirus.
Aunque las vacunas son consideradas como la solución definitiva, los fármacos hacen parte del programa para encontrar tratamientos efectivos para la COVID-19. Algunas de estas investigaciones han sido relativamente exitosas, otras han sido polémicas y otras abandonadas.
Actualmente existen treinta y tres medicamentos para tratar el coronavirus, pero apenas uno fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). De los otros medicamentos:
- siete son ampliamente usados para el tratamiento de las complicaciones,
- cuatro cuentan con evidencia prometedora,
- trece presentan evidencia provisional,
- seis no son prometedores, y
- tres pertenecen al campo de la pseudociencia.
A continuación describiré los medicamentos relativamente exitosos, como algunos anticuerpos monoclonales y antivirales; los que son ampliamente usados, y los medicamentos sin evidencia o con evidencia débil.
Los anticuerpos monoclonales
Los anticuerpos monoclonales (MAB) son moléculas que pueden atacar al coronavirus y evitar la invasión de las células. Varias formulaciones de este anticuerpo han demostrado ser altamente efectivas en las primeras etapas de la COVID-19.
-REGEN-COV. La formulación desarrollada por la empresa neoyorkina Regeneron —con su medicamento REGEN-COV® (casirivimab e imdevimab)— es recomendada para las personas que tienen COVID-19 de grado leve, moderado, o tienen un alto riesgo de enfermedad grave.
-Bamlanivimab. La compañía farmacéutica Eli Lilly and Company obtuvo la autorización para el uso de emergencia de este medicamento en noviembre de 2020. Sin embargo, la Sociedad de Enfermedades Infecciosas advirtió que este remedio no era seguro y efectivo.
La compañía desarrolló un segundo anticuerpo monoclonal llamado etesevimab que combinado con bamlanivimab reduce al 70 % la probabilidad de hospitalización y muerte. Además, es eficaz para la variante Delta. La FDA autorizó nuevamente estos medicamentos el 2 de septiembre del presente año.
-Strovimab. Las compañías Glaxo Smith Kline y Vir Biotechnology desarrollaron el anticuerpo sotrovimab que —según ensayos clínicos— reduce el riesgo de hospitalización en un 79 %. Por esta razón la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la FDA ha aprobado su uso para personas con COVID-19 de grado leve o moderado.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) ahora recomiendan este medicamento para pacientes no hospitalizados, pero con alto riesgo de empeoramiento de los síntomas.
-Tocilizumab. Por medio de ensayos clínicos se demostró que el MAB tocilizumab puede reducir la mortalidad por COVID-19, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo recomienda para personas gravemente enfermas.
-Plasma convaleciente. La FDA redujo su uso permitido —bajo autorización— el 4 de febrero de 2021. El plasma apenas puede usarse con una alta concentración de anticuerpos. Además, limitó su uso a pacientes hospitalizados que están en una etapa temprana de la enfermedad y que no pueden producir su propio suministro de anticuerpos.
La Sociedad Estadounidense de Enfermedades Infecciosas recomienda no usar plasma convaleciente y sostuvo que aún no hay evidencia que respalde su uso en las primeras etapas de la infección.
-Interferones. Otras investigaciones consideraron los interferones como posible tratamiento para el coronavirus, pero están en fase de experimentación y no se conocen sus efectos en humanos.
Los interferones son sustancias producidas por nuestras propias células como respuesta a infecciones por virus. Activan el sistema inmunológico para defendernos de los invasores y lo controlan para evitar dañar los propios tejidos del cuerpo.
Antivirales
Los antivirales son fármacos que pueden detener la multiplicación de virus como el HIV y la hepatitis C. Algunos de ellos han sido puestos a prueba para el tratamiento de la COVID-19 y esto es lo que ha ocurrido:
-Remdesivir. Esta droga, diseñada por Gilead Sciences bajo la marca Veklury ®, es el primer medicamento con aprobación total de la FDA para el tratamiento de la COVID-19.
Con pocas opciones para elegir, el remdesivir fue generalizado después de su aprobación en octubre de 2020. Desde entonces se han planteado preguntas sobre cuán firmes fueron los resultados de estos ensayos y cuán ampliamente puede prescribirse.
