Una mirada distinta a la historia y al papel de Estados Unidos, de Colombia y de otros países extranjeros en la difícil situación que atraviesa Venezuela.
Medófilo Medina*
La inspiración que no inspiró
Este 23 de enero el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se autoproclamó presidente interino de Venezuela.
La fecha escogida no era ajena a la búsqueda de legitimación histórica del golpe: 61 años antes había culminado un movimiento contra la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez. Cuatro partidos habían luchado juntos en la clandestinidad durante casi diez años: Acción Democrática (AD), Unión Republicana Democrática (URD), el Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV).
Los dirigentes de estos partidos eran figuras de visible autoridad dentro y fuera de sus partidos: Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Rafael Caldera y Jesús Farías, respectivamente. Se constituyó la Junta Provisional de Gobierno, presidida por el contraalmirante Wolfgang Larrazabal.
Pero las características de aquel acontecimiento no pudieren repetirse este 23 de enero. El de 1958 fue un acontecimiento genuinamente nacional de los venezolanos, no intervenido ni tutelado por políticos o por países extranjeros.
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El camino de la oposición
![]() Reunion Duque-Pompeo Foto: Presidencia de Colombia |
En veinte años de gobierno bolivariano la oposición no pudo superar sus conflictos internos y las pugnas por el liderazgo.
La Mesa de Unidad Democrática (MUD) se creó en otro 23 de enero, el de 2008, cuando la oposición vivía la euforia de la derrota del referendo constitucional que había propuesto Chávez. La MUD fue integrada por diez partidos, a los cuales se sumarían otros cuatro.
La oposición presentó candidato presidencial en tres ocasiones: 2006, 2012 y 2013. En las dos últimas elecciones con Henrique Capriles, quien obtuvo el 44,31 por ciento de los votos en la primera y el 49 por ciento en la segunda. No obstante esos resultados, las diferencias internas no amainaron e incluso hubo ataques a Capriles.
En las elecciones de 2018 la MUD llamó a la abstención, pese a que habían concurrido a elecciones tres candidatos de partidos de la oposición. El exgobernador del Estado de Lara Henri Facón fue el candidato más exitoso de los tres, con 1.832.603 votos.
La oposición siempre se había debatido entre la participación electoral y el boicot.
¿De dónde salió Guaidó?
Para la autoproclamación de Guaidó se eliminó la discusión previa, se evitó un nombre salido de los antiguos liderazgos —Manuel Rosales, Antonio Ledezma, Corina Machado, Leopoldo López, Henrique Capriles, Ramos Allup, Julio Borges…—.
En veinte años de gobierno bolivariano la oposición no pudo superar sus conflictos internos y las pugnas por el liderazgo.
Se acudió a un político joven apenas conocido, procedente de una familia humilde de provincia, pero con suficiente ambición personal. Alguien que no arriesga una historia política pasada y que puede prestarse a las maniobras concebidas y puestas en marcha por intervencionistas extranjeros.
En manos de los halcones
La historia de Estados Unidos está atravesada por el intervencionismo, pero aun entonces resulta alarmante el perfil de los tres funcionarios que en este momento dirigen la operación Venezuela:
- Mike Pompeo, Secretario de Estado, intervencionista empedernido, miembro del Tea Party. Ha propiciado el espionaje masivo a dirigentes extranjeros, y dijo recientemente que la CIA debe ser “agresiva, despiadada e implacable”.
- John Bolton, Consejero de Seguridad, tuvo papel relevante en la difusión de la mentira sobre la posesión de armas de destrucción masiva que justificó la invasión de Iraq; en 2002, rechazó que la Corte Penal Internacional pueda operar en Israel. La anotación en su libreta de “5000 soldados a Colombia” causó sorpresa y controversia, aunque el embajador Francisco Santos la calificó de “jugada diplomática muy inteligente”.
- Elliot Abrams acaba de ser nombrado por Pompeo como “enviado especial” para entenderse con la oposición venezolana y asesorar a Guaidó. Abrams tiene un historial siniestro. Por los tiempos de la administración del presidente Reagan asesoró la creación de las bandas de la contra. Entonces organizó el entrenamiento y el suministro de armas a tales bandas. Fue acusado sistemáticamente de cubrir atrocidades cometidas en Salvador, Honduras y Nicaragua. Estuvo involucrado en la preparación del golpe contra el presidente Hugo Chávez en 2002.
En este grupo no falta el concurso del senador Marco Rubio, exaltado vocero del exilio cubano anticastrista.
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El tratamiento a los militares
Aunque Guaidó, la oposición y el gobierno gringo acusan a las Fuerzas Armadas Bolivarianas (FANB) de corrupción, represión y violación de los derechos humanos, ahora exhortan a los mandos militares a garantizar el advenimiento de la democracia.
La rebelión del general de aviación Francisco Esteban Yanes es exaltada como el cambio inminente en la actitud de la FANB, pero esas esperanzas no corresponden a la trayectoria de la Fuerza Armada a lo largo del proceso bolivariano, tanto en el ascenso de Chávez como en la resistencia y superación del golpe de Estado en 2002.
Las novedades de la intervención
Las nuevas actuaciones de Estados Unidos cubren el frente político, el económico y el militar, desconociendo las reglas del derecho internacional y los procedimientos de instancias como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Esas acciones han recibido apoyo en Europa, con excepciones notables, lo mismo que en América Latina con excepciones igualmente notables. En la OEA Luis Almagro no logró hacer aprobar la aplicación a Venezuela de la Carta Democrática.
