En víspera de anunciar su nueva candidatura, las encuestas no parecen favorecer al presidente. Pero hay que hilar más delgado y examinar lo que hay detrás de las encuestas. Es lo que empieza a hacer aquí un verdadero experto en la materia.
Las encuestas
El 25 de noviembre vence el plazo legal para que el presidente Juan Manuel Santos declare públicamente si aspira a ser reelegido, y todo hace prever que hará el anuncio esta misma semana.
Un referente básico para tomar la decisión y orientar su estrategia electoral son por supuesto las encuestas de opinión, que en los últimos meses y en general no han sido favorables al presidente Santos. Pero más allá de las altas y las bajas momentáneas, es importante revisar las fuerzas o factores que hay detrás de las tendencias. En este texto aludiré muy brevemente a cuatro de los determinantes que creo son de la mayor importancia.
Departamentos de peso por su población y por la tradicional importancia que han tenido en la vida política del país lo aprueban en proporciones bajas.
Primero: sintonía con las regiones
Alfonso López Pumarejo decía que la fuerza del país estaba en las regiones. Tener sintonía con las regiones es tenerla con lo que le da la fuerza al país.
Paradójicamente, aunque se hace un gobierno igual para todas las regiones, las regiones lo perciben de una manera muy distinta. Así lo prueba el cuadro siguiente, en el caso específico del presidente Santos.
Y aquí reside un escollo del presidente Santos, pues departamentos de peso por su población y por la tradicional importancia que han tenido en la vida política del país lo aprueban en proporciones bajas. En efecto, los cinco que le dan más baja calificación son Casanare, Boyacá, Antioquia, Quindío y Caquetá.
En el lado positivo está su buena imagen en Atlántico, Bolívar, Córdoba, Magdalena y Sucre.
No hay una base sólida de información para establecer la razón de las diferencias, tan solo hipótesis intuitivas. Por ejemplo, en Casanare y Caquetá la ley de regalias puede ser una causa; en Quindio el tema cafetero; en Antioquia la confrontación con el expresidente Uribe; en Boyacá haber negado la existencia del paro, un paro del que se había apropiado la población. Pero es claro que estas diferencias ameritan mayor estudio.
Por otro lado, la buena imagen en la Costa corresponde al momento de optimismo que vive la región: Barranquilla por ejemplo tiene las tasas más bajas de desempleo y una gran esperanza en el golpe de suerte que esperan sea para ellos los TLC.
Presidente Santos durante la Vigesimotercera Foto Presidencia de la República |
Segundo: la imagen del presidente es la imagen del país
El psicólogo Daniel Khaneman, premio Nobel de economía, afirma que los seres humanos tenemos dos sistemas de pensamiento el uno rápido, básicamente instintivo y emocional, y el otro lento y cuidadoso que sabe de números y los maneja.
Nos preguntamos en cuál sistema se procesa la imagen del presidente de la República. Para tratar de aproximarnos al tema tomamos la medida de cómo se ve el país y miramos cómo se relaciona con la imagen del presidente, y se encuentra una altísima correlación. Esto parece indicar que el juicio sobre el presidente es a la larga del pensamiento lento y que para tener buena imagen hay que hacer la tarea.
La imagen del presidente Santos no ha dependido del proceso de paz; en efecto, la correlacion entre percepción del proceso de paz y la imagen del gobierno Santos es bastante baja.
Presidente Santos hace entrega del Polideportivo Foto: Presidencia de la República |
Tercero: momentos de sintonía
Aunque es la suerte de país la que define la buena o mala imagen de sus gobernantes, también es cierto que un líder tiene momentos de sintonía con su país y momentos de total divorcio.
Ya Wislawa Szymborska, una poeta polaca, había dicho acerca de la vida que
Alma se tiene a veces nadie la posee sin pausa y para siempre.
Pues pasa lo mismo con los gobiernos: ninguno goza de sintonía con los electores “sin pausa y para siempre”; solo de cuando en cuando gozan de ella, y cuando lo logran su imagen se valoriza.
El gobierno de Juan Manuel Santos ha tenido esos momentos cuando logró la reconciliación con Venezuela, un país del que se quiere ser amigo; cuando mostró que quería reparar una injusticia evidente como era la situación de las víctimas de nuestro conflicto; o cuando dijo que había logrado acuerdos con las FARC. En cada uno de esos momentos su imagen ascendió 5 o 10 puntos.
Los desencuentros con el país también han sido numerosos: el último, decir que no existía paro cuando Boyacá, Cundinamarca y muchos otros departamentos se habían identificado con el paro.
Se puede decir que un buen gobierno es el que logra momentos de sintonía con frecuencia y que la imagen del presidente es la consecuencia de unir los puntos altos que dan esos momentos de coincidencia.
Cuarto: conversar los problemas de manera adecuada
Un líder tiene momentos de sintonía con su país y momentos de total divorcio.
Si vivimos en el mundo que creamos con nuestras conversaciones, es evidente que los problemas que aquejan al gobierno son circunstancias que no ha sabido conversar adecuadamente o conversaciones retenidas sobre temas vitales que no ha enfrentado.
Surgen al canto en esta categoría:
· ¿Cómo hacer para manejar las injusticias que han dado origen al paro agrario, al paro minero y al del Catatumbo?
· ¿Cómo hacer para que el país tenga la persistencia y la comprensión que requieren los diálogos de paz con una guerrilla de 50 años?, y finalmente
· ¿Cómo hacer para oír dos sentimientos del país: el anhelo de paz y la gratitud con el expresidente Uribe?
Si se quiere escuchar al país hay que recordar que los seres humanos escuchan en la emoción y en consecuencia hay que hacer sentir que se reconocen como legítimos estos sentimientos.
* Presidente del Centro Nacional de Consultoría. Ingeniero Civil y Matemático de la Universidad Nacional de Colombia. Maestría y doctorado en Matemáticas Aplicadas de la Universidad de Maryland. Ex Director de Estudios de la Compañía Ecuatoriana de Datos, ex Director de Estudios Socioeconómicos y Estadísticos de la Compañía Colombiana de Datos, ex Director General de Análisis Socioeconómico del DANE, y ex Presidente de la Sociedad Colombiana de Matemáticas.