Castañeda. Revocación del mandato: las elecciones en México.
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Revocación del mandato: las elecciones de México

Escrito por Luis Antonio Gonzalez Tule
Las Elecciones en México 2022

La mayoría de los mexicanos votó para que su presidente se mantenga en el cargo. Estos son los aprendizajes que deja el ejercicio para México y América Latina.

Luis Antonio González Tule*

México votó

El pasado 10 de abril, los mexicanos asistieron a las urnas para decidir si querían que su presidente Andrés Manuel López Obrador siguiera en el cargo o si preferían revocarle el mandato. Este fue el primer ejercicio de este tipo que se ha llevado a cabo en el país.

De los 16,5 millones de ciudadanos que participaron en la consulta, el 91,86 % votó a favor de que continuara en el cargo; apenas el 6,44 % votó por que se revocara el mandato por pérdida de confianza. Por eso la elección fue vista como una clamorosa ratificación de su mandato.

Las revocaciones América Latina

La revocación de mandato es un mecanismo de democracia directa mediante el cual la ciudadanía puede solicitar la salida anticipada por pérdida de confianza o legitimidad de un gobernante o representante. En ese sentido, se trata de un ejercicio participativo y de control político que complementa, pero no sustituye, la democracia representativa.

En América Latina, las revocaciones de mandato, las consultas ciudadanas, los referéndums y los plebiscitos se han impulsado desde finales de 1980 con muy variados formatos. Por citar apenas algunos casos con sendas diferencias:

  • Venezuela, Ecuador y Bolivia permiten revocar cualquier cargo;
  • México solo permite revocar al ejecutivo nacional y algunos ejecutivos locales;
  • En Colombia solo se permite la revocación de alcaldes y gobernadores.

Los requisitos para impulsar una solicitud de revocatoria son aún más variados:

  • Tratándose de la revocación del ejecutivo nacional, en Bolivia se requieren las firmas del 25 % del censo electoral;
  • En Ecuador, se necesita el 15 %;
  • En México, el 3 %; y
  • En Venezuela es necesario al menos el 20 %.

Los plazos para la recolección de firmas, así como la concurrencia mínima, también varían: el país con el menor tiempo para recabar firmas es Venezuela, donde este proceso debe llevarse a cabo en tres días. Por otra parte, Ecuador es el país que acepta un mayor plazo, 180 días. En un punto intermedio se encuentra Bolivia –90 días– y, por debajo, México –30 días–.

Los diseños institucionales anteriores pueden facilitar o desestimular la participación ciudadana. Esto explica por qué se han podido celebrar tres revocatorias del mandato presidencial en América Latina: Venezuela, en 2004; Bolivia, en 2008; y México, en 2022.

Este fue un ejercicio único en su tipo: la primera vez que se cuenta con un mecanismo de control y participación donde la ciudadanía pudo decidir si mantiene al presidente o lo retira por fallas en su gestión.

Este derecho, impulsado en todos los casos por líderes progresistas, ha favorecido a los presidentes de turno y, en Bolivia y Venezuela, permitió mitigar las crisis políticas.

Tres conclusiones

El caso reciente de México tiene varias diferencias con las revocatorias anteriores en Venezuela y Bolivia:

1) En Venezuela y Bolivia había una intensa inestabilidad política. En el primer caso, la revocatoria de Hugo Chávez fue promovida por la oposición; en el segundo, fue una petición del presidente Evo Morales para hacer frente a la crisis política e institucional.

La revocatoria en México no fue producto de una crisis de gobernabilidad. El proceso fue promovido por el movimiento “Qué siga la democracia”, una asociación civil vinculada con el partido de gobierno, por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), por funcionarios de la administración provenientes de Morena y por el mismo presidente de la República Andrés Manuel López Obrador. “Que siga la democracia” apoyó el proceso de recolección de firmas, y los militantes de Morena, funcionarios y políticos realizaron campaña a favor del presidente.

2) La participación electoral se vio afectada por varios factores. Los principales partidos de oposición dejaron de respaldar la revocatoria después de la elección intermedia de 2021, cuyos resultados no les fueron favorables. También pesó la buena imagen de López Obrador, quien después de tres años de gobierno y la pandemia se encontraba por encima del 60 %.

A este llamado se sumaron dos factores institucionales: primero, el número de casillas instaladas fue una tercera parte de la que debían instalarse, considerando que se trataba de una elección federal. Segundo, el día de la votación ya habían comenzado las vacaciones de Semana Santa. Aún con estos factores, la participación llegó al 17 %, muy por encima de consultas previas, pero por debajo del nivel esperado.

3) El resultado favorable para López Obrador superó, por mucho, el obtenido por cualquier otro mandatario de América Latina.

Las Elecciones en México 2022
Foto: Wikimedia Commons - La revocatoria en México no fue producto de una crisis de gobernabilidad.

Las lecciones

Ante estos resultados, vale la pena preguntarse si tuvo algún sentido organizar la revocatoria del mandato. Para una parte de la “intelectualidad”, el proceso no tuvo sentido y se convirtió simplemente en propaganda para el presidente. Pero una mirada más crítica permite  ver más allá de lo anterior.

En primer lugar, este fue un ejercicio único en su tipo: la primera vez que se cuenta con un mecanismo de control y participación donde la ciudadanía pudo decidir si mantiene al presidente o lo retira por fallas en su gestión. Se espera que en este proceso se movilicen y participen los inconformes, pero también quienes apoyan y desean que el presidente siga en su cargo. En ese sentido, la participación parece haber sido abrumadoramente baja.

En segundo lugar, este primer ejercicio mostró los vicios de origen a los que está sujeta la revocatoria del mandato, por ejemplo, que los partidos puedan promover la participación en uno u otro sentido o que los funcionarios públicos puedan hacer campaña. Identificar estos problemas sirve para retroalimentar y mejorar el mecanismo.

Por último, los vicios o deficiencias deben ser entendidos a partir de su contexto y no deben ser utilizados para desechar el mecanismo. El derecho de revocar el mandato del presidente tardó mucho en consagrarse y hay que defenderlo y exigir su mejora, porque disminuye la rigidez del periodo presidencial. Cabe recordar que esta es la única vía legal ciudadana para revocar el mandato del presidente; las demás vías se encuentran en manos de alguno de los poderes del Estado.

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