A pesar de las duras críticas que ha recibido, esta organización tiene todavía mucho que aportar para la unión y autonomía de Suramérica.
Fabio Sánchez*
Crisis
La decisión de seis de los países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) de abstenerse de participar temporalmente en este organismo no es un asunto menor.
La Unasur es el espacio de integración suramericano más sofisticado y autónomo en la historia de la región. Pero en este momento la organización pasa por varios problemas:
- Es lamentable la tardanza, que lleva ya varios meses, en designar al secretario general que deberá suceder a Ernesto Samper (2014-2017). Todo indica que la postulación del diplomático argentino José Octavio Bordón, actual embajador en Chile, no obtuvo el apoyo necesario de los distintos países.
- Así mismo, la organización ha recibido varias críticas por su incapacidad para atender la aguda crisis venezolana, un asunto que ha sido imposible de controlar tanto para Unasur como para la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Mercosur e incluso para la Organización de Estados Americanos (OEA).
El comunicado enviado el 18 de abril por los cancilleres de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú a Fernando Huanacuni, ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia (el país que hoy preside a Unasur), se refería a una “alarmante situación de indisciplina”. El canciller peruano Hugo Zela lamentó no poder designar un nuevo líder. Según él, “lo que está ocurriendo es que la institución prácticamente ha dejado de funcionar”. Por otra parte, el canciller chileno Roberto Ampuero manifestó que “no podemos estar lanzando ese dinero a una institución que no funciona”.
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¿Qué pasó y qué no pasó?
![]() Países miembros de UNASUR. Foto: Cancillería |
Vale la pena destacar que en el comunicado nunca se habló de la salida definitiva de los seis países miembros. Al respecto el canciller Huanacuni declaró que “lo que nos llegó indica que seis países no participarían en reuniones de Unasur, hasta que resuelva la acefalía del cargo de Secretario General del bloque”.
Ante esta tensa situación el presidente de Venezuela Nicolás Maduro pidió “conciencia suramericana” a los países que dejaron temporalmente la organización y dijo que los movimientos sociales y revolucionarios de América del Sur la defenderían si algún gobierno de derecha “intentara apuñalarla”. Este fue el mismo término utilizado por el excanciller argentino y actual diputado del Parlamento del Mercosur, Jorge Taiana, quien además afirmó que esta decisión estaba relacionada con la VIII Cumbre de las Américas realizada en Lima.
Unasur es el espacio de integración suramericano más sofisticado y autónomo en la historia de la región.
Por el contrario, el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa dijo que Uruguay permanecería en Unasur y que se trata de un momento para reflexionar sobre los mecanismos de toma de decisión de la organización.
El documento de la salida temporal concluye así: “Dadas las circunstancias actuales, los países firmantes hemos decidido no participar en las distintas instancias de Unasur a partir de la fecha hasta tanto no contemos, en el curso de las próximas semanas, con resultados concretos que garanticen el funcionamiento adecuado de la organización”.
Pieza clave de la “suramericanización”
En medio de esta crisis muchos han vaticinado la muerte de Unasur.
Incluso se habla de esta crisis como el fin de una de las instituciones promovidas por Hugo Chávez, sin entender que es una herramienta que hace parte de la estrategia de liderazgo y autonomía regionales promovida por Brasil, una “suramericanización” en marcha desde la década del 2000.
El origen de Unasur está en las Cumbres Suramericanas de Presidentes, cuyo producto fue la breve Comunidad Suramericana de Naciones (CSN) nacida en 2005. No se puede negar que Chávez presionó para que la CSN se denominara Unasur en la Cumbre Energética de Isla Margarita en 2007, pero nunca fue el director de esta organización, cuyo Tratado Constitutivo se firmó en Brasilia en 2008.
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A partir de ese momento Unasur funcionó como un espacio audaz para resolver crisis internas e interestatales en la región. Así mismo, promovió las medidas de transparencia en cooperación y defensa en Suramérica por medio del Consejo de Defensa Suramericano (CDS) y del Centro de Estudios Estratégicos de Defensa (CEED), que publicó un valioso informe sobre el gasto en defensa en la región. Este informe desmintió la idea de una supuesta carrera armamentista en Suramérica que algunos sectores de la opinión promovían irresponsablemente.
Unasur ha sido un espacio audaz para resolver crisis internas e interestatales en la región.
Hasta ahora, la gestión de los secretarios generales de Unasur ha sido coherente con el tiempo del que disponen y el alcance que tienen:
- Incluso antes del primer secretario, Néstor Kirchner (2010), la organización actuó ante graves problemas, como la crisis secesionista en Bolivia o la Operación Fénix (incursión aérea de Colombia en territorio ecuatoriano) del 2008.
- María Emma Mejía (2011-2012) logró la ratificación del Tratado Constitutivo y le dio un carácter institucional a Unasur.
- Alí Rodríguez Araque (2012-2014) mantuvo la misma línea, pero por quebrantos de salud no logró posicionar más a la organización. A pesar de eso, fue él quien denunció la falta de fuerza para atender la crisis de las elecciones venezolanas en abril de 2013 y criticó la arbitraria detención del avión de Evo Morales en Europa en julio de ese mismo año.
- Al llegar, Ernesto Samper (2014-2017) tuvo que asumir el viacrucis político de Venezuela. No logró resolver nada porque la cláusula democrática (el Protocolo de Guyana) no se pudo activar debido a la falta de consenso en la organización y en la región en general.
A pesar de las dificultades, Unasur ha avanzado en temas valiosos para la agenda política, económica y social de Suramérica. Sus consejos de defensa, salud, ciencia, energía, cultura, educación, infraestructura, finanzas, desarrollo social, drogas y seguridad ciudadana demuestran un gran trabajo a favor de la integración regional.
Así mismo, en 2015 se inauguraron –gracias a esta organización– la Escuela Suramericana de Defensa (ESUDE), la Unidad Técnica de Apoyo Electoral y la Biblioteca Gabriel García Márquez, lo cual hace parte de un proceso de “suramericanización” en construcción.
Apoyo e impulso para la región
![]() Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR |
Unasur es la organización que incluye a los doce países suramericanos que reúnen una población aproximada de 450 millones de habitantes, un área de 18’200.000 kilómetros cuadrados con una gran biodiversidad –que incluye a todo el Amazonas– y diversos pisos térmicos que convierten a la región en una despensa de agua y alimentos. A esto se suman los valles y costas con recursos minerales y naturales incalculables.
Unasur atraviesa por un momento difícil, pero no por ello dejará de existir.
Pero el potencial que estos hechos indican no es suficiente para lograr un buen rendimiento en el orden internacional. Para eso se necesita una organización como la Unasur, que sea capaz de promover y proteger la democracia y los derechos humanos, así como de impulsar a los países de la región a salir del subdesarrollo y la pobreza.
Como todo proceso de integración regional en formación, la Unasur atraviesa un momento difícil, pero no por ello dejará de existir. Basta recordar cómo en 2008 Irlanda rechazó el Tratado de Lisboa y no por ello desapareció la Unión Europea, así como no lo hizo después del Brexit, un acontecimiento más grave desde todo punto de vista.
Esta crisis de Unasur es una alerta, una especie de coma inducido para dar nueva vida a una organización que tiene en sus manos la compleja tarea de acercarse a la opinión pública y de transformar sus preferencias a favor de una Suramérica autónoma y fuerte.
Y puede lograrlo si cuenta con el tiempo suficiente. Después de todo Roma no se hizo en un día.
* Profesor Titular-Director de Investigación de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda. fabio.sanchez@usa.edu.co