La Reforma Tributaria pasó la primera prueba en el Congreso y está más cerca de ser aprobada. Una congresista independiente explica los aciertos, faltantes y defectos del proyecto en su estado actual.
Jennifer Pedraza Sandoval*
El proyecto
El jueves de esta semana las Comisiones Económicas del Senado y la Cámara aprobaron en primer debate el proyecto de Reforma Tributaria (RT) del gobierno Petro. Este proyecto fue radicado con mensaje de urgencia para agilizar su trámite y pretende recaudar 24,4 billones de pesos de forma progresiva.
En pocas palabras, la reforma se compone principalmente de impuestos progresivos, que son aquellos que afectan más a las personas y empresas de más altos ingresos. Esta es su diferencia principal con los proyectos anteriores, como el promovía la OCDE o el del exministro Carrasquilla.
Estos impuestos son a la renta —de personas y empresas—, al patrimonio, a las ganancias ocasionales y a los dividendos; por estas vías se espera recaudar más de 13 billones de pesos, o el 53 % del recaudo total esperado de la RT.
Los puntos favorables
La RT limita los descuentos y deducciones en la renta para personas naturales y empresas, que afectará al 2,4 % de las personas más ricas del país. Asimismo, aumentan los impuestos a dividendos y a las ganancias ocasionales.
En empresas, se eliminan varios beneficios tributarios indeseables, como el dirigido a mega inversiones, economía naranja y otros que Duque entregó en 2019.
La propuesta también vuelve permanente el impuesto al patrimonio para personas, que empezará a cobrarse para quienes tengan más de 2800 millones de patrimonio líquido y con tarifas desde el 0,5 hasta el 1%. Este impuesto es totalmente progresivo, es decir que, mientras una persona con un patrimonio de 3000 millones pagaría una tarifa efectiva aproximada de 0,035 %, alguien con un patrimonio de 5000 millones pagaría aproximadamente 0,26 % de su patrimonio. Con un patrimonio de 50.000 millones, el impuesto sería de 0,926 %.
De todas formas, convendría aumentar las tarifas para estos patrimonios más altos, que pueden ser de 1,5 % o,2 % como plantean Jairo Orlando Villabona y otros académicos.
Otra innovación importante de esta reforma es el impuesto del 10% sobre exportaciones de petróleo y carbón que sobrepasen precios promedios de estos productos.
Este impuesto no es un invento de Petro ni de Ocampo. Es una idea estudiada por expertos latinoamericanos como Bresser-Pereira, quienes encuentran que la “enfermedad holandesa” o la “maldición de los recursos naturales” es uno de los problemas más serios de economías no desarrolladas, como las latinoamericanas. El auge de precios internacionales canaliza la inversión hacia estos sectores minero-energéticos en perjuicio del agro y la industria. Además, promueve la desindustrialización prematura.
Bresser-Pereira afirma que “la neutralización de la enfermedad holandesa se efectúa principalmente a través de la imposición de un impuesto o gravamen variable sobre las exportaciones de productos básicos”.
De esta forma, y con una modificación al impuesto de regalías, se espera recaudar 7 billones adicionales. Al sumarlo con los impuestos directos mejorados en la tributaria, se recaudarían más de 20 billones de pesos, el 81 % de lo que la promete la reforma.

Los puntos faltantes
El primer punto a destacar es la falta de un impuesto de renta diferencial para las empresas de menor tamaño, que sin embargo generan el mayor número de empleos.
La Asociación Colombiana de Pequeños y Medianos Empresarios (ACOPI) ha presentado varias iniciativas para que las micro, pequeñas y medianas empresas paguen una tarifa de renta menor que las grandes empresas. El impuesto al Régimen Simple de Tributación (RST) no es un sustituto de la tarifa diferencial, así que esta reforma da más espera. Acompañaremos la propuesta de la ACOPI para que se convierta en ley.
En segundo lugar, a la RT le falta gravar las ganancias de los inversionistas extranjeros en portafolio. En las últimas reformas se les ha reducido el impuesto a estas utilidades en bolsa de valores y en deuda pública, que es necesario recuperar. Propondremos un aumento al tributo sobre estas utilidades, que suelen ser especulativas y se lucran de la volatilidad financiera del país.
Los puntos desfavorables
El impuesto a los combustibles y al gas natural y licuado afectará mucho el precio de bienes y servicios, porque hoy no tenemos sustitutos de estos combustibles fósiles. Y este impacto sería más nocivo en el clima de inflación que atraviesan las economías del mundo, Colombia incluida.
Además, afectará el bolsillo de las personas de menores ingresos. Por esto propondré eliminar la modificación del impuesto al carbono y mantener los beneficios para los combustibles en zonas de frontera.
Por otra parte, el impuesto a los alimentos ultra procesados incorpora muchos productos que, siendo perjudiciales para la salud, son fuentes de nutrientes que desafortunadamente no tienen sustitutos perfectos en el mercado, y mucho menos para las familias de menores ingresos. Esto debe eliminarse.
Lo mismo ocurre con el impuesto a los plásticos de un solo uso en los que se empaquetan lentejas y arroz entre otros. En 2022, se aprobó el proyecto de ley de eliminación de estos plásticos, excluyendo los que se usan para el transporte de alimentos. Sin embargo, el nuevo impuesto propuesto en la reforma los incluye. Esto afectará el precio de alimentos de la canasta básica por lo que no es conveniente y propondré eliminarlo.
En el caso de las bebidas azucaradas, el impuesto resulta inconveniente cuando aún no se han hecho campañas de desincentivo y programas de acceso de agua potable, hortalizas y frutas para las personas más pobres. Sin embargo, las bebidas azucaradas tienen sustitos perfectos. Por eso, se necesita que esta propuesta no entre en vigor inmediatamente y que haya un compromiso real del gobierno por hacer lo que hasta el momento no se ha hecho antes de aplicar este nuevo impuesto.
Incluiremos un nuevo artículo para introducir una casilla de género en las declaraciones de renta —hombre, mujer, hombre trans, mujer trans y no binario—. Esta diferenciación es fundamental para hacer investigación y proponer leyes con enfoque de género.
Por otra parte, se deben mantener los beneficios tributarios a la producción cinematográfica nacional y a la educación e impresión de libros científicos y culturales. Presentaremos estas propuestas.
Finalmente, la RT debe eliminar el impuesto a pensiones de más de 10 millones. El problema de la inequidad en el sistema pensional debe atenderse mediante los esfuerzos dirigidos a la formalización del empleo y no a gravar las pensiones. Además, esto resulta contrario a los preceptos constitucionales, como bien lo han explicado las centrales obreras y organizaciones de pensionados.
En suma, en mi condición de congresista declarada en independencia, apoyaré lo bueno de la RT y pediré eliminar lo malo o corregir lo que se pueda mejorar.