¿Qué está pasando con la inflación en Colombia? | Razón Pública 2023
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¿Qué está pasando con la inflación en Colombia?

Escrito por Alejandro Barrera

Unos precios aumentan más que otros, y esas alzas afectan de maneras diferentes a los pobres, los ricos y las clases medias de distintas ciudades. Esto es lo que dicen realmente las cifras del DANE.

Alejandro Barrera Escobar*

La inflación sigue, pero el ritmo es menor

Leer, interpretar y comunicar a la ciudadanía lo que sucede en la economía es un enorme desafío. La velocidad de las redes sociales para difundir información es el origen del remolino de opiniones que suelen carecer de veracidad y de contexto.

Por eso importa precisar la manera correcta de interpretar las cifras macroeconómicas y hacer un uso adecuado del lenguaje técnico correspondiente.

El DANE acaba de publicar las cifras sobre inflación para el mes de abril. Estas cifras aluden a la variación porcentual del índice de precios al consumidor (IPC). Las variaciones se dividen en tres tipos: mensual, año corrido y anual. Estos fueron sus valores para el mes de abril:

  • variación mensual: 0,78 %.
  • variación en el año corrido: 5,38 %.
  • variación anual: 12,82 %.

Para el dato mensual y año corrido, la inflación disminuyó -0,47 y -0,28 puntos porcentuales (pp) respectivamente en comparación con los mismos periodos en 2022. Por otra parte, la inflación anual aumentó un 3,59 pp.

Así, las tres mediciones del IPC presentaron variaciones positivas, lo cual indica que el aumento generalizado de los precios continuó en abril de 2023.

Pero tanto la lectura mensual como la acumulada en el año mostraron una reducción si se las compra con las cifras del 2022, lo cual indica que la velocidad del aumento de los precios está disminuyendo.

Por otro lado, sin embargo, al examinar los últimos años, Colombia todavía presenta cifras de inflación muy elevadas. Inmediatamente después de la pandemia se registró una inflación galopante, es decir, un aumento vertiginoso o superior al 10% anual.  Comparado con esto, en 2023 estamos en una fase de desaceleración del ritmo inflacionario.

Para el dato mensual y año corrido, la inflación disminuyó -0,47 y -0,28 puntos porcentuales (pp) respectivamente en comparación con los mismos periodos en 2022. Por otra parte, la inflación anual aumentó un 3,59 pp.

Foto: Alcaldía de Bogotá - En 2023 las inflaciones más altas se han presentado en bienes y servicios como restaurantes y hoteles, transporte, educación, entre otros.

Pero todas las cifras anteriores están lejos del fenómeno de la hiperinflación —aumentos por encima del 300 %—, el de la estanflación —alta inflación y alto desempleo— y el de la deflación —caída de los precios—.

Más afectados los ricos que los pobres

En 2023 —mensual y año corrido—, las inflaciones más altas se registraron en bienes y servicios como transporte, educación, restaurantes y hoteles y servicios públicos.

Estos sectores suelen hacer reajustes automáticos de precios (conocidos como “indexación”) a principios de año —a los cuales esta vez se sumaron distorsiones de oferta o de demanda que fueron consecuencias rezagada de la pandemia—.

Esto está provocando un cambio en comparación con los dos últimos años, cuando   la inflación fue más alta para los hogares pobres y vulnerables. En 2023, el laza de los precios es más alta para hogares de clase media y alta. Así, en el año corrido, la variación del IPC por niveles de ingresos fue:

  • del 4,79 % para los pobres,
  • del 5,02 para los vulnerables,
  • del 5,35% para la clase media, y
  • del 5,75 % para la clase alta.

Trayectorias muy distintas

Hay una reducción en el ritmo de aumento de los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas, prendas de vestir y calzado, muebles y artículos para el hogar, salud, recreación y cultura, restaurantes y hoteles, y bienes y servicios diversos.

Por otra parte, hay un aumento en bebidas alcohólicas, tabaco y alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles

En educación, información y comunicación y transporte el ritmo de inflación se ha mantenido.

Las cifras del hambre

En general, el aumento de los precios conlleva una pérdida en la capacidad adquisitiva de los hogares. Pero la inflación afecta especialmente a hogares de más bajos ingresos porque ellos tienen menos activos, ahorros y posibilidades de respuesta ante la inflación.

La desaceleración en el ritmo de aumento de los precios en 2023 no necesariamente significa que el hambre este disminuyendo. En la Encuesta de Pulso Social del DANE de diciembre de 2022,

  • El 73,5 % de los hogares afirmó consumir tres comidas o más al día,
  • El 25,1 % dos comidas, y
  • El 1,5 % una comida.

Estas cifras fueron menos malas que las del tiempo de pandemia, pero no han mejorado durante este año. Por tanto, el 26,4 % de los hogares estarían sufriendo hambre (si llamamos hambre al consumo de menos de tres comidas diarias).

Los porcentajes más altos de inseguridad alimentaria están en Cartagena, Sincelejo, Florencia, Valledupar, Montería, Ibagué, Neiva y Bogotá —con un rango entre 30 % y 60 % de hogares—. Las ciudades con menos hambre son Bucaramanga, Barranquilla, Santa Marta, Cúcuta, Armenia, Riohacha, Cali, Popayán, Manizales y Pereira —con entre 11 y 22 % de los hogares—.

Pero las ciudades con más hambre no necesariamente son la que hoy registran mayor inflación, ni a la inversa. De hecho, Bogotá, Tunja, Medellín y Manizales registraron una inflación año corrido superior al promedio nacional —5,38 %—, mientras que en Cartagena, Bucaramanga, Pasto, Villavicencio, Neiva, Riohacha, Valledupar, Ibagué, Florencia y Sincelejo la inflación fue inferior al 5 %.

Miseria macroeconómica

Para mejor entender la situación económica de los hogares se puede utilizar el índice de sufrimiento o de miseria macroeconómica, que considera tanto la reducción en la capacidad adquisitiva de los ingresos —inflación— como las condiciones de generación d ingresos laborales —tasas de desempleo—.

Estas cifras fueron menos malas que las del tiempo de pandemia, pero no han mejorado durante este año. Por tanto, el 26,4 % de los hogares estarían sufriendo hambre (si llamamos hambre al consumo de menos de tres comidas diarias).

Entre enero y marzo de este año, las ciudades con mayor miseria económica fueron, en su orden, Quibdó, Ibagué, Riohacha, Valledupar, Cúcuta, Neiva, Florencia, Montería, Armenia, Bogotá, Pasto, Tunja, Barranquilla, Cali, Bucaramanga, Popayán, Villavicencio, Manizales, Cartagena, Sincelejo, Medellín, Pereira y Santa Marta.

Nueva de las diez ciudades con más miseria económica fueron también las de más desempleo, dos fueron de mayor inflación, y seis tuvieron los más altos porcentajes de hogares con hambre.

Así, la miseria económica es una mejor aproximación al estado real de los hogares  que la cifra simple de inflación total —o que extraer conclusiones superficiales sobre una realidad económica y social más complicada—.

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