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Subir las tasas de interés, un remedio equivocado

Escrito por José Gómez González
Subir las tasas de interés Colombia

El aumento de las tasas de interés no ha dado frutos contra la inflación y tendrá efectos adversos. La economía colombiana exige cambios de más fondo.

José Gómez González*

Un fenómeno inusual

El fenómeno mundial de la inflación nos tomó por sorpresa, porque la mayoría de los países llevaban más de veinte años de relativa estabilidad o aumentos moderados en los precios de la mayoría de los bienes y servicios.

Pero desde comienzos de 2022 se ha venido presentando un aumento acelerado en el ritmo de inflación general, incluyendo los precios de sus dos componentes más volátiles, alimentos y energía, —la llamada “inflación subyacente”—. Ambos índices se encuentran hoy por encima del objetivo de las economías avanzadas y de varios mercados emergentes.

Ese aumento generalizado de los precios afecta a todas las personas, en especial a quienes reciben ingresos fijos o tienen menos herramientas para reajustarlos de manera que conserven su poder adquisitivo. Por eso la inflación se ha convertido en una preocupación internacional de primer orden.

Remedio ineficaz

Pero las autoridades monetarias pensaron que se trataba de un problema pasajero, que atribuyeron a la disrupción de las cadenas de suministro debida a la pandemia y a la guerra en Ucrania.

Para ayudar a frenar la inflación y evitar el “desanclaje” de las expectativas — el círculo vicioso donde cada uno de los agentes económicos eleva sus precios para defenderse del alza general que todos anticipan—, muchos bancos centrales aumentaron de manera modesta las tasas de interés de intervención.

A pesar de esas medidas moderadas, la inflación no se redujo, las autoridades reconocieron que no era pasajera y respondieron con aumentos repetidos y más altos de las tasas de interés.

Colombia no ha sido la excepción: entre enero y octubre de este año el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó un 12,2%— la tasa más alta del siglo— lo cual quiere decir que hasta ahora no ha servido el remedio de aumentar las tasas de interés.

Ante este panorama, surgen dos interrogantes que importa examinar:

  • ¿Por qué la inflación no ha cedido pese a los aumentos en la tasa de interés por parte del Banco de la República (BR)?
  • ¿Qué efecto pueden tener estos aumentos sobre la actividad económica en el país?

¿Por qué no ha cedido la inflación?

Comienzo por notar que la eficacia del aumento de las tasas de interés no es la misma cuando la inflación se debe a factores de oferta que cuando ella proviene del lado de la demanda.

Colombia no ha sido la excepción: entre enero y octubre de este año el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó un 12,2%— la tasa más alta del siglo— lo cual quiere decir que hasta ahora no ha servido el remedio de aumentar las tasas de interés.

Cuando la inflación se debe al aumento de la demanda, como ocurre típicamente durante las fases expansivas del ciclo económico —cuando el PIB aumenta y las personas tienen más recursos para consumir—, los aumentos de tasas suelen ser muy efectivos para controlar la inflación, porque:

  • Desestimulan el consumo y por ende consecuencia estimulan el ahorro;
  • Desestimulan la inversión por que encarecen el crédito bancario.

De esta manera el alza de las tasas desestimula los dos componentes de la demanda agregada, y por tanto permite detener el aumento de los precios.

Pero el tema es más complicado cuando la inflación proviene sobre todo de la oferta, como es el caso actual en Colombia y en el mundo. En una situación ideal, el problema se resolvería con un aumento de la oferta agregada que detuviera el alza de los precios. Pero en este momento esa oferta se ha visto afectada por problemas que no están bajo el control de las autoridades nacionales.

Por una parte, la guerra en Ucrania ha ocasionado un recorte sustancial de la oferta de trigo y petróleo, lo cual encarece la energía y la producción, procesamiento y transporte de los alimentos. Por eso la inflación de alimentos y energía en Colombia está desbordada y no se prevé su reducción en el corto plazo.

Por otra parte, la disrupción de las cadenas de suministro debida a la pandemia y a los cierres recurrentes países productores de insumos tecnológicos básicos, como China, ha encarecido muchos bienes finales en el país y en el mundo. En Colombia, esto se ha visto agravado por la acelerada devaluación del peso.

Efectos del aumento en la tasa de interés

Ante esta cruda realidad, las alzas en la tasa de interés que viene haciendo el BR no sirven para frenar una inflación que no proviene del aumento en la demanda agregada, sino más bien para inducir una caída en el ritmo de actividad económica.

Después de registrar un crecimiento del PIB real del 10,7 % en 2021, para este año se espera un crecimiento de entre 7 % y el 8 %. Para el próximo año, sin embargo, las proyecciones están alrededor del 2 %. Y en este punto debo aclarar que, según el FMI, la OCDE y el Banco Mundial, Colombia será uno de los países que más crezca en 2022 y 2023 en la región de América Latina y el Caribe.

Pero un crecimiento del 2% es bajo y pone en riesgo las metas de reducción de la pobreza del gobierno Petro. La tasa de desempleo en septiembre fue del 10,7 %, menor que la del mismo mes del año pasado (12,0 %), pero muy superior a la de la mayoría de los países de la OCDE o aún de los de América Latina. Y, de hecho, somos uno de los países del mundo con mayor participación del empleo informal, o de precariedad del mercado laboral.

Subir las tasas de interés Colombia
Foto: Wikimedia Commons - El Banco de la República ha aumentado las tasas de interés para contrarrestar la inflación. Una acción que no da resultados, pero que puede afectar la calidad de vida de los colombianos.

Más todavía: las proyecciones anteriores tienen un alto grado de incertidumbre, debido a la volatilidad de los precios del petróleo y a las perspectivas de la economía global; no se puede descartar una desaceleración mayor, incluso una recesión económica en Colombia en 2023.

En lo coyuntural, es importante que el BR deje de aumentar sus tasas de interés. Es difícil saber si así comenzará a reducirse la inflación, pero con relativa certeza se puede predecir que estos aumentos contraerán la demanda agregada y agravarán así la desaceleración de las actividades económicas.

¿Qué hacer?

En vez del alza reiterada de las tasas de interés, necesitamos medidas de corto y de largo plazo.

La clave está en hacer reformas para lograr la estabilidad fiscal y la sostenibilidad de las exportaciones colombianas. Actualmente, los déficits fiscales y de cuenta corriente son altos, persistentes nos hacen altamente vulnerables a los choques externos.

Quizá la principal reforma en este aspecto consiste en adoptar una política industrial sólida —diversificación de la estructura productiva, con énfasis en bienes de alto valor agregado—.

Esta diversificación de la base productiva permitirá acelerar el crecimiento económico. En un estudio reciente, mis colegas y yo concluimos además que la diversificación reduce la probabilidad de una crisis fiscal entre el 46 % y el 57 %.

En lo coyuntural, es importante que el BR deje de aumentar sus tasas de interés. Es difícil saber si así comenzará a reducirse la inflación, pero con relativa certeza se puede predecir que estos aumentos contraerán la demanda agregada y agravarán así la desaceleración de las actividades económicas. De seguir aumentando las tasas de interés, podría precipitarse una recesión con serias consecuencias para los colombianos.

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