La propuesta del Petro de un transporte público gratuito ha causado confusión. Aquí aclaramos en qué consiste la idea, cómo afectaría el bolsillo de los afectados y cuáles alternativas deberían ser prioritarias.
Luis Ángel Guzmán*
Una pequeña cuota en la factura de luz
La idea del transporte público gratuito ha estado en el debate político desde hace algunos años. Ahora, en plena campaña para las elecciones locales, el presidente publicó un comentario en Twitter que logró poner de acuerdo a dirigentes políticos que no suelen ponerse de acuerdo.
Primero dejemos claro una cosa: el transporte público no sería gratis: sería mejor llamarlo un sistema de transporte con tarifa cero.
La idea de Petro es que todos paguemos el servicio “a través de una pequeña cuota en la factura de la luz”. ¿De cuánto sería esa “pequeña cuota” en el caso de Bogotá?
Según el DANE, aproximadamente el 16 % de las viviendas está en zonas de estrato 4, 5 y 6 , y el 73 % en zonas de estrato 2 y 3. Ahora, el costo de operar el SITP —troncal, alimentador, zonal y cable— en 2022 fue de 4,62 billones de pesos. Así que cada hogar tendría que pagar 1,6 millones al año use o no use el sistema, es decir 136 mil pesos al mes.
Las preguntas que plantea esa propuesta se refieren a
- Si todos estarían dispuestos a pagar la cuota extra,
- Cuál sería la equidad o progresividad del sistema, y
- Cómo sería afectado el mercado eléctrico –esto hay que discutirlo, pero no es el tema de este artículo –.
Las cuentas detrás de la propuesta
¿Se justifica que el transporte público sea un servicio a la altura de la salud y la educación? Definitivamente sí, pero con matices. La tarifa cero implicaría un aumento en el uso del sistema de transporte público; aunque es crucial saber cuánto sería ese aumento, no tenemos indicadores confiables al respecto. Pero aun así podemos afirmar que ese aumento en el uso traería grandes beneficios para la ciudad, si viene acompañado de un mejor servicio.
en 2022, la ciudad tuvo 2,13 billones de pesos en ingresos por venta de tiquetes: no tiene sentido renunciar a esta plata; necesitamos muchas más inversiones para mejorar lo que ya tenemos y seguir expandiendo el sistema.
Como decimos los ingenieros de transporte, el uso del transporte público tiene “externalidades positivas” para la sociedad. Estas externalidades son los costos o beneficios de usar un modo de transporte que no se reflejan en el precio de usarlo; por ejemplo en Bogotá, si alguien se transporta en su carro, por cada kilómetro recorrido produce un costo social de aproximadamente 2000 pesos. Es decir, que mover una persona en carro por un kilómetro le cuesta a la sociedad 2000 pesos.
Usando la información de la encuesta de movilidad de Bogotá 2019, lo anterior se traduce en 16.500 pesos diarios por viaje que no son pagados por quien genera estos costos. En un año, serían 8,45 billones de pesos en costos sociales producto de congestión, siniestros viales, deterioro vial, ruido y contaminación que se traducen en muertes, enfermedades, demoras y un deterioro en la salud mental de los ciudadanos.
Los 8,45 billones equivalen a 3,4 veces el valor del déficit del SITP de Bogotá o a 1,83 veces su costo anual de operación. Quienes producen estos costos deberían pagar por ellos.
Por su parte, tampoco es claro que la tarifa “cero” sea una política progresiva y efectiva para atraer usuarios. Sin embargo, es crucial recordar que en 2022, la ciudad tuvo 2,13 billones de pesos en ingresos por venta de tiquetes: no tiene sentido renunciar a esta plata; necesitamos muchas más inversiones para mejorar lo que ya tenemos y seguir expandiendo el sistema.
No olvidemos que dentro de poco empezarán a funcionar las troncales de la Av. 68 y Av. Ciudad de Cali, el cable de San Cristóbal y eventualmente la troncal de la Calle 13, el Cable Potosí, el Corredor Verde y el Metro. Tenemos estudios que muestran el gran potencial de estos proyectos para aumentar el bienestar de la ciudadanía. En este escenario, los 136 mil pesos al mes se quedan cortos.
Buscar otras fuentes de financiamiento
Mientras tanto, los candidatos proponen varias fuentes alternativas de financiamiento. Este es el camino que debemos seguir, pero desafortunadamente esas propuestas no recaudan lo suficiente o tienen varios obstáculos legales y políticos para que sean una realidad.
Por ejemplo, está el tema de captura de valor, es decir, que la ciudad recaude dinero por las valorizaciones del suelo, inmuebles o de ventas de edificabilidad —vender derechos para hacer edificios más altos—. Algunos de estos instrumentos ya existen en Bogotá desde hace años, pero su recaudo ha sido bajo y, si hablamos del impuesto de valorización, se ha visto que las obras propuestas han tenido muchos problemas.
Además, está el tema de la destinación específica de tributos. En resumen, aún estamos lejos de que esto se convierta en una fuente permanente y fiable de financiación.
También se habla de los posibles ahorros de entre 0,3 y 0,5 billones al año por no tener empresa de recaudo y por los energéticos gracias a la renovación de la flota. Primero, no hay cifras ni estudios que estimen cuánto sería dicho ahorro. Segundo, renovar casi 2000 buses del SITP tendría un costo de 2,7 billones de pesos. Aunque esto no es atribuible a la operación, la propuesta del recibo de luz se complica.
Por otra parte, sin validaciones en el torniquete no tendríamos información acerca de cómo se usa el sistema y esa información es imprescindible para la mejora continua del sistema.
El otro camino es que el gobierno nacional lo financie. Eso suena bien y ya lo ha hecho. Este año destinó un billón de pesos para “cubrir el déficit operacional de los distintos sistemas” en varias ciudades. Bogotá recibió el 62 %. Eso fue una ayuda única y extraordinaria. Hay que trabajar para convertirlo en otra fuente permanente.
Otra posible fuente son los arriendos y la publicidad en vehículos y estaciones. Excepto para el metro de Hong Kong que es dueño del suelo y gestiona sus propiedades, estos ingresos en el mundo son relativamente bajos. Por ejemplo, en la TMB de Barcelona, ese rubro es cerca del 3 % de lo que necesita para operar. La empresa Metro de Bogotá tiene una división inmobiliaria para captar recursos.
Por último, hay una fuente muy importante y progresiva que ningún candidato ha mencionado: los cobros por congestión, sobretasa a parqueaderos, parqueo en vía y desmonte subsidio a gasolina. Esto está más que justificado por los costos sociales anteriormente mencionados. Todas estas fuentes deberían apoyar el pago del déficit (2,49 billones en el 2022), el financiamiento de la operación y la mejora en la calidad del servicio.
Ejemplos de tarifa cero en el mundo
Los candidatos también hablan de ejemplos exitosos alrededor del mundo, obviando algo clave: la escala de nuestro sistema es gigante. Mueve casi 4 millones de personas todos los días solo con buses.

En Bogotá, ampliar la base de subsidios a la demanda del SITP y flexibilizar el actual sistema debe ser la prioridad.
Hay muchos ejemplos de ciudades con tarifa cero. Tal vez el más famoso es Tallinn, Estonia. Esta ciudad, cuya población es la mitad de la gente que vive en la localidad de Engativá, tiene su transporte público “gratis” desde 2013, donde se vio un aumento del 14 % en la demanda. Sus 5 líneas de tranvía, 8 de trolley y 57 de buses mueven el 11 % de lo que mueve el SITP en un día. Otro caso famoso es el de Luxemburgo, que cuenta con 650 000 habitantes y donde esta política funciona desde 2020 pese a los problemas. Este caso fue resultado de un proceso político, que “no refleja un intento serio de resolver un problema socioeconómico o de sostenibilidad”. En Malta, un país más pequeño que Luxemburgo, se ha visto que es poco probable que el transporte público gratuito genere el cambio modal de carros a buses.
Sin embargo, muchos de los nuevos viajes atraídos al transporte público antes se hacían caminando y no se logró atraer a los usuarios del carro. En Bogotá, también tenemos evidencia preliminar al respecto.
En varias ciudades chinas, se puso en marcha una tarifa cero para el metro a causa de la pandemia y se encontró que este tipo de políticas, orientadas a recuperar la demanda, tienen un alcance limitado.
En Bogotá, ampliar la base de subsidios a la demanda del SITP y flexibilizar el actual sistema debe ser la prioridad. Esto es fundamental pues los hogares más pobres gastan hasta el 25 % de su ingreso mensual en transporte.
Además, el año pasado se gastaron casi 70 000 millones de pesos en subsidios SISBEN y tenemos evidencia de que no es efectivo estimular el uso del SITP. Por ejemplo, en 2017 este subsidio hizo que los beneficiarios hicieran hasta 16 viajes al mes adicionales frente a quienes no lo tenían. En 2018, el efecto promedio fue de 7,5 viajes adicionales al mes, pero en 2019 ya no hubo diferencia entre quienes tenían subsidio y quienes no.
