“Si caigo, hablo”: María del Pilar Hurtado - Razón Pública
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“Si caigo, hablo”: María del Pilar Hurtado

Escrito por María Victoria Duque
Maria Victoria Duque

Maria Victoria DuqueLa relevancia de este testigo clave produce temores muy variados: tanto si llega a revelar todo lo que sabe, como si la mordaza resultara definitiva, hay motivos para generar una profunda preocupación en Colombia.

María Victoria Duque López*

Es razonable suponer que María del Pilar Hurtado es la funcionaria más informada sobre el delito de interceptaciones ilegales que la opinión conoce como “las chuzadas del DAS” (Departamento Administrativo de Seguridad). Por haber sido subdirectora (marzo de 2006 a octubre de 2008) y directora (agosto de 2007 a octubre de 2008) de ese organismo, uno puede presumir que ella conoce particularmente bien las circunstancias que rodearon esos delitos.

Ahora que un grupo importante de allegados del gobierno del expresidente Uribe (incluyendo funcionarios y asesores del más alto nivel) está implicado en problemas judiciales serios, la opinión ha comenzado a apreciar la magnitud del daño institucional, político y ético que estas personas dejaron a su paso.

Una veintena de subalternos de la señora Hurtado son testigos, han aportado evidencias, han aceptado cargos, han negociado en virtud del principio de oportunidad, o han recibido sentencias condenatorias.

Si se hace una recapitulación de aquel proceso, se tiene que una veintena de subalternos de la señora Hurtado son testigos, han aportado evidencias, han aceptado cargos, han negociado en virtud del principio de oportunidad, o han recibido sentencias condenatorias. Y sin embargo, el ex presidente Uribe ha salido en su defensa de manera irrestricta, ruidosa e insistente. Recordemos:

Después de su renuncia —directamente provocada por el escándalo de su participación en el delito— cuenta que le pidió ayuda al entonces presidente Uribe ante su precaria situación económica, quien dio instrucciones a su secretario jurídico para "llenarla de contratos”.

  • Con el argumento de que no hay garantías para sus compañeros de gobierno, el ex presidente les “aconseja” que busquen asilo.
  • El 1 de octubre de 2010, el Procurador Alejandro Ordóñez destituyó e inhabilitó a la señora Hurtado por haber ordenado a funcionarios del DAS que realizaran “labores de seguimiento a algunos ciudadanos de relevancia nacional, abusando de su cargo, con clara extralimitación de las funciones legales asignadas, violando con ello el derecho a la intimidad” [1].
  • Mediante decreto 301 del 19 de noviembre de 2010, el Presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, le concedió el asilo territorial.
  • En diciembre de 2011, tras una petición de la fiscal Viviane Morales, el Ministerio de Relaciones Exteriores pidió a las autoridades panameñas su extradición, para que responda en Colombia frente al proceso penal que se adelanta en su contra.
  • En enero de 2012, una comisión del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, el abogado Luis Guillermo Pérez, defensor de la exsenadora Piedad Córdoba, y el periodista Hollman Morris viajaron a Panamá para presentar pruebas que sustentarían la revocatoria del asilo a María del Pilar Hurtado.
  • Enseguida el expresidente Uribe anunció en su cuenta en Twitter, que “el Bloque Humanitario Germán Restrepo Maldonado viajará a Panamá para presentar pruebas, ante la Cancillería, la Corte Suprema de Justicia y los medios de comunicación” sobre la cercanía entre el colectivo de abogados José Alvear Restrepo y las FARC, así como sobre la militancia guerrillera de Hollman Morris, quien según el comunicado “fue nombrado corresponsal de guerra de Anncol”.
  • El 3 de febrero el gobierno panameño rechazó la solicitud de extradición basado en las premisas de que toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en territorio extranjero en caso de persecución por delitos políticos o comunes conexos con los políticos, de que “todo Estado tiene derecho, en ejercicio de su soberanía, de admitir dentro de su territorio a las personas que juzgue conveniente, y que la extradición no es procedente cuando se solicita obedeciendo a móviles predominantemente políticos”(énfasis añadidos).
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Altos funcionarios de Uribe acusados: María del Pilar Hurtado, Andrés Felipe Arias, Bernardo Moreno y Luis Carlos Restrepo.

