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Títulos en la Cumbre: entre La Boquilla, el Palenque y Washington

Escrito por Aura López
Aura Liliana Lopez

Aura Liliana LopezEl significado de un evento colorido dentro de la apretada agenda de Obama en Cartagena: la entrega de títulos colectivos a dos comunidades afrocolombianas, cargadas de historia pasada y presente de resistencia y de defensa de una identidad reconocida como patrimonio cultural intangible de la humanidad.

Aura Liliana López *

No hubo restitución, sino legitimación

Llegó el día y ahí estaba todo perfectamente dispuesto para que el presidente Obama ingresara con su sonrisa habitual y trote característico a la Plaza San Pedro Claver para hacer entrega oficial de títulos colectivos a las comunidades afrocolombianas de San Basilio de Palenque y La Boquilla, en compañía del presidente Juan Manuel Santos y de Shakira.

Para muchos un evento más en la agenda de la Cumbre. La mayoría se preguntó: ¿y quiénes son los boquilleros y los palenqueros? ¿Y eso dónde queda? Para ellos fue un día histórico, antecedido por años de persistencia, de negociaciones, de aprendizajes y sobre todo, de resistencia.

Antes de explicar el por qué de la trascendencia de este acto de entrega de títulos, conviene aclarar varias cosas:

  • La primera, al contrario de lo que se dijo en los medios de comunicación e incluso en fuentes oficiales, este no fue un acto de restitución. La restitución implica que las comunidades o personas objeto de la titulación hayan sido despojadas previamente, lo cual no es del todo cierto en el caso de los titulados de Palenque y La Boquilla.

Lo que sí ocurrió mediante la titulación colectiva, fue que se procedió a legitimar jurídicamente la propiedad de las comunidades sobre la tierra que habitan, teniendo como argumento la ocupación “ancestral, tradicional, continua e ininterrumpida [1]” de las mismas y su protección como grupo étnico minoritario. Antes de esto, fue necesario un largo proceso que implicaba definir los linderos, censar la población, e incluso descartar (y pronto expropiar) a poseedores de mala fe que no pertenecían a las comunidades.

  • La segunda, corresponde a la titulación colectiva, figura especial que atañe únicamente a las comunidades afrocolombianas, como quedó establecido en la Ley 70 de 1993. Esta, como su nombre lo indica, suprime el carácter privado o individual de la propiedad de la tierra, y la entrega a la colectividad de quienes la habitan.

En su momento, se pretendía blindar los asentamientos de comunidades negras, especialmente en el Pacífico colombiano, de la acción depredadora de grupos armados y de intereses privados en la explotación económica de la tierra, basada en negocios non sanctos. Por esta razón, las tierras tituladas colectivamente son “inembargables, inalienables, e imprescriptibles”. O sea: o para todos o para nadie.

El Palenque, primer territorio libre de América

San Basilio de Palenque, a tan sólo 45 kilómetros de Cartagena, es un lugar particularmente emblemático en la representación histórica de nuestro país e incluso del continente, aunque esa importancia haya sido suficientemente visibilizada.

Aura liliana Lopez monumentoEstatua de Benkos Bioho en San Basilio de Palenque. Tomada por: Electo Beleño

Fue el primer pueblo libre de América, es decir, el primer asentamiento donde los africanos y sus descendientes ya no vivían en esclavitud. Es además, uno de los pocos que conserva tradiciones socio–culturales ancestrales, razón por la cual fue declarado por la UNESCO en el 2005 “Espacio Cultural de Excepcional Valor para el Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”.

Pero San Basilio de Palenque seguía siendo un corregimiento del municipio de Mahates, con casi 80 por ciento de Necesidades Básicas Insatisfechas, que carecía de autonomía territorial, presupuestal, organizativa y gubernamental, lo cual estaba poniendo en riesgo su permanencia en el territorio. Por ende, la titulación de Palenque es un paso adelante en el Plan de Protección y Manejo de este “Patrimonio de la Humanidad”.

