Quién es, qué ha dicho y qué ha hecho el candidato sorpresa en estas elecciones. ¿Es la mejor carta contra la corrupción, un demagogo, un candidato independiente u otro político al servicio de ciertos intereses?
Camilo Díaz*
El Donald Trump colombiano
¡No robar, no mentir, no traicionar! Con este slogan, Rodolfo Hernández ha querido ubicarse en la contienda presidencial colombiana. De momento, las encuestas sobre intención de voto han dado la sorpresa e incluso lo presentan como la opción más probable para enfrentarse a Petro en la segunda vuelta.
El exalcalde de Bucaramanga se ha convertido en una ‘fenómeno político’ con un discurso que pretende mostrarse como el candidato contra la corrupción. Por su irreverencia, su ironía y su discurso populista contra el establecimiento, ha sido bautizado el Donald Trump colombiano.
Tras concluir su labor en la alcaldía de Bucaramanga, Hernández decidió aspirar a la Presidencia de la República. Quiere llegar a la primera vuelta valiéndose de una campaña financiada por él mismo y sin alianzas de ningún tipo. Pero pese a ese discurso no se ha visto exento de polémicas ni de conexiones con políticos controvertidos por sus ejecutorias.
Rodolfo, el bueno
Rodolfo Hernández Suárez es un reconocido ingeniero y empresario en Santander, vinculado sobre todo al sector de la construcción antes de aspirar a un cargo público.
Nació en el municipio de Piedecuesta. Se formó en el Colegio Santander, uno de los mejores de Bucaramanga, y estudió Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de Colombia. Tras sus estudios profesionales empezó a destacarse en el sector de la construcción en diferentes municipios del departamento, con su empresa Hernández Gómez Constructora S.A, fundada en 1972.
Mientras tanto, su mamá, Cecilia Suárez de Hernández, y su papá, Luis Jesús Hernández, habían logrado una buena posición social en Piedecuesta, gracias a lo cual Rodolfo fue elegido concejal del municipio por el Partido Liberal en la década de los setenta. Volvería a ser concejal en 1991, pero en este segundo periodo decidió no posesionarse.
Durante la década de los noventa se concentró en la empresa que proyectaría su nombre, utilizando un método de financiación conocido como Plan 100. Este sistema de adquirir vivienda a cuotas con bajas tasas de interés y sin requisitos tan exigentes como los de la banca comercial permitió que las familias de escasos recursos pudieran acceder a ese mercado.
Con el Plan 100, Rodolfo Hernández empezaría a acrecentar su fortuna y daría un primer paso para ser reconocido por la población santandereana. Como informó la prensa en la época, entre 1995 y 1996 —cuando empezó a operar el Plan 100—, Hernández tuvo un aumento del 176% en sus utilidades. Ese primer hito lo llevaría a consolidarse en el campo de la construcción y a adquirir un patrimonio cercano a los 100 millones de dólares o a los 392 mil millones de pesos —según dice el propio Hernández—.
Su “fortuna personal” precisamente es la piedra angular de su discurso anticorrupción y anti-establecimiento, la que le ha permitido sostener que no recibiría dinero de personas privadas ni de empresas nacionales o multinacionales. De esta manera, no tendrá que devolver favores desde la Presidencia y así esto implique que él mismo financie su campaña.
Con la misma premisa aspiró a la Alcaldía de Bucaramanga por el Movimiento Cívico Lógica Ética y Estética que recogió 130.000 firmas para inscribir su candidatura independiente en 2015. Representando la lucha contra el establecimiento y las bancadas tradicionales, decidió lanzarse por firmas para tampoco deberle “favores” a nadie. Con una propuesta de gobierno basada en la democracia griega y en la ética kantiana, logró 77.238 votos —sacándole 5000 al segundo en esa votación, Carlos Arturo Ibáñez, del Partido Liberal—. Su llegada a la Alcaldía marcó un cambio porque no pertenecía a un clan político o a un partido tradicional.
Pero a pesar de su triunfo, Hernández decidió renunciar al cargo después de una sanción proferida por la Procuraduría en 2019 por presunta participación indebida en política. En el momento de renunciar tenía una aprobación del 84 % .
Su elección en 2015 sería el comienzo de una carrera que lo llevó a fundar el Grupo Significativo de Ciudadanos Liga de Gobernantes Anticorrupción para las elecciones de 2019. Al lograr la elección de Juan Carlos Cárdenas Rey como alcalde de Bucaramanga con la votación más alta para ese cargo —141 mil votos— demostraría su popularidad creciente. Además, consiguió dos curules en el Concejo municipal y otras dos en la Asamblea departamental de Santander.
Con la Liga, Rodolfo Hernández decidió lanzarse a la contienda presidencial, para la cual presentó 1.895.000 firmas. Por otra parte, presentó una lista con candidatos a la Cámara de Representantes por Santander.
