La dificultad para acceder a las vacunas contra la Viruela Símica (más conocida como Viruela del Mono) repite la historia de la pandemia de COVID-19. ¿Será que no aprendimos las lecciones?
Luz M. Umbasia* y Peter Maybarduk*
Historia que se repite
Se ha escrito mucho sobre las lecciones de la pandemia y los ajustes en las políticas y planes que deben realizar los países para garantizar una respuesta efectiva a las emergencias sanitarias.
Sin embargo, el brote de Viruela Símica, que hace tres meses fue declarado como una emergencia de salud pública de importancia internacional por el Director de la OMS, ha implicado desafíos para los gobiernos que resultan de la inequidad en la distribución de vacunas. La historia parece repetirse.
Ante las enfermedades emergentes es imprescindible una atención oportuna a las personas afectadas, que incluye criterios globales de vacunación planificada y equitativa. Además, se deben mejorar tanto los mecanismos de adquisición como las estrategias de desarrollo de capacidad de producción, que garanticen la transparencia frente a los ensayos clínicos, inversiones financieras, costos de fabricación, precios, compromisos de compra anticipada y recursos públicos comprometidos.
Riesgo regional alto
La Viruela Símica es una zoonosis causada por un virus que produce lesiones cutáneas, especialmente en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. Se transmite de persona a persona por contacto estrecho con secreciones infectadas de las vías respiratorias y lesiones cutáneas de una persona infectada o a través de la placenta. Aunque no se considera mortal, produce serias molestias a quienes la padecen.
En la región de las Américas, cinco países concentran más del 90 % de los casos confirmados: Estados Unidos, Brasil, Perú, Colombia y Canadá. Según los datos de la OPS en Suramérica, se han confirmado 17842 casos y nueve defunciones.
Dadas la difícil situación económica y las capacidades de detección y respuesta, la OPS considera que el riesgo regional es alto. No existe un tratamiento específico pero, como el virus que la produce está estrechamente relacionado con el virus de la viruela, los medicamentos y vacunas desarrollados para tratar a esta última han demostrado ser eficaces para la Viruela Símica.
Hay quienes opinan que la Viruela Símica no fue declarada pandemia y que, por tanto, la Ley 2064 no es aplicable. Nuestra opinión es que sí puede aplicarse. Si el gobierno no está de acuerdo, tiene la alternativa de emitir una nueva legislación.

Según el Instituto Nacional de Salud, el número de casos confirmados en Colombia es de 3298, siendo Bogotá, Antioquia y Cali los lugares con mayor número de casos. En estas últimas semanas la velocidad de transmisión se ha reducido.
Disponibilidad de vacunas
La disponibilidad de vacunas para la Viruela Símica ha sido objeto de debate en las últimas semanas. Los primeros brotes se dieron justo en el cambio de gobierno, lo cual ha añadido a la polémica un matiz político.
Se supo que el anterior ministro de Salud, Fernando Ruiz, había dejado organizada una compra a través del Fondo Estratégico de la OPS. El pasado mes de agosto la actual ministra de Salud, Carolina Corcho, anunció la llegada de 5600 dosis de vacunas, como parte de un acuerdo con la OPS que había adquirido 100 000 dosis para distribuir en todos los países Latinoamericanos.
En esa ocasión la ministra advirtió que había cláusulas exigentes de confidencialidad sobre el costo de dichas vacunas. Finalmente se supo que se rehusó a firmar el contrato debido a sus cláusulas inaceptables.
Si se quiere dar respuesta inmediata a este problema de acceso en Colombia el gobierno debe hace seguimiento de las diferentes alternativas tanto en el corto plazo como a largo plazo. En ese sentido, hay tres tipos de acciones que se deben poner en marcha:
- Acciones para conseguir dosis de vacunas suficientes tan pronto como sea posible,
- Acciones de presión para lograr precios accesibles en el corto y en el largo plazo y
- Acciones para modificar los problemas de fondo y promover la transferencia de tecnología y desarrollo de producción local.
Cuál vacuna escoger
Este 2º de octubre la ministra anunció las negociaciones de un memorando de entendimiento, que permite la entrada de 25 mil dosis de vacunas. El Ministerio no ha dado más información sobre cuál será la vacuna que llegará finalmente al país. La ministra ha mostrado reserva y ha pedido paciencia mientras se realiza la negociación, lo que ha causado una polémica en el país.
