Los resultados de la encuesta de opinión en 18 países muestran que aumenta la satisfacción con la democracia pero crece la alarma sobre la criminalidad.
Daniel Zovatto*
Mayor apoyo a la democracia, a la empresa privada y a la economía de mercado; estabilidad política, moderación y viraje al centro en materia electoral; optimismo y satisfacción con la democracia, y la delincuencia como el principal problema que preocupa a los latinoamericanos son, en mi opinión, los mensajes más importantes que se desprenden del XV Informe del Latinobarómetro (LB), presentado el pasado 3 de diciembre en Santiago de Chile por su directora ejecutiva Marta Lagos.
LB es una organización chilena sin fines de lucro que desde 1995 viene llevando a cabo encuestas regulares de opiniones, actitudes y valores en América Latina. La encuesta que sirvió de base al XV Informe fue realizada por empresas de opinión pública locales en los 18 países de la región. Se efectuaron 20,204 entrevistas cara a cara, que se realizaron entre el 4 de septiembre y el 6 de octubre de 2010. El margen de error es de 3 por ciento.
Crecimiento sostenido del apoyo a la democracia
La noticia más importante es que el apoyo a la democracia en América Latina ha vuelto a crecer (61por ciento) de la mano de la recuperación económica. Desde 2007 el apoyo a la democracia experimenta un crecimiento sostenido, no de manera abrupta sino mediante aumentos graduales año tras año. Desde que LB empezó a medir este importante indicador, ésta es la primera vez que se produce un aumento sostenido durante cuatro años consecutivos. Por su parte La satisfacción con la democracia se mantiene en un porcentaje igual al del año pasado: 44 por ciento.
Cabe recordar que, a diferencia de la crisis económica de 2001, que causó una gran disminución del apoyo a la democracia llevándolo a un magro 48 por ciento, la reciente crisis no produjo un efecto similar. Ello se debió, en gran medida, a que muchos países de la región, sobre todo de América del Sur, sufrieron sólo una breve recesión seguida de una rápida y fuerte recuperación.
Además, un número importante de países aplicaron medidas contracíclicas reforzadas mediante una amplia red de seguridad social dirigidas a proteger a los sectores más vulnerables. Lo anterior produjo muy buenos resultados, no sólo en términos económicos sino también en los sociales, como se desprende del reciente informe de la CEPAL, según el cual la proporción de latinoamericanos que vive en la pobreza aumentó sólo marginalmente en 2009 para volver a caer este año a 32 por ciento.
En materia de apoyo a la democracia, Venezuela (84 por ciento), Uruguay (75 por ciento) y Costa Rica (72 por ciento) son los tres países con los índices de apoyo más altos. Sin embargo, sólo alrededor de la mitad de los encuestados en México y Brasil, los dos países más poblados de la región, son demócratas convencidos, lo que produce una baja de la media regional.
En el caso de Argentina, mientras el apoyo a la democracia aumentó levemente (de 64 por ciento en 2009 a 66 por ciento en 2010), la satisfacción con la democracia experimentó un crecimiento importante: 36 por ciento (en 2009) a 49 por ciento (en 2010).
Optimismo y economía de mercado
La resistencia de la región a la crisis financiera y la rápida recuperación observada durante 2010 vino acompañada, asimismo, de un importante nivel de optimismo y de aumento del apoyo a la empresa privada y a la economía de mercado.
Naturalmente, el nivel de optimismo registra también importantes variaciones entre los países de la región. En Brasil por ejemplo, el exitoso desempeño económico y la elevada popularidad de su presidente saliente, Luiz Inácio Lula da Silva, se refleja en una sensación de progreso que es compartida ampliamente por la ciudadanía. En cambio, el optimismo es más modesto en México y América Central, donde la recesión fue más severa, la recuperación es más lenta y donde la violencia y la delincuencia han empeorado significativamente.
El buen desempeño económico de la región ha traído igualmente un mayor apoyo en favor de la empresa privada y de la economía de mercado. Para el 71 por ciento de los latinoamericanos la empresa privada es indispensable para el desarrollo, un aumento de 27 por ciento respecto de 2007. Por su parte, 58 por ciento considera que la economía de mercado es el mejor sistema para llegar a ser un país desarrollado, un aumento de 23 por ciento respecto del año pasado.
El optimismo se ve reflejado asimismo en el grado de aprobación de los gobernantes. La aprobación de gobierno viene aumentando de manera sostenida desde 2002, de 36 a 56 por ciento en 2010. Los presidentes son los grandes ganadores, ya que no sólo aumenta su valoración política, sino que logran mejorar la percepción de la democracia en sus países. En total, hay 11 países de los 18 que se miden, que gozan de una alta popularidad de gobierno superior a 50 por ciento, encabezados por Lula con 86 por ciento de popularidad.
Esta situación ha tenido un impacto directo en las elecciones presidenciales que tuvieron lugar durante 2010. En tres de los cuatros procesos electorales presidenciales (Chinchilla en Costa Rica, Santos en Colombia y Rousseff en Brasil) hubo continuidad sin reelección debido sobre todo a la alta popularidad de los presidente salientes (Arias, Uribe y Lula). En un solo caso, Chile, la elección del presidente Piñera trajo alternancia después de veinte años de gobiernos consecutivos de la "Concertación".
La seguridad como prioridad
América Latina tiene uno de los niveles de violencia delictiva más altos del mundo. Con sólo 8.5 por ciento de la población mundial, concentra cerca de 27 por ciento de los homicidios dolosos a nivel global. Cada año cerca de 200 millones de latinoamericanos y caribeños -un tercio de la población total de la región- son víctimas, directamente o en su núcleo familiar, de algún acto delictivo. En lo que va de la presente década más de 1.2 millones de personas han perdido la vida como resultado de este tipo de violencia, gran parte de ella ligada a actividades criminales transnacionales. Por todo ello no nos debe extrañar que a los latinoamericanos les preocupe más la delincuencia (27 por ciento) que el desempleo (19 por ciento).
La delincuencia es considerada como el problema más importante del país en Venezuela (64 por ciento de los encuestados), Panamá (46 por ciento), El Salvador (44 por ciento) Costa Rica (38 por ciento) y Argentina (37 por ciento).
En mi opinión, los datos del LB indican que el proceso de consolidación de las democracias latinoamericanas ha avanzado de manera importante durante la última década, sin ignorar las diferencias que existen entre los países ni desconocer los importantes desafíos que aún están pendientes.
Las sociedades se han visto transformadas como consecuencia del impacto agregado de las reformas (económicas, sociales y políticas), las cuales están empezando a tener efectos positivos en relación con la imagen de la democracia y la manera en que ésta se desempeña.
El aumento sostenido del apoyo y la satisfacción con la democracia durante los últimos años muestra una mayor congruencia entre las demandas de los ciudadanos y las respuestas de los gobiernos. Este es el camino que hay que profundizar durante los próximos años, sobre todo la capacidad de "delivery" de la democracia en materia de reducción de pobreza, desigualdad y delincuencia, si queremos que la década que viene sea la década de América Latina.
* Director de IDEA Internacional para América Latina.