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Las vejaciones contra Sergio Urrego

Escrito por Héctor Fabio Cardona
foto del Joven Sergio Urrego

foto del Joven Sergio Urrego

Antes de que el suicidio inducido de este joven se diluya en la marea de noticias, tendríamos que establecer con claridad cuáles fueron los agravios, muchos de ellos delitos, que se han cometido contra él y contra su memoria.  

Héctor Fabio Cardona*

“Gente necia, local y chata y roma”
León de Greiff

La noticia y la ironía

Ahora que parece bajar la espuma de indignación por el suicidio de Sergio Urrego, el adolescente que se arrojó de la terraza del Centro Comercial Titán en Bogotá, es oportuno discernir el hecho más allá del escándalo que proponen los medios masivos.

Sin duda, ha sido notable el repudio general ante la evidencia del novelesco encierro, del acoso, y del plan de hostigamiento contra este niño que se atrevió a creer que la verdad de amar a Danilo, su novio, se podía decir y vivir. En este caso, como en algunas de las grandes desdichas, todo comenzó con un beso.

Irónicamente, en esta misma semana la Corte Constitucional declaró exequible la Ley antidiscriminación, que establece penas de hasta tres años de cárcel para quienes “promuevan o instiguen actos de hostigamiento, orientados a causar daño a una persona, por razón de su orientación sexual”, entre otros.

Los entendidos recuerdan que también la Corte les advirtió a los colegios que “no pueden establecer sanciones a un estudiante por las decisiones que este adopte para afirmar su identidad sexual”. Además, la Corte ha dicho que la dignidad de una persona se proyecta más allá de muerte.

A Sergio, un muchacho “de comportamiento adecuado, pero que requiere prudencia con el colegio por sus expresiones de afecto”, según lo describió Diana Castelblanco, una de sus profesoras, se le puso a prueba cercenándole, lenta y persistentemente, mediante actos burocráticos y palabras taimadas, sus derechos a la intimidad, al buen nombre, a la no discriminación, al libre desarrollo de su personalidad, a la educación, a la protección por ser menor, a conocer la verdad, a la justicia y a la reparación.Los 21 golpes a Sergio

En esta serie de ataques contra Sergio, el colegio Gimnasio Castillo Campestre de Tenjo, su rectora Amanda Castillo, sus profesores y psicóloga, la Secretaría de Educación, la Fiscalía, la Comisaría de Familia, los padres de su novio y otros en la sombra actuaron en una cadena invisible y firme.

Y Sergio, por su parte, con ese arrojo que solo la juventud contestataria y soñadora justifica, combatió como pudo este entramado que lo llevó a sentirse como el personaje interpretado por Mía Farrow en El bebé de Rosemary, en su inútil lucha contra el círculo del demonio.

Además de la aterradora destrucción del que, probablemente, era su primer amor, son 21 los hechos contra él, que vistos en conjunto conforman una estrategia que asombraría al mismísimo Franz Kafka. Cada uno profundiza la huella del daño causado por la anterior.

En la tutela que Alba Reyes, la mamá de Sergio, instauró ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, con apoyo de Colombia Diversa, se presenta cada una de las pruebas de esta trama:

1-Sergio había criticado los cobros no autorizados en su colegio, y tuvo que asistir a atención psicológica por sus palabras.

Irónicamente, en esta misma semana la Corte Constitucional declaró exequible la Ley antidiscriminación.

2-Su profesor, Mauricio Ospina, decomisó un celular, y exigió que le entregaran la clave para ver el beso de Sergio y Danilo, lo que abriría la puerta a la tormenta.

3-La psicóloga Ivón Cheque lo obligó a declarar su orientación sexual, le advirtió que el beso era una manifestación obscena, grotesca y vulgar según el manual de convivencia y le exigió a la pareja firmar un compromiso de distanciarse.

4-La confirmación de su orientación sexual tuvo que repetirla frente a cuatro profesores, por orden de la psicóloga.

5-Se le obligó a contarles a sus padres acerca de su orientación sexual y de su noviazgo en una citación formal del colegio; los padres de Sergio lo apoyaron, la mamá de Danilo reaccionó negativamente.

6-Como el padre de Sergio, Robert Urrego, no pudo asistir a una de las citaciones, a Sergio se lo excluyó de las clases, hasta el regreso de vacaciones.

7-A los padres de Sergio les aseguraron que el problema era de acoso sexual de Sergio hacia Danilo (aunque los educadores reconocieron no tener evidencias del hecho, Sergio sí dejó las pruebas de su relación consentida en sus comunicaciones personales).

8-Después, los padres de Danilo pusieron una denuncia contra Sergio en la Fiscalía por supuesto abuso sexual a su hijo.

9-La rectora le exigió un certificado externo de acompañamiento psicológico.

10-Se le impidió de nuevo el regreso a clases por falta de ese certificado de acompañamiento psicológico.

11-Posteriormente, la psicóloga rechazó la certificación de acompañamiento psicológico externo que su padre presentó por “no cumplir los parámetros”.