Una política que funciona bien en un principio puede perder su eficacia o incluso tener efectos negativos si no se revisa periódicamente. De momento, lo urgente es disponer de una nueva forma efectiva de entregar subsidios. Desde la Universidad de los Andes hemos venido estudiando el efecto de los abonos de transporte en el uso del SITP y en el bienestar de los usuarios, con resultados muy alentadores. Es mucho mejor subsidiar a quien más lo necesita y que además valora más el servicio.
En conclusión, estimular el uso del transporte público es fundamental para la sostenibilidad urbana y la tarifa es un elemento clave. Pero no la tarifa cero. Es importante estudiar con cuidado los efectos sobre las finanzas, la movilidad y el comportamiento. En nuestro contexto, con recursos escasos, es mejor focalizar ayudas a quien más lo necesite, mejorar la calidad del servicio y seguir ampliando nuestros sistemas. Además, es necesario hacer menos atractivo el uso del carro y de la moto.


74 Comentarios
Estar invirtiendo un 25% de los ingresos en transporte o pagar el servicio en un nuevo cobro en el recibo de la luz, la verdad no sabría de primera que elegir, uso de lunes a sábado transmilenio mínimo 2 veces al día, pero si no fuera así y no usará transporte público no puedo estar de acuerdo de primera valga la redundancia con que se me cobre en el recibo de la luz.
La venta de pasajes con tarjetas de personas que tienen subcidio lo he visto como una gran problemática, hay que hacerle mucho seguimiento y planear muy bien que subcidio se otorgarán como también como y a quienes.
En algún momento se me ocurrió qué sólo los nacidos en Bogotá tuvieran ese derecho, aunque sin el cobro en el recibo de la luz claro esta.
Teniendo en cuenta la situación actual del transporte publico en la ciudad de Bogotá y el gran incremento en el numero de «colados» al principio parece una propuesta tentadora que ayudaría a facilitar la movilidad y el incremento del uso de este servicio mas eficiente y responsablemente, sin embargo hay que tener en cuenta que hay ciertas familias y hogares que no se movilizan por este medio, ya sea por el uso de vehículos particulares (autos y motocicletas) o simplemente porque sus integrantes no suelen hacer viajes a lugares lejanos, a estas familias no les caerá bien un cobro extra por un servicio casi inutilizado por ellos y con un alto valor teniendo en cuenta el salario mínimo actual, por lo mismo otras familias si bien pueden que se movilicen mas por este medio y este servicio el cobro que se plantea puede ser mayor que el que ellos preveían o incluso del valor que actualmente gastan mensualmente, la mejor solución aunque complicada y demorada seria realizar un estudio detallado de los sectores donde se usa el servicio con mas frecuencia o bien buscar una parcialidad entre el gasto de los ciudadanos y las ganancias para el gobierno, pues la principal razón de los «colados» es el alto precio del servicio por lo que son otro grupo al que no les gustara pagar este valor por el servicio, como he dicho antes lo mejor es desarrollar y estudiar bien la propuesta para no casar alborotos en los ciudadanos ni arruinar o empeorar el sistema
Es una propuesta interesante que beneficiaría a los usuarios diarios de transmilenio como somos los estudiantes, al tomar como financiamiento un pequeño aumento en el servicio de la luz saldría mucho más rentable que el pago diario del servicio de transporte en caso de familias grandes por ejemplo, se debería revisar de cuánto sería este aumento pero realmente este «transmilenio 0» sería de gran ayuda para los citadinos ya que el costo del transporte es excesivo comparado con el servicio que prestan.
El artículo reconoce que estimular el uso del transporte público es fundamental para la sostenibilidad urbana, pero plantea preguntas válidas sobre la eficacia y la equidad de la propuesta de tarifa cero.
En general, el texto presenta una visión crítica basada en datos y argumentos razonables, lo que contribuye a un debate informado sobre el tema del transporte público gratuito en Bogotá. Sin embargo, también se podría beneficiar de una exploración más profunda de las soluciones alternativas y una consideración más amplia de los aspectos sociales y ambientales de la propuesta.
Solo puedo concluir bajo la pregunta de que si la viabilidad solo aplica para este tiempo de elecciones o será un hecho que se harán mas estudios sobre una redirección o inyección de capital que si necesita ser invertido y no robado.
Sin duda está decisión, significaría un gran proceso para que las familias colombianas puedan destinar sus ingresos a otras necesidades incluso básicas, que no pueden cumplir por movilizarse en la ciudad.
Es incluso impresionante la cantidad de individuos que abarca está decisión ya que también hablamos de las personas de poblaciones aledañas. Supongo que una de las consecuencias sería o que la ciudadanía se apropie del medio o que la falta apropiación nos lleve a fallar en la solución.
SI COBRAN PROPORCIONAL AL NUMERO DE PERSONAS QUE VIVEN EN EL HOGAR HASTA SI…(pero eso es absolutamente imposible determinarlo) .PERO DE RESTO ES ABSOLUTAMENTE INEQUITATIVO…. y para muchos inalcanzable ganando un mínimo y no por tener una casa donde viven implica que tengan plata para cargar con ese valor…
La problemática entorno a la tarifa que Transmilenio cobra a sus usuarios se ve evidenciada en el fenómeno de los colados, ya que la necesidad de transportarse es esencial cubrirla y la movilidad es una cuestión del día a día que tiene sus altas y bajas (teniendo en cuenta que no todos tenemos la mismas periodicidad en los pagos del salario y las necesidades económicas que se presentan habitualmente a las y los ciudadanos), pero inevitablemente es una necesidad constante.
Es por eso que si bien no creo pertinente un proyecto de «tarifa cero» para los usuarios porque así como lo plasma el columnista Luis Guzmán, sería poco productivo dejar el uso del torniquete y la validación del pago para los estudios periódicos que se realizan al sistema de transporte.
Por otro lado las estrategias para la construcción de este proyecto son interesantes pero creo que sí en realidad se quiere fomentar el uso del transporte público, quitar el subsidio a la gasolina sería la estrategia más efectiva para atraer a los usuarios de carros particulares pues aún estando en vigencia este subsidio, los costos de la gasolina no dejan de ser un dolor de cabeza que podría aliviarse con el uso de Transmilenio, en el caso de Bogotá
Otra alternativa no nombrada es el uso de la bicicleta, que si bien ha estado presente desde hace años, no tiene mayor impacto el las poblaciones que pueden hacer uso de este.
Entiendo el enfoque del artículo, pero como entusiasta de la bicicleta creo que es posible articular este tipo de transportes cómo se ha venido haciendo y aliviar problemas como el ambiental.
Es importante hacer incisión en el estudio de la movilidad en la ciudad, pues es inherente al paisaje de la vida cotidiana y sus dinámicas. Considero, es importante plantear y analizar unas tarifas accesibles y acordes a la población mayoritaria quien se moviliza en este servicio (Que son más de la mitad de la ciudadanía), generar estrategias que permitan posibilidades de acceso al servicio con condiciones y garantías dignas que permitan que tanto el servicio no sufra una fractura a nivel financiero pero que garantice para la ciudadanía una posibilidad de acceso a sus espacios de convivencia, sin mayor afectación. Pues el servicio, además de su tarifa, no tiene mayor cobertura, ni gracias para quienes hacen uso del mismo.
.onclusión, estimular el uso del transporte público es fundamental para la sostenibilidad urbana y la tarifa es un elemento clave. Pero no la tarifa cero. Es importante estudiar con cuidado los efectos sobre las finanzas, la movilidad y el comportamiento. En nuestro contexto, con recursos escasos, es mejor focalizar ayudas a quien más lo necesite, mejorar la calidad del servicio y seguir ampliando nuestros sistemas. Además, conviene hacer menos atractivo el uso del carro y de la moto.
Muchas gracias por este artículo, esclarece la propuesta de «Transmilenio gratis». Comparto la conclusión de apoyar al que lo necesita y valora el servicio, por dos principales motivos: el primero de ellos, hay personas quienes requerimos hacer varios recorridos durante en el día, de esta manera, pagar la tarifa total, llega ha ser desgastante para el bolsillo, y se alienta la idea de usar otro tipo de transporte como motocicleta; por otro lado, la idea de «Transmilenio gratis», suena tentadora, pero en una ciudad como Bogotá, con tan bajo sentido de pertenencia, surge la cuestión de sí realmente esa opción será valorada.
Considero que lo de la tarifa cero en el momento no seria una buena opción, no creo que las personas esten dispuestas a pagar ese bono extra en el recibo de la luz, surgiran comentarios como «no le voy a pagar el pasaje a otro» o «no voy a pagar algo que ni siquiera utilizo». Estoy de acuerdo con el articulo, la mejor decisión será buscar nuevas alternativas, mecanismos y dinamicas que aumenten la demanda del uso del transporte puclico, incluyendo una mejoria en el servicio brindado.
Yo soy una de las muchas personas que está en desacuerdo con la tarifa de 136.000 pesos que sería incluida en el servicio de la energía. La cuestión es yo soy uno de los muchos pensionados con salario mínimo de Bogotá y que utilizamos este medio de transporte a lo sumo unas cuatro o cinco veces al mes. Por lo tanto con ésta tarifa resultariamos pagando algo que ni siquiera utilizamos periódicamente. Sería algo realmente injusto.
