Aquí está resumida la historia del servicio de transporte Uber, que llegó a las ciudades del mundo como una promesa de comodidad y acabó siendo perseguido o hasta prohibido. Sin embargo, todavía pueden extraerse enseñanzas de esta experiencia.
Fernando Rojas Parra*
¿Oportunidad?
La llegada de Uber ha despertado polémicas sobre si es legal o no, sobre si afecta negativamente los ingresos de los taxistas mientras que beneficia a otros particulares, y sobre las ventajas o desventajas del servicio que presta.
Finalmente en Colombia, al igual que en otras partes del mundo, el servicio ha sido declarado ilegal. Sin embargo, con esta decisión, el Estado está reconociendo su incapacidad para orientar la prestación de un servicio de transporte de pasajeros. Por eso cabe preguntarse: ¿es Uber una amenaza o una oportunidad?
¿Qué es Uber?
Uber es una aplicación que permite ubicar desde el teléfono celular un servicio de transporte puerta a puerta. La empresa fue fundada por Garrett Camp y Travis Kalanick en 2009 en San Francisco, Estados Unidos y según su sitio web, Uber, al conectar a pasajeros con conductores a través de sus aplicaciones, hace “más accesibles las ciudades, lo cual permite más posibilidades para los pasajeros y más negocios para los conductores.”
En diciembre de 2011 Uber salió de Estados Unidos a la conquista de otros países, y empezó a operar en París (Francia). En marzo de 2012 llegó a Toronto (Canadá) y en julio a Londres. En abril de 2014 llegó en Barcelona, en septiembre a Madrid, y en octubre a Valencia y a Bogotá. Como se puede ver, la empresa no ha parado de crecer.
El usuario debe descargar la aplicación, registrarse e inscribir una tarjeta de crédito. El cliente elige entre diferentes tipos de carros y tarifas y el pago se descuenta de la tarjeta inscrita.
Aunque las tarifas dependen de cada ciudad, y en muchos lugares del mundo pueden ser más baratas que un taxi tradicional, Uber recibe el 20 por ciento del pago. El resto es para el conductor.
La rápida expansión de Uber y su nivel de penetración en 52 países y 249 ciudades se debe a varias razones:
· facilidad para acceder al servicio,
· puntualidad y confianza en el cumplimiento del servicio solicitado,
· limpieza y comodidad de los carros,
· calidad en la atención de los conductores,
· posibilidad de saber cuánto cuesta el servicio con antelación y
· la promesa de seguridad.
A los conductores que trabajan con la plataforma se les hace una revisión de antecedentes y los comentarios que hacen los usuarios sobre el servicio son confidenciales.
![]() Servicio de Uber en Pakistán. Foto: Mohd Khawaja |
Si es tan bueno, ¿cuál es el problema?
La queja fundamental en los países donde funciona Uber viene de los taxistas. Según ellos, Uber no tiene autorización para prestar el servicio de transporte de pasajeros y da pie a una competencia desleal que afecta la rentabilidad del negocio, ya que los conductores que operan a través de la plataforma no tienen que cumplir con los requerimientos que sí aplican para los taxistas convencionales.
Por ejemplo, aunque según Uber durante el recorrido el pasajero está cubierto por un seguro de responsabilidad comercial, los taxistas deben contar con dos o tres tipos de seguros adicionales al obligatorio. A esto se suma que los taxistas tradicionales deben pagar por un cupo de funcionamiento y que sus tarifas están reguladas, mientras que las de Uber no lo están.
La Comisión Europea ha dicho que respalda los nuevos servicios y tecnologías como Uber, siempre y cuando estas cumplan con la legislación nacional respectiva.
En junio de 2014 miles de conductores de taxis protestaron contra Uber en Barcelona, Paris, Roma, Berlin, Madrid y Londres, entre otras. Por eso, Uber ha sido prohibida en varias ciudades del mundo, y en Europa 12 países lo han declarado ilegal.