Por último, Hernández Suárez también ha abanderado la lucha por la paz, siendo él mismo una víctima del conflicto. Su padre fue secuestrado por las FARC y su hija, Juliana, fue secuestrada y asesinada por el ELN. Por eso, también, quiere ser presidente: para poder morir tranquilo después de revolucionar el país.

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Rodolfo, el malo
Pese a su discurso anticorrupción y anti establecimiento, Hernández Suárez se ha visto envuelto en polémicas que ponen en duda la veracidad de su discurso.
En primer lugar, la Procuraduría lo destituyó en segunda instancia durante su segundo periodo como concejal de Piedecuesta en 1995, por haber firmado un contrato con su empresa constructora con el municipio después de haber sido elegido en ese cargo.
Los hechos se dieron después de que Rodolfo, pese a ser elegido, decidiera no ir a las sesiones del Concejo y nombrara a Álex Humberto Díaz como su suplente. Ya con Díaz en el Concejo, este sacó un Acuerdo que permitía que los constructores pagaran impuestos urbanísticos con obras. Así, Hernández Suárez suscribió un convenio para a hacer obras de mejoramiento y embellecimiento durante dos años, por valor de 30 millones de dólares, equivalentes hoy a unos 4370 millones de pesos.
La Procuraduría Provincial sostuvo en primera instancia que el acuerdo favorecía indebidamente a Hernández puesto que una persona no puede contratar con el municipio del cual es concejal. Pese a que Hernández Suárez sostuvo que nunca se posesionó, la Procuraduría declaró en segunda instancia que la investidura se daba con su elección y que, además, había nombrado a un suplente.
Por otra parte, se entendió que el convenio era un contrato puesto que la empresa de construcción se comprometía a hacer obras con un valor determinado, compensando con impuestos en vez de con dinero. Sin embargo, Hernández en esta campaña que nunca ha contratado con el Estado.
Esa lista pone en duda su postura frente al establecimiento, la corrupción y las maquinarias.
Cuando Hernández volvió a involucrarse en las elecciones de 2011, apoyó al exalcalde de Bucaramanga Luis Francisco Bohórquez, quien sostuvo que era muy cercano a Rodolfo. Pero, se volvió opositor de su gobierno cuando tuvo otros intereses como su aspiración a la alcaldía en 2015.
Cabe recordar que Bohórquez llegó a la alcaldía por el Partido Liberal con el apoyo del controvertido Clan Tavera y que además fue destituido. Además, estuvo implicado en el escándalo de corrupción de Manantial de Amor, en el cual se habrían desviado al menos 15 mil millones de pesos de la administración pública.
Después de su alcaldía en 2019, la Procuraduría suspendió a Hernández por participación indebida en política por grabar un video con el candidato a la Alcaldía de Málaga, Javier Márquez, haciendo un llamado a que votaran por él.
Adicionalmente, está en un proceso donde la Fiscalía lo acusa de interés indebido en celebración de contratos, al haber utilizado su posición para direccionar contratos hacia la empresa Vitalogic con la Empresa de Aseo de Bucaramanga (EMAB). Se le acusa de haber redireccionado contratos de la EMAB que habrían beneficiado a su hijo, Luis Hernández. El caso se encuentra activo y en todo momento Rodolfo Hernández ha sostenido ser inocente.

Por último, en agosto de 2021 se filtró un audio en el que exigía pagos a quienes quisieran pertenecer a la lista cerrada a la Cámara de Representantes por su movimiento.
Esa lista pone en duda su postura frente al establecimiento, la corrupción y las maquinarias. Como noto la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), la cabeza de lista es Érika Tatiana Sánchez, quien ha tenido polémicas por compra de votos, por exigir firmas a cambio de contratos y por ser cuota de Édgar Gómez Román, conocido como “El Pote”, un político tradicional y cuestionado en Santander.
Rodolfo, el solitario
El candidato ha sostenido repetidamente que no buscará alianzas con ninguna coalición ni partido político tradicional puesto que, según sus palabras, “mi única coalición es con el pueblo colombiano”.
Aunque ha sido invitado para formar parte del Pacto Histórico y de la Coalición Centro Esperanza, ha negado cualquier acercamiento. Su razón principal es la presencia de “casas politiqueras”.
Sin embargo, también influye el hecho de que, en sus cálculos, para participar en una consulta hace falta una organización política de la cual el carece. Por este motivo, Hernández pretende ir directamente a la primera. De momento, va solo. El llamado “llanero solitario” sigue su camino con un discurso marcado en contra de la corrupción y del establecimiento.
Además, lo acompaña el músculo para financiarse su campaña sin venderse a nadie, a la vez que resalta su gestión en la Alcaldía de Bucaramanga. Pese a esto, no se ha visto exento de polémicas y acciones disciplinarias en su contra.