12-Le advirtieron que no debía hablar mal de la institución.

13-Le dejaron muy claro que no podía volver a discutir la autoridad del colegio.

14-A Sergio también le retuvieron el certificado de estudio de años anteriores, necesario para cambiarse de colegio. 

15-La Comisaría de Familia de Tenjo notificó a Alba Reyes, la mamá de Sergio, sobre un proceso por supuesto abandono de hogar (Alba trabajaba en Cali y debía viajar para cada citación del colegio); el colegio fue el que presentó la queja.

16-La Comisaría hizo una visita a la casa de Sergio, en ausencia de su mamá, y en presencia de su abuela, y concluyó que no se trataba de un caso de violencia intrafamiliar.

17-Los papás de Sergio presentaron una queja contra el colegio en la Secretaría de Educación, que nunca fue respondida (la Secretaría visitó el colegio y levantó un acta donde asegura que Sergio estaba abandonado y que nunca se le había discriminado).

La Liga Colombiana contra el Suicidio asegura que 6 de cada 10 jóvenes en Colombia han pensado en el suicidio, y que entre enero y mayo de este año se han quitado la vida 64.

18-Una vez los padres de Sergio lo retiraron del Gimnasio Castillo Campestre, dejando en claro su protesta por el acoso y la discriminación, el colegio se negó a devolverles el dinero de derechos de grado y el certificado de paz y salvo (ese día Sergio se derrumbó y lloró a solas en el baño).

19-El colegio castigó a los compañeros de Sergio que fueron a su sepelio y los obligó a recuperar el tiempo de ausencia estudiando un sábado.

20-La rectora advirtió a los alumnos que deben ser discretos y que “gente como esa no es aceptable en el colegio”; otra compañera confesó, en un correo, que la rectora habría dicho que la muerte de Sergio era un beneficio para la sociedad y que ellos no tenían la culpa porque Sergio se había suicidado cuando ya no era alumno del Gimnasio Castillo Campestre.

21-La rectora, Amanda Castillo, expidió un comunicado en el que niega el acoso y le exige a El Espectador (el medio que publicó la historia de Sergio) que rectifique e insinúa que procederá legalmente.

Alba, madre de Sergio, me comentó que teme por la situación de vulnerabilidad de Danilo, el novio de su hijo, quien fue presionado para renegar de su condición sexual, y en cuyo nombre se acusó a Sergio de supuesto acoso sexual.El futuro de los jóvenes gais

Una compañera divulgó que Danilo dijo estar “vuelto mierda” por la reacción de su madre cuando le comunicó su condición sexual. También le dijo que recibió una llamada de Sergio pidiéndole no terminar su relación y que fue “todo bonito”.

Pero, ¿quién apoya hoy a Danilo? Lo que está viviendo hoy este joven bien puede ser el ultraje 22 de esta sombría lista.

Con este caso se puede decir que Shakespeare no es una asignatura de literatura y Romeo y Julieta no es solo una loca historia de amor de otros tiempos.

La tutela presentada por los padres de Sergio tiene 16 pretensiones (menos que las vejaciones). Pero Alba Reyes, dueña de esa íntegra serenidad y decisión que se forja en el dolor, me dijo que cree que los chicos y las chicas gais tienen esperanza si pasan cuatro cosas:

1-Que se eduque a maestros y directivos sobre los derechos de la Constitución.

2-Que la Presidencia se decida a entender que la paz es justamente tolerancia y la promueva.

3-Que se creen procedimientos efectivos y urgentes para evitar el maltrato a los jóvenes.

4-Que haya un canal, un medio, un consejero, una mano amiga dispuesta a ayudar a los niños y jóvenes que hoy lloran en los baños.

La Liga Colombiana contra el Suicidio asegura que 6 de cada 10 jóvenes en Colombia han pensado en el suicidio, y que entre enero y mayo de este año se han quitado la vida 64.

Sergio se despidió con varios mensajes: “lamento no haber leído tantos libros como hubiese deseado” dijo, “pero supongo que ya puedo observar a la infinita nada”. A nosotros nos corresponde observar que lapidamos a seres indefensos y que nuestra infinita nada radica en que cada uno tira una piedra, cada uno cree que no lo mató, pero entre todos les quitamos la vida.

Como en Fuenteovejuna, la obra de teatro de Lope de Vega, la responsabilidad diluida en la desidia nos grita ahora mismo que sí hay tragedias que se quedan. Y que el discurso de los derechos y el respeto se queda corto frente a quienes sí saben cómo actuar para perpetuar nuestro romo y taimado mundo de exclusión.

 

* Periodista, con Máster en Investigación y Comunicación de la Universidad Leicester, Inglaterra. Director de varios noticieros de Televisión, ex asesor de Presidencia de la República (Barco), de los Ministerios de Educación, Comunicaciones, Salud, Justicia y de la Fiscalía General de la Nación. Asesor de comunicaciones estratégicas y miembro de la Junta Directiva de Colombia Diversa. 

@HFCardonaG

 

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