Pidamos al gobierno para que todos paguemos sin darnos cuenta y sin afectar el recibo de de la luz porque vamos a pagar unos y otras personas no lo ban a hacer hay viviendas donde hay un contador de luz y muchísimas viviendas cuentan con asta 8 contadores en un solo predio , y los estratos altos solo cuentan con un solo contador o cuenta de luz mientras que en estrato 2, 3,y 4 hay una gran mayoría que se arrienda su vivienda y tiene desde 2 a 6y 8 cuentas de luz, por esta se silla razón los estratos medios van a pagar más que los estratos altos.
Pidamos al gobierno nacional que todos los colombianos paguemos nuestra movilidad urbana en todas las ciudades donde exista esta modalidad que el pago se aga en el impuesto del IVA. Adicionando como mínimo UN PUNTO en el IVA o el recaudo se iría Deuna vez a la DIAN que ya tiene la infraestructura de cobro y no se le pagaría a la energía que tendría que abrir nuevas oficinas de cobro y muchísimo personal para este cobro movamos mazas para exigir
La idea es buena, pero hay problemas en la manera que se plantea ser ejecutada. Sería un ahorro para muchas familias ya que ese valor llegaría a cubrir a varias personas del hogar, por ese aspecto es bueno. Por otro lado, si bien es cierto hay personas que no utilizan este servicio y acuden a optar por medios de transporte como bicicletas o patinetas eléctricas, estás personas si se verían afectadas por esta propuesta. De igual forma, también hay que pensar en mejorar el servicio que se ofrece, es un servicio que tiene muchas falencias y antes de aplicar una tarifa cero se debe priorizar un servicio más digno para la sociedad. Para finalizar se recalca que es una gran idea, hay que reforzarla y buscar una aplicación mejor de esta propuesta.
Si lo vemos desde una perspectiva de un usuario que utiliza el transporte público todos los días, claramente se vería beneficiado con la propuesta de la “tarifa cero” (mayormente para las familias de estrato 2 y 3) pero hay que tener en cuenta que muchas personas ni siquiera utilizan este servicio y, en cambio, se transportan en su propio medio ya sea auto, moto incluso en bicicleta, por lo cual para estas personas no se vería beneficiado ese aumento en la factura de la luz y, por el contrario, se vería una inconformidad. También hay que tener en cuenta que actualmente es una gran cantidad de personas que pagan e ingresan a este medio de transporte y aun así la calidad del servicio es realmente muy baja, como se evidencia en la inseguridad (robos, acoso, etc.) que se presenta en este servicio. Si llegase a ser tarifa cero, el problema iría en aumento porque no se tiene un control dentro de las estaciones. Es una buena propuesta, sí, pero considero que no es una gran solución al problema del transporte público en Bogotá.
Me parece terrible que quieran subirle mas al recibo de la luz, un recibo que llega carisimo cada mes, entre menos consuma uno energia mas caro llega. Ademas, por lo menos nosotros no usamos trasmilenio, muy rara vez el sitp, por lo general vamos en cicla o caminamos. No veo por que tengamos que pagar eso.
Bastante acertada la conclusión. La ciudad necesita que se evalúe el sistema y se definan costos que permitan que todos tengan acceso al servicio.
A pesar de no ser la mejor solución, es verdad que para quiénes usamos el transporte público a diario suena como un sueño hecho realidad, sin embargo si tiene muchas desventajas como ya fueron nombradas, la que más afecta a la mayor parte de los usuarios de Transmilenio, que son de estratos más bajos, es la cuota extra en los recibos de la luz, los cuales puede que no estén dispuestos a pagar o simplemente se les imposibilite. Debe buscarse una mejor solución, tal sea bajar un poco la tarifa del pasaje o subsidios y tarifas especiales para personas que demanden más el transporte y dependan de este, tales como madres cabeza de hogar, estudiantes, etc.
Es considerable buscar medios de financiación pero también existen más variantes, una de ellas y que es observable, es el uso de las ciclovías. Son muchas las personas que usan este medio para evitar usar el sistema por su impacto al bolsillo, si se acabará promoviendo una tarifa cero también se desestimula el uso de los corredores de ciclovías.
El financiamiento debe ser claro, hablar de una «pequeña cuota» puede ser significativo para un hogar, el impacto monetario debería tenerse en cuenta. Los ingresos cada vez se hacen más pequeños para seguir subsidiando con cobros que afectan a los que medio tienen algo o están intentando emerger en este tipo de sociedades.
Esto es un círculo vicioso es meterse a la casa de cada Colombiano y sacarle por la fuerza el dinero que los verdaderos dueños del Sistema de transporte recaudan todos los días. TENGAN EN CUENTA QUE EL NOMBRE TRANSMILENIO ES LO ÚNICO QUE NOS PERTENECE. SE SABE QUE ABSOLUTAMENTE TODAS LAS CONSTRUCCIONES EN BOGOTÁ SON VERTICALES Y LA CONSTRUCCIÓN DE TORRES ES LO ORDENADO EN ESTOS MOMENTOS… ES UNA CANTIDAD DE DINERO OBLIGATORIA QUE TENDRÍAMOS QUE DAR SIN UTILIZAR ESTE SERVICIO IGUAL QUE LOS MIENBRIS DE MI FAMILIA TODOS NOS MOVILIZAMOS EN MOTO.
ESTO ES DARLE PIE A LOS MALOS GOBIERNOS QUE MAÑANA LES PAGUEMOS A ELLOS SUS GASTOS EN EL RECIBO DEL AGUA.
LA CANTIDAD DE DESEMPLEO QUE ESTO GENERA ES TERRIBLE PARÁ EL SISTEMA YA HO HAY NECESIDAD DE CAJEROS. POLICÍAS Y GESTORES DE CONVIVENCIA. Y MIRANDO QUE LOS ARRUENDIA VAN A SUBIR PARÁ SUBSIDIAR ESTE GASTO EXTRA DEL COBRO ABUSIVO DE ESTE DINERO.
A mi modo de ver, me parece interesante que el autor da un análisis de ventajas y desventajas, también de las consecuencias que podrían ocurrir de la propuesta que se ha realizado. Generalmente, es una propuesta ambigua, ya que como se pregunta, ¿de cuánto sería la cuota? Teniendo en cuenta que en algunos casos las personas tienen incoherencias en el número de estratos, tanto que tendría que pagar aún mucho más valor del que no pueden llegar a completar.
Al igual, para los hogares que no usan el servicio, como sería en ese caso?. Puede que por la cultura ciudadana también allá “colados” en este caso. Cómo afirma el autor, puede haber un mejor servicio, pero como se va a asegurar con la cantidad de personas que ya hay en el servicio hoy en día, como el ejemplo utilizado en el artículo, si hay una ciudad con tarifa cero en el transporte público, pero la población es la mitad de la gente que vive en la localidad de Engativá.
Puede que la ciudad recaude dinero, pero no habría problemas en ese caso como pasa en toda Colombia, que hay dinero pero no resultados. Hasta ahora lo que podría ser un beneficio de esta propuesta es que subiría solo un poco la mejora de la calidad del servicio y más ampliación de este sistema.
Es un absurdo realizar comparaciones de ciudades con 650.000 habitantes u otras con la mitad de los habitantes de Usaquén, con una ciudad como Bogotá con más de 8’000.000 de habitantes que cada día aumenta, la sobre población en la ciudad no es un secreto para nadie, y más de la mitad de esta población se encuentra en condiciones de vulnerabilidad, el costo de transporte es relativo a los $120.000 mes, y al proponer $136.000 mes es obvio que se van a enbolsillar una gran cantidad de dinero. La única solución para este problema y para todos, es erradicar la corrupción que todos sabemos que se queda con la mayor parte de los impuestos y recaudos de la población a nivel nacional. Me pregunto si los congresistas también pagarán dicha cuota? Aunque con un salario superior a los $30’000.000 mensuales no les afectará en lo más mínimo. Y todos sabemos que el servicio no va a mejorar, es imposible confiar o creer en las palabras de los políticos que por décadas han mentido a la población.
La propuesta de un sistema de transporte público con tarifa cero en Bogotá tiene aspectos positivos y desafíos significativos. La idea de hacer que el transporte público sea más accesible y asequible para todos los ciudadanos es noble y puede tener beneficios para la ciudad en términos de reducción de la congestión vehicular, la contaminación y la mejora de la movilidad urbana en general.
Sin embargo, la implementación de esta propuesta plantea preguntas importantes sobre la financiación y la equidad. La idea de financiarlo a través de una cuota en la factura de la luz podría ser una carga adicional para algunos hogares, especialmente aquellos de estratos más bajos. Además, es esencial asegurarse de que el sistema sea verdaderamente progresivo y que quienes más lo necesiten reciban el apoyo adecuado.
En mi opinión, es una mala idea si no se desarrolla este proyecto con equidad y teniendo en cuenta todos los factores que esto implica.
