Sigue la violencia en Medellín y Bogotá contra las personas LGBT, pero debemos actuar para frenarla.
Wilson Castañeda*
Ataques contra las personas LGBT
En los últimos días se han presentado ataques sistemáticos en Antioquia (Medellín, Caldas y Caucasia) y Bogotá contra la población LGBT, particularmente contra hombres gay.
Los últimos informes de derechos humanos muestran que Antioquia es el departamento donde se registran más asesinatos de personas LGBT: en Medellín se han presentado seis asesinatos este año.
El aumento de la violencia contra esta población es innegable, tanto de forma presencial como en la virtualidad. Por si fuera poco, el Estado sigue sin proteger a las víctimas: los gobiernos locales no toman medidas preventivas y la Fiscalía no emprende una investigación clara. Parece que para el Estado la vida de las personas LGBT no importa.
Los asesinatos en Medellín se presentaron en el primer trimestre del año: los criminales se ganaron la confianza de las victimas y esto permitió que los crímenes ocurrieran en espacios privados.
Desde la Alcaldía de Medellín se mencionó que estos hechos ocurrieron mediante una aplicación de citas, un comentario que contribuyó a reforzar los prejuicios contra la población LBGT y enfocó la atención en la búsqueda de un asesino en serie.
Así se olvidó que los prejuicios y la violencia contra esta población son dos factores que persisten en la sociedad colombiana, la cual “rechaza, niega y aniquila a las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas”, y no el producto de un individuo homófobo aislado.
Aunque las ciudades principales como Medellín tengan políticas LGBT, la violencia persiste y es un ejemplo de cómo las normas no se interiorizan en la sociedad. Por eso es urgente un proceso de pedagogía de la inclusión y respeto a la diversidad.
Defensa del Estado
Los ataques registrados no son casos aislados. Este tipo de conductas fueron identificadas en años anteriores mediante el Observatorio de Derechos Humanos de Caribe Afirmativo y tenían algo en común: un nivel de impunidad que alcanzó el 75 %.
Los victimarios creen que pueden atacar a esta población porque no se vela realmente por sus derechos. Aún no se esclarecen los hechos y la Fiscalía no emprende las investigaciones pertinentes.
El miedo aumenta entre las personas LGBT, y no se puede vivir con miedo. Se necesitan resultados inmediatos: saber quién lo hizo y por qué, para poder prevenir esta situación.
A las personas LGBT se les suele violentar sus derechos en los lugares públicos, por eso usan las plataformas digitales para encontrarse y divertirse: los espacios privados se hacen necesarios porque en los públicos se sancionan sus prácticas afectivas. Pero no sirve de nada perseguir o señalar a las plataformas digitales como las culpables. No se trata de eso.
Los gobiernos locales deberían trabajar en conjunto con las plataformas digitales para establecer mecanismos de seguridad y garantizar el bienestar de la población, comprendiendo que ellas no son las responsables de los crímenes. Es perentorio que las entidades gubernamentales participen en la prevención de estos actos.
Urge que la Fiscalía ponga fin a la impunidad, pues esto es lo que produce el estado de indefensión para las víctimas. Para ello es clave que reconozca la sistematicidad de los actos de violencia, visible debido a la forma como se ha repetido el modus operandi y el alto nivel de servicia.
Es necesario que el fiscal firme de una vez por todas el protocolo de investigación de violencia por prejuicio y que capacite a sus fiscales y policía judicial en metodologías investigativas que no solo busquen quienes lo hacen sino las razones. Esto para que se pueda prevenir la violencia y activar entre diferentes órganos del Estado una Mesa de Trabajo Permanente —que ya existía y fue desactivada en el gobierno Duque—para construir una política de prevención y atención a las violencias por prejuicios.
Hay que frenar la violencia. Desde Caribe Afirmativo contribuiremos con mejores campañas comunicativas para:
- promover y respetar los derechos de las personas LGBT,
- construir protocolos especiales de atención a las personas LGBT víctimas de riesgos en las aplicaciones y los lugares de homosocialización, para que puedan contar con herramientas que les permita denunciar de forma efectiva y sin poner en riesgo su integridad,
- desarrollar campañas de sensibilización con los dueños y propietarios de bares y discotecas sobre los derechos de las personas LGBT, para garantizar los mecanismos de seguridad, y,
- hacer seguimientos periódicos de las investigaciones que adelanta la Fiscalía y qué motivos se identifican entre los victimarios para evitar que hechos como estos se repliquen.