Secuestros: el ELN continúa lesionando las aspiraciones de Paz
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Secuestros: el ELN continúa lesionando las aspiraciones de Paz

Escrito por Carlos Acero Castellanos

Para desgracia de Colombia las decisiones políticas y militares del ELN tienen a la Paz Total pasando por su peor momento. El secuestro, en especial de civiles, es una práctica que el país en su diversidad social y política rechaza. Este delito lesiona profundamente la confianza de la opinión pública en la misión justa de buscar la salida negociada a la violencia con los distintos actores armados.

Entre enero y septiembre de 2023 el secuestro ha incrementado en un 70% con respecto al mismo periodo del año anterior. Es un delito que se ha vuelto arma tanto de grupos armados como de bandas criminales, bien sea con fines “políticos” o extorsivos.

En lo que va corrido de este año la Fuerza Pública y el jefe del equipo negociador del Gobierno con el ELN, Otty Patiño, registran al menos treinta secuestros por parte del ELN, único grupo armado con el que el Gobierno nacional tiene instalada en propiedad una mesa de negociación de paz.

El país carece de información precisa sobre cuántas de estas treinta víctimas permanecen secuestradas o han sido liberadas. Tampoco se tiene certeza sobre su autoría en algunos eventos, como el de Juan Carlos Bayter, un empresario de El Banco (Magdalena) que fue raptado a plena luz del día en el centro de su municipio el pasado 18 de octubre, y cuyo paradero aún es desconocido.

Aunque el ELN no es el principal responsable de los secuestros, ni el actor armado que más ha contribuido al incremento del delito, hoy la opinión pública recae sobre éste por el reprochable secuestro de Luis Manuel Díaz. Es el hecho actual que más lesiona las aspiraciones de paz del país.

Este delito, independientemente de si su víctima tiene relevancia mediática o no, carece de toda justificación, por lo que pretender adornarlo como herramienta de presión política o de contribución económica a alguna causa incomoda cada vez más a la sociedad.

En el plano político falla rotundamente el cálculo del ELN de secuestrar al padre de una de las figuras más importantes del fútbol colombiano. Contrario a mostrar fortaleza para la negociación, este secuestro deslegitima el proceso, desprestigia la apuesta del Gobierno por generar acuerdos en vez de continuar con la guerra, y da alas a los discursos que rechazan toda ventana de salida política al conflicto.

A lo anterior, se suma el deterioro de la imagen del país en el plano internacional, que más que un tema estético, representa el interés por representar sus atributos culturales y económicos dejando atrás la estela de la violencia.

En el plano económico tampoco existe argumento alguno para justificar el secuestro. Cualquier proyecto político que pretenda luchar por la transformación de las injusticias sociales no puede acudir a una para financiar sus causas. Constreñir al pueblo mediante la violencia, el miedo y la zozobra refleja la desconexión de dicho proyecto con la voluntad política de la población y su rumbo hacia el fracaso a costa del dolor de las víctimas.

Aunque la crisis que atraviesa la Paz Total no haya sido principalmente causada por el Gobierno, esto no significa que no pueda rectificar acciones para mejorar el rumbo de este proceso.

Por una parte, el Gobierno debe considerar la redefinición de sus voceros Danilo Rueda y Otty Patiño, quienes con declaraciones han justificado o negado conductas delictivas, reprochadas masivamente por la sociedad y por el Derecho Internacional Humanitario, cometidas por el ELN, tales como el reclutamiento forzado de menores de edad. Así se trate de errores de comunicación, las declaraciones de estos funcionarios le dan aire al actuar criminal de la contraparte y le restan capacidad de contradicción al Gobierno en la negociación.

Por otra parte, el Gobierno debe hacer esfuerzos mayores en campañas pedagógicas sobre los beneficios de negociar la paz y no de buscarla mediante más violencia. Sin suficiente pedagogía, generar un ambiente social de reconciliación puede ser fácilmente obstaculizado ante el justo dolor y por pasiones sembradas de manera oportunista.

El ELN tiene la responsabilidad de dar muestras de su voluntad de paz. Ojalá antes de que termine la semana, Luis Manuel Díaz y las demás víctimas de secuestro puedan volver a sus hogares. Deseo que las familias que no saben del paradero de sus seres queridos, como la de Juan Carlos Bayter, tengan información que les permita mantener la esperanza del pronto reencuentro.

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