Y el heredero de Chávez es… - Razón Pública
Inicio TemasInternacional Y el heredero de Chávez es…

Y el heredero de Chávez es…

Escrito por Francesca Ramos
francesca ramos

francesca ramosLa incertidumbre define bien el presente y el futuro de Venezuela. La aventura caudillista y paternalista se prolongará más allá de Chávez, pero no tiene rumbo fijo. 

Francesca Ramos * 

Un fantasma recorre a Venezuela

"Sin Chávez, no hay chavismo. Y no es que haya un hombre indispensable para un pueblo, pero en este momento histórico la presencia del líder es indispensable para que la revolución no muera”. Estas palabras fueron pronunciadas por Hugo Chávez mismo hace cuatro años, en plena campaña para la enmienda constitucional que buscaba la reelección continua en Venezuela[1]

  Francesca_Ramos_chavez_cambio

Cabe preguntarse: ¿es necesaria aún la presencia del líder para que el proyecto no cambie de rumbo?  Un  interrogante difícil.
Foto: psuv.org.ve
 

Cabe preguntarse: ¿es necesaria aún la presencia del líder para que el proyecto no cambie de rumbo? Un interrogante de difícil respuesta, pero el análisis nos puede dar algunas luces al respecto.

La salud de Chávez ha aparecido como un fantasma en una casa a la venta, donde una parte de los dueños quiere vender y la otra parte se opone. Nadie se atreve a mencionar al fantasma. Pero cada vez que éste aparece, los que no quieren venderla argumentan “que hay un fantasma”, y los que sí quieren vender acusan a los primeros de devaluar el patrimonio familiar.

En la Venezuela reciente, el fantasma ha ido apareciendo con mayor frecuencia y ahora llegó para quedarse: ya no se puede negar y nadie de la familia tiene claridad sobre qué hacer.

Sigue el drama

El año que acaba de terminar estuvo impregnado de altas dosis de incertidumbre política, que aún hoy persisten y con mayor fuerza con motivo del deterioro de la salud del presidente Chávez.

2012 fue un año de crispación para buena parte de los venezolanos. Ante la falta de información médica oficial sobre su enfermedad, y en pleno año de elecciones presidenciales, en varias ocasiones se especuló sobre posibles escenarios y sucesores. Lo cierto es que el año terminó con el presidente reelegido.

Pero el drama persiste, tanto para chavistas como para opositores: por primera vez y ante la gravedad de su situación, Chávez designó su sucesor. Ya algunos vaticinan el inicio del fin de la era Chávez y un cuadro de crisis política generalizada para el año 2013.

La enfermedad tiene pronósticos fatales, pero no se sabe cuánto tiempo pueda estar incapacitado el presidente, cuánto pueda convivir con la enfermedad, o si ella será una limitante permanente. En cualquiera de tales escenarios, la incertidumbre seguiría rondando.

Un líder especial

Durante los 14 años que lleva en el poder, Chávez ha establecido una forma personal de entendimiento con el pueblo. Esta relación es de doble vía y se fundamenta por su lado en un liderazgo carismático — “la legitimidad de la gracia (carisma) personal y excepcional, [por vía de] la adhesión y la fe exclusivamente personal en la aptitud que un individuo singular posee para las instituciones reveladoras, el coraje u otros atributos [2]. Por el lado de los seguidores, “la obediencia y el apoyo no estarían justificados por la tradicional relación entre gobernantes y gobernados, sino por un lazo mucho más fuerte como sería el de la fe” [3].

Por ello no sorprenden las palabras de Maduro, haciendo un llamado a votar por la salud del presidente en las pasadas elecciones a gobernaciones del 13 de diciembre. Se refirió a ellas como una "connotación espiritual, profundamente humana", y pidió "un voto de amor por un hombre que siempre lo ha dado todo por el pueblo de Venezuela, que nunca le ha fallado”.

Chávez es el máximo caudillo, el mesías, el líder que mueve a su gente gracias a su carisma. Es tal el peso de su figura que no resulta exagerado pensar que incluso en caso de fallecer, por un tiempo seguirá gobernando por intermedio de otros. Seguramente eso explica que el propio Maduro le haya jurado lealtad hasta más allá de esta vida.

Transición incierta

Ni Chávez ni el chavismo tienen nada claro: ni él mismo, ni quien se abrogue el derecho a ser su sucesor natural. Todos tienen dudas acerca del futuro del chavismo sin Chávez. Hasta ahora fue muy hábil en impedir que otras figuras cercanas tomaran un prestigio cercano al suyo. “La Revolución soy yo” fue su mensaje de siempre.

  Francesca_Ramos_chavez_drama

Pero el drama persiste, tanto para chavistas como para opositores: por primera vez y ante la gravedad de su situación, Chávez designó su sucesor.
Foto: prensalibre.com
 

Sin embargo nadie como él — que ha manejado tantas situaciones difíciles y ahora enfrenta la mayor de todas — sabe la importancia de “ungir” en vida a su sucesor, para que el proyecto tenga mayores posibilidades de sobrevivir.

Su enfermedad puede ser corta o larga. En cualquier circunstancia, la imagen de Chávez como caudillo será el caballito de batalla de su sucesor, pero a su vez lo va a condicionar a mantener la ortodoxia del chavismo y por ello a reducir su margen de acción político.

Por el momento y a pesar de sus méritos, Maduro no es un referente por sí mismo. Simplemente es un seguidor de la figura, un discípulo. En el corto plazo, esto puede resultar positivo en el plano electoral, pues nadie dejará de votar por la imagen de su líder, si este no puede posesionarse.

