Explicación pedagógica sobre la enfermedad y los recursos médicos disponibles, las perspectivas de vacuna o de pruebas de anticuerpos en el mundo, y sobre la situación relativa de Colombia.
Andrés Felipe Herrera, M.D*
En que consiste la enfermedad
Hoy sabemos de siete tipos de coronavirus que infectan a seres humanos. Cuatro de ellos son los responsables de hasta el 10% de los resfriados comunes (HCoV-229E, HCoV-OC43, HCoV-NL63 y HCoV-HKU1), pero en los últimos años han aparecido tres serotipos más peligrosos: el SARS-CoV en 2002, el MERS-CoV en 2012 y el SARS-CoV-2 en diciembre de 2019.
Por ahora sabemos que las complicaciones de este último dependen en gran medida de la respuesta inmunológica de cada individuo. Dicha respuesta se divide en dos fases:
- Durante la primera, el cuerpo intenta contener la replicación del virus mediante una molécula llamada interferón, secretada por las células inmunológicas.
- Si el cuerpo no logra controlarla, se ve obligado a activar otras herramientas de defensa como las interleucinas. Que en algunos pacientes genéticamente predispuestos provoca una repuesta inmunológica exagerada que, tratando de erradicar el virus, inflama nuestros pulmones y hace que se llenen de líquido. A esta condición se le conoce como neumonía.
Si el cuadro progresa aún más, puede aparecer una condición llamada síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), la principal complicación de la COVID-19. La presencia o ausencia de esta respuesta inmunológica exagerada, determina el porque hay jóvenes gravemente comprometidos y de otro lado existan adultos mayores que logran recuperarse.
No obstante, es claro que las complicaciones se presentan mayoritariamente en adultos mayores, especialmente en aquellos que padecen enfermedades asociadas de tipo cardiaco, metabólico, respiratorio y renal.
Medicamentos disponibles
En este momento, el mundo cuenta con un pequeño grupo de medicamentos para combatir la COVID-19 cuya efectividad aún no ha sido comprobada científicamente debido a la reciente aparición del virus.
Colombia dispone de tres medicamentos para tratar a los pacientes hospitalizados. Como lo son Lopinavir/Ritonavir (de 7 a 14 días), Hidroxicloroquina (de 5 a 15 días) y Cloroquina (10 días).
En algunos países hay otros medicamentos disponibles, como el Interferón Beta y el Tocilizumab que no se han incorporado totalmente en Colombia dado que son más costosos y presentan más reacciones adversas.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que, aunque en Corea del Sur el “aislamiento inteligente” tuvo resultados positivos, las medidas tomadas en otros países no pueden ser extrapoladas a Colombia sin más. Entre otras cosas, nuestro país cuenta con menos equipos para realizar diagnósticos adecuados y no tiene el sistema necesario para monitorear a los enfermos, así que el aislamiento inteligente es, cuando menos, un arma de doble filo.

Foto: Ministerio de Salud
En este momento, el mundo cuenta con un pequeño grupo de medicamentos para combatir la COVID-19 cuya efectividad aún no ha sido comprobada.
Puede leer: La hora del saber
Cómo va la pandemia en Colombia
Según datos del Instituto Nacional de Salud (INS), el pasado 12 de abril había 2,776 infectados en Colombia, casi todos pertenecientes al grupo etario de 20 a 59 años, lo cual es natural porque este grupo conforma la población social y laboral más activa del país.
La población mayor de 80 años presenta un índice menor de contagio debido a que tiene menos vida social y laboral. La relación hombre-mujer se mantiene 1:1.
Fuente: Instituto Nacional de Salud
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos del Instituto Nacional de salud
El 84,4 por ciento de los fallecidos tenía entre 50 y 99 años, lo cual confirma que esta es la población más susceptible debido a las múltiples comorbilidades que presenta. De acuerdo con el INS, los porcentajes de muertes por infectados del grupo etario (Letalidad) son los siguientes:
- 1,69% para infectados entre 0 y 9 años;
- 0,91% entre 10 y 19 años;
- 0,39% entre 20 y 29 años;
- 1,14% entre 30 y 39 años;
- 1,30% entre 40 y 49 años;
- 4,21% entre 50 y 59 años
- 6,71% entre 60 y 69;
- 17,15% entre 70 y 79 años;
- 25% entre 80 y 89 años,
- 43,75% entre 90 y 99 años.