Pues en mi humilde opinión soy una persona que usa demasiado el Transmilenio para movilizarme en la ciudad y es cierto que actualmente el pago del pasaje esta caro y que ha ido incrementando a medida que pasa el tiempo, me parece buena idea del nuevo presidente ya que esta tarifa cero para el Transmilenio le facilita a las familias que no tienen medios de transporte ya sea carro o moto facilitaría personas que tienen que estudiar lo suficientemente lejos para hacer un viaje en bus ademas que la veo una buena solución para la gran cantidad de vehículos que se ven en las calles en Bogotá ya que estos acaparan toda la vía y esto ralentiza la movilidad de la ciudad misma ya sea para los que tienen vehículo personal y a los que viajan en transporte publico, aunque toca mirar cuanto seria el incremento en el pago de la luz para ver si sale rentable.
Puede ser un poco injusto para las personas que nunca utilizan el transporte publico y solo se movilizan en vehículos propios y debido a estas personas que no quieren usar el transporte publico y son demasiadas jode mucho la movilidad en los sitp ademas que la gasolina no para de subir el precio, deberían ver el transporte publico como una solución fiable para el bolsillo.
la verdad no entiendo porque tanta vagancia ahora nadie puede pagar un pasaje antes se podía pagar y me parece el colmo que le tengamos q pagar a los q no pagan yo soy una persona del común q sobre vivo con un minimo, para tener otro gasto q no es mio y asi le dejen el pasaje a 1000 los q están acostumbrados a q todo les de y les regale siguen por las mismas la gente no cambia ni dándole las oportunidades debería mirar un verdadero cambio porque la verdad mas incrementos no aguantamos a donde vamos a parar la salud, el transporte, la educacion, la alimentacion, servicios públicos y con tan poco sueldo no mas
lo importante en este tema es que se vean todos los beneficios y dificultades en la implementación de la propuesta para que esto no sea algo que haga mas difícil la vida de la población, que esto no sea algo que solo beneficie a algunos y los demás se perjudiquen siempre pensando en como ayudar a la mejora de ciudad y sus habitantes.
hay que pensar en como el transporte publico ayuda a las ciudades a mejorar sus condiciones de movilidad y el impacto ambiental.
En este país tan desordenado y falta de sentido de pertenencia no creo que esta propuesta sea viable, porque si este servicio de transporte es » GRATUITO» los maleducados acabarán con todos los buses y como está de moda hacer manifestaciones los vándalos acabaran con todo y después la gente decente tenemos que pagar estos daños con el recibo de la luz. Este invento de los políticos no funciona en este país que siempre ha sido «desigual » y por ende aumentará la corrupción.
No me parece si no utilizamos el trasmilenio y eso es carisimo mejor que cada uno pague el consumo y eso no es gratuito como lo hace ver el tal presidente
El verdadero problema nace del desconocimiento qué tienen las autoridades sobre los costos ineficientes que muestran los operadores, y sobre los cuales facturan en el marco de los contratos de operación. Es el primer eslabón de la cadena de esas ineficiencias. El dinero que se recaude como parte del cobro de servicios domiciliarios, (que es un asunto distinto), va directo a seguir llenando los bolsillos de los operadores, que sin compasión, desde hace 23 años han tenido rentas exorbitantes. Nadie quiere afrontar este tema. Causa suspicacia.
Me parece un excelente sondeo a la situación, yo antes decía que el transporte público debía ser gratis por lo mismo, es público, es para la gente, y daba el ejemplo de ciudades que lo hacen, pero no tenia en cuenta que el trasporte masivo de Bogotá abarca más espacio y transporta a mayores cantidades de gente, es complicado saber cuál sería la mejor opción para que sea una «tarifa cero», porque no en todos los hogares las personas usan este transporte, y no lo usan todos los días, por ejemplo yo me transporto en Transmilenio 4 días de la semana (pero solo por este semestre, y esto puede cambiar debido a los horarios de la universidad, el año pasado eran 6 días), y mi familia usa Transmilenio cuando tienen que ir a ciertos lugares a donde no van los buses de Soacha, entonces en el caso de la cuota en el recibo de la luz, a algunas familias las va a beneficiar y a otras perjudicar porque va a ser un promedio para todos y no por hogar por lo que entiendo, además de que no he escuchado a nadie hablar de esta cuota para habitantes de Soacha y Sibaté que también usan este medio de transporte algunas personas de Soacha y Sibaté usan los buses intermunicipales (por ahora, porque todavía no es claro lo que va a pasar con este transporte) y otras usan los dos medios, es decir, dos trasportes, cuatro pasajes al día (en términos de una sola persona que utilice los dos al día)
Como usuario frecuente del sistema, plantear la idea de una tarifa cero, que en realidad no sería gratuita, parece ser una buena idea, siempre y cuando la pequeña cuota a pagar no afecte significativamente el bolsillo de los usuarios, incluso más que el sistema actualmente establecido. Si esto no fuera así, en los hogares de estrato 3 hacia abajo, podría suponer un impacto económico significativo, independientemente de la factura que ya está establecida o la nueva factura a la que se le imponga este valor adicional.
Es importante destacar que comparar la implementación de esta tarifa cero con ejemplos de ciudades desarrolladas del primer mundo no es muy sensato. Esto se debe a que el contexto económico que rige en una ciudad como Bogotá no permite tener en cuenta la viabilidad real de este nuevo sistema para cada ciudadano. Incluso dentro de los mismos estratos establecidos, puede haber una gran diferencia entre la economía de una familia que puede subsistir mensualmente sin ningún problema y aquellas que apenas les alcanza para llegar al final del mes.
Para concluir, opino que se debería planear sistemas con mas cuidado con el fin de que su implementación sea equitativa y sobre toda efectiva con el fin de evitar aun mas colados y llegar a que mas usuarios se animen a usar el sistema siempre y cuando el servicio que se les ofrezca valga lo que se este pagando.
Me parece una idea loca que sigue desangrando a los colombianos…ACASO HAN PENSADO EN LAS PERSONAS QUE VIVEN SOLAS, ANCIANOS, PENSIONADOS DE UN MINIMO. ?????????..a los cuales se les cargaría todo el valor comparado con casas y familias que viven hasta 10 personas o más ( para estos últimos súper porque sería $ 136.000 dividido en 10 personas que utilizan trasmilenio daria CUOTA MENSUAL POR PERSONA $ 13.600 Y EL que vive sólo $ 136.000 todo él….Es una locura….Como no se pudo con los colados entonces desangremos a la gente honesta que si paga, y no necesariamente porque le sobre dadas las circunstancias del país
Lo que se dice es verdad, si se implementa el costo del transporte público en el recibo de la luz no es viable porque muchas personas que no utilizan el transporte terminarían pagando dicho monto. En mi opinión lo principal que deberían hacer es evaluar de qué forma se puede tener un ingreso justo para así poder cubrir los gastos del mismo, ofreciendo así un transporte digno, seguro y eficaz. Gracias por el artículo.
Considero que no es una solución para la falta de cultura ciudadana que es lo que hace que hayan colados, pues no solo las personas de escasos recursos se cuelan, además el cobro extra afecta considerablemente el presupuesto de las familias donde se utiliza el servicio muy de vez en cuando.
El cobro extra en los servicios públicos no sería una opción viable, puesto que mucha personas no estarían de acuerdo en hacer este pago. Se deberían de buscar otros tipos de alternativas para que esta propuesta de “transmilenio gratis” funcione de manera viable y que sea equitativo para la población bogotana. Además de que transmilenio debería hacer una reestructuración ya que el servicio que presta es deplorable para el costo tan elevado que tiene teniendo en cuenta que la mayoría de población que usa transporte público es la clase media-baja.
La propuesta es interesante pero es poco viable ya que muchas personas no estarían de acuerdo con el cobro extra en los servicios públicos y se podrían negar a pagarlos. La propuesta de “transmilenio gratis” es interesante pero buscando otras alternativas para que esto sea viable. Además de que se debe tener en cuenta muchas variables, como qué hay personas que viajan todos los días a Bogotá y no residen en ella, para que esta propuesta sea factible se debe de realizar de una forma equitativa para la población bogotana y en si para la población que hace uso del sistema, ademas que este también debe ser reestructurado ya que es muy deplorable sus servicio al costo tan elevado que tiene teniendo en cuenta que la mayoría de población que hace uso de este hacen parte de una clase media- baja
Es lamentable ver como nuestro gobierno en vez de buscar ayudar a la gente de nuestro país y sobre todo en Bogotá, están generando propuestas las cuales pueden ser perjudiciales para todos, ya que en algunos casos se ven casos extremos de escases entre la gran mayoría de las familias colombianas, las cuales viven de las ganancias que reciben día tras día. Desde mi punto de vista se tiene que hacer un estudio más riguroso, el cual no sea improvisando propuestas por medio de redes sociales; se necesita que miren las tazas de perdida que esto puede generar, las ganancias que puede atraer para sostener el transporte público, pero es necesario que se mire que no afecte a la población de escasos recursos, ni tampoco a los grande empresarios o compañías al momento de ver sus recibos, ya que esto no solo puede afectar la problemática abarcada, sino también otros factores sociales y económicos de nuestro país. También algo que si se debe buscar como comunidad es aumentar la productividad de nuestros recursos o del personal de trabajo, sin llegar a la explotación y reduciendo las tazas de beneficios, los cuales son buenos, pero también generan demasiados costos a nuestra nación. Por ultimo algo necesario es el control político, ya que se hablan de gastos millonarios en el transporte, y a la hora de la verdad son demasiados los fondos que se pierden durante el recorrido, los cuales se podrían utilizar para ayudar a la gente, dejándonos la inquietud ¿Dónde terminan los recursos de los colombianos? ya que en sí estamos pagando tazas de impuestos demasiadas altas lo cual no se ha visto a gran escala la inversión que se dice está en desarrollo.
