El Senado acaba de aprobar un proyecto de reforma, pero cada congresista gana 37 veces el salario mínimo. Cómo llegamos a esta diferencia y porqué los intentos de acortarla no han tenido ningún éxito.
Luis H. Barreto*
El pecado original
¿En qué momento de nuestra historia el salario de los congresistas empezó a aumentar exageradamente? El Cuadro 1 compara el salario de los congresistas con el salario mínimo entre 1991 y 2023 a precios constantes de 1991:

El aumento desproporcionado del salario real de los congresistas se dio en 1992, cuando pasó de $714.665 a $2.141.773, un incremento de $1.427.108 frente al minúsculo aumento del salario mínimo ($382). Es decir, el primero aumentó 3.738 veces más que el segundo.
En otras palabras, en un solo año se abrió la enorme brecha de desigualdad –que hoy persiste– entre el salario de los congresistas, al aumentar casi el 200%, mientras que el salario mínimo no aumentó ni en 1%.
El promedio de los aumentos anuales para el resto del período 1992-2023 fue más alto para el salario mínimo (1,4%) que el de los aumentos del salario de los congresistas (1,1%) —lo cual confirma que el abuso se consumó en 1992, cuando aumentó de manera indecorosa el nivel salarial de los congresistas—.
La magnitud de la desigualdad también se constata con otro indicador: mientras en 1991 el salario de los congresistas se multiplicaba por 13,8 veces el salario mínimo, en 1992 pasó a multiplicarse por 41,1 veces. Hoy en día representa 37,4 veces.
El vacío dejado por los constituyentes
Según el artículo 187 de la Constitución aprobada un año antes, “La asignación de los miembros del Congreso se reajustará cada año en proporción igual al promedio ponderado de los cambios ocurridos en la remuneración de los servidores de la administración central, según certificación que para el efecto expida el Contralor General de la República”. En vez de cumplir este mandato constitucional, los congresistas aprovecharon la redacción que hablaba del futuro (“se reajustará”) para auto declararse el vergonzoso punto de partida, es decir, su salario de 1992.
El promedio de los aumentos anuales para el resto del período 1992-2023 fue más alto para el salario mínimo (1,4%) que el de los aumentos del salario de los congresistas (1,1%) —lo cual confirma que el abuso se consumó en 1992

¿Como fue posible esto? En la plenaria de la Asamblea Nacional Constituyente del 11 de junio de 1991, se presentaron varias proposiciones sobre el monto inicial de la asignación a los congresistas:
- El constituyente Álvaro Cala propuso $1.750.000 equivalente a 36 salarios mínimos, pero esta propuesta fue derrotada por votación
- Los constituyentes Angelino Garzón y Aída Abella propusieron fijar la asignación mensual en 16 salarios mínimos, pero la propuesta se dilató, se diluyó y nunca se votó.
- El constituyente Navarro Wolf propuso que la base de la asignación fuese la que existía en ese momento de 13,8 salarios mínimos, a lo que el constituyente Esquerra Portocarrero se opuso con el argumento de que las nuevas inhabilidades e incompatibilidades para los congresistas exigían un salario más elevado.
A juzgar por lo que se lee en el acta de la plenaria de la Asamblea del 11 de junio, si hubiese habido una propuesta alrededor de los 25 salarios mínimos, seguramente se hubiese votado y aprobado. Lo cierto es que quedó este vacío en la Constitución— y por eso llegamos al abuso de 37 salarios mínimos—.
Las maniobras de Gaviria, del Congreso y de la Corte
Durante el segundo semestre de 1991 se revocó el mandato del Congreso elegido en 1990, se aprobó y promulgó la nueva Constitución, se realizaron nuevas elecciones de parlamentarios y se instaló el nuevo Congreso en el mes de diciembre.
Con un poco menos de año y medio en el gobierno, César Gaviria tenía el desafío de presentar los proyectos de ley que desarrollarían la nueva Constitución. Aunque contaba con las mayorías liberales en el Congreso recién posesionado, la renovación no fue como se esperaba (los movimientos que habían sido mayoría en la Asamblea pasaron a ser pequeñas minorías). Por eso el gobierno Gaviria tuvo que lidiar con las viejas costumbres politiqueras.
El 19 de diciembre de 1991, el gobierno presentó el Proyecto de Ley número 32/91 Senado, el cual se convertiría en la Ley 4 de 1992 sobre el régimen salarial de los empleados públicos. El artículo 8 de esta ley le otorgó facultades al presidente para fijar la asignación mensual de los congresistas. Adicionalmente, el artículo 15 igualó y amarró las remuneraciones de los magistrados de las altas cortes y los titulares de los organismos de control a la de los congresistas.
