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Una mirada panorámica de la violencia homicida en el mundo

Escrito por Viviana García Pinzón
El crimen organizado es una de las mayores fuentes de violencia homicida.

Viviana Garcia¿Se están reduciendo o aumentando las muertes violentas en el mundo? ¿Dónde se concentran los asesinatos? ¿Cuáles son las víctimas más comunes? Aquí una explicación clara de las tendencias en homicidios en el mundo.

Viviana García Pinzón*

Homicidio y otras formas de violencia

El reciente Informe Global sobre Homicidio de la Oficina para las Drogas y el Delito de las Naciones Unidas (UNODC) ofrece un balance general sobre las tipologías, tendencias y causas de la violencia homicida.

Si bien se trata de un fenómeno que varía según las características espaciales, demográficas y temporales, se destacan aspectos como el aumento de la violencia relacionada con el crimen organizado, el impacto desproporcionado del homicidio en la población masculina y joven, y el que Centro y Suramérica sigan siendo las subregiones que reportan las mayores tasas de homicidio en el mundo.

Para fines analíticos, el homicidio intencional es definido como “la muerte ilegal causada resueltamente a una persona por otra persona”. Esta definición excluye las muertes resultantes de intervenciones legales por parte de autoridades estatales y aquellas ocurridas en conflictos armados, mientras que incluye aquellas atribuidas a violencia terrorista.

La tasa global de homicidios ha tenido un descenso sostenido durante las últimas dos décadas, pasando de 7,4 homicidios por cada 100.000 habitantes en 1993 a 6,1 en 2017. Pero el número absoluto de víctimas fatales ha aumentado de 362.000 en 1990 a 464.000 en 2017.

El comportamiento de la violencia homicida contrasta con el descenso de muertes como resultado de conflictos armados, las cuales, según datos del Uppsala Conflict Data Program (UCDP) para 2017, fueron poco más de 90.000 y han estado en descenso desde 2014, cuando alcanzaron el pico más alto registrado desde 1994.

La disminución de la tasa de homicidios se debe al aumento de la población.

Foto: Flickr
La disminución de la tasa de homicidios se debe al aumento de la población.

Según la perspectiva tradicional que equipara paz con la ausencia de guerra, el mundo es, en efecto, más pacífico. Sin embargo, la disminución en los niveles de victimización resultado de la guerra no ha tenido como consecuencia una disminución en el homicidio intencional. Así las cosas, el homicidio da cuenta del mayor número de muertes en el mundo.

Un fenómeno heterogéneo

El homicidio es un problema presente en todo el mundo, pero la intensidad, tipología y mecanismos varían entre regiones, países, municipios, géneros y grupo de edad, entre otros factores espaciales y demográficos.

Desde una perspectiva geográfica, las Américas y África concentran la mayor proporción de víctimas letales, 37,4 por ciento y 35,1 por ciento respectivamente, seguidas por Asia (22,5 por ciento), Europa (4,7 por ciento) y Oceanía (0,2 por ciento).

Centroamérica y Sudamérica reportan las tasas más altas de homicidio en el mundo.

La tasa de homicidios por cada cien mil habitantes permite observar las diferencias regionales de manera más adecuada. Así, las Américas tienen una tasa promedio de 17,2, la más alta desde la existencia de registros confiables en 1990, seguida por África con una tasa de 13,0. Estas dos regiones tienen una tasa de homicidios superior al promedio mundial. Por su parte, Europa tiene una tasa de 3,0, Oceanía 2,8, y Asia tiene la tasa regional más baja con 2,3.

La comparación entre las Américas y Asia demuestra una brecha colosal en los patrones geográficos del homicidio. Mientras que la primera concentra el 37 por ciento de las víctimas letales con solo 13 por ciento de la población mundial, Asia tiene la tasa de homicidios más baja y aporta el 23 por ciento de víctimas letales, a pesar de concentrar la proporción más alta de la población mundial (60 por ciento).

A esto se suma un descenso de 63 por ciento en los homicidios registrados en Europa desde 2002 y de 36 por ciento en los registrados en Asia desde 1990.

Tasa de homicidio por cada cien mil habitantes, por región, 2017

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Víctimas de homicidio intencional por cada cien mil habitantes

Fuente: UNODC (2019)

Puede leer: Los problemas para medir los homicidios en Colombia.

En el plano subregional, Centroamérica y Sudamérica reportan las tasas más altas de homicidio en el mundo, con 25,9 y 24,2 respectivamente. Sin embargo, entre los países de cada subregión existen disparidades sustanciales en la intensidad del fenómeno.

Por ejemplo, El Salvador es el país con la tasa más alta de homicidios en Centroamérica, con 62,1. Esta cifra contrasta con la tasa de 8,3 de Nicaragua. De manera similar, para el caso de Suramérica, mientras que Venezuela tiene una tasa de 56,8 homicidios por cada cien mil habitantes, Chile está más cerca de la tasa de Europa, con 3,5.

