El secretario de planeación de Bogotá explica el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que ya está siendo evaluado por la CAR. Así se planea el futuro -o por lo menos los próximos 12 años- de la capital del país.
Andrés Ortiz Gómez*
¿De qué se trata?
Proyectar el crecimiento y desarrollo de una ciudad tan cambiante y vital como Bogotá no es tarea fácil. Al contrario, es uno de los grandes retos del planeamiento territorial en Colombia.
El Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Bogotá es un instrumento mediante el cual se proyecta el futuro físico y se garantiza la sostenibilidad de la ciudad y sus áreas rurales a través de:
- Lineamientos de política pública a largo plazo.
- Una visión de ciudad
- Normas para garantizar la relación armónica entre las estructuras ambientales y de espacios públicos y el desarrollo inmobiliario.
- Objetivos y estrategias
- Un conjunto de obras públicas que aseguren el acceso equitativo a todos los bienes y servicios sociales distritales.
- Programas y proyectos (Actuaciones Urbanas Integrales)
El planeamiento del territorio distrital gira alrededor del ser humano y aspira a fortalecer su talento, a ofrecerle oportunidades y capacidad para generar riqueza para sí mismo y para la sociedad. Además, busca el acceso universal y equitativo de las personas a los servicios sociales y al espacio público de la ciudad.
Para alcanzar este propósito colectivo es necesario incorporar el principio de la sostenibilidad integral -ambiental, social y económica-. También implica adoptar estrategias para el buen gobierno y mecanismos de coordinación regional y de participación comunitaria. Estos se derivan de los procesos de gobernanza local y supramunicipal.
El proyecto para el nuevo POT, que ya es objeto de conocimiento y evaluación por parte de la Corporación Autónoma Regional (CAR), es el producto del aprendizaje colectivo de los últimos 18 años.
El propósito es aumentar la satisfacción de toda la población bogotana y mejorar su calidad de vida a través de tres principios fundamentales: la justicia social, la seguridad ciudadana y la libertad en el espacio público.
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Marco legal
Esta visión del desarrollo territorial distrital se acoge a los postulados de la Nueva Agenda Urbana (NAU) de Hábitat III (Quito, 2016), así como al nuevo marco legal nacional para atender los riesgos sobre la vida humana que producen el cambio climático global —como las inundaciones o los deslizamientos en zonas de laderas— y los gases de efecto invernadero (GEI).
El propósito es aumentar la satisfacción de toda la población bogotana y mejorar su calidad de vida
A escala regional, si bien el marco legal vigente (Ley 388 de 1997) limita el ejercicio del planeamiento físico de Bogotá al ámbito exclusivamente distrital, es evidente que el desarrollo de nuestro territorio está estrechamente ligado al de los municipios vecinos y cercanos.
El POT de Bogotá reconoce esta realidad en todas sus dimensiones (ambiental, social, económica y funcional), asume su responsabilidad frente a la huella ecológica que se está produciendo sobre la Sabana de Bogotá, y hace énfasis en la necesidad de atender de forma conjunta hechos regionales innegables como las reservas forestales, el río Bogotá o el sistema vial y de movilidad regional.
¿Bogotá sigue creciendo?
![]() El medio ambiente y las reservas naturales son el centro de la propuesta. Foto: Alcaldía de Bogotá |
Los estudios realizados para comprender las tendencias de la ciudad en las dos últimas décadas muestran que seguimos creciendo de forma sostenida. Esta tendencia se expresa en:
- El aumento de las áreas ocupadas de suelo (alrededor de 2.900 en los últimos 18 años);
- La construcción anual promedio de 36.000 unidades de vivienda (según la actualización trimestral del DANE sobre nuevas edificaciones de usos residencial);
- El aumento de las unidades catastrales de uso residencial entre los años 2005 y 2018 (alrededor de 557.509);
- El aumento de alrededor de 573.523 nuevos usuarios residenciales de servicios de acueducto para el mismo periodo; entre otras cifras de tipo territorial.
- El incremento de la movilidad regional
- El muy acelerado crecimiento de la huella urbana en la sabana de Bogotá.
En cuanto al crecimiento poblacional, de acuerdo con cifras del DANE para el periodo intercensal entre 2005 y 2018 —hasta el segundo trimestre—, contamos con alrededor de 1,34 millones de nuevos habitantes, un promedio de 103.000 por año. Esta cifra proviene del registro de 1.487.183 nacimientos, 394.068 defunciones y un saldo migratorio a favor de Bogotá de alrededor de 273.000 inmigrantes.
Los retos para atender el crecimiento de la ciudad más productiva del país, donde se concentra la mayor oferta de servicios sociales, comerciales y financieros, así como la mayor oferta laboral, son inmensos.
Ello implica revisar los propósitos de los POT que nos han antecedido, reconociendo que en cada uno de éstos hubo avances significativos para orientar el desarrollo físico y espacial de la ciudad, y que de su implementación han quedado valiosos aprendizajes sobre lo que conviene y lo que no conviene a nuestro ordenamiento territorial.
¿Cuáles son las novedades?
El modelo de ocupación que plantea el nuevo POT de Bogotá hace énfasis en la necesidad de consolidar y generar un desarrollo urbano denso, compacto y cercano, por medio del cual se haga un uso eficiente y sostenible de nuestros recursos naturales.