La playa de La Boquilla

El caso de la Boquilla es distinto: este corregimiento de Cartagena, a sólo 10 minutos del Centro Histórico, es el vecino incómodo de los honorables dueños del Hotel Las Américas y una serie de construcciones de élite sobre la salida de la vía Las Américas, que conduce a Barranquilla, y a lo largo de la playa que antes fue en su totalidad de los boquilleros, quienes la fueron vendiendo poco a poco.

Pero muchos resistieron: forman una comunidad que recibió su título colectivo ante los medios del mundo entero y en presencia de Obama, nada menos. Un título que no sólo representa el derecho sobre su tierra: también protección y status político como grupo étnico.

El documento debe frenar, al menos por ahora, el apetito voraz de quienes no quieren dejar que “se desperdicien” esas suculentas 39 hectáreas de playa, sobre las que están asentadas ancestralmente estas comunidades.

Aura liliana Lopez playa La Boquilla. Tomada por Aura López

Durante la fase de diagnóstico, elaborado por el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER), previo al proceso de titulación, salieron a flote irregularidades cometidas por grupos económicos, no sólo intentando apropiarse de las tierras de La Boquilla, sino intrigando para hacer aptos para el desarrollo urbano predios cuyas características no permiten construcciones de semejantes dimensiones, además del impacto ambiental que han causado a la Ciénaga de La Virgen, que solía ser una fuente de agua y alimento para las comunidades aledañas, conectadas mediante caños y manglares.

El diagnóstico dejó por fuera a los habitantes de Marlinda y Villa Gloria, dos asentamientos aledaños, quienes persisten en reclamar su derecho a seguir ocupando la mejor playa del sector.

Pero los boquilleros no la tendrán fácil en este otro escenario: como dicen coloquialmente “le pisaron la cola al diablo” al aceptar ser parte de un show tan publicitado y de alto perfil, pues elevaron la barra con la que se medirá el éxito de estas comunidades en la construcción de su desarrollo, ya no como un grupo más de cartageneros pobres y excluidos, sino como una comunidad con derechos y deberes inherentes a su condición de grupo étnico y a su constitución como consejo comunitario afrocolombiano.

Afrocolombianos y Estados Unidos

Sin demeritar el significado de la titulación, resulta obvio que el gobierno quiso hacer un show políticamente correcto en el marco de la reunión bilateral con Estados Unidos. Blanco es, gallina lo pone. Como Obama dijo en su discurso, es “descendiente de americanos y afroamericanos”, haciendo evidente su respaldo y simpatía política con un gobierno que en teoría defiende los derechos de las minorías étnicas.

Aura liliana Lopez Obama
Entrega de títulos a la comunidad de San Basilio de Palenque.
Tomada de: RCN la Radio

El lobby de los líderes afrocolombianos, de la mano de ONG internacionales, para denunciar la precaria situación en que viven estas comunidades en el país, tuvo eco en espacios de decisión estadounidenses, terminando por convertirse en un tema importante (aunque no determinante) de agenda bilateral.

No es casualidad que recientemente la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) haya destinado alrededor de 60 millones de dólares a la creación de un programa especial para afrocolombianos e indígenas.

Queda en el aire una pregunta: ¿se expedirán títulos con la misma agilidad para las demás comunidades afrocolombianas? ¿O tendrán que esperar la próxima visita de Obama?

Esperemos que estos títulos sean apenas los primeros que se entregan en desarrollo de una política pública sobre la base de un plan de etno-desarrollo serio y concertado.

No solo las grandes empresas o conglomerados corporativos capitales saben administrar riqueza. También pueden hacerlo las comunidades, si se les involucra en un proceso de construcción y de aplicación de saberes para tal fin. Esta apuesta innovadora ya se está multiplicando en países como Brasil.

Cuando visiten a Cartagena, ojalá se alejen por un momento de la ciudad de las murallas imponentes e indolentes, pospongan sus compras y se den la oportunidad de conocer dos sitios que representan todo lo que la Cartagena tipo Cumbre ni es, ni ofrece: San Basilio de Palenque y La Boquilla.  
 

* Experta en cooperación internacional y políticas públicas diferenciadas, asesora de cooperación de la Embajada de Japón.

twitter1-1@auralililopez

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