Pero se convierte en un palo en la rueda si pretende hacer cambios, si quiere abrir espacios de diálogo con una oposición que no se puede seguir desconociendo. Si aspira a ser flexible.

El riesgo asociado con este escenario — sostenido en los últimos años en un caudillismo autocrático y en el culto a la personalidad — radica en que solo la visión ortodoxa será aceptable, de lo contrario se acusará de traidor al líder a quien se atreva a cambiar. Los contradictores dentro del chavismo serán sus peores enemigos.

El PSUV sin Chávez

Chávez gobernó 8 años sin un partido político. La creación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es relativamente reciente. Y se debió a su necesidad de “unificar el poder en [sus manos] para dejar atrás la por él calificada “sopa de letras” [un grupo de movimientos y partidos pequeños] que hasta entonces etiquetaba el espectro oficialista. A partir del 2007, un solo aparato, una sola dirección y una sola voluntad debían marcar el comando del proceso revolucionario”[4].

Aunque no se haya formulado aún una ideología clara, el partido ha sido todo un éxito en el plano operativo. Y así quedo demostrado en las pasadas elecciones presidenciales y a gobernaciones y municipalidades.

Como todo partido organizado desde las oficinas del Estado, es el partido más grande y con mayor presencia nacional. Una muy poderosa maquinaria electoral, que sin embargo tiene dos elementos que la hacen débil:

  • Primero, la maquinaria tiene que tener un líder claro. No es ningún secreto que hasta ahora el partido ha estado atado al liderazgo fuerte de Chávez, y que la posibilidad de divisiones en su seno es cada vez mayor. Maduro y Cabello ya han tenido que salir al paso, anunciando una “hermandad” entre los pesos pesados del chavismo, para que “el sueño de Chávez siga siendo una realidad”.
  • Segundo, la maquinaria sirve para ganar elecciones, pero no para gobernar. Y ahí es donde están las mayores fuentes de incertidumbre. Una cosa es clara: la presencia de Chávez y sus declaraciones puede impedir que estas divergencias salgan a la luz, pero las luchas intestinas no se podrán evitar en un futuro.

Una oposición débil

La oposición organizada en la Mesa de Unidad Democrática es otra incógnita de la encrucijada venezolana. Un resultado significativo en las elecciones presidenciales fue reunir a 6,5 millones de votos en torno a la figura de Capriles, pero sufrió una dolorosa derrota en las elecciones para gobernaciones y municipios. Todo indica que el tema de la salud del presidente no juega a su favor en el corto plazo.

Sin embargo hay que anotar sus avances. Hasta hace poco, la oposición había sido "una entelequia de intereses”” sin coordinación, sin proyecto común distinto al de la salida de Chávez, propósito en el que se probaron todo tipo de mecanismos para lograrlo, algunos seriamente cuestionados, por demás.

Pero la oposición actual ha luchado de una manera distinta. Sin ser un cuerpo homogéneo, en ella se unieron intereses diferentes y todos cedieron para empezar a tejer “alternativas de salida". Su principal reto está en mantenerse unida, lo que algunos ya consideran una empresa difícil.

Pero esta oposición, que aún requiere tiempo para consolidarse y para que sus personalidades alcancen una mayor madurez, unida — y solo unida — es alternativa viable frente al chavismo. Como dicen: ese es el único juego para ganar.

Vientos de cambio

El famoso socialismo del siglo XXI no ha logrado crear una ideología coherente más allá de la figura de Chávez. Junto a su carisma imbatible, su éxito reposa en los logros de las famosas misiones sociales, que ha podido mantener gracias a un favorable precio del petróleo.

  Francesca_Ramos_chavez_remplazo

Durante los 14 años que lleva en el poder, Chávez ha establecido una forma personal de entendimiento con el pueblo.
Foto: cubadebate.cu
 

Venezuela sigue siendo una sociedad marcada por el personalismo político y un fuerte capitalismo de Estado. Una sociedad acostumbrada a recibir todo del Estado. Chávez se convirtió, como ninguno antes, en un redentor paternalista y asistencialista para una buena parte de la población.

Seguramente, las ideas y el proceder de Chávez llegaron para quedarse en Venezuela por un buen tiempo — con o sin su presencia — tal como resultó la supervivencia del peronismo en Argentina.

Sin embargo, de llegar a faltar Chávez, en Venezuela también soplarán vientos de cambio. Lo que no se sabe a ciencia cierta es en qué dirección.

Y vendrán también tiempos de ajuste económico, que se ha ido postergando demasiado. Una cierta austeridad va a jugar en contra de cualquiera que esté en el poder. Cuando se desmejoran los ingresos y las condiciones de la base, no habrá figura de Chávez que valga.

La última gran incógnita es el papel que puedan jugar los militares en este proceso y en una eventual transición, dado que el postulado político de Chávez es el de un gobierno cívico-militar.

Como bien dicen los chinos ante situaciones de crisis: “se aproximan tiempos interesantes”, eso sí particularmente inciertos.

* Profesora y directora del Observatorio de Venezuela de las Facultades de Ciencia Política y Gobierno y de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.

Artículos Relacionados

Dejar un comentario

*Al usar este formulario de comentarios, usted acepta el almacenamiento y manejo de sus datos por este sitio web, según nuestro Aviso de privacidad

Este sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Leer políticas Aceptar

Política de privacidad y cookies