Impacto diferente

El impacto de la violencia homicida también varía significativamente según elementos demográficos. Existe una brecha muy significativa en el impacto de la violencia homicida entre hombres y mujeres, siendo los hombres jóvenes (entre 15 a 29 años) el grupo más afectado.

El 81 por ciento de las muertes corresponden a hombres. La tasa global de homicidio masculino es de 9,1, mientras que la del femenino es 2,0. Considerando las variaciones regionales, las Américas (31,2) y África (21,5) reportan las tasas más altas para las mujeres.

Puerto Rico, Trinidad y Tobago, Brasil, Haití, Colombia, El Salvador, Paraguay, Honduras y Jamaica son los países donde las víctimas masculinas constituyes el 90 por ciento o más del total de muertes. Entre tanto, Noruega y Japón son algunos de los países con la proporción más baja (40 por ciento).

En general, el número de muertos supera al de las muertas en casi todos los países. No obstante, la brecha es mayor en los países con tasas más altas de homicidio. En otras palabras, a mayor tasa de homicidios mayor es la diferencia en el impacto de la violencia entre hombres y mujeres.

De manera que, en países con tasas bajas de homicidio, la probabilidad de ser víctimas de homicidio es casi igual entre hombres y mujeres. Este es el caso en Japón, la República de Corea, Alemania y Suecia.

El homicidio es un problema principalmente masculino y ello abarca las dos caras de la moneda: los hombres son las víctimas más numerosas y son también los mayores perpetradores. Más del 90 por ciento de los sospechosos en casos de homicidio entre los años 2014 a 2016 fueron hombres. A escala global, las mujeres representan solo el 6 por ciento de las condenas por homicidio.

Aunque representan un porcentaje menor de las víctimas de la violencia homicida, hay ciertas formas de violencia que afectan de forma desproporcionada en las mujeres. Ellas son las principales víctimas de la violencia interpersonal en el contexto de familia, ya sea por parte de su pareja o miembros del círculo familiar.

El 82 por ciento de víctimas de violencia de pareja en 2017 fueron mujeres. Del total de muertes femeninas, el 34 por ciento fue perpetrado por su pareja, 24 por ciento por miembros de la familia y 42 por ciento por individuos fuera del círculo familiar. Por ello, no es exagerado afirmar que la casa es el lugar que representa el mayor riesgo de muerte para las mujeres.

La intensidad, tipología y mecanismo de los homicidios varían según cada región.

Foto: Needpix
La intensidad, tipología y mecanismo de los homicidios varían según cada región.

Lea en Razón Pública: Cincuenta años de homicidios: tendencias y perspectivas.

Violencia homicida y crimen organizado

El crimen organizado es una de las mayores fuentes de violencia homicida. Se estima que alrededor de 65.000 muertes anuales entre 2000 y 2017 están relacionadas con crimen organizado y pandillas. Esta modalidad constituye el 19 por ciento de todos los homicidios registrados en 2017.

Asimismo, el agregado de muertes entre 2000 y 2017 demuestra que el crimen organizado ha sido la causa de muerte de un número superior al de todos los conflictos armados o el terrorismo. La mayoría de las víctimas de este tipo de violencia son hombres (95 por ciento).

Los hombres son las víctimas más numerosas y son también los mayores perpetradores.

Comparada con otras modalidades de homicidio tales como la violencia interpersonal y la violencia sociopolítica, el comportamiento del homicidio relacionado con criminalidad es más dinámico. En efecto, las altas tasas de homicidio de Centro y Suramérica están estrechamente ligadas a la mayor presencia de crimen organizado y pandillas.

No obstante, como demuestra la literatura sobre el tema, el crimen organizado no necesariamente implica violencia. De hecho, los mercados ilegales, como cualquier otro mercado, operan mejor en contextos donde las externalidades no afectan su desempeño.

La relación entre crimen organizado y violencia está mediada por factores tales como la relación con el Estado, las políticas de seguridad, la estructura y relación entre grupos criminales y los cambios en los mercados ilegales.

Homicidio y los ODS

El punto 16.1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) señala como meta la reducción significativa de todas las formas de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo para el año 2030.

Sin embargo, las tendencias actuales señalan que esto no podrá ser cumplido. Mientras que la violencia producto de la guerra ha tendido a decrecer en las últimas décadas, las múltiples manifestaciones de la violencia homicida son una de las mayores amenazas a la seguridad de millones de personas, en particular la de aquellos que hacen parte de los sectores más vulnerables de la sociedad.

La reducción del homicidio requiere políticas que, por un lado, sean el resultado de la evidencia y no del afán por lograr popularidad en el contexto electoral; y por el otro, aborden las múltiples causas de este fenómeno.

* Investigadora del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área GIGA (Hamburgo) y estudiante doctoral de la Universidad de Marburg.
@vivigarciap.

 

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