Consideramos que una opción viable en el corto y mediano plazo sería la vacuna de Jynneos. Esta vacuna, de la compañía danesa Bavarian Nordic, fue aprobada por la FDA en 2019 para la prevención de la viruela o Viruela Símica en adultos mayores de 18 años y es la vacuna que compró la OPS. El problema es su elevado precio, que ronda por los 110 dólares.
Bavarian Nordic ha indicado que su producto tendría un mismo precio para todos los países y las compras por volumen o señales de compromiso a largo plazo podrían permitir un descuento, pero no se sabe exactamente cómo funcionará, por lo que es necesario insistir por un precio accesible.
Public Citizen envió en septiembre una carta a Bavarian Nordic instándole a promover el acceso equitativo de su vacuna de forma global y asignar un mayor número de dosis a los PIBM, con precios sin fines de lucro.
Promover un acceso equitativo
Nuestra organización acaba de publicar un estudio donde se identifican nueve productores mundiales de vacunas que usan las células de fibroblastos de embrión de pollo, fundamentales para producir la vacuna Jynneos. Seis de los que figuran se encuentran en países de bajo y mediano ingreso y se halló que producir la vacuna con dichos fabricantes tendrían un costo de cuatro dólares o menos.
Entre los productores identificados en el estudio se encontraron: GlaxoSmithKline, GSK, en Bélgica; Bio-Manguinhos/Fiocruz, en Brasil; Vacunas Chiron Behring, Bharat Biotech, Instituto de Suero y Zydus Cadila en India; PT Bio Farma en Indonesia; Pfizer en Irlanda; Biovac en Sudáfrica; y Merck en Estados Unidos.
Ante dichos hallazgos, Public Citizen hace un llamado para que los productores compartan su tecnología con los países en desarrollo. De esta manera puede escalarse la producción a bajo costo y disponer la vacuna para quienes la necesiten. Esta sería una oportunidad para Colombia y otros países en la región al ser beneficiados con la transferencia de tecnología y obtener dosis de la vacuna a una fracción del precio estimado actual.
El marco legal para adquirir esas vacunas en Colombia está dado por la Ley 2064 de 2020, que declara de interés general la estrategia para inmunizar la población contra la COVID-19 y la lucha contra cualquier pandemia. Esta ley autoriza al gobierno para concertar alianzas que permitan dar respuesta oportuna ante cualquier amenaza de epidemia o pandemia.
Sin embargo, hay quienes opinan que la Viruela Símica no fue declarada pandemia y que, por tanto, la Ley 2064 no es aplicable. Nuestra opinión es que sí puede aplicarse. Si el gobierno no está de acuerdo, tiene la alternativa de emitir una nueva legislación.
En todo caso, la ley Estatutaria que regula el derecho fundamental a la salud en Colombia establece que es obligación del Estado adoptar políticas para proteger la salud de los grupos vulnerables.
Un bien público necesario
Es importante conocer el contenido del memorando de entendimiento anunciado por el Ministerio de Salud y Protección Social, saber cuándo estarán disponibles las vacunas, tener información sobre fechas ciertas y estimaciones aproximadas de la población que ha de ser vacunada en Colombia.
Es deber del Estado garantizar las dosis necesarias de las vacunas ahora, puesto que son un bien público. Además, debe encontrar soluciones para reducir el precio y, finalmente, promover la producción regional teniendo en cuenta las oportunidades presentadas.
En conclusión, la falta de acceso a las vacunas sigue siendo una realidad, no solo en Colombia sino en la mayoría de los países en desarrollo a causa los monopolios farmacéuticos que imponen altos precios que los países no pueden pagar.
Además, hay cláusulas abusivas en los contratos de compra, que decide fechas de entrega e impide la transferencia de tecnología aún sin tener capacidad de producción capaz de atender la demanda global. Para contrarrestar esta presión es urgente construir alianzas entre los países y lograr un tratado global justo que garantice la equidad.
Existe una amenaza mayor de aparición de nuevas patologías, nuevos retos a enfrentar. Por eso necesitamos promover respuestas prontas, efectivas y accesibles para atender las enfermedades emergentes y replantearnos los factores que intervienen en el goce del derecho a la salud, de forma nacional y global. Tenemos que aceptar que hay varias lecciones por aprender.