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Un balance de la Bogotá Humana

Escrito por Efraín Sánchez
El Alcalde Mayor, Gustavo Petro.

El Alcalde Mayor, Gustavo Petro.

​Efraín SánchezA una semana de escoger a quien lo suceda, y con las cifras en la mano, un experto hace el balance de lo que se logró, lo que no se logró y lo que se quedó a medias en la alcaldía de Gustavo Petro en Bogotá.

​Efraín Sánchez*

La percepción ciudadana

“Las cosas que hemos hecho serán más valoradas con el paso del tiempo. Así ocurre con las grandes transformaciones” dijo el alcalde Petro en una entrevista a fines de 2014. Pero con el paso del tiempo parece que las “grandes transformaciones” de la Bogotá Humana no han sido más, sino menos, valoradas.

Esto depende, desde luego, de quién las valore y sobre cuáles bases. Los grandes medios de comunicación abundan en epítetos que van de la condena al sarcasmo al referirse a Petro y su gobierno: “ineptitud”, improvisación”, “parálisis”, “caos”, “incumplimiento” y “arrogancia”, prácticamente desde el comienzo de su mandato.

Si la valoración la hace la ciudadanía, seguramente basada en su experiencia cotidiana y en lo que dicen los medios, las cosas no son mejores para el alcalde:

· Según la Encuesta de Bogotá Cómo Vamos 2015, para el 73 por ciento de los bogotanos las cosas en la ciudad van por mal camino y el 68 por ciento tiene una imagen desfavorable del alcalde, un porcentaje que solo resulta superado por la mala imagen de Samuel Moreno en 2010 y 2011.

· Estos resultados son los peores del mandato de Petro, pero las cifras en los años anteriores no fueron muy distintas: en 2012 el 59 de los encuestados pensaban que las cosas iban por mal camino, en 2013 este guarismo subió a 69 por ciento, y en 2014 llegó al 70 por ciento.

· Por su parte la imagen desfavorable del alcalde fue de 59 por ciento en 2012, de 58 por ciento en 2013 y de 51 por ciento en 2014.

Pero el clima de opinión y las percepciones ciudadanas son solo un aspecto a considerar al hacer el balance de una administración. Para este efecto son mucho más significativos los resultados de la gestión a partir de los objetivos y las metas del Plan de Desarrollo y de las promesas hechas al electorado.

Lo que no se va a lograr

El Transmilenio por la Avenida Boyacá todavía es un proyecto sin ejecución.
El Transmilenio por la Avenida Boyacá todavía es un proyecto sin ejecución.
Foto: Saúl Ortega

A pocos  meses de terminar la administración de Petro, tanto los organismos de control como los medios de comunicación están especialmente atentos a dos cosas: al cumplimiento de las metas y a la ejecución del presupuesto.

Lo que más sale a relucir son las metas que no van a cumplirse. El Plan de Desarrollo Bogotá Humana está vigente hasta el 2016, de modo que aún no puede decirse la última palabra a este respecto. Pero a partir del 1 de enero de 2016 quien tome las decisiones será la nueva administración.

El mayor éxito de su gestión fue algo que ni siquiera está entre las metas del Plan de Desarrollo: haber reducido la pobreza a la mitad.

Entre las metas y promesas con alto riesgo de incumplimiento, las más notorias se refieren a movilidad, educación, salud y vivienda.

– En materia de movilidad, el Plan de Desarrollo se propuso, entre otras, las siguientes metas que posiblemente no van a cumplirse:  

  • Construir los primeros cinco kilómetros de la red de metro pesado (0 por ciento construido);
  • Construir siete kilómetros de la red de líneas de cable aéreo (0 por ciento construido);
  • Construir la troncal de Transmilenio por la Avenida Boyacá (0 por ciento construido);
  • Construir nuevas conexiones sobre la red de troncales existentes (3,13 por ciento construido);
  • Construir diez puentes vehiculares (0,6 por ciento adelantado);
  • Conservar el 35 por ciento de la red vial de la ciudad, incluidas las mallas viales arterial, intermedia y rural (9,46 por ciento realizado);
  • Construir 727.410 m2 de redes peatonales en el espacio público de la ciudad (14,35 por ciento realizado);
  • Realizar mantenimiento al 100 por ciento de la red de ciclo rutas existentes (7,82 por ciento realizado).

– En materia de educación, entre las metas con alto riesgo de incumplimiento se encuentran:  

  • Crear 30.000 nuevos cupos en educación pública distrital para estudiantes de estratos 1, 2 y 3 (hay 2.887 cupos creados hasta diciembre de 2014, correspondientes al 9,62 por ciento de la meta);
  • Construir o adecuar 86 colegios nuevos, 30 en lotes nuevos y 56 restituidos en predios preexistentes (hasta mediados de 2015 se habían construido o restituido 10 colegios, equivalentes al 12 por ciento de la meta);
  • Construir al menos dos nuevas sedes para la Universidad Distrital (0 por ciento construido).