Tres días después de firmada la Ley 4, se expidió el Decreto 801 de 1992 con seis artículos que en su conjunto fijaron la nueva base de remuneración a los congresistas en casi 2,7 millones de pesos —equivalente a ¡41,1 salarios mínimos!
El hermano del “Cofrade” Alfonso Palacios Rudas presentó ante la Corte Constitucional una demanda de inconstitucionalidad del artículo 8 de la Ley 4 de 1992 por violar el artículo 187 de la Constitución, con un argumento sensato y legítimo: “Por la desproporción tan manifiesta entre el aumento a las asignaciones de los congresistas y aquel referente a los empleados públicos, se deduce inexorablemente, que al no tenerse en cuenta el criterio ponderado de que habla el ordenamiento constitucional, la Constitución fue violada ostensiblemente”.
Ante el manifiesto impedimento, los magistrados de la Corte nombraron una Sala de Conjueces quienes hicieron suyo el concepto emitido por el Procurador ad-hoc y mediante la Sentencia C-095 de 2000 declararon exequible el artículo 8 de la Ley 4 de 1992. Solo quedan preguntas para la Corte:
- ¿Por qué para estos conjueces 41,1 salarios mínimos de remuneración mensual a los congresistas les pareció exequible cuando los mismos constituyentes ya habían rechazado en la plenaria de la Asamblea la propuesta de 36 salarios mínimos?
- ¿No se supone que se debe examinar el espíritu de la Constitución en las actas de los constituyentes?
- ¿Por qué es exequible que una ley subordine la Constitución y peor aun cuando esta viola el derecho fundamental a la igualdad?
- ¿No será más bien que se rompió el límite ético en la medida que predominan conjueces que ya fueron magistrados y presidentes de las altas cortes o que aspiran a ser magistrados?
- ¿Se trata de solidaridad gremial?
Montesquieu fundamentó la división de poderes en su Espíritu de la Leyes diciendo: “todo hombre que tiene poder se inclina por abusar del mismo; va hasta que encuentra límites. Para que no se pueda abusar de este, hace falta disponer las cosas de tal forma que el poder detenga al poder”.
Lo cierto es que no existe poder alguno que detenga a los tres poderes juntos cuando estos acuerdan legalizar intereses personales comunes, social y éticamente ilegítimos. Por lo tanto, la separación de poderes dejó de ser una garantía democrática por cuenta de los altos salarios de la élite estatal.
¿Un proyecto más?
Desde 2015 se han venido presentado por parte de congresistas de distintas vertientes políticas por lo menos 15 proyectos de acto legislativo y proyectos de ley que han buscado de distintas maneras reducir el salario de los congresistas.
Por una parte, se ha propuesto fijar un tope constitucional de 25 salarios mínimos y, por otra, se ha buscado suprimir de la ley distintas prebendas como la prima de servicios.
Estas iniciativas no logran pasar el primer debate porque de manera deliberada la mayoría de congresistas sabotean el quorum, o quien preside la Comisión no agenda el proyecto en el orden del día y estos finalmente se archivan por falta de discusión.
Incluso, en agosto de 2018, se ensayó el mecanismo de consulta popular para los mismos fines, pero a pesar de haber obtenido 11,5 millones de votos por el sí para reducir el sueldo de los congresistas a 25 salarios mínimos, la votación no alcanzó el umbral requerido por la ley.
El jueves de esta semana, la plenaria del Senado aprobó el Proyecto de Ley 097 de 2022 Senado que modificará la Ley 4 de 1992 para eliminar gastos de salud, primas de localización, vivienda y transporte de la remuneración de los congresistas. Así mismo, el proyecto desatará la remuneración de los magistrados y jefes de organismos de control del sueldo de los congresistas, y en todo caso ninguna remuneración podrá superar los 25 salarios mínimos.
El proyecto pasó entonces a consideración de la plenaria de la Cámara, donde las realidades y los vicios de la politiquería son más protuberantes que en el Senado: no hay que hacerse ilusiones. Como el mismo autor del proyecto lo ha dicho: “Esperemos a ver, porque he escuchado voces de la Cámara de Representantes que dicen que allá lo van a hundir”.
