En Santander se perpetuó el bipartidismo y se diluyó ligeramente el poder de la parapolítica.
Lya Fernández de Mantilla*
Algunos antecedentes y particularidades
Tradicionalmente Santander se había caracterizado por una clara inclinación mayoritaria hacia el Partido Liberal. Esta identificación partidaria pudo observarse tanto en los resultados electorales a partir del desmonte del Frente Nacional como en la fuerza política que tuvieron los distintos grupos o fracciones liberales hasta las elecciones locales de 1994. La situación sin embargo había cambiado ya en las elecciones parlamentarias del 2002, y desde entonces el Partido Liberal ha tenido que luchar por mantener su participación con dos escaños en la Cámara de Representantes, incrementándose a tres en las elecciones de 2010 y con un fuerte ascenso en el Senado, al lograr cuatro escaños.
Sin ignorar la importancia que en ese mismo período ha tenido el Partido Conservador en el departamento, también este sufrió las consecuencias de su división interna, que fue menguando su fuerza política y electoral, hasta quedar con una mínima representación, cuando no sin representación, en las corporaciones públicas municipales. Después de la Reforma Política del 2003, su posicionamiento en elecciones parlamentarias ha sido similar al de su eterno contendor el Partido Liberal; sin embargo y paradójicamente, son sus dos senadores elegidos en el 2006 (Iván Díaz Mateus y Alirio Villamizar) quienes se encuentran investigados, mientras que en el caso del Partido Liberal los investigados son dos de sus representantes.
Importa resaltar que con las posibilidades que abrió la Constitución del 91 en Santander surgieron varias agrupaciones pequeñas que se enfrentaron con los partidos tradicionales sin lograr su cometido. En cuanto a movimientos políticos nacionales, hay que resaltar la proliferación de partidos o movimientos religiosos que aspiran a posicionarse en los distintos municipios santandereanos, en la búsqueda de convertirse en alternativas al poder hegemónico de los dos partidos tradicionales. Se destaca la presencia en las elecciones locales de 1997 y 2000 del Movimiento Compromiso Cívico con la Comunidad Cristiana C4, que en cada uno de los periodos mencionados logra un escaño, en municipios como Bucaramanga. También hacen presencia en la región otras fuerzas políticas, como el Partido Social Demócrata Cristiano y el Movimiento Independiente Frente de Esperanza (FE), agrupaciones que no han podido tener representación por Santander en el Congreso de la República.
La presencia de la izquierda ha sido muy irregular en los procesos electorales en Santander. Aunque tuvo una representación más o menos significativa en la conformación de las preferencias políticas de los años setenta y ochenta en las elecciones locales, su representación menguó notoriamente en la década de los noventa para lograr una recuperación en las contiendas electorales locales del 2003 y 2007. La anterior situación se plantea de manera bien distinta en las elecciones parlamentarias del período legalmente establecido, en las que no obtiene el suficiente respaldo popular a través de las urnas y que sólo lo logra con el Polo Democrático, en las elecciones para Cámara del 2006 al lograr un escaño y de resultar beneficiado con el voto para el Senado el exalcalde de Bucaramanga Iván Moreno Rojas, quien es reelegido en la contienda electoral realizada en marzo de 2010.
El caso de Convergencia Ciudadana y el PIN
Dentro de la vida política de Santander hay que resaltar la influencia que ha tenido desde 1997 el Movimiento Convergencia Ciudadana, partido que nació en este departamento y que en poco tiempo se proyectó a nivel nacional, convirtiéndose en una fuerza electoral significativa, al llegar a tener representación tanto en el Congreso de la República, como en varias Asambleas, Concejos y Alcaldías en distintos departamentos del país. En las elecciones del 2002 logra para Santander dos escaños en Cámara y una en el Senado. En las elecciones de 2006 obtiene dos escaños para Senado y tres para Cámara, uno de los cuales es el de Edgar Gómez Román, que al poco tiempo de ser elegido, se va con su curul para el Partido Liberal y en las elecciones del 2010 es elegido senador por este partido. Este es uno de los grupos más destacados desde las elecciones del 97 en el departamento de Santander, que no sólo y en virtud de los resultados electorales significativos que ha conseguido, sino también de ser un movimiento con estructura propia, e independiente de los partidos Liberal y Conservador, que lo condujo a perfilarse como el partido político llamado a ser una alternativa con opciones reales capaz de disputarle el poder a los partidos tradicionales.