“Si caigo, hablo”

Si bien es cierto que el ex presidente Uribe ha salido en defensa de todos sus “compañeros de gobierno” implicados en problemas judiciales serios, llama la atención su compromiso con la señora Hurtado, a punto tal que en su último comunicado se leen frases como: “Estas mismas personas han participado en Colombia en lo que podríamos llamar la fabricación de delitos que imputan a María del Pilar Hurtado… Esta ex funcionaria intervino con pulcritud en varios gobiernos… y sin cometer delito, siquiera político, es víctima de persecución en nuestro país”.

Aunque parezca una contradicción, esta defensa acérrima podría tener su explicación en la propia trayectoria -o falta de trayectoria- de María del Pilar Hurtado: es un personaje sin peso político, no se la reconoce como parte de la élite nacional ni regional, es más bien una funcionaria que logró, con mucho trabajo, ir escalando posiciones en la carrera pública y para quien llegar a ser del “corazón” del presidente significaba el culmen de sus ambiciones.

Por eso es entendible que haya actuado como un escudero fiel a la hora de ejecutar las órdenes que presuntamente llegaran de Palacio, que asumiera como propios a los enemigos del presidente, e incluso que haya sido “creativa” al diseñar estrategias de desprestigio en contra de esos enemigos, utilizando para ello la institución que estaba a su cargo y sin ningún apego al Estado de derecho y a la ética institucional, por lo que mereció la máxima sanción contemplada en los estatutos especiales: destitución e inhabilidad por 18 años [2].

Esa misma trayectoria o falta de ella explica que en estas circunstancias no exista ni solidaridad de cuerpo con sus “compañeros de gobierno” ni solidaridad de clase, porque simplemente, para bien y para mal, no pertenece al sanedrín de la élite colombiana.

María del Pilar Hurtado es un personaje sin peso político, no se la reconoce como parte de la élite nacional ni regional”.

En ese mismo sentido se entiende, por un lado la angustia que se percibe en el expresidente Uribe en su afán de defenderla contra viento y marea y de una forma poco diplomática. Y, por otro lado, la amenaza que encierra la frase de María del Pilar Hurtado, registrada por la prensa panameña y que no ha tenido mucha transcendencia en los medios nacionales: “Si caigo, hablo”.

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María del Pilar Hurtado asumió la subdirección del DAS en 2006. Salió en octubre de 2008 en medio del escándalo. ​¿Cuántos secretos conocerá y no ha contado?

Ahora sí existe el delito político

Con Luis Carlos Restrepo huyendo de la justicia colombiana y con la defensa del asilo de Hurtado en Panamá, vale recordar que durante los 8 años de mandato de Uribe se hizo un esfuerzo sobrehumano para negar la existencia del conflicto armado. El presidente y los altos funcionarios cerraron filas alrededor de esta tesis [3].

Aunque la legislación colombiana admite la existencia del delito político [4], el discurso oficial del momento se dedicó a negarlo de manera obstinada, eso sí, cuando el “proceso de paz” de Santa Fe de Ralito ya había terminado. Y así , el 29 de octubre de 2007 se registró un agrio encuentro entre Carlos Gaviria, entonces Presidente del Polo, y Luis Carlos Restrepo, Alto Comisionado de Paz, quien sostuvo con toda claridad que “el delincuente político es incluso más culpable que quien asesina por otro tipo de razones porque lo hace con premeditación, porque lo hace con la pretensión de causar zozobra y terror para apoderarse del poder político […] Tampoco estoy de acuerdo con la legítima defensa. En el Estado social de derecho la legítima defensa no tiene justificación […] quien mata por una idea es doblemente culpable.”

Dada esa convicción doctrinaria, llama ahora la atención que el ex presidente Uribe y sus “compañeros de gobierno” defiendan el asilo porque los delitos habrían sido puramente políticos, y atribuyan los actos de esa misma justicia colombiana a una oscura “persecución política”.

Si decide hablar

Más allá de las anécdotas, buena parte de la sociedad colombiana tiene fincadas en María del Pilar Hurtado las esperanzas de saber hasta dónde llegaron los abusos del DAS, de dónde vinieron las instrucciones, y quiénes fueron los responsables de ordenar, aprobar, aceptar o utilizar los resultados de las interceptaciones ilegales o las estrategias, igualmente ilegales, para desprestigiara a los opositores.

María del Pilar Hurtado se convierte así en una pieza clave para develar hasta dónde los altos funcionarios entraron en alianzas con narcotraficantes, jefes paramilitares y dirigentes corruptos en su afán de imponer un “nuevo orden” en Colombia.

*Cofundadora de Razón Pública. Para ver el perfil de la autora, haga clic aquí.

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