A pesar de esto, la Comisión Europea ha dicho que respalda los nuevos servicios y tecnologías como Uber, siempre y cuando estas cumplan con la legislación nacional respectiva. Según dijo un vocero de la Comisión a la prensa española: "para nosotros es importante no prohibir completamente nuevas tecnologías solo porque son nuevas, pero por supuesto también nos damos cuenta de que tienen que estar de acuerdo con las regulaciones y reglamentaciones de los Estados miembros".
Uber en Colombia
Con la llegada de Uber a Colombia la molestia de los taxistas no se hizo esperar, y en Bogotá en diferentes ocasiones han hecho sentir su incomodidad con el nuevo sistema.
Sin embargo, los conductores Uber colombianos dicen que prestan un servicio de transporte especial, de acuerdo con las Leyes 105 de 1993 y 336 de 1996. Este tipo de servicio se encuentra reglamentado por el Decreto 174 de 2001, el cual lo define en su artículo 6º como: “Aquel que se presta bajo la responsabilidad de una empresa de transporte legalmente constituida y debidamente habilitada en esta modalidad, a un grupo específico de personas ya sean estudiantes, asalariados, turistas (prestadores de servicios turísticos) o particulares, que requieren de un servicio expreso y que para todo evento se hará con base en un contrato escrito celebrado entre la empresa de transporte y ese grupo específico de usuarios”.
En este sentido, si bien puede existir un contrato entre la aplicación y sus usuarios, y entre la aplicación y los conductores, no es claro cuál es el contrato entre la empresa de transporte autorizada para prestar el servicio especial y el grupo específico de usuarios. Esto es diferente del servicio de transporte público taxi, donde el contrato con el usuario no es por escrito y se celebra en el momento de utilizar el servicio.
Después de varios meses de tira y afloje, a mediados de noviembre el Ministerio de Transporte declaró que las aplicaciones y tecnologías que faciliten la prestación del servicio de transporte público individual en vehículos dedicados al servicio público especial “no son legales”, y que los vehículos que se utilicen con este propósito deben estar autorizados para cada modalidad, y sus conductores deben estar legalmente vinculados con las empresas habilitadas.
![]() Taxistas londinenses protestan en contra del servicio Uber. Foto: David Holt |
Uber como oportunidad
No obstante la polémica, hay varios razones que hacen de Uber una oportunidad bastante atractiva.
Por ejemplo, el Estado debería redefinir y ajustar los parámetros para el transporte de pasajeros, elevando los estándares de calidad y seguridad. También podría aprovechar esta coyuntura para reglamentar las diferentes modalidades de trasporte, teniendo en cuenta las particularidades del negocio, así como las necesidades y exigencias de los usuarios. Es importante que pueda ver la tecnología como una oportunidad y no como una amenaza.
Es claro que Uber está respondiendo a una demanda específica que no compite con los que usuarios de los taxis amarillos, pues hay personas que están dispuestas a pagar más por un mejor servicio.
Es importante que pueda ver la tecnología como una oportunidad y no como una amenaza.
No se puede olvidar que además de la necesidad, hay un deseo moderno de diferenciación. En el transporte bogotano esto ya se ha vivido con los carruajes de comienzos del siglo XIX o los buses y las busetas de servicio ejecutivo del siglo XX. En este sentido, el Ministerio de Transporte, en lugar de declararlo ilegal, debería reglamentarlo, pues es fundamental que los empresarios, conductores y usuarios estén protegidos por la ley.
Y los taxis amarillos, en lugar de protestar, deberían mejorar la calidad del servicio que prestan. Empresas, dueños y conductores deberían trabajar por profesionalizar el servicio y subir sus estándares de funcionamiento. Garantizar la seguridad de usuarios y taxistas debe ser una prioridad.
* Politólogo con maestrías en gestión urbana e historia. Estudiante de doctorado en historia de la Universidad de los Andes.
@ferrojasparra