Pero este ascenso vertiginoso de Convergencia Ciudadana se frena al ser procesados por apoyar a grupos paramilitares varios de sus dirigentes, entre ellos la cabeza del movimiento Luis Alberto Gil Castillo, quien se anticipa a renunciar a su curul parlamentaria ganada en las elecciones de 2006 y su esposa Doris Vega, a nombre del PIN (Partido de Integración Nacional), lo sustituye en las elecciones de 2010 para Senado, no logrando la votación necesaria para obtener el escaño.
Ante el desprestigio sufrido por este movimiento al tener dos de sus tres representantes a la Cámara investigados y en igual sentido su máximo dirigente, este decide conformar el Partido de Integración Nacional (PIN), al que se incorporan posteriormente otras agrupaciones que han perdido su personería por diversas razones, pero que de alguna manera vinculan a sus dirigentes de tener nexos con grupos paramilitares. No obstante este conocimiento de las candidaturas heredadas y orientadas por los jefes políticos regionales que se encuentran en la cárcel, no los lleva a perder su caudal electoral y antes por el contrario, los convierte en una fuerza política decisoria en la Cámara y Senado.
Elecciones 2010 en Santander
Con la intención de la reforma política del 2003, con la que se buscaba el fortalecimiento de los partidos y en consecuencia se le diera nuevamente una significación a la democracia al buscar la conformación de las mayorías decisorias, con las que se perfila el interés general, en el caso específico de Santander, los partidos tradicionales en sus expresiones nacionales y regionales ganan terreno en la ausencia de actores alternos fuertes, pero que no necesariamente significa ampliación en el número de votos sino que por el contrario, es uno de los periodos de mayor abstención; es decir, que es poco probable que los partidos tradicionales se recuperen en términos de aglutinación de electores, es mas bien la posibilidad de ocupar los espacios vacíos con el escaso electorado que los elige ante la ausencia de alternativas.
Al contrastar las elecciones para Cámara del 2006 con las del 2010, se observa, que en las primeras logran representación cuatro partidos políticos: Partido Liberal 2: Partido Conservador 1: Polo Democrático Alternativo 1: Convergencia Ciudadana 3. Total 7. En las elecciones de 2010: Partido Liberal 3; Partido Conservador 2; PIN (Convergencia Ciudadana): 2. Total 7, de estos 5 corresponden a los dos partidos políticos tradicionales.
La situación a nivel de Senado los partidos liberal y conservador obtienen cada uno dos escaños, Convergencia Ciudadana y Polo Democrático logran también dos, y Cambio Radical cada uno logra un escaño. En las elecciones del 2010, la representación partidaria se reduce a cuatro, pero el partido liberal aumenta a 4 escaños, el partido conservador pierde su representación, Cambio Radical la mantiene, el Polo Democrático pierde un escaño y el PIN con el hijo del exgobernador de Santander Hugo Aguilar obtiene una.
De lo anterior emergen unas preguntas que para el caso del PIN: ¿es una alternativa en el sentido de cambio en las prácticas políticas? o si por el contrario, ¿es una nueva reproducción de la cotidianidad de esas prácticas tradicionales que pueden presentarse como heredadas de Convergencia Ciudadana y también sólo por fuera de los partidos Liberal y Conservador?
Conclusiones
La multiplicidad de aspiraciones concretadas en ofertas electorales que no lograron representación, condujeron en gran medida a prolongar el acceso mayoritario de los partidos Liberal y Conservador, en sus expresiones regionales.
El desconocimiento de los candidatos por parte de los ciudadanos, la percepción que estos tenían de la malevolencia de las prácticas políticas heredadas por aquellos de quienes habían sido despojados de su investiduras o estaban siendo investigados, unido a la complejidad del manejo del tarjetón, pudieron ser unas de las tantas causas que provocaron la abstención, el voto en blanco y el voto nulo.
Todo lo anterior, reclama una reforma al sistema electoral en la que se visualice la posibilidad de sustituir el voto preferente, la modificación de tarjetón y el mismo sistema de escrutinio, entre otros.
* Abogada Universidad Externado de Colombia; Magíster en Estudios Políticos Pontificia Universidad Javeriana; Magíster en Ciencia Política en Iberoamérica, Universidad Internacional de Andalucía- España; Directora del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Autónoma de Bucaramanga IEP:UNAB; Investigadora de los Grupos de Investigación en Ciencia Política y el de Instituciones Políticas y Opinión Pública.