Entre las novedades que trae en el nuevo POT sobre los asuntos ambientales están:
- Elevar el espacio público como un sistema integrado a la estructura ecológica principal.
- Ampliar las categorías de las áreas protegidas.
- Incrementar en alrededor de 30.000 nuevas hectáreas los suelos clasificados como de protección ambiental.
- Incorporar lineamientos concretos sobre la gestión del riesgo con base en información actualizada.
- Y retomar y evolucionar el Sistema Urbano de Drenajes Sostenibles (SUDS), entre otras.
Con respecto a las redes de movilidad y los sistemas de transporte público:
- Se agregan nuevas categorías para clasificar las vías según la función urbana que cumplen, dándole siempre prioridad a los peatones y a los bici-usuarios.
- Se desincentiva el uso del automóvil particular en las áreas donde se concentran la mayor oferta de empleo.
- Se fortalece del sistema integrado de transporte —incluyendo la construcción de la primera línea del Metro de Bogotá—,
- Se adopta un sistema de movilidad inteligente que facilite a los ciudadanos sus desplazamientos.
Sobre el sistema de recolección y manejo de residuos sólidos se establece que el Relleno de Doña Juana no será ampliado y que serán incorporadas nuevas tecnologías y procedimientos para mejorar los procesos actuales de reciclaje y de manejo de basuras basados en:
- Centros de Gestión, Tratamiento y Aprovechamiento de Residuos (C-GESTAR),
- Estaciones de Clasificación y Aprovechamiento (ECA),
- Áreas para la disposición de Residuos de Construcción y de Demolición (RCD), entre otros.
También se adoptan estrategias para la organización social y económica de la ciudad:
- Se reconoce la importancia de consolidar el tejido residencial.
- Se incorpora el sistema distrital de equipamientos.
- Se fortalece por medio de incentivos el patrimonio cultural construido.
- Se incentiva el desarrollo de las áreas de oportunidad económica.
- Y se reconoce, por primera vez, el valor de la ciudad de origen popular.
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Usos del suelo
![]() El crecimiento de la ciudad se refleja en los 1,34 millones de nuevos habitantes. Foto: Secretaría Distrital de Hacienda |
Desde el punto de vista de la norma urbana, se parte de reconocer la importancia de la ciudad de usos múltiples, de las dinámicas económicas de las calles comerciales y centros de barrio alrededor de los cuales se construye el tejido social.
Así, se adopta una nueva estrategia que reconoce la forma urbana y los tipos de construcciones con que la hemos ocupado, y que proyecta el desarrollo inmobiliario en función de la disponibilidad de espacio público efectivo, de la localización con respecto a los ejes de movilidad, y de la disponibilidad de servicios públicos.
Los estudios realizados para comprender las tendencias de la ciudad en las dos últimas décadas muestran que seguimos creciendo de forma sostenida
También se simplifica la clasificación de usos del suelo reduciéndolos a sólo cuatro tipos —residencial, dotacional, comercial e industrial—, y se incorporan por primera vez acciones de mitigación de impactos urbanísticos (accesibilidad vehicular) y ambientales (ruido, vibraciones, vertimientos, manejo de residuos, etc.).
Se propone así una ciudad mucho más ecoeficiente, más caminable y más protectora de la vida humana, en la que sea posible:
- la gestión, recuperación y apropiación de los corredores ecológicos y los humedales;
- la generación de calles completas, con todos sus elementos (andenes, bordillos, rampas, señales, etc.);
- la recuperación de la relación visual entre los primeros pisos y la revitalización de las calles;
- la disminución de los factores urbanos de inseguridad (como la mala iluminación y el abandono); etc.
Proyectos
Para hacer realidad este conjunto de propósitos territoriales, el nuevo POT hace énfasis en tres tipos de proyectos: estratégicos (de gran escala), estructurantes (alrededor de elementos lineales de la estructura urbana), y detonantes (para irradiar desarrollo urbano alrededor de intervenciones públicas puntuales).
El nuevo POT también destaca los programas complementarios urbanos y rurales para proteger los bienes naturales e incrementar la calidad de las infraestructuras y espacios públicos.
Entre los proyectos del nuevo POT encontramos:
- un gran circuito ambiental entre los cerros y el río Bogotá,
- la consolidación de barrios,
- la renovación urbana alrededor de los principales ejes viales,
- el desarrollo equilibrado sobre las áreas de expansión (como en Lagos de Torca),
- la intervención integral de sus bordes urbanos,
- la integración armónica del frente occidental de la ciudad con respecto al río Bogotá,
- el aprovechamiento del potencial de áreas de oportunidad para el desarrollo de la economía naranja (ADN), los distritos de innovación (como el Bronx), o las zonas de interés turístico (ZIT), etc.
Todas estas propuestas están diseñadas para ofrecer más calidad de vida a nuestra población y a las generaciones futuras, para construir un territorio más amable, más incluyente, más ecoeficiente, más equitativo y más competitivo.
* Secretario de Planeación Distrital de Bogotá, arquitecto de la Universidad Javeriana, Master of Science de la Oxford Brookes University en Planeación urbana para países en desarrollo.