Aunque estos datos deben ser interpretados con cautela, nos permiten afirmar que los mayores de 50 años tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones, y los menores de 50 tienen una letalidad más baja, pero un mayor riesgo de contagio.
Cabe resaltar que el grupo entre los 50-59 años es el punto de transición dado que presentan gran cantidad de contagios y a su vez una letalidad relativamente elevada.
La vacuna
La ingeniería genética permite desarrollar vacunas compuestas por virus muertos o debilitados, los cuales se inoculan en el cuerpo, pues al hacerlo, se espera que nuestro sistema inmunológico desarrolle una protección que no deje florecer la enfermedad, y que produzca las defensas necesarias para contrarrestarlo en caso de volver a contraerlo.
No obstante, el desarrollo y la comercialización de una vacuna es un proceso complejo que puede tardar 18 meses o más, puesto que consta de varias fases:
Fuente: US Center of Disease, Control, and Prevention
Según la OMS, actualmente hay 44 proyectos tratando de desarrollar una vacuna: 42 están en fase preclínica y solo 2 en fase 1, lo cual indica que la vacuna no estará disponible este año.
Es importante tener en cuenta que Corea del Sur registró la reactivación del virus en 51 pacientes que ya estaban curados, lo cual es desconcertante y fuera de lo habitual dado que las personas que superan la infección deberían desarrollar defensas capaces de evitar la reaparición de la enfermedad.
Lea en Razón Pública: La esperanza
Los anticuerpos
Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó el uso de plasma en pacientes con COVID-19. Esta estrategia terapéutica consiste en extraer plasma de una persona que superó la infección y desarrolló anticuerpos e inocularlo en un individuo que se encuentre en estado crítico por la misma infección transfiriendo la inmunidad en vez de esperar que el organismo cree sus propios anticuerpos.
En algunos lugares del mundo están elaborando pruebas para detectar pacientes curados de COVID-19 que desarrollan anticuerpos que les permitirán reincorporarse a la vida laboral. Aunque estas pruebas son muy útiles y están disponibles en casi cualquier laboratorio, aún es necesario resolver dos grandes interrogantes en torno a ellas:
- ¿A quiénes se les debe realizar la prueba?
- ¿Cuál debe ser el punto de corte para considerar a un paciente protegido?
En Alemania se están aplicando estas pruebas al personal sanitario y de supermercados.
Investigadores chinos indican que el COVID-19 puede atacar la hemoglobina (la cual es una proteína rica en hierro en el interior de los glóbulos rojos encargada del transporte de oxigeno), haciendo que está pierda su función y libere todo el hierro a la circulación, el cual tiene efectos tóxicos sobre los órganos. Esta teoría requiere más investigaciones, sin embargo, si se llega a comprobar puede ser muy valioso para encontrar dianas terapéuticas.

Foto: Alcaldía de Bogotá
Aunque las medidas de Corea del Sur fueron efectivas, no pueden ser extrapoladas sin más.
Donde está Colombia
Algunas características de Colombia—como la edad promedio y la pronta adopción de medidas de aislamiento social—sugieren que los efectos de la COVID-19 por el momento serán menos catastróficos que en Italia, Ecuador o España.
El pasado 29 de marzo, Google publicó un reporte de movilidad para Colombia, según el cual la visita a farmacias había disminuido en un 68%, a parques en un 80% y un 58% a sitios de trabajo, lo cual indica que somos uno de los países latinoamericanos que más está cumpliendo la cuarentena. Estos datos son motivos de esperanza.
Es importante tener en cuenta que Colombia dispone de 5.361 camas de UCI, es decir 108 UCI por cada millón de habitantes. Aunque una parte de ellas será ocupada por patologías cotidianas como infartos y accidentes cerebrovasculares, el aislamiento obligatorio hará que disminuyan otras condiciones como traumatismos y enfermedades infecciosas, liberando algunas camas para pacientes con COVID-19.
Finalmente, la pandemia confirma la necesidad de aumentar de manera sustantiva las inversiones en salud, pues, aunque Colombia cuenta con médicos muy bien preparados, esa inversión sigue siendo bastante baja.
*Médico cirujano de la Universidad El Bosque