Y en todo caso el proyecto solo entrará a regir desde el 20 de julio de 2026 —y los congresistas podrán tener otra ocupación de forma paralela—: esto últimos es a todas luces inconstitucional por el régimen de inhabilidades e incompatibilidades contemplado en el artículo 180 de la Constitución.
El pueblo espera justicia de los injustos
Nuestro sistema político es una paradoja: un pueblo que clama justicia social elige a quienes causan la desigualdad que padecen. A su vez los elegidos ternan y nombran a magistrados en las altas cortes que defienden la equidad social, siempre que no estén involucrados sus propios intereses.
Lo cierto es que no existe poder alguno que detenga a los tres poderes juntos cuando estos acuerdan legalizar intereses personales comunes, social y éticamente ilegítimos.
Las élites se resisten a la inclusión social para conservar sus privilegios de clase. Los excluidos seguirán siendo rehenes de la desigualdad hasta que los mecanismos de participación ciudadana, tales como la “consulta anticorrupción”, dejen de estar sujetos a previa aprobación por parte del Congreso.
Es claro que solo la apertura política y el desarrollo social, económico, cultural, educativo y tecnológico incluyente, nos permitirán transitar de nuestra posición actual del extremo superior derecho al extremo inferior izquierdo en la gráfica siguiente de concentración de ingresos. Tenemos el honor de ser los peor situados en el mundo:

29 Comentarios
Es paradójico pues como desde el punto de vista ciudadano, aquellos quienes deberían servir al sector privado buscan obtener ventajas de aquel lugar que se les a conferido por democracia, pues ante tanta burocracia parece descomunal la brecha salarial entre el salario mínimo y el salario de funcionarios públicos, quienes parecen gozar de lujos y riquezas, mientras en partes del país lo único que se observa es pobreza y desamparo absoluto. Me parece muy interesante esta noticia, pues siempre me había preguntado el porqué de tales salarios de los congresistas. Si bien me parece que son puestos importantes para el funcionamiento de la mecánica ciudadanía – Estado, me parece que es un abuso de poder, aún si se trata futuramente a una reducción a 25 salarios mínimos, pues desde mi punto de vista los salarios del los trabajadores públicos deberían estar más acorde con el smlv.
No es de extrañar que en un país tan corrupto y dominado por hegemonías de poder, exista una brecha salarial tan alta, pues en ellos mismos radican las propuestas y el aceptarlas o rechazarlas, y en un sistema en que cual todos se deben favores, nadie va a dejar de lado sus comodidades y su codicia, ellos tienen el poder y no lo van a soltar.
Excelente nota. Me hizo recordar las declaraciones de hace unos días de la crongresista Karina Espinosa, a quien «tristemente» no le alcanzan los 43 millones de pesos que gana al mes, quien debe hacer un «esfuerzo» grande para hacer rendir esa plática.
¿Sorprendente? no, pero es absolutamente decepcionante la falta de empatía al lanzar esas declaraciones en un país en el que más del 60% de la población sobrevive con un sueldo mínimo, e incluso a veces menos. Increíble la calidad de clase política que se sienta el el congreso, quienes estando en campaña prometieron bajarse el sueldo, pero ahora, que están ahí, empiezan a pagar arriendos de 5 millones, pagar mercados de más de 2 millones, cómo la señora congresista Isabel Zuleta.
Gracias por la nota, siempre quise saber la razón por la que los congresistas ganan sumas tan desorbitantes, y como todo en este país, la corrupción es la respuesta a todo, un milloncito más, o un milloncito menos, que más da, aquí la clase política hace lo que se le da la gana. Requerimos con urgencia un acto legislativo que cambie el apartado de la constitución en el que se amparan todos estos corruptos.
Este es un ejemplo más de lo que es la corrupción en Colombia. Como bien lo dice la noticia somos nosotros, el pueblo colombiano, quien elige a los que están en el Congreso y son ellos mismos los que hunden las leyes que pretenden bajar su salario, pues buscan solo su bienestar propio. Esto solo nos hace preguntarnos, como colombianos, si realmente se está votando a conciencia o que a pesar de hacerlo de esta forma no se puede hacer algo contra el gran problema llamado: poder. La reflexión de esta noticia es que debemos hacer cambios como comunidad, dejar de votar por los mismos de siempre, trabajar contra la corrupción y ser más partícipes de nuestra democracia para que seamos nosotros mismos quienes algún día puedan cambiar definitivamente los salarios de los congresistas para buscar así una equidad.
