
Colombia está sonando en la campaña electoral tal vez más decisiva de la historia de Estados Unidos. Qué se dice de nosotros, por qué lo están diciendo… y cuáles pueden ser las consecuencias.
Adam Isacson*
Petro, Santos y Uribe en la campaña Trump
Como si la guerra fría no se hubiera acabado, Donald Trump ha acusado a Joe Biden de “comunista” durante la campaña electoral.
La acusación es ridícula: Biden es parte del ala centrista del Partido Demócrata; en 2000 recibió críticas de la comunidad de derechos humanos por apoyar el componente militar del Plan Colombia. Y por supuesto Biden se opone duramente a Nicolás Maduro.
Pero sabemos que a Trump las verdades no le importan. El pasado 10 de octubre, trinó “Joe Biden es un títere de castro-chavistas (…) Biden tiene el apoyo del socialista Gustavo Petro, un gran fracasado y ex-lider de la guerrilla M-19. Biden es débil en contra del socialismo y traicionará a Colombia”.
Ese mismo día, el presidente-candidato felicitó a Álvaro Uribe por quedar libre de su detención domiciliaria y dijo que era “un aliado de nuestro país en la lucha contra el castrochavismo!”.
El 12 de octubre en su discurso en Florida dijo: “Mi opositor va de lado con socialistas y comunistas”.(…) El anterior gobierno negoció con los carteles colombianos el terrible tratado Obama-Biden-Santos. Se rindieron ante los narcoterroristas. Joe Biden hasta recibió el respaldo del socialista colombiano Gustavo Petro, un ex-miembro de la organización guerrillera M-19, y lo aceptó saben por qué: él no sabía quien diablos era. Dijo ‘yo aceptaré el apoyo, lo aceptaré de quien sea’. Y le dijeron ‘no, Joe, él es un mal tipo.’”
Durante su campaña, Trump ha sacado videos en español que están dirigidos a la comunidad hispánica:
- Un video en español de su campaña que se titula “Castrochavismo,” repite lo que dijo en su discurso.
- En otro video de agosto, Mercedes Schlapp agradece a Gustavo Petro por haber dejado claro que apoya a Biden. Schalapp es una activista de derecha de familia cubana-estadounidense de la Florida. Su esposo dirige la Union Americana Conservadora, uno de los principales centros de pensamiento ultraderechista del país.
Voto latino en Florida, un voto decisivo
¿Por qué Trump usa la palabra “castrochavismo,” inventada en Colombia por el uribismo? La respuesta es: Florida.
En el sistema semi-democrático estadounidense, un candidato puede ser presidente aunque no tenga la mayoría de votos si gana una mayoría de estados —como Trump en 2016 y Bush en 2000—. Se necesitan 270 votos electorales para elegirse, y Florida representa un 11% de ese número.
Trump no tiene posibilidad de ser reelegido el 3 de noviembre si no gana el estado de Florida y sus 29 votos electorales.
Para Trump, las encuestas muestran una posible derrota humillante debido a su fracasada respuesta a la COVID-19 y a un sinnúmero de ofensas políticas y personales. Por eso, Joe Biden tiene una ventaja nacional de más de 10 puntos porcentuales. En Florida, un estado de tendencia un poco más republicana que el promedio, Biden tiene una ventaja menor, de 3 o 4 puntos.
La Florida a su vez es un estado donde las elecciones suelen ser muy reñidas, de manera que el voto de la comunidad latina —aproximadamente 2,4 millones de votantes— es un factor realmente decisivo.
Biden tiene una ventaja importante, pero no enorme en la comunidad latina: de 54% a 43%, según la encuesta que publicó St. Pete Polls el 12 de octubre, que le dió a Biden una ventaja de 49 a 47 entre todos los votantes del estado.
Para ganar en Florida, Trump tiene que disminuir el número de latinos que voten por Biden. Y esto no es imposible: aunque Biden tenga un margen de dos a uno en las encuestas nacionales de los votantes latinos, esa población en Florida tiende más a la derecha.

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La derecha colombiana en Florida
En Florida, los cubano-estadounidenses son la mayor etnicidad de votantes latinos, seguidos por puertorriqueños, mexicanos y, en cuarto lugar, colombianos. La comunidad venezolana también está creciendo rápidamente.