La propuesta de la tarifa cero es muy tentadora, sin embargo, seria poco equitativo que algunas personas tengan que pagar este servicio sin usarlo por medio de la factura de la luz, ahora, en el caso de las personas que no viven acá en Bogotá y que vienen a trabajar o estudiar aqui en la ciudad simplemente quedarían exentos del pago hacia el sistema. Finalmente, podría esta medida estimular mas el uso del transporte publico pero seria necesario hacer una inversión antes de ello por que actualmente es un sistema que a duras penas brinda el servicio para tanta gente.
La propuesta de una tarifa cero por parte del presidente parece algo más utópico e idealista que realista. Los grandes problemas que tiene Transmilenio respecto a validar el pasaje en la práctica se limitan a ser resueltos poniendo dos policías por entrada y medidas peligrosas contra aquellas personas que deciden no pagarlo; ideas que reflejan una sociedad poco elocuente, individualista y clasista. La propuesta de un subsidio para personas que lo usen a diario motivará no sólo a usar más el transporte que aunque tiene muchas fallas es bastante útil, sino a generar cultura ciudadana y apropiación de lo público como comunidad.
Muchas gracias por este artículo, resuelve inquiétudes que surgen al momento de escuchar esta propuesta, por otro lado hay que tener en cuenta que sería un costo bastante elevado para llevar a cabo este plan para las personas que no usan este medio de transporte por lo cual se puede tener un desagrado popular respecto a esta propuesta, se debe indagar y buscar nuevas formas de rentabilidad para este medio de transporte, que respecto a precio/calidad está bastante por abajo de lo esperado, pero esto no se hace solamente con los funcionarios que manejan esta empresa, sino con cada bogotan@que utilizamos este medio de transporte.
Siempre he pensado que sería mucho más cómodo para todas y todos los ciudadanos el que se pague el servicio de transporte dependiendo de los ingresos y/o estrato de cada una/o. Esto debido a que, como dice el artículo, familias de escasos recursos gastan el 25% de sus ingresos de un mes en transportes para el siguiente y así sucesivamente.
Pienso que se debería considerar más los costoso que generan para la mayoría de ciudadanos que usamos el transporte público la mayoría de días de la semana. Es difícil para muchos de nosotros pagar 2 veces por día (a veces más) el pasaje debido a que sí es alto el valor de este y al mismo tiempo, su calidad no es totalmente cosecuente con este valor.
Hay muchas variables y situaciones que analizar si se quiere mejorar la calidad de transporte y de vida en esta ciudad.
Sin embargo, se sabe que las medidas que toman las personas dueñas de los transportes públicos de esta ciudad se rigen solamente por sus deseos personales y avaricia es por esto que no van a pensar en cómo afecta a las personas la subida del precio de transportes.
Considero que prestar atención a los temas de movilidad es supremamente importante. Así mismo, creo que el artículo presentado es de gran calidad, puesto que contiene la suficiente información para que cualquier ciudadano pueda informarse acerca de lo que rodea la propuesta de aplicar la tarifa cero en el transporte público. De esta forma, la crítica irá en sentido de si sería o no beneficioso aplicar dicha reforma.
Para una persona que emplea el transporte público de lunes a sábado (días laborales en Colombia), voy a establecer como condiciones normales que lo empleen dos veces -ida y vuelta-. Así, por día, el costo de usarlo es de $5900 y mensualmente, de $141600. De buenas a primeras, la propuesta sería aceptable (no es excepcional, porque el ahorro aún así, es de menos de dos pasajes al día), puesto que la tarifa normal mensual, supera en $5600 a lo que se tendría que pagar: $136000 por mes.
En economía, existe un concepto que se denomina liquidez y que hace referencia a la capacidad de convertir un bien o servicio en dinero, lo cuál se relaciona a su vez, con la capacidad con la que cuenta una persona o empresa para cumplir con sus obligaciones financieras (cuanto más barato se venda un servicio, más aumenta su demanda -mayor capacidad de pago-). Teniendo en cuenta aquello, es importante evaluar la siguiente información: para el estrato 1, el recibo se encuentra en un promedio de entre los $30000 y $40000; para los del 2 entre los $40000 y $50000 y para los del 3, entre los $70000 y $80000. Para los estratos 5 y 6, en un promedio de entre $100000 y $110000.
Como bien lo mencionan las estadísticas del artículo, el 73% de las viviendas está en estratos 2 y 3. Esto permite inferir que como la mayoría de la población vive en estas, el beneficio será para una gran fracción (si se toman las ya condiciones planteadas), sin embargo, aumentar el precio del recibo mensual en un rango de un 170% a un 340%, anula completamente la liquidez del servicio y por tanto, las personas se podrán sentir acorraladas con lo que respecta a sus obligaciones financieras.
Pensemos ahora en lo que sucede con las personas que no lo emplean periódicamente o que no lo usan. Para estos ciudadanos (nuevamente haciendo referencia a los días laborales), pueden existir las siguientes opciones: o trabajan desde casa o emplean un vehículo. Con respecto a la segunda opción, simplemente queda decir que es totalmente injusto pagar una cuota adicional por un servicio que no se usa. Para la primera opción, he de decir que por experiencia, el teletrabajo o estudio virtual en estrato 3, puede costar un aumento en el recibo de la luz hasta los $120.000. Ahora, si se añade la cuota adicional ¿será posible pagar el recibo en los tiempos estipulados?
la propuesta de Petro de un transporte público gratuito (llamado sistema de transporte con tarifa cero) ha causado confusión y debate. El autor analiza la propuesta, sus implicaciones financieras y sociales, y sugiere que en lugar de una tarifa cero, se deberían buscar otras fuentes de financiamiento para el transporte público en Bogotá. También se mencionan ejemplos de ciudades en el mundo que han implementado la tarifa cero y se argumenta que en el contexto de Bogotá, «es mejor enfocarse en mejorar la calidad del servicio y subsidiar a quienes más lo necesitan en lugar de ofrecer transporte público gratuito para todos», donde todos sabemos que los que mas utilizan el transporte publico son la clase obrera, los cuales son los mas perjudicados en el aumento del pasaje del transporte publico.
Es esencial que estemos al tanto de lo que ocurre en el transporte público de Bogotá, ya que como usuarios frecuentes, experimentamos a diario sus defectos, como el deficiente servicio, la inseguridad y los elevados costos. Los responsables de este servicio y los líderes de la ciudad tienden a atribuir gran parte de estos problemas a la evasión de tarifas, lo cual es un problema conocido. Sin embargo, las soluciones implementadas hasta ahora, como la presencia de policías para verificar el pago de tarifas o el empleo de personal para vigilar las puertas de las estaciones, me parecen poco lógicas. Estos recursos podrían utilizarse de manera más efectiva en otras áreas, como abordar la creciente inseguridad.
Por lo tanto, la propuesta del presidente de un sistema de transporte público con «tarifa cero» parece prometedora. No obstante, es crucial y de suma importancia que esta propuesta se planifique y se estructure cuidadosamente para evitar posibles problemas en su implementación.
La propuesta de establecer una tarifa gratuita en la transporte público es bastante interesante y podría tener un impacto positivo en la sociedad, teniendo en cuenta los siniestros viales que lamentablemente se ven seguido, así como la accesibilidad para aquellas personas que no cuentan con la economía para hacer uso de este transporte. Sin embargo es cierto que es un pensamiento algo idealista ya que cuenta con varios desafíos, siendo el principal de estos el financiero. Para lograr la tarifa cero no solo se necesita una gran inversión para aumentar la materia prima de transporte para aforar a la gran cantidad de personas que se sumarían a este medio de transporte sino que también se debe encontrar la manera de sostener este financiamiento para garantizar la fiabilidad de esta propuesta a largo plazo. Puedo decir que así como a muchos a mi también me agrada la idea de tener mayor accesibilidad al transporte pero no se pueden dejar a un lado los grandes problemas que esto llevaría si no se hace un correcto manejo que nos de sostenibilidad y calidad del servicio a largo plazo.
El debate en torno a la implementación de un sistema de transporte con tarifa cero es interesante y conlleva numerosos aspectos a considerar. La propuesta de financiamiento a través de una pequeña cuota en la factura de la luz plantea preguntas importantes sobre la equidad y la sostenibilidad financiera. Además, se destaca la necesidad de buscar fuentes de financiamiento adicionales para mejorar y expandir el sistema de transporte público, especialmente en una ciudad de la magnitud de Bogotá.