– En cuanto a la salud, entre lo que probablemente no se va a cumplir figuran:

  • La puesta en marcha de 83 centros de salud y desarrollo humano (en diciembre de 2014 estaban en marcha 4, equivalentes al 4,82 por ciento de la meta);
  • Alcanzar una cobertura de vacunación del 95 por ciento de niñas y adolescentes contra el virus del papiloma humano (al concluir el año pasado solo se había alcanzado el 8,59 por ciento).

– En cuanto vivienda y hábitat posiblemente no se logre:

  • Construir 70.000 viviendas de interés prioritario subsidiadas (hasta marzo de 2015 se habían construido 8.403, es decir el 12 por ciento);
  • Garantizar un mínimo de 7 m2 de nuevo espacio público para cada vivienda de interés prioritario (en marzo de este año solo se había logrado el 19,6 por ciento de esta meta);
  • Garantizar un mínimo de 7 m2 de área construida de equipamientos por cada una de estas viviendas (solo se había logra 1,9 por ciento hasta marzo).

Lo que se logró

Buses del Sistema Integrado de Transporte, implementado durante el gobierno del Alcalde Petro.
Buses del Sistema Integrado de Transporte, implementado durante el gobierno del
Alcalde Petro.
Foto: dianaconnolly101

Pero debe admitirse que a Petro no le falta coherencia al hacer el balance entre sus propuestas y sus logros.

Su programa de gobierno, dice él, era un nuevo paradigma de desarrollo para la ciudad, que se apoyara sobre tres pilares: la inclusión social, el medio ambiente y la defensa de lo público.

– Para superar la segregación y la discriminación, dice Petro, las principales estrategias fueron:  

  • La inversión en inclusión social (el presupuesto distrital para 2015 contemplaba 1,2 billones de pesos para el sector Integración Social),
  • La atención a la primera infancia,
  • Una mayor atención a la educación,
  • Programas para grupos tradicionalmente vulnerados (LGBTI, habitantes de la calle, trabajadoras sexuales, etc.), y
  • La construcción del modelo preventivo de salud.

Entre los logros en educación se encuentran:

  • La meta específica de atención a la primera infancia había alcanzado un 129 por ciento de avance en marzo de 2015,
  • Alimento escolar para 890.000 estudiantes,
  • Un millón de niños, niñas y adolescentes matriculados gratuitamente desde prejardín hasta grado 12,
  • Acceso a internet de alta velocidad para el 100 por ciento de los colegios, y
  • Una jornada escolar de 40 horas semanales para 250.000 niños, niñas y adolescentes.

En salud, Petro reclama como sus mayores logros:  

  • Haber reducido la tasa de mortalidad infantil a un dígito, y
  • Haber reducido a cero la mortalidad de niños menores de 5 años por desnutrición.

En otros frentes de política social, el gobierno de Petro:

  • Estableció el mínimo vital gratuito de agua, que cubre al 100 por ciento de ciudadanos de estratos 1 y 2,
  • Otorgó subsidios económicos a personas mayores, y
  • Adoptó la controvertida medida de conceder reducciones de las tarifas de Transmilenio.

Lo que dice y lo que hizo

Para Petro el mayor éxito de su gestión fue algo que ni siquiera está entre las metas del Plan de Desarrollo: haber reducido la pobreza a la mitad. En esto la ciudad tuvo un acance evidente, al reducir en más de 500.000 el número de pobres.

En el campo de la movilidad, el propósito de Petro fue implantar un paradigma contrario al modelo “neoliberal”. Sea lo que sea lo que entiende por “neoliberal”, el alcalde asegura que bajo este modelo la atención se concentra en el automóvil particular. Su modelo, al contrario, se fundamenta en el transporte público masivo, y en el paso de un sistema unimodal a uno multimodal, con prelación para los peatones y los ciclistas. Más específicamente, el transporte público masivo no giraría en torno al bus sino al “modo férreo”, lo cual explicaría por qué no construyó ninguna de las 12 troncales de Transmilenio que hacen falta para completar las 22 que contempla el proyecto.

Por mejores que sean las intenciones, no hay que perder de vista ni las necesidades cotidianas de la gente, ni las instituciones que nos rigen.

De esta manera en el aspecto crítico de la movilidad no queda claro en que avanzó Bogotá, aunque el alcalde Petro al menos consiguió hacer más exasperante el modelo “neoliberal” reduciéndole el espacio a los automóviles, cuyo número aumenta cada vez más ante la ineficiencia del sistema masivo.

Pero más allá de las metas que cumplió o no cumplió, quedan flotando serios interrogantes sobre los nuevos paradigmas de Petro. No hay duda de que los planteamientos de la Bogotá Humana en aspectos como educación, inclusión social, medio ambiente e incluso movilidad son correctos y valdrá la pena que el nuevo alcalde y su gobierno los miren con atención.

Sin embargo, si hay una lección cierta que deja el paso de Petro por la Alcaldía es que, por más correctos que sean los nuevos modelos y por mejores que sean las intenciones, no hay que perder de vista ni las necesidades cotidianas de la gente, ni las instituciones que nos rigen.

 

* Sociólogo y doctor en Historia Moderna Latinoamericana por la Universidad de Oxford.

 

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