A diferencia de los puertorriqueños y mexicanos, los cubanos, colombianos, y venezolanos tienden a ser personas de clase media alta. Para emigrar, tenían en general el dinero suficiente para pagar un pasaje de avión y contratar un abogado de inmigración. Muchos salieron huyendo de regímenes de izquierda, como los cubanos, los nicaragüenses, y venezolanos. Otros, como los colombianos, salieron huyendo de los secuestros, extorsiones e inseguridad durante el auge de las FARC.
Muchos miembros de esa población se espantan con cualquier olor a comunismo o socialismo. Su derechismo aumenta cada día gracias a programas de radio de Miami, publicaciones extremistas en periódicos y mensajes o memes compartidos por Facebook, WhatsApp y otras redes sociales.
Los resultados de las elecciones en Colombia de 2018 y del plebiscito de 2016 muestran una tendencia hacia el uribismo entre los colombianos en Estados Unidos que tienen derecho a votar en Colombia. En Estados Unidos, ganó Duque la primera ronda de 2018 con un 71% de los votos, y la segunda ronda con 85%, mientras el “No” ganó con el 62% en 2016.
La comunidad colombiana en Estados Unidos a veces apoya a candidatos demócratas, pero tiene afinidad con el Centro Democrático. Por eso la campaña de Trump usa la etiqueta del “castrochavismo” y acusa a Biden de ser comunista.
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Uribe tras bambalinas
El periodista Tim Padgett ha investigado esta conexión directa entre el Centro Democrático y la campaña de Trump: ¿de qué otro modo sería posible que Trump supiera de la existencia de Gustavo Petro, de un “pacto Obama-Biden-Santos,” o de la palabra “castrochavista?”
Padgett dice que el momento clave fue una cena de Álvaro Uribe con el senador Marco Rubio y el miembro de la Cámara Mario Díaz-Balart, ambos legisladores de la derecha republicana cubano-estadounidense—. Según Juan Pablo Salas, un analista colombiano, “antes de que Uribe viniera a Miami en 2016, nadie se hubiera atrevido a acusar a Joe Biden de ser comunista (…) Ahora, no solamente es posible, está teniendo éxito.… Álvaro Uribe realmente movió la pelota.”
Aunque no es claro quiénes han transmitido los mensajes del uribismo desde Colombia a Florida, parece que Schlapp, la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal y Juan David Vélez, el representante de los colombianos en el exterior, son personajes claves.
Respuesta y consecuencias
Los que apoyan a Biden en las comunidades colombianas y venezolanas en Florida han tratado de contrarrestar los ataques de los republicanos. Han aguantado abusos en los medios sociales y en sus comunidades, pero insisten que el autoritarismo de Trump equivale a lo que les hizo huir de sus países de origen.
Vamos a ver en noviembre si ese argumento resulta eficaz y convincente. Mientras tanto, Biden sigue punteando en las encuestas.

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Si Biden gana, las relaciones entre Colombia y Estados Unidos seguirán siendo cercanas y cordiales. Washington ha invertido mucho en tener esta relación bilateral en una región de importancia estratégica. Pero algunos miembros del equipo de Biden, que se han quejado de la injerencia uribista en la campaña en su contra, probablemente aflojarían los lazos entre los dos países.
En un gobierno de Biden, la relación entre Estados Unidos y Colombia seguirá siendo cercana. Pero la relación entre Biden, Duque y el Centro Democrático sería distante. Juan González, un asesor de Biden dice: “En realidad yo creo que esa relación entre el presidente Obama y el presidente Uribe fue a veces complicada”. Lo mismo podría pasar entre Biden y Duque.
Un ejemplo de ese tono “cordial pero distante” se vio en junio de 2009, cuando el presidente Uribe visitó Washington. Cuando Uribe y Obama recibieron a periodistas en la Oficina Oval, la periodista colombiana Natalia Orozco les preguntó a ambos sobre la ambición de Uribe de una segunda reelección. Obama dijo “eso es un asunto interno colombiano, pero el hecho es que en Estados Unidos, dos períodos nos funcionan bien, y después de ocho años, el pueblo americano quiere un cambio.” Así Obama golpeó duramente las aspiraciones de Uribe.
Esa disponibilidad de alejarse del Centro Democrático y dañar a su agenda puede ser característica de un gobierno Biden.
Aunque Biden tiene una alta probabilidad de ganar, lo que pase con el voto de los colombo-estadounidenses en Florida es incierto. En ese estado, el resultado será una gran prueba de si esta estrategia de “guerra fría” marcada por el “castrochavismo” se puede exportar a otros contextos. Y, entonces, si puede reproducirse en las elecciones presidenciales de Colombia de 2022.