-Molnupiravir. Esta medicina es un antiviral diseñado originalmente para combatir la gripe. A diferencia del Remdesivir, que debe administrarse por vía intravenosa, el molnupiravir puede administrarse por vía oral. Eso facilita su uso para detener la enfermedad al principio de su progresión.
Según ensayos clínicos el molnupiravir puede reducir a la mitad el riesgo de hospitalización y muerte. El 4 de noviembre el Reino Unido se convirtió en el primer país en otorgar una autorización de emergencia para su uso en pacientes adultos con COVID-19 leve, moderado, o que tienen al menos un factor de riesgo.
-Favipiravir. Fue diseñado para tratar la gripe y algunos estudios sugirieron que podría eliminar el coronavirus de las vías respiratorias. Sin embargo, en febrero de este año se anunció que tiene un efecto insignificante en la mortalidad de pacientes con síntomas graves.
Todavía se están realizando otros ensayos para comprobar si puede ser útil en el tratamiento temprano de la COVID-19.
-Lopinavir. Hace veinte años la FDA lo aprobó junto con el ritonavir para tratar el VIH. Después se descubrió que esta combinación también impide que el coronavirus se replique in vitro, pero no ocurrió lo mismo en los ensayos clínicos. Actualmente están en desuso estos medicamentos.

Los medicamentos más usados
-Dexametasona. Es un medicamento antiinflamatorio que contrarresta la respuesta inflamatoria pulmonar desarrollada en pacientes con coronavirus en estado crítico. Un estudio con más de seis mil personas reveló que este medicamento: 1. redujo a un tercio las muertes en pacientes con ventiladores, y 2. redujo a un quinto las muertes en pacientes con oxígeno. Sin embargo, es más probable que perjudique a los pacientes que se encuentran en una etapa anterior de infecciones por COVID-19.
-Anticoagulantes. Los anticoagulantes y otros medicamentos antitrombóticos se usan para disminuir el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos. En 2020, se identificó que el coronavirus puede invadir el revestimiento de los vasos sanguíneos y formar coágulos que ponen en riesgo la vida del paciente. Por esta razón dosis altas de anticoagulantes en pacientes con COVID-19 aumentan las probabilidades de recuperación.
Hasta ahora los resultados son mixtos. Por un lado, dos estudios demostraron que el aumento de las dosis no mejora la recuperación en pacientes con COVID-19 ingresados a la UCI. Incluso, un estudio brasileño publicado este año sostiene que el anticoagulante rivaroxaban no solo no mejora los resultados clínicos, sino que provoca más hemorragias. Por el otro, tres grandes ensayos clínicos encontraron evidencia prometedora sobre la posibilidad de los anticoagulantes de reducir el uso de ventilación mecánica.
Otros medicamentos que se están ensayando son fluvoxamina, lenzilumab, leronlimab, células madre, colchicina y vitaminas con minerales con resultados contradictorios. De igual manera, los estudios sobre la aspirina aún no son concluyentes.
Fármacos sin evidencia o con evidencia débil
Ivermectina. Este antiparasitario usado primero en animales y posteriormente en humanos demostró actividad antiviral in vitro. Sin embargo, la FDA y la EMA ha emitido alertas contra el uso de este medicamento. Aunque muchos lo consideran un remedio “milagroso”, no está respaldado por ensayos clínicos aleatorios.
-Hidroxicloroquina. Esta sustancia y la cloroquina son fármacos antimaláricos también usados en el tratamiento de la artritis reumatoidea y el lupus.
Al comienzo de la pandemia investigadores identificaron actividad antiviral contra el coronavirus en las células. Después de un año de intensa investigación, hubo un consenso científico de que el medicamento no es útil para tratar la COVID-19 y puede causar efectos secundarios dañinos.
-Azitromicina. Es un antibiótico que se usa para combatir infecciones bacterianas. Según una investigación de dudosa calidad, este antibiótico es efectivo en el tratamiento y prevención de la COVID-19. Al final la investigación fue abandonada por resultados clínicos pobres. Además, la combinación de este antibiótico con la hidroxicloroquina o cloroquina es un peligroso coctel cardiotóxico.
-Dióxido de cloro. El uso de esta sustancia es pseudocientífico y fraudulento. Múltiples organizaciones de la salud han emitido alertas frente al riesgo de usar estos productos en el tratamiento de la COVID-19.