Es increíble como hoy en día la desigualdad social es tan grande y tan notoria que se le otorgan demasiados privilegios a unas pocas personas mientras hay millones de personas en Colombia que todo los días no tienen los suficientes recursos para poder comer tres veces al día, donde hay logares donde ni siquiera el agua potable, la luz eléctrica o un plato de comida es posible por la pobreza extrema que viven algunos departamentos por el abandono político que sufre Colombia mientras estos dirigentes que supuestamente busca guiar el país por un mejor camino, que como hemos podido apreciar en los últimos años no es así, gozan de muchos privilegios como los son elevados salarios, camionetas, personas a su servicio, primas, viviendas entre muchas otras cosas y que todos estos gastos salen del bolsillo de los mismos Colombianos que a duras penas pueden sobrevivir con el salario mínimo por la actual inflación tan alta. En mi opinión estos recortes de beneficios que se les planea hacer a los congresistas son buenos, pero no suficiente ya que un salario de ellos sea máximo de 25 salarios mínimos me sigue pareciendo demasiado desproporcionado con respecto a la realidad social que vive hoy nuestro país, si se sabe que son cargos importantes para el manejo del país y que son necesarios estos mismos debería trabajar para el pueblo para el colombiano promedio que gana un smlv y no crear así una brecha más grande.
Esta noticia sobre los sueldos congresistas destaca cómo la dinámica de compensación puede influir en la calidad del servicio público. Entender las razones detrás de estos sueldos exorbitantes es crucial para evaluar su impacto en la representación y la gobernanza. El hecho de que el promedio de aumentos anuales para el salario mínimo haya sido más alto que el de los congresistas añade un matiz interesante, posiblemente apuntando a los grandes actos de conflicto armado que se vivieron como antesala a 1992.
El salario de los servidores públicos siempre a sido un problema de una calibre muy alto como lo resalta el articulo, ya que, se observa una brecha demasiado grande entre el SMLV y el salario básico de los funcionarios aparte de gozar de ciertas prioridades como son los montos excedentes como de seguridad, representación y otras cuestiones que lo único que hacen es generar un grosero y muy mal visto salario neto por el trabajo tan precario y denigrante que hacen la mayoría de estos trabajadores, si verdaderamente piensan en cambiar un país es necesario empezar por regular este tipos de salario y que verdaderamente trabajen por un país mejor y más equitativo para nosotros los colombianos, que al final de todo somos nosotros quien los elegimos para que nos represente mas no para que se llenen de dinero por no hacer nada.
Es irónico cómo mientras muchas familias en Colombia, el 39,3% se encuentra en pobreza según el Dane, ganando menos de un salario mínimo para sostener a 4 persona, en este momento hay congresistas que pelean porque se les baje unos cuantos salarios mínimos y quejándose de que no les alcanza para cubrir sus «gastos», cuando en realidad son puros lujos, y es entendible que su cargo y posicionamiento requiere que tengan un salario más alto de lo común pero es inaudito que se presenten estas brechas tan altas dejando de un lado las necesidades de un pueblo que muere de hambre.
En mi opinión, esto es algo que la élite ha hecho de una manera totalmente planeada para que en un futuro, es decir, ahora puedan disfrutar y gozar de lo que quisieron en un principio. Es irónico cómo obtienen hasta 36 salarios mínimos, independientemente de su cargo y sus estudios, creo yo que es una cifra demasiado sobrevalorada, pues, hay trabajos mucho más importantes como el caso de un médico, el cual solo ganaría en promedio la séptima parte de lo que gana un congresista, ahora bien, si el salario mínimo al año aumenta en un valor tan pequeño. ¿Por qué no es igual para los congresistas? Al fin y al cabo ellos siguen siendo empleados, y como empleados les debería corresponder el mismo aumento de sueldo, pero como hemos visto en lo anteriormente comentado esto no se cumple.
Como está contemplado en la noticia, el poder siempre buscará favorecerse a sí mismo y las tres ramas que hay en Colombia, no termina siendo más que personas «untadas con la misma mano». Lo que hace que no se solucione este problema porque a la élite no le conviene, y estoy muy de acuerdo con la frase de Montesquieu -«“todo hombre que tiene poder se inclina por abusar del mismo; va hasta que encuentra límites» (Montesquieu). Pues el ser humano siempre ha sido individualista y no le importa el sufrimiento ajeno por llegar a conseguir el poder, como expresó Maquiavelo en su libro «El príncipe» con el concepto de que para llegar al poder hay que tener maldad. Lo que nos lleva a concluir que este acto de los congresistas se convierta en algo «normal» y no solo eso, al vivir en un país donde siempre hay corrupción ya los ciudadanos nos acostumbramos a que las cosas son así porque es el contexto socioeconómico en el que nos críamos y cambiar algo que lleva muchos años igual puede llegar a ser un poco fuera de lugar.