Se resalta la importancia de analizar cuidadosamente los efectos en las finanzas, la movilidad y el comportamiento antes de implementar una política de tarifa cero. En lugar de enfocarse en una tarifa completamente gratuita, se sugiere la focalización de ayudas a quienes más lo necesitan, la mejora de la calidad del servicio y la búsqueda de soluciones para hacer menos atractivo el uso del automóvil y la moto. En general, se plantea la idea de encontrar un equilibrio entre la accesibilidad al transporte público y la sostenibilidad financiera en beneficio de la ciudadanía.
Es un artículo que se puede tomar de varias maneras, tanto positivas como negtivas, donde beneficia a algunas personas, pero no a otras, sin embargo, viéndolo desde un punto de vista de personas estrato bajo que toman el servicio frecuentemente y son familias grandes donde todos toman el servicio, esta tarifa 0 sería un gran beneficio, pero si lo vemos desde la perspectiva de personas que no frecuentan en el transporte público, y por el contrario, se acostumbran a transportarse en carro, moto, bicicleta, etc. no es para nada favorable un incremento en el servicio de la luz, pues sería pagarle el transporte a otras personas, claro está que si vemos el transporte como algo tan importante y lo ponemos al mismo nivel que la salud y la educación, aquellos que no toman transporte público sería «un impuesto más» solo que en este caso en el recibo de la luz. Pues, la salud y la educación gratuita no es más que un incremento en el impuesto de todos los Bogotanos, pero cambiamos estas palabras por «gratis» simplemente porque suena más bonito.
Ahora, bien el gobierno se estaría ahorrando muchísimo dinero al no tener que contratar seguridad en los troniquetes y en las puertas, quienes eran los encargados de vigilar que no se colen, pero, si el transporte público se convierte en tarifa 0, habría mucha más inseguridad, y el gobierno tiene la obligación de velar por la seguridad de los ciudadanos, como en el caso de robos, acoso y demás. El cual es un factor que tienen que analizar y planear muy bien.
Una propuesta más que parece tener en descontento a la comunidad, si bien pareciera una idea innovadora y significativa para la optimización del servicio público, es injusta y carece de sentido el argumento con el que se propone. No parece lógico creer que la manera de solucionar una problemática es generando un gasto más para el bolsillo de los colombianos, un nuevo impuesto que no hace más que incrementar el número de colados, que, si bien son un contratiempo en la mejoría del sistema, se puede atender desde otro medio, uno más eficaz, como lo seria ordenar las tarifas y generar mayor control para prestar un servicio adecuado que justifique el alto costo del pasaje. Si se llegara a establecer tal impuesto en un servicio público como lo es la luz, no solo se crea una discordia, sino que aumentaría factores como la evasión del pasaje, pues sería como subsidiar a aquellos que pagan, e incluso es generar un egreso para aquellos que, si lo hacen, sin olvida que, muchos son aquellos que tienen diferentes medios de transporte e incluso aquellos que usan el saludable como lo es la bici estarían pagando su pasaje en un servicio que no toman. Como bien sabemos, el sistema de transporte articulado no es del todo público, y más que todo se trata de establecer un sistema de control para el dolor económico de la empresa privada, al que verdaderamente se siente afectada por la situación. Donde debería estar haciéndose un control y una vigilancia es al interior del funcionamiento administrativo privado, pues si bien sus métodos de presión para evitar los colados si funcionan y se ha disminuido un poco el porcentaje con acompañamiento de la policía y demás servidores, ¿Cómo es que sigue habiendo tantas perdidas a comparación de cuando no había estos mecanismos? Es aquí cuando se genera un interrogante del cual no se ha hablado, pero se sigue escondiendo detrás de la idea y pinta que presenta a la sociedad de “por cada colado, hay perdida y por cada perdida, hay un alza en el pasaje que ustedes pagan”.
Interesante propuesta, un buen beneficio como estudiantes, sin embargo sería una buena alternativa que se realizará en las empresas convenio con respecto al auxilio de transporte, en vez de pagarlo a los trabajadores se haga un acuerdo directamente con el sistema de trasmilenio y de esa manera compensar la tarifa cero
Este artículo deja en evidencia aspectos claves al momento de pensar en un transporte público gratuito a posteridad, pues primero es importante analizar las futuras consecuencias que esto produciría, al subir el costo de los servicios públicos como lo es la luz se incrementarían a niveles desfavorables para los colombianos estratos 2, 3 y 4 que en su vida diaria no recurren a servicios de transporte público. Bajo mi percepción es importante estudiar primeramente como se vería afectado el transporte público, pues al dejar completamente gratuito el servicio subiría la demanda, consecuencia que no se pueden permitir los servicios de transporte, pues llevaría a un posible colapso con el servicio que en la actualidad se presta, primeramente es necesario evaluar y mejorar el servicio, bajar costos, hacerlo más accesible y finalmente estudiar otras fuentes de ingresos (como lo es la publicidad, que si bien no genera grandes ganancias es una posibilidad oportunidad). Por último y algo que resalta el artículo es la problemática de los subsidios, pues si bien son un beneficio para una parte de la población es necesario estudiar bien a quienes se les otorga y que sectores recurren al servicio de transporte más a menudo.
La idea de un transporte público accesible para todos suena atractiva en principio aunque el transporte público gratuito no sería realmente gratuito, ya que se financiaría a través de una cuota en la factura de la luz. Esto nos plantea si todos los ciudadanos estarían dispuestos a asumir esta cuota adicional y si sería equitativa o progresiva en su aplicación.
Se destaca la existencia de externalidades positivas asociadas al uso del transporte público, como la reducción de costos sociales relacionados con la congestión, los accidentes de tránsito y la contaminación., pero también se critica la falta de estudios y datos confiables que respalden la afirmación de que la tarifa cero aumentaría significativamente la demanda de transporte público.
En lugar de una tarifa cero, debería abogarse por la ampliación de los subsidios a la demanda del SITP y la flexibilización del sistema actual, enfocándose en ayudar a los hogares más necesitados y mejorando la calidad del servicio o explorar otras fuentes de financiamiento, como la captura de valor, impuestos a la congestión, y el apoyo del gobierno nacional.
Es una buena propuesta pero se debe analizar y detallar más, debido a que se presentan diversas «fallas», así como hay personas que todos los días utilizan este transporte, se presentan ciudadanos que por diversos motivos no utilizan el Transmilenio, de este modo, se debe establecer una manera de generar la cuota en el recibo de luz pot hogar que sea congruente con la cantidad de personas que utilizan el Transmilenio, aunque sería un trabajo bastante complejo de realizar.
Por otra parte, una solución mas adecuada sería un pasaje que todos los ciudadanos puedan pagar, no todas las personas tiene los recursos para pagar el precio que tiene Transmilenio, que además, es muy alto para el servicio que brindan, muchas veces las rutas se ven muy retrasadas en ciertas zonas de la ciudad, y el precio que se paga no es acordé al mal servicio que brindan.
Aunque es una propuesta que en principio se ve tentadora, se ve muy claro que es difícil ponerla en marcha. Como muestran los datos, realizar esta propuesta no traerá más que malas consecuencias; para empezar, no todos los hogares podrán satisfacer el precio que se da en la factura de la luz, es una gran porción del sueldo que en la mayoría de los casos alcanza para lo básico; luego, como muestran los datos poner la tarifa cero aumentará el número de personas que usan el transporte, si ya en este momento a transmilenio el número de buses que están transportando se queda corto con el número de personas que usan el servicio, al llevar a cabo esta propuesta va a ser un completo fracaso.
Aunque si es una visión qué hay que tener, primero hay que buscar soluciones que no signifiquen sacrificar a los habitantes de Bogotá a un sistema de transporte mucho peor de lo que está ahora.
La propuesta de implementar un sistema de transporte público con tarifa cero en Bogotá ha generado controversia, ya que se financiaría a través de una pequeña cuota en la factura de la luz, lo que implicaría un costo adicional para los hogares. Aunque la idea de subsidiar el transporte público para sectores como estudiantes y personas mayores es valiosa, la viabilidad económica y la equidad en la distribución de este costo adicional plantean desafíos, considerando la situación actual del transporte público en Colombia.
La sostenibilidad financiera y la equidad en la implementación de subsidios son aspectos esenciales para asegurar un acceso equitativo al transporte público. Es fundamental explorar enfoques focalizados que prioricen a quienes más lo necesitan y buscar fuentes de financiamiento viables sin comprometer la operatividad y expansión del sistema de transporte público en Colombia.
Esta noticia desató un considerable debate sobre una propuesta para establecer un sistema de transporte público sin intereses en Bogotá, financiado con una pequeña tarifa en las facturas de electricidad. Debemos tener en cuanta algunas consideraciones:
1. Equidad y financiamiento: La idea es hacer que el transporte público sea accesible, pero la pregunta es ¿Todos los residentes estarán dispuestos y podrán agregar estos pagos teniendo en cuenta que utilizar este nuevo pago en sus facturas de luz.