El bloqueo económico impuesto por Estados Unidos y países de Europa ha ido más allá de bloqueos anteriores. El pillaje sobre activos, depósitos de propiedad venezolana, intervención de cuentas de PDVSA en los bancos norteamericanos, confiscación de la empresa Citgo con sus distribuidoras y refinerías en Estados Unidos. La afectación en el Reino Unido de las reservas de oro venezolanas puestas bajo reserva en el Banco Central. Todo esto implica la violación de normas y procedimientos que regulan las relaciones financieras internacionales. Es instaurar la ley de la selva en las relaciones diplomáticas y comerciales entre países.
No sólo petróleo
![]() Maduro y los militares Foto: Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores |
Además de sus enormes reservas de petróleo como el factor estratégico de la intervención extranjera en Venezuela, hay otro factor de carácter político-ideológico.
El dirigente del partido Primero Justicia Julio Borges ha dicho que el movimiento de Guaidó se llevará “en los cachos” también a Cuba, Nicaragua y a cualquier forma de socialismo en el hemisferio occidental. Tal previsión parte de la idea que en Venezuela están derrocando a un sistema socialista.
Pero mal puede derribarse el socialismo sin que antes se hubiera construido.
En Venezuela se llevó a cabo una vasta redistribución del ingreso. A través de las varias “misiones” sociales y de otros procedimientos, fueron incorporados grandes sectores de la población que carecían de acceso a bienes y servicios y que de facto estaban excluidos de participar en la vida del país. Si el énfasis se hubiera puesto en construir el socialismo —y dada la importancia de la renta petrolera— se habría comenzado por la estatización del comercio exterior. Pero esto no fue parte de ningún plan.
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Las reformas principales, como las de la Ley de Tierras o la Ley de Hidrocarburos Líquidos, no entraron en contradicción con la economía de mercado pues no implicaban un ataque al sistema de producción capitalista.
En todo caso una operación masiva de redistribución del ingreso como la efectuada en Venezuela inevitablemente chocaba con el neoliberalismo y con el dogma de la austeridad a costa de los trabajadores y de las masas populares.
Lo anterior no descarta el papel de la guerra económica desplegada contra el proceso bolivariano, pero tampoco el de los errores de gestión de los gobiernos bolivarianos cuando los precios de petróleo cayeron bruscamente.
La prisa de Trump
Estados Unidos tiene prisa en consumar el golpe, no en resolver la crisis.
- Por eso se descartan de plano las propuestas de mediación internacional para hacer posible el diálogo entre los venezolanos que han planteado México y Uruguay.
Estados Unidos tiene prisa en consumar en golpe, no en resolver la crisis.
- Por eso se descarta la tibia sugerencia de Federica Mogherini, jefa de la diplomacia de la Unión Europea, para crear un Grupo de Contacto de países europeos y latinoamericanos de “noventa días de duración para trabajar hacia una salida a la crisis venezolana por medio de elecciones”.
¡Ay, Colombia!
Entre los gobiernos que la señora Mogherini creyó necesario contactar estaba el colombiano. No hay que ser suspicaz para saber que la pregunta quedará sin respuesta, porque Colombia ha querido asumir el papel de vanguardia en el apoyo a los sectores más duros de la oposición venezolana.
Y eso no es de ahora: la creación del grupo de Lima en agosto de 2017 y ante el fracaso en el intento de aplicar la Carta Democrática de la OEA, se debe a la iniciativa del presidente Santos. Tomaron parte 12 países. El grupo ganó el aval inmediato de la administración Trump y se adelantó a rechazar las elecciones presidenciales convocadas por Maduro en 2018. De antemano se aseguró el desconocimiento de sus resultados.
Hoy vemos que el gobierno de Colombia apoyó al autoproclamado gobierno de Guaidó en diversos escenarios:
- Duque llama a Leopoldo López una y otra vez para darle cuenta de cómo va la tarea que ha recibido de Pompeo, Bolton, Abrams y demás instructores de Washington.
- Ordóñez se ha convertido en el ayudante ad hoc del secretario general de la OEA, Luis Almagro. Este reconoce que antes de la llegada de Iván Duque al poder, su voz era la de aquel que clama en el desierto.
- El embajador de Colombia en Washington nerviosamente hace llamados a Estados Unidos sobre el peligro de que un país rico en petróleo quede por fuera de control. En la sede de la embajada de Colombia se reúnen como en su propia casa los “funcionarios” del autoproclamado presidente.
- Las noticias dan cuenta de que “aviones militares de los Estados Unidos aterrizan en Catam”. El senador Uribe celebra el “importante apoyo logístico de soldados de Estados Unidos a Colombia”.
Con enorme irresponsabilidad histórica y con indignante obsecuencia hacia los designios imperiales, la ultra derecha colombiana y su gobierno apuestan a la guerra que Estados Unidos quieren llevar por mano ajena y cuya carne la pondrán los pueblos de Colombia y Venezuela.
200 años: ¿con Bolívar o con Pompeo?
Cierro con un doloroso interrogante: ¿será que en el bicentenario de la batalla del Puente de Boyacá tendremos una marcha de soldados colombianos en el sentido inverso al penoso pero heroico recorrido de Bolívar con sus tropas venezolanas y granadinas que arrancaron de Guayana, atravesaron los Llanos, treparon el Páramo de Pisba y descendieron sobre Boyacá?
¡No, no celebremos el bicentenario con Pompeo!
*Cofundador de Razón Pública; para ver el perfil del autor, haga clic aquí.