Respecto a esto, me surgen otras preguntas… ¿Y el dinero de dónde sale? ¿De verdad mis impuestos si los usan para lo que dicen que se van a usar? ¿Ellos como empleados que son, pagan impuestos como lo hacemos nosotros los «ciudadanos de a pie»?. Tal vez esas respuestas ya las sabemos cada uno de nosotros, pero como el poder es el que hace y deshace a como dé lugar, por eso es que el pobre cada vez es más pobre y el rico cada vez es más rico.
El artículo además de ser informativo acerca de lo implícito denota un trasfondo socio-cultural de la realidad de Colombia que con el paso del tiempo es más preocupante y recibe menos importancia: la politiquería y su asociación directa hacia los mismos apellidos de siempre; garantizar el futuro de una generación dominante a costa de varias generaciones obreras de manera deshonesta. Un país en donde se eligen a personas en base a la confianza depositada a promesas obsoletas y sin criterio alguno, para que se cometan atropellos sin vergüenza alguna. Es realmente difícil decir si Colombia está condenada a repetir su historia gracias a la ignorancia de unos, a la avaricia y egoísmo de otros o ambas.
Bajo cualquier mirada, estos salarios son exageradamente altos, una persona con este tipo de funciones, que si bien son importantes, no tiene justificación alguna para ganar mas de 41 salarios mínimos mensuales y menos aún teniendo en cuenta la corrupción que hay en Colombia ¿cómo nos aseguramos de que el/la congresista tiene las competencias y capacidades para cupmlir con su puesto? Y es que aún asi tengamos la fe de que el funcionario cumple con su trabajo, no se tendría alguna explicación valida para semejantes salarios. Lo peor de todo esto realmente, es que la decisión de cuánto tiene que ganar un/a congresista recae al final en los mismos congresistas, así no tenemos ningún tipo de esperanza de reducir la brecha salarial. Ninguna persona se autosabotearía reduciendo su propio sueldo, ante esto, nosotros no podemos hacer mucho más que hacer valer los mecanismos de participación ciudadana y seguir luchando y presionando para lograr situaciones mas justas
La falta de información de los medios de comunicación y la ignorancia de un pueblo, es el mayor problema de un país, mostrando la toma de malas desiciones como lo pasado en el referéndum de la consulta de anticorrupción.
La politiquería que ha existido desde años ha perjudicado tanto a la generación de nuestro padres como la de nosotros, mostrando el abuso de las personas elegidas por el pueblo, un gran ejemplo es el mencionado en la columna, es 1992 fue un antes y después, mostrando un aumento a los congresistas absurdo y abusivo, pero además de beneficios como seguridad y transportes que los utilizan indebidamente.Es algo inaudito que Colombia sea uno de los países con mayor desigualdad entre salarios donde a las personas del común tengan que vivir con un mínimo, mientras que a los del Congreso se le mencione una rebaja y tengan el cinismo de decir que no le alcanza.
Hoy Colombia se observa en un problema de desigualdad alta, habiendo una brecha notoria para los pobres del país y un gran beneficio para unos pocos, que al pasar el tiempo es cada vez más grande.
Los congresistas son trabajadores dedicados que desempeñan un papel crucial en nuestra sociedad. Como cualquier empleado, merecen recibir un sueldo que refleje sus responsabilidades y esfuerzos. Sin embargo, también es importante considerar la posibilidad de agregar bonos según su nivel de educación y desempeño. Al adoptar esta perspectiva, vemos el empleo de los congresistas de manera similar a cualquier otro trabajo, donde se recompensa a las personas por su labor, pero también se les proporciona incentivos para impulsar su productividad. Esto beneficia tanto a los ciudadanos, que obtienen un mejor servicio, como a los propios congresistas, que pueden ser reconocidos y recompensados por su dedicación y éxito en sus funciones.
Realmente paises como Colombia la desigualdad social es UN hecho bastante notorio. La desigualdad social se convierta en brecha social y activada, dando asi que las personas de mayor clase buscan sus propios beneficioas interes como es El Caso de Los congresitas como muy Bien decia en la noticia es muy impertinente que Los que deban proteger Al pueblo en forma politica lo Este destruyendo Al mismo tiempo de forma egoista e impertinente asi mismo dandole la espalda al pueblo que lo apoyo y dandole la razon por la que estan alla.