2. Beneficios sociales: Las políticas gratuitas pueden incrementar el uso del transporte público, lo que si va acompañado de un mejor servicio traerá importantes beneficios a la ciudad. La reducción de los costos sociales asociados con la congestión del tráfico, los accidentes viales y la contaminación es un aspecto importante a considerar.
3. Fuentes alternativas de financiamiento: La propuesta menciona la necesidad de buscar otras fuentes de financiamiento para asegurar la sostenibilidad del sistema. Se discutirán varias opciones, como la captura de valor, los ahorros por la eliminación de los recolectores, las inversiones en innovación de flotas y posibles contribuciones de los gobiernos nacionales.
En definitiva, el debate sobre el transporte público gratuito o gratuito es un tema complejo que involucra aspectos económicos, sociales y políticos. Cada decisión debe basarse en un análisis integral de sus implicaciones y lograr un equilibrio entre accesibilidad para todos, viabilidad financiera y mejora de los servicios de transporte público en Bogotá.
El análisis demuestra su validez al tomar un enfoque crítico hacia la propuesta de implementar tarifas cero en el sistema de transporte público de Bogotá. Sin embargo, para enriquecer aún más la discusión, sería beneficioso profundizar más en ciertos aspectos y proponer soluciones prácticas y específicas para abordar los problemas identificados, como por ejemplo se centra principalmente en consideraciones a corto plazo. Sería valioso incluir una discusión más amplia sobre cómo la implementación de la tarifa cero podría afectar a la economía y la sociedad de Bogotá a lo largo del tiempo, especialmente en términos de sostenibilidad financiera.. Esta mayor profundización y especificidad no solo enriquecerían el análisis, sino que también contribuirían a una discusión más completa y constructiva en torno a este tema.
Lamentablemente Colombia es un país sin una economía estable, puede que los primeros meses funcione bien, pero llegado el momento , si se llegase a implantar la tarifa cero y por algún motivo se tuviera que regresar a pagar nuevamente, seria muy complicado que la gente lo hiciera, y esto si podría causar un colapso total en el sistema de movilidad. Se debería hacer como hace algunos años cuando se implanto las horas valle y las horas picos, que el servicio era un poco mas económico.
Es bueno que el artículo muestre las distintas caras sobre el gran tema importante que es el transporte público, en mi opinión el transporte público no debería tener tarifa cero, más bien las distintas empresas y universidades deberían dar un subsidio de transporte que sea el que pague el transporte de los que día a día salen a su lugar de trabajo o estudio, claro el problema está en las personas que tienen trabajos informales porque ellos tienen el mismo derecho de tener ese subsidio como los demás. En otra cuestión no debería cobrarse ese dinero en los recibos de luz pues las personas que no usen servicios de transmilenio no tienen porqué pagarlo, además pareciera que quisieran sacar dinero a los bogotanos de todos lados algo que no me parece que sea la forma ni el sentido.
Me parece que la propuesta puede llegar a ser viable para los que somos usuarios recurrentes del transporte público, ya que esto aumentaría la calidad de la prestación del servicio y la cantidad de colados se vería reducida, pero hay que tener en cuenta que hay personas que no usan este medio de transporte debido a que no tienen la necesidad de movilizarse o ya poseen un medio particular por lo cual no seria equitativo cobrarles un servicio que ellos no están requiriendo ni haciendo uso de él y más teniendo en cuenta que muchas personas tienen una entrada de ingresos menor al salario mínimo estipulado por lo que hacer un cobro extra en la tarifa del servicio de la luz sería una complicación más para estas personas.
Si bien la propuesta de implementar un sistema de transporte público gratuito en la ciudad es una idea viable, principalmente por hacer más accesible el servicio a un amplio segmento de la población, hay que tener en cuenta que financiar el sistema a través de una cuota añadida a la factura de la luz podría tener un impacto desproporcionado en los hogares de bajos estratos, la misma población a la que la propuesta debería beneficiar. Por otro lado, se menciona la necesidad de inversiones para mejorar y expandir el sistema de transporte, ingresos adicionales que no podrían ser recaudados si se implementa esta medida.
Teniendo en cuenta los ejemplos internacionales mencionados, se evidencia la variabilidad de esta política según el contexto y el tamaño del sistema, por lo que sería ideal explorar fuentes de financiamiento alternativas, como subsidios focalizados.
Considero que esta postura es demasiado conservadora y no toma en cuenta los beneficios potenciales que podría traer consigo la tarifa cero.
En primer lugar, se argumenta que la escala del sistema de transporte de Bogotá, que mueve casi 4 millones de personas al día, dificultaría la implementación de la tarifa cero. Sin embargo, existen ejemplos exitosos de ciudades con sistemas de transporte masivos que han implementado la tarifa cero, como Tallinn en Estonia y Luxemburgo. Estas ciudades han logrado aumentar la demanda de transporte público y reducir la congestión vehicular, lo cual demuestra que la tarifa cero puede ser efectiva incluso en sistemas de gran escala.
Además, se menciona que la tarifa cero no ha demostrado ser efectiva en generar un cambio modal de carros a buses en otros lugares, y que en algunos casos solo ha atraído a usuarios que antes se movilizaban a pie. Sin embargo, esto no significa que la tarifa cero sea ineficiente en general. Es importante considerar que cada ciudad tiene sus propias características y desafíos, por lo que los resultados pueden variar. En el caso de Bogotá, donde el uso del carro es predominante, la tarifa cero podría ser una medida efectiva para incentivar a las personas a utilizar el transporte público y reducir la dependencia del automóvil.
Por otro lado, el texto propone ampliar los subsidios a la demanda del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) y flexibilizar el sistema actual. Si bien es importante brindar apoyo económico a los hogares más pobres, esto no garantiza necesariamente un aumento en el uso del transporte público. Los subsidios SISBEN mencionados en el texto no han logrado estimular el uso del SITP de manera efectiva, lo cual indica que se requiere de nuevas estrategias para fomentar el uso del transporte público.
En mi opinión esta propuesta soluciona la gran mayoría de problemas existentes que atraviesan la situación actual del transporte publico y considero algo egoísta la posición de aquellos que no ven la opción de asumir este tipo de gasto porque realmente no existe una identidad como ciudadanos y vemos ajenas las situaciones que atraviesan las personas que sí viven esto y lo viven diariamente.
Por esperanzadora que sea la idea de un servicio de SITP con tarifa cero, es fácil evidenciar que, debido a la gran cantidad de problemáticas mostradas, la implementación de una «tarifa 0» está lejos de ser una realidad. El aumento en la tarifa de la luz es hasta descomunal, considerando que para algunas personas puede significar pagar casi de doble de la factura de luz, y esto no solo afectaría a familias de menor poder adquisitivo, sino a aquellos que directamente no usan el servicio en lo más mínimo. Considerando también que los ejemplos de implementación exitosa representan apenas una fracción de la población movida por los servicios de SITP, es claro que es necesario acercarse a la iniciativa desde un ángulo diferente. Considero la idea de una «tarifa 0» que no afecte indirectamente el bolsillo del ciudadano promedio sería algo descabellado, pero sí es posible el mejoramiento del sistema desde otro tipo de enfoques, y que se deberían destinar mayores recursos a la construcción de un sistema de transporte mejor integrado y más óptimo.
Se debería comenzar con un subsidio para los estudiantes de la ciudad y luego a partir de como se vea el gasto económico de este subsidio hay si proponer o no el subsidio general en la ciudad, ya que todavía no se sabe con exactitud el costo de este cambio. Además, también puede surgir muchos nuevos problemas con esto, ya sea la inseguridad la venta informal dentro del sistema (más de lo actual), poca capacidad del sistema de transporte para gran cantidad de personas (lo cual crearía otro problema de más al sistema), entre otras.
Entonces, como conclusión, se debería proponer algo para una población mas baja y así no generar una problemática más para el país.
La propuesta del presidente frente que el transporte público tenga una tarifa cero, es interesante teniendo en cuenta que se disminuirían los colados día a día en el Transmilenio y el SITP. Sin embargo, que se de un cobro mensual en el recibo de la luz, con una cuota tan alta sería una problemática mayor. Ya que muchos ciudadanos no estarían de acuerdo con esto, en especial las comunidades que no acostumbran al hacer uso de este servicio, muchos no acceden a la idea de pagar algo que realmente no usan diariamente, además se debería garantizar seguridad real para los usuarios que estén abordo de las estaciones y los buses. Por lo tanto, se deberían tener parámetros más claros para la propuesta que se está planteando en el gobierno, así como el alcalde de Bogotá que sea electo, que ambas propuestas se relaciones y se complementen.
La propuesta tiene una finalidad muy atractiva, el hecho de ofrecer un servicio de transporte público del mismo nivel que el sistema de salud y de educación, alegra a todos sus usuarios, pero la idea de que los bogotanos sin importar el estrato y si usan o no el transporte público deban pagar anualmente la cifra de 136 mil pesos, genera malestar en los habitantes de la ciudad. Tan solo el 76% de los bogotanos son de estratos 1, 2 y 3, personas con pocos recursos que destinan hasta el 25% de sus ingresos a la movilidad, y que se les haga un aumento en el recibo, no contribuye a mejorar la calidad de vida de ellos y tampoco suena justo para quienes no usen este medio de transporte que paguen por algo que ni usan. Son entedibles todos los puntos de vista, en mi opinión, se deberian seguir buscando alternativas que realmente sean viables, que cumplan con el objetivo de brindar un sistema de movilidad de mayor nivel y que sea acogida por la mayoría de los bogotanos.
