Según Petro, con 16 millones de turistas sustituiríamos el petróleo: el triple de lo que llega ahora. Bajo las condiciones actuales, tardaríamos 22 años.
Andrés Camacho Murillo* y Mateo Zapata**
Turismo para reemplazar el petróleo
El presidente Petro espera sustituir las divisas del petróleo con el turismo. En 2019, el presidente Duque había dicho lo mismo en la vitrina turística de la Anato: el turismo, según él, debía ser el “nuevo petróleo” de Colombia.
Petro habla de hacerlo “en el corto plazo”. Suponemos que este plazo serían los cuatro años de su periodo presidencial, no apenas un año, como ocurre con las transacciones que se registran en la balanza de pagos (que incluyen las exportaciones de turismo).
Según Petro, necesitamos recibir el triple de turistas que hoy recibimos para sustituir las divisas de las exportaciones petroleras; es decir, se necesitan 16 millones de turistas internacionales para 2026.
Traerían aproximadamente 27.000 millones de dólares, suponiendo un gasto promedio per cápita de 1687 dólares.
Pero ¿qué tan realista es la meta de aumentar el número de turistas internacionales a 16 millones? y ¿de qué dependerá este crecimiento?
Meta poco realista
En 2019, Colombia alcanzó su máximo histórico de visitantes extranjeros no residentes: 2,9 millones, según estadísticas del Centro de Información Turística. Esta cifra excluye a los visitantes extranjeros que vienen en cruceros, a extranjeros que residen en Colombia y a los transeúntes de las zonas de integración fronteriza.
En 2021, Colombia acogió apenas a 1,03 millones de visitantes extranjeros: 36 % de lo que recibimos en 2019.
Vayamos por partes y supongamos que:
- la meta del presidente Petro se divide en su periodo de 4 años;
- comienza con el potencial acumulado de visitantes que tendremos hasta agosto de 2022: 1,6 millones de turistas.
Bajo estos parámetros, Petro se comprometería a que entre septiembre de 2022 y agosto de 2026, llegue el 900 % de la cantidad habitual de turistas. En otros términos, un crecimiento compuesto sostenido del 77 % por año durante su periodo presidencial.
Considerando las cifras históricas desde la apertura económica, esta meta es difícil de conseguir: los años con los mayores crecimientos de turistas en Colombia nunca han superado el 26 %.
Ahora imaginemos un 77 % de crecimiento compuesto por año. La verdad es que tardaríamos 22 años para llegar a 16 millones de turistas si, desde septiembre de 2022, el número de visitantes extranjeros no residentes en Colombia aumenta a un ritmo del 11 % (el porcentaje promedio de crecimiento en los últimos 10 años).
Una más realista
Mejor pensemos que, aunque el presidente Petro le esté apuntando al sol, realmente le va a pegar a la luna si todo sale bien. Una meta ambiciosa, pero no tanto, puede ser recibir entre 3 y 4 millones de turistas en el 2026, con crecimientos anuales de visitantes extranjeros —desde ya— del 15 % por año.
La intención de que el turismo reemplace las divisas por exportación de hidrocarburos es un buen objetivo, aunque no todo podrá hacerse en el corto plazo.
En 2026, con 1687 dólares de gasto per cápita en cada visita, llegaríamos a máximo 6.748 millones de dólares por ingresos de turismo: una cifra cercana a la de 2019.
Lo anterior muestra que la tarea del gobierno Petro es recuperar en cuatro años las cifras anteriores a la pandemia, suponiendo que no habrá ninguna emergencia sanitaria por nuevas variantes de la COVID-19, por un brote masivo de la viruela del Mono o por otro problema para la movilidad de los turistas internacionales.

Cómo aumentar el turismo
En los próximos años, la llegada de viajeros internacionales a Colombia dependerá de varios factores que inciden sobre la calidad y precio del servicio. Por el lado de la demanda, sería necesario:
- Hacer más competitivo el turismo, en comparación con los países de la región, sin que necesariamente haya que depreciar el tipo de cambio nominal.
- Ofrecer un costo más competitivo de transporte aéreo, lo cual dependerá del precio del petróleo y de una mayor oferta de vuelos internacionales.
- Reducir el riesgo de seguridad percibido. Esto seguirá dependiendo de la violencia políticamente motivada; pero ni los turistas ni a la infraestructura turística son el objetivo principal de los criminales en un gran porcentaje de los casos. Las nacientes conversaciones con el ELN prometen ser importantes para mejorar la confianza del turista internacional. Lo mismo ocurre con la ejecución del acuerdo de paz con las FARC.
- Aumentar el comercio exterior colombiano, que atraería a turistas que además vengan por negocios y compromisos profesionales; después del ocio y la recreación, este motivo es el que más atrae turistas a Colombia.
También hay factores de oferta —como la infraestructura— fundamentales para aumentar el turismo receptor:
- Ampliar la cobertura en telecomunicaciones, para que los extranjeros puedan comunicarse desde cualquier lugar de Colombia.
- Mejorar las vías secundarias y terciarias que conectan cabeceras municipales y zonas rurales, para que los viajes sean rápidos y seguros.
- Dedicar más personal de la administración municipal y departamental a monitorear las buenas prácticas empresariales de restaurantes, servicios de acomodación y servicios de planes turísticos. Esto incluye orientar mejor a los turistas sobre sus derechos como consumidores, para evitar cobros excesivos.
- Capacitar mejor acerca del turismo a la fuerza pública, para que apoyen a los turistas y eviten problemas de seguridad física.
- Construir o mejorar más aeropuertos regionales para que reciban vuelos internacionales. Con datos de junio de 2022, la Aeronáutica Civil confirmó en el informe de Centro de Información Turística la debilidad de los aeropuertos regionales: 65,5 % de los pasajeros de vuelos internacionales llegan al aeropuerto El Dorado de Bogotá; lo sigue el aeropuerto José María Córdova —de Rionegro—, que solo recibe un 17 %.
Siguiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Gobierno nacional puede aportar a otros factores de oferta decisivos para la economía turística:
- Formalizar a los trabajadores del sector mediante incentivos tributarios y el acompañamiento a empresarios.
- Emplear a más mujeres y jóvenes de las regiones del país en actividades que faciliten el turismo sostenible: mantenimiento de parques naturales y playas, mantenimiento de monumentos y atracciones públicas visitadas por turistas, etc.
- Mantener las exenciones o reducciones de IVA creadas en la pandemia para las industrias del sector.
- Estimular la inversión extranjera, especialmente en regiones rezagadas económica y socialmente.
Buen objetivo, pero a largo plazo
La intención de que el turismo reemplace las divisas por exportación de hidrocarburos es un buen objetivo, aunque no todo podrá hacerse en el corto plazo. Trabajar en la demanda y oferta para atraer a turistas internacionales será el gran reto del gobierno de Petro, así nos conduzca solo a la luna y no al sol.
**Este artículo hace parte de la alianza entre Razón Pública y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas son responsabilidad de los autores.