
La selección fue eliminada de la Copa América. ¿Fracasaron ellas o nosotros como sociedad?
Karen Ariza* – Pete Watson**
Una ilusión rota
La Selección Colombia femenina acabó en el último lugar en el cuadrangular final de la Copa América de Chile y no logró clasificar al Mundial de Francia 2019 ni a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Solo nos quedó el consuelo del cupo a los Juegos Panamericanos de Perú del año entrante.
La ilusión de consolidar el fútbol femenino colombiano en el plano continental se rompió al no conseguir el pase mundialista ahora que sí existe una liga profesional.
El profesor Nelson Abadía llegó al cargo de director técnico en la convocatoria de finales del año pasado y asumió la dirección de un equipo protagonista a nivel sudamericano. Sin embargo la selección sufrió un bajón inesperado en la Copa América.
Lamentablemente, tras la sorpresiva eliminación de la Selección Colombia femenina, las ‘superpoderosas’ fueron blanco de todo tipo de críticas, especialmente por parte del periodismo deportivo que tantas veces les ha negado el espacio que se han ganado a pulso.
Oportunidades para hacerse visibles
Pese a las marcadas diferencias entre hombres y mujeres en el fútbol profesional, un evento como la Copa América parecía ser un espacio idóneo para difundir un mensaje positivo, especialmente porque definía el paso al mundial de fútbol femenino.
Los eventos deportivos son fundamentales para fortalecer los imaginarios sobre la nación y fomentar un sentimiento de unidad y optimismo patriótico. Hoy en día, la victoria de uno de los nuestros se convierte inmediatamente en la noticia del día, la semana o incluso el año.
Por eso era tan importante la última Copa América: la Selección Colombia femenina llegó a Chile 2018 siendo la subcampeona de la copa anterior y una candidata importante para la disputa del título de este año. Tras golear a Uruguay 7-0, a Paraguay 5-1, y a Perú 3-0, logró llegar al cuadrangular final invicta y con goleadora a bordo. Sin embargo, después cayó ante Argentina (1 – 3) y Brasil (0 – 3) y empató sin goles contra el anfitrión, Chile.
Pese a la eliminación, Catalina Usme, delantera del América de Cali, logró consolidarse como la goleadora del certamen regional con 9 goles marcados.
La responsabilidad de los medios
![]() Partido de la Selección Femenina de Fútbol Foto: @FCFSeleccionCol |
Los amantes del fútbol femenino en Colombia han optado por informarse a través de portales independientes como Fémina Fútbol, pues como dijo Lady Andrade vistiendo la camiseta del Atlético Nacional, “a las mujeres nos toca con las uñas”. La frase aplica no sólo para las deportistas, sino también para las seguidoras y periodistas del fútbol femenino, quienes deben ingeniárselas para tener visibilidad en un mundo dominado por el sexo masculino.
En un estudio de Claudia Martínez Mina y Silvana Goellner sobre la representación de la Selección Femenina colombiana en la Copa América de 2014 se concluyó que “los medios de comunicación fueron identificados como productores de representaciones sociales respecto al fútbol, así como agentes de discriminación de género, al no ofrecer la suficiente visibilidad a las jugadoras en los campeonatos como normalmente sucede con el fútbol masculino”.
La ‘futbolización’ del discurso político
En los últimos años, los gobiernos de turno y los medios masivos de comunicación han utilizado el deporte como una estrategia política: aun si no hay nada que informar, figuras como James Rodríguez, Falcao García, Nairo Quintana y Mariana Pajón se mantienen en la retina del público porque un compatriota exitoso ejemplifica de la mejor manera el país soñado por todos.
De hecho, en los primeros años de cada elección de Juan Manuel Santos, el presidente pronunció un discurso de gobierno altamente “futbolizado” en el que la Selección Colombia masculina y sus jugadores fueron protagonistas. Esta estrategia ha sido sumamente eficaz, pues durante su mandato la Selección masculina ha vivido su mejor momento, coronando el fútbol como el deporte rey en Colombia.
“Unidos por un país”
Es fundamental reconocer que en Colombia existe una diferencia abismal en el tratamiento que se les da al fútbol masculino y al femenino. El primero es hecho muy visible y es celebrado por los medios de comunicación y la opinión pública, mientras que el segundo es silenciado y devaluado.
Muestra de ello es que los primeros partidos de la Copa América no fueron transmitidos por ninguna cadena nacional. Gol Caracol HD2 únicamente transmitió los partidos del cuadrangular final, donde las ‘superpoderosas’ bajaron notablemente su rendimiento. Por su parte, el presidente Santos no hizo ningún comentario sobre la presencia de la Selección femenina en la Copa América, pero sí sobre James Rodríguez, 10 de la Selección masculina y flamante campeón de la Bundesliga.
Tristemente la Copa América sólo fue comentada cuando Colombia fue eliminada. Numerosos medios criticaron a la Selección femenina por no haber llegado más lejos y tildaron de “fracaso” su participación en el torneo. Sólo entonces fue tema de las noticias.
Melissa Ortiz, futbolista colombiana que esta vez no hizo parte de la convocatoria, respondió a las criticas con vehemencia reclamando un mayor respaldo y apoyo a la selección femenina.
Las críticas dirigidas a la Selección femenina son sumamente injustas, pues ignoran todos los méritos que ha obtenido en los últimos años: fue segunda en los Campeonatos Sudamericanos sub-17 y sub-20 de 2010, en las ediciones 2010 y 2014 de la Copa América y en los Juegos Panamericanos de 2015. No en vano actualmente ocupa el puesto 24 del ranking mundial de la FIFA y es el segundo mejor en el ranking de selecciones de Conmebol, superada únicamente por Brasil.
Necesidad de cambio
![]() Futbolista colombiana, Lady Andrade. Foto: Wikimedia Commons |
Ahora bien, no se trata de exigir que las futbolistas tengan más visibilidad, apoyo o respaldo que los futbolistas, sino de reconocer que nuestra sociedad les proporciona un trato muy distinto a los dos géneros. Es trabajo de todos transformar esta situación y lograr un trato equitativo para todos los deportistas, independientemente de su sexo. Para ello es necesario poner en cuestión nuestras ideas sobre el deporte y los roles de género.
Los medios de comunicación y la opinión pública deben jugar un papel fundamental en esta transformación, pues sin lugar a dudas tienen un impacto importante en el mundo del deporte. Esto quedó demostrado cuando en los Juegos Olímpicos de Río de 2016 la jugadora Daniela Montoya fue apartada de la Selección sin ninguna explicación y la opinión pública manifestó su inconformidad. Como resultado de la presión mediática, Montoya fue reintegrada al equipo y nombrada capitana. Su participación fue fundamental para el buen desempeño de la Selección en dicho torneo.
La Selección Colombia femenina de fútbol no sólo ha llenado de orgullo nuestro país, sino que se ha encargado de cuestionar nuestros imaginarios clásicos de feminidad y masculinidad. Sin embargo, sus jugadoras cuentan con un reconocimiento social mínimo, un cubrimiento mediático sumamente pobre y sueldos y patrocinios menores que los de sus colegas del sexo opuesto. Tal vez sea momento de preguntarnos si las que fracasaron fueron ellas o nosotros como sociedad.
Caricatura de un partido de fútbol femenino en Colombia. Revista Semana, 1951.
*Periodista deportiva; en espera de grado de la Universidad Tecnológica de Bolívar como Politóloga.
**Estudiante de doctorado en Estudios Hispánicos de la Universidad de Sheffield, Reino Unido.