El pueblo que confio a ciegas sobre sus palabra y dieron su confianza y despues de UN tiempo es realmente traicionada . Realmente no ponemos a pensar algunas personas que estan alla no deberian realmente ser castigadas por sus actos y tener consecuencias de Este y o que El Sistema capitalista de Colombia HACE que esta brecha pueda existir si que SE tenga ninguna consecuncia.
Al realizar la lectura de este escrito se piensa cuál es ese fin del Congreso, parece que esa definición no es lo que en este se realiza, ya que se debería hablar de negocios en los que el país sea esa empresa que se dirije hacía una fructificación de lo que es en el presente, teniendo una visión a futuro de mejora. Sin embargo, aquellos elegidos para dicho fin no lo realizan, pero sin embargo son remunerados vaya de que exorbitante manera, donde pareciera que el enriquecerse a sí mismos es el objetivo con el cual fueron electos. Y sus electores que esperan que la situación economica en el país mejore no ven los frutos en todo el territorio. Así mismo ver cómo en latinoamérica Colombia es el país con el salario mas alto en comparación con el salario mínimo, mostrando una desigualdad de clases como se menciona en el artículo, de igual manera conocer desde cuándo se ha generado dicha brecha es interesante ya que se ve como se ha pasado por encima de la misma constitución y ver como los congresistas actuales siguen haciendo sus «mañas´´ para que dicho salario no sea menor, haciendo astusias para que no sean los principales señalados por sus electores al no cumplir con sus promesas, porque muchos en su mitin de elecciones los proponen descaradamente sin realmente quererlo solo por el hecho de su bien propio. En conclusión, son elegidos para realizar un cargo en el que son remunerados extraordinariamente pero no lo hacen, deberian ser cargos para aquellos que quieran el beneficio del país con remuneraciones más acordes al salario minimo legal vigente.
Siento que no debería de ser un tema debatible la reducción del salario que ganan los congresistas, esta mas que claro que es una cantidad descomunal lo que ganan a diferencia de lo que muchos realizan dentro de un congreso, cuando incluso muchos de sus ciudadanos lamentablemente no ganan ni siquiera el salario mínimo vigente.
Es muy lamentable ver como Colombia es un país que se deja guiar mucho por el poder y el dinero sin importar estar por encima de los demás incluso si esto conlleva a pisotear al pueblo. El simple hecho de que se hagan diversas propuestas para la reducción del sueldo de congresistas es un paso para que se vayan disminuyendo esas grandes desigualdades económicas que se presentan en el país, es una lastima que en un país como Colombia haya tanta corrupción y que la mayoría de los que están ligados a la política usen de esto para aprovecharse de su posición y poder para realizar acciones muy injustas como lo es hacer la “vista gorda” y rechazar las ideas de la reducción de salarios simplemente para no quedar en “igualdad” con los demás ciudadanos.
Se plantea una preocupante disparidad salarial entre los congresistas y el salario mínimo en Colombia, destacando un aumento exorbitante en los ingresos de los primeros en 1992, que desencadenó una brecha persistente. Se evidencia una desviación de la Constitución y maniobras políticas que permitieron este incremento, incluso a pesar de la oposición de los constituyentes, los numerosos intentos fallidos de reformar esta situación y la resistencia de la mayoría de los congresistas a reducir sus propios salarios es el resultado de abusos de poder, manipulación política y resistencia de los propios congresistas. Es esencial que el sistema político y económico colombiano evolucione hacia un enfoque más equitativo y transparente que refleje los intereses de toda la población, no solo de las élites políticas, no se necesita hablar más de un cambio, sino de tomar acciones en el asunto.
Es bastante grave que esta decisión se base en una interpretación vaga de la Constitución y que les permita utilizar «argumentos» para compensarlos injustamente. Además, aunque muchos miembros del Consejo Legislativo están tratando de dilatar este debate, persisten dudas sobre la voluntad política para abordar adecuadamente la cuestión.
La separación de poderes en el gobierno y la necesidad de establecer límites éticos son principios clave para poner fin a estas atrocidades. Sin embargo, la falta de mecanismos eficaces para controlar los salarios de los mismo y la falta de voluntad e interes genuino de los políticos a cooperar con el público debilita la confianza en nuestro gobierno.
Es bueno saber que existan leyes para regular esto, pero debe haber un cumplimiento por parte de los funcionarios. Debe serguir una por la justicia y la igualdad, y llegar a tener acuerdos y medidas para proteger sus necesidades y beneficiar a todos.