Aunque es una propuesta llamativa e interesante con respecto a una gran problemática presente en la mayoría de hogares colombianos, ya que hay hogares donde mas de una persona usa el sistema de transporte publico, lo cual hace que sea una tarifa fija que debe pagarse casi mensualmente así como el recibo de la luz o el agua, también tener en cuenta que hay buses del SITP, que no se encuentran en las mejores condiciones, por lo que es una necesidad mas que hay que sumarle a la problemática, por otro lado me parece importante la opinión final que se aborda, ya que aunque si es importante ayudar a la población mas vulnerable con este servicio, solo algunas personas usan realmente el sistema de transporte ya sea SITP o Transmilenio, por lo que lo realmente importante es enfocarse en la personas que usen estos servicios de forma frecuente y no tengan los recursos para pagar una tarifa mensual alta, mas que mirar como dejar el servicio gratuito del sistema, es priorizar la calidad del servicio, porque ahora que se vienen otras rutas o servicios como el metro, la gente optara por otros servicios para movilizarse mas rápido y fácil a sus destinos, y incluso puede que la tasa de demanda del servicio disminuya para otros sistemas como puede ser el Transmilenio, ya lo vimos cuando se paso de busetas a buses del SITP, entonces puede que se repita esta situación, por lo que siento que es mas importante prestarle mas atención a los servicios futuros.
Definitivamente, el asunto del tranporte público nos concierne a todos, ya que al menos un familiar o nosotros mismos usamos este medio para llegar a los distintos lugares de la ciudad, algunos de forma mas frecuente que otros, esto genera distintas posiciones frente a esta propuesta, lo cierto es que hay muchos factores que hay que tener en cuenta, como aquellas personas que no lo usan constantemente, que el presupuesto y lo que este reuna de los costos al recibo simplemente no alcance a cubrir los gastos básicos que el sistema necesita, sin contar las posibles falencias que vaya a tener en un futuro, y se vuelva más ineficiente, por otro lado, el ahorro que tendrían las personas que lo emplean de manera habitual, como estudiantes, y trabajadores. Este es un tema polémico debido también a los cambios que el sistema debe realizar, las obras en construcción, el tema de la contaminación ambiental, y las posibles deudas que existan con alguna otra entidad. Mi posición frente a esta problemática, es que no se debería implementar en este momento, debido al dudoso cálculo del dinero y su ejecución, al igual que aun no están terminados los nuevos canales, rutas, troncales, etc, lo cierto, es que se debería hacer un estudio donde estas problemáticas se pongan sobre la mesa, al igual que las tarifas, y los medios alternativos de transporte sostenibles y su cuidado, para que todos podamos tener un acceso al sistema de transporte, ya sea público, privado, o sostenible, de forma consciente y justa, para lo más importante, poder llegar a salvo a nuestros destinos.
Considero que esta postura es demasiado conservadora y no toma en cuenta los beneficios potenciales que podría traer consigo la tarifa cero.
En primer lugar, se argumenta que la escala del sistema de transporte de Bogotá, que mueve casi 4 millones de personas al día, dificultaría la implementación de la tarifa cero. Sin embargo, existen ejemplos exitosos de ciudades con sistemas de transporte masivos que han implementado la tarifa cero, como Tallinn en Estonia y Luxemburgo. Estas ciudades han logrado aumentar la demanda de transporte público y reducir la congestión vehicular, lo cual demuestra que la tarifa cero puede ser efectiva incluso en sistemas de gran escala.
Además, se menciona que la tarifa cero no ha demostrado ser efectiva en generar un cambio modal de carros a buses en otros lugares, y que en algunos casos solo ha atraído a usuarios que antes se movilizaban a pie. Sin embargo, esto no significa que la tarifa cero sea ineficiente en general. Es importante considerar que cada ciudad tiene sus propias características y desafíos, por lo que los resultados pueden variar. En el caso de Bogotá, donde el uso del carro es predominante, la tarifa cero podría ser una medida efectiva para incentivar a las personas a utilizar el transporte público y reducir la dependencia del automóvil.
Por otro lado, el texto propone ampliar los subsidios a la demanda del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) y flexibilizar el sistema actual. Si bien es importante brindar apoyo económico a los hogares más pobres, esto no garantiza necesariamente un aumento en el uso del transporte público. Los subsidios SISBEN mencionados en el texto no han logrado estimular el uso del SITP de manera efectiva, lo cual indica que se requiere de nuevas estrategias para fomentar el uso del transporte público.
Uno de los aspectos positivos de la propuesta es la posibilidad de fomentar el uso del transporte público y reducir los costos sociales asociados con la congestión. Sin embargo, los desafíos económicos y financieros son evidentes. La implementación de un sistema de tarifa cero requeriría fuentes de financiamiento sólidas y sostenibles, lo que podría aumentar la carga económica para algunos hogares. Además, tal como hay grupo de personas que a diario usa el transporte y seria una gran ventaja para ellos, por otro lado hay un grupo de personas que no utilizan el transporte publico y rechazan la idea de tener que pagar por algo en lo que probablemente no se van a mobilizar. Es una propuesta que se debe estudiar cuidadosamente para ver por el bien de todos los habitantes de la ciudad.
Es muy bueno tener este tipo de claridades, respecto a una buena idea que plantea el presidente, ya que, la prensa y las redes sociales diversificaron la idea principal de esta propuesta, este hecho es preocupante porque la cultura colombiana no entiende el verdadero valor que tiene el sistema de transporte principalmente en Bogotá y los beneficios que contiene, el mismo artículo hace hincapié en este punto. Entonces nos encontramos en una ciudad donde prevalece el descontento por la multitud de carros que circulan a diario, pero acto seguido somos la ciudad que más compra vehículos para movilizarnos, siempre abra esta doble moral de los «colombianos». Debería repensarse el concepto y el significado que conlleva el «Sistema de transporte público de la ciudad», para que no haya este tipo de confusión a la hora de presentar este tipo de propuestas.
La movilidad en la capital, en particular el tema de las tarifas de Transmilenio y los desafíos que enfrenta, constituye una preocupación que indudablemente afecta a numerosos habitantes de Bogotá. En esta ciudad, que ostenta uno de los más altos índices de congestión vehicular a nivel mundial, la necesidad de desplazarse se torna esencial.
La implementación de una tarifa cero en el transporte público conlleva tanto ventajas como desafíos, los cuales es necesario examinar brevemente. El empleo del transporte público conlleva diversos beneficios para la sociedad, por lo que la adopción de una tarifa cero podría fomentar su uso. No obstante, es crucial evaluar si Transmilenio posee la capacidad para atender la nueva demanda de pasajeros que esto generaría. El costo del transporte público representa una carga sustancial en el presupuesto de muchas familias, de modo que esta medida resultaría especialmente beneficiosa para quienes utilizan el servicio de manera frecuente. Sin embargo, es necesario tener presente que una parte de la población no requiere trasladarse de forma continua, por lo que esta medida podría percibirse como injusta, generando insatisfacción entre dicha porción de la población.
En resumen, resulta esencial considerar una amplia gama de estrategias y soluciones para afrontar los retos del transporte público en Bogotá. La tarifa cero quizás no sea la solución más adecuada, pero explorar alternativas como la eliminación de los subsidios a la gasolina y la promoción del uso de la bicicleta son enfoques interesantes que podrían mejorar la movilidad y la calidad de vida en la ciudad, siempre y cuando se garantice la seguridad y la calidad del servicio público.
Se debería tener en cuenta el estrato a la hora de asignar y calcular el monto de estas tarifas en el recibo de la luz si se llegara a implementar la tarifa cero, debido a que por ahora como se muestra, seria en general una tarifa algo injusta con quienes se supone que ayudaría esta propuesta.
Es una propuesta interesante, la cual se debe analizar el impacto positivo que esta pueda llegar a tener en la sociedad. Más que una tarifa 0, es indispensable poner en discusión el tema del mejoramiento del sistema, una forma de incentivar el uso de este medio de transporte es que las personas se sientan cómodas y seguras en el, que se refleje una eficiencia relacionada con su costo. El SITP presenta muchas falencias desde el tema de la inseguridad, eficiencia, costo-beneficio que brinda el sistema, entre otras causas que generan un descontento en los usuarios, los cuales prefieren emplear otro tipo de transporte, se debe trabajar en estos puntos en pro de un mejor servicio.
En mi humilde opinión considero que es una buena alternativa la «tarifa cero» para obtener mayor financiación, sin embargo es contraproducente ya que no garantiza que haya una mejora en el servicio.
Por otro lado en los servicios de subcidiar a los más necesitados me parece más justo. Ya que asegura el bienestar de la sociedad y ya que según las estadísticas es la mayor parte de la sociedad.