Es bastante grave que esta decisión se base en una interpretación vaga de la Constitución y que les permita utilizar «argumentos» para compensarlos injustamente. Además, aunque muchos miembros del Consejo Legislativo están tratando de dilatar este debate, persisten dudas sobre la voluntad política para abordar adecuadamente la cuestión.
La separación de poderes en el gobierno y la necesidad de establecer límites éticos son principios clave para poner fin a estas atrocidades. Sin embargo, la falta de mecanismos eficaces para controlar los salarios de los mismo y la falta de voluntad e interes genuino de los políticos a cooperar con el público debilita la confianza en nuestro gobierno.
Es bueno saber que existan leyes para regular esto, pero debe haber un cumplimiento por parte de los funcionarios. Debe serguir una por la justicia y la igualdad, y llegar a tener acuerdos y medidas para proteger sus necesidades y beneficiar a todos.
El aumento de los salarios de los parlamentarios es motivo de preocupación, especialmente si se compara con la pobreza y la calidad de vida de muchos ciudadanos. El artículo señala que en 1992 se produjo un aumento desproporcionado en el salario de los miembros del Congreso, cuando los salarios aumentaron casi un 200%, pero el salario mínimo aumentó sólo un 1%. Desde entonces, ha habido varios intentos de reducir el salario de los parlamentarios, pero sin éxito. Es importante comprender la historia y el contexto del problema para encontrar posibles soluciones. También es importante informar a los ciudadanos sobre cuestiones tan importantes, ya que ayuda a aumentar la conciencia y la presión para actuar. Encuentro este articulo bastante informativo.
En lo que respecta al salario de los congresistas, me parece absurdo que se les pague tanto a comparación de otros trabajadores del sector público, y de esto me gustaría destacar dos puntos, el primero, salarios tan exorbitantes ´provocan que aquellos que decidan ser congresistas no lo hagan por el bien de la nación, ni por representar los ideales del pueblo, sino que llega al punto en el que lo son simplemente por la paga, y gente que solo se ve motivada por el dinero también tenderán más a ser fácilmente corruptibles por el dinero, pues carecen de ideales que los mantengan en línea, el segundo es que se descuida a todo el resto del sector público, y el dinero que se dedica a este termina solo enfocado en el sector legislativo.
Siento que para lograr algo, el pago de los congresistas debería ser controlado por el pueblo, ´porque de momento no parece que quieran hacer algo para cambiarlo.
El salario de los congresistas en Colombia ha sido un tema de debate constante. A menudo, se critica por ser excesivamente alto en comparación con el promedio de ingresos de los ciudadanos. Esto genera descontento y alimenta la percepción de que los políticos están desconectados de las realidades económicas del país. Sin embargo, se requiere transparencia y rendición de cuentas para justificar estos sueldos y garantizar que los congresistas trabajen en beneficio del pueblo colombiano.
La desigualdad salarial entre los congresistas colombianos es un tema que merece una reflexión profunda. Mientras que el país enfrenta desafíos económicos y sociales considerables, resulta difícil justificar los altos salarios y beneficios que reciben los legisladores.
En un momento en que la mayoría de los colombianos lucha por llegar a fin de mes, la disparidad entre los ingresos de los congresistas y el ciudadano promedio es evidente y preocupante. Esto no solo socava la confianza en la clase política, sino que también plantea interrogantes sobre si los legisladores están realmente comprometidos en representar y abordar las necesidades de la población.
Es necesario que se realicen reformas en el sistema de compensación de los congresistas para garantizar una mayor equidad y transparencia. Esto podría incluir la revisión de sus salarios y beneficios, así como la implementación de medidas para prevenir el aprovechamiento de su posición para obtener ganancias adicionales.
En última instancia, el objetivo debe ser que los congresistas colombianos reflejen verdaderamente la realidad económica del país y trabajen incansablemente para reducir la desigualdad en lugar de contribuir a ella. Esto no solo beneficiaría a la sociedad en general, sino que también fortalecería la democracia y la confianza en las instituciones políticas.
Es indignante la desigualdad persistente en los salarios de los cogresitas y los ciudadanos del común en Colombia, el aumento exagerado del salario de los congresistas, en comparación con el mínimo aumento del salario mínimo, esto nos deja ver una brecha de ingresos que ha persistido a lo largo de los años.
Se requiere de un enfoque político inclusivo dónde se pueda abordar esta desigualdad persistente y asegurar una distribución más equitativa de la riqueza en el país. La participación de la ciudadanía es un elemento cruciale en este proceso de cambio hacia un sistema más justo y equitativo.
Es una clara muestra de abuso de poder cuando aquellos que deberían estar trabajando en beneficio del pueblo utilizan su posición para enriquecerse de manera desproporcionada. Esta situación debería estar estrictamente regulada para evitar estos excesos.
Resulta especialmente decepcionante escuchar a los representantes argumentar que necesitan estos salarios elevados para cubrir sus gastos, cuando sabemos que también reciben ingresos adicionales a través de bonos, contratos y otros beneficios. Esto solo agrava la injusticia de la situación y muestra una falta de ética en la política.
Es hora de que los representantes del pueblo dejen de ser tan cínicos y empiecen a actuar con verdadera empatía hacia los ciudadanos que los eligieron. La prioridad debe ser servir al país y no enriquecerse a expensas de los contribuyentes. Es necesario un cambio en la forma en que se establecen los salarios de los congresistas y una mayor transparencia en sus ingresos adicionales para restaurar la confianza en el sistema político colombiano.
Colombia país donde lastimosamente las personas que son encargadas de representar a su pueblo en las tomas de decisiones y luchas de igualdades son las más desiguales a la hora de recibir sus salarios, pues vemos la brecha tan grande como lo es que un ciudadano promedio hoy se esté ganando un sueldo de 1.160.000 pesos colombianos lo que equivale a un sueldo mínimo mensual y un congresista se gane 41.1 de estos salarios mínimos, es algo exorbitante y de preguntarse ¿Por qué no se llega a una igualdad social no que ellos son los encargados de “luchar por la igualdad”?
Sorprendente ni por medio de proyectos, votaciones y protestas durante 32 años se ha logrado conseguir la igualdad ¿Será porque ellos son los últimos en tomar y aprobar la decisión de generar una igualdad en los salarios? ¿Pues 41.1 salarios mínimos no le caería mal a ninguno no?, bien lo dice la noticia quien tiene poder se inclina a abusar del mismo.
Excelente nota; es importante entender la raíz de la desigualdad económica en este país, además nos lleva a reflexionar sobre lo irónico que es el hecho de que a los congresistas de este país no les alcance su sueldo (exageradamente alto) para «suplir» con las necesidades básica, pero por el contrario miles de familias en Colombia deben subsistir un lo que a comparación con el salario de los congresistas son simplemente migajas.
Por otro lado, resulta aún mas indignante el hecho que aun con la cantidad de dinero tan exorbitante que ganan sigan pensando como hacer para subirle más a su salario, y mientras tanto, ¿las personas de la clase «baja y media» tiene que esperar unos años más para que su salario aumente setenta mil pesos (por lo menso)?
Por ultimo, si se considera la remota idea de reducir el salario de los congresistas es meramente para generar un poco de «calma» en el pueblo, pero al final del día estos no permitirán que esto suceda porque esto es lo que los mueve, el dinero.
Considero que el aumento desproporcionado en los salarios de los congresistas en 1992 y, lo que resultó en una brecha significativa en comparación con el salario mínimo, solo es la muestra viva que el incumplimiento de la Constitución es lo más marcado que la historia Colombiana ha podido observar y que ha persistido hasta el día de hoy. La creciente desigualdad en los ingresos y la falta de representación efectiva en el Congreso plantean preocupaciones significativas en lo que es la política colombiana. Siento que para abordar estas cuestiones, se requieren reformas donde la participación activa de la ciudadanía en el proceso político se pueda ver reflejado en el país.
Es muy notable como la élite se hace presente en estos casos. La desigualdad que se presentan con estos puestos comparados con los de un ciudadano colombiano promedio, digo obvio que debería tener una remuneración más alta, porque es un puesto «más importante y con más responsabilidades». Pero vemos que estas personas son pagadas con sumas ridículamente altas.
También esto puede llegar a influir en el aspecto de que los congresistas tomen decisiones o piensen desde el privilegio económico, sin pensar en la realidad económica para los ciudadanos colombianos, que hay muchas familias colombianas que viven con menos del mínimo, que es 37 veces menos de lo que los funcionarios ganan, hay colombianos en condiciones de pobreza extrema, etc…
Sin embargo, se necesita la justificación de el porqué de estos sueldos (que igual son excesivos) y garantizar al acuerdo de entablar cual debería ser la cantidad adecuada para estos tipos de funcionarios.