Recuperando la relación con Venezuela. | Razón Pública 2022
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Recuperando la relación con Venezuela

Escrito por Ronal Rodríguez

El encuentro entre Maduro y Petro marca un nuevo periodo en las relaciones entre Colombia y Venezuela que dependerá de los intereses actuales de ambos mandatarios más que de un genuino interés bilateral.

Ronal F. Rodríguez*

Una relación personalizada

Desde el comienzo de la Revolución Bolivariana en Venezuela, la relación bilateral con Colombia ha sido altamente dependiente de los presidentes.

Para Hugo Chávez era fundamental la internacionalización de su proyecto, de modo que el manejo de la política exterior fue una de sus prioridades. En parte, esto puede explicar por qué Nicolás Maduro fue elegido sucesor. La Revolución Bolivariana tenía una vocación internacional, la cual afectó la relación bilateral con Colombia.

Los encuentros presidenciales se convirtieron en el centro de la relación bilateral entre Colombia y Venezuela. Los espacios institucionalizados como las comisiones de frontera, la comisión de conciliación, la misión diplomática y consular, que fueron tan importantes en los años 90 y permitieron el desarrollo de una fluida relación comercial y de frontera, se fueron desvaneciendo en la dependencia de la relación bilateral de los encuentros presidenciales.

El espíritu refundacional de la Revolución Bolivariana se impuso sobre la relación bilateral. Chávez, tan dado a la grandilocuencia y a crear instituciones paralelas, transformó la Casa Amarilla, la Cancillería Venezolana y sacrificó varias generaciones de diplomáticos de carrera por personas que apoyaran la internacionalización de su proyecto político.

Durante esos años no era necesario ser un diplomático o tener experiencia en relaciones internacionales, ni saber cuáles eran las prioridades del Estado venezolano: lo fundamentar era ser chavista y obedecer al presidente. Esta fue la fórmula que le permitió a Nicolás Maduro convertirse en el canciller más longevo y el eventual sucesor de Hugo Chávez.

En una agenda tan complicada como la que existe entre Colombia y Venezuela, caracterizada por un extenso temario técnico, territorial, de infraestructura, comercio y migración, las negociaciones y procesos de construcción de consensos binacionales quedaron paralizados por temas que eran prioritarios para los presidentes.

El encuentro

Desde entonces, la relación abandonó el abordaje institucional y dependió de la voluntad o del capricho de los presidentes. Quizás por eso, apenas después del encuentro entre Petro y Maduro se ha retomado el interés en una relación bilateral sobre bases que podrían ser más duraderas.

El encuentro entre los presidentes y el establecimiento de una agenda de trabajo marcan el camino para la recuperación de la relación, pero nuevamente ponen a depender a la relación bilateral del talante de los presidentes.

A diferencia de lo que ocurrió en 2010 cuando Santos y Chávez retomaron la relación después de los años de confrontación Uribe-Chávez, este nuevo encuentro se da a casi tres meses después de la posesión de Petro y transcurrido de manera más parca, estuvo lleno de lugares comunes sobre la hermandad binacional y promesas de recomposición y amistad.

El regreso a la CAN

En 2006, Hugo Chávez decidió retirar a Venezuela de la Comunidad Andina (CAN) con el argumento de que los tratados de libre comercio que por entonces estaban negociando Colombia y Perú con Estados Unidos afectaban los intereses de Venezuela.

La salida de Venezuela de la CAN afectó la Zona de Integración Fronteriza, entre Norte de Santander y Táchira, que ya estaba muy adelantada. Únicamente faltaban las notas reversales. Aunque el protocolo de salida de la CAN extendía las obligaciones de Venezuela durante cinco años, no fue posible negociar bilateralmente y lograr acuerdos satisfactorios en temas de transporte, comercio, frontera o migración.

La propuesta del presidente Petro para que Venezuela regrese en propiedad a la CAN y el interés que mostró Nicolás Maduro en acoger dicha propuesta es el principal resultado de la primera reunión presidencial. No obstante, hay muchos temas operativos y técnicos que resolver para llevar a cabo el regreso de Venezuela.

Foto: Flickr - La otra propuesta que llamó la atención fue la solicitud para que Venezuela regrese al Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Los Derechos Humanos importan

La otra propuesta que llamó la atención fue la solicitud para que Venezuela regrese al Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Si bien el presidente Maduro no negó esta posibilidad tajantemente y fue muy ambiguo en su respuesta, la verdad es que poco o ningún interés tiene el régimen venezolano en regresar al Sistema Interamericano. No ha cumplido las medidas, sentencias y fallos anteriores a su retiro, que es la condición básica para su regreso.

El regreso de Venezuela a la jurisdicción interamericana de derechos humanos es más una postura del presidente Petro, que parece desviar la atención frente a las graves acusaciones que enfrenta el régimen venezolano. Esta solicitud acalla las críticas que despierta el gobierno de Nicolás Maduro y se muestra como un esfuerzo del presidente colombiano para que regrese la democracia en Venezuela.

La “Paz Total” pasa por Venezuela

El ELN no se mencionó en la agenda pública ni en la declaración posterior, pero es poco probable que el tema no fuera abordado por los mandatarios.

La presencia del ELN en Venezuela ha aumentado durante los últimos cuatro años. En 2021 y 2022 se dieron confrontaciones entre cuerpos de seguridad venezolanos, el ELN y disidencias de las FARC en territorio venezolano que es ahora escenario del conflicto armado colombiano.

El ELN ha logrado control territorial y dominio social de importantes áreas del sur de Venezuela, ha desplazado a las organizaciones criminales y ha suplantado a las autoridades. Al igual que lo hicieron las guerrillas en Colombia, la ausencia de Estado y la convergencia de negocios de la ilegalidad —narcotráfico, contrabando, tráfico de armas, tráfico de migrantes, trata de personas y minería ilegal— se convirtieron en fuente de financiación y causa de expansión en Venezuela.

Ningún proceso de negociación para la “Paz Total” con el ELN o las disidencias de las FARC puede obviar la presencia de estos grupos en Venezuela. De hecho, a diferencia de la negociación de la Habana, en esta negociación, el régimen venezolano no sólo debe ser facilitador o garante sino que debe ser una de las partes en la negociación. De nada sirve desmontar el ELN o las disidencias en Colombia si si siguen en Venezuela.

“Re-institucionalizar” la relación

El presidente Petro ha hecho referencia en varias ocasiones a la necesidad de “re-institucionalizar” la relación, es decir, de recuperar los espacios de la misión diplomática y el papel de los consulados, así como los espacios de las comisiones de frontera y conciliación. Pero, aunque ha habido avances importantes en estos tres meses, aún hay mucho camino por recorrer.

Después del acto simbólico para la “normalización de la frontera”, el comercio y el paso fronterizo dependen de las trochas. Si no se dan cambios importantes en las autoridades venezolanas y se rompe el statu quo creado por la ilegalidad en la frontera, las promesas de campaña quedaran empantanadas.

El encuentro entre los presidentes y el establecimiento de una agenda de trabajo marcan el camino para la recuperación de la relación, pero nuevamente ponen a depender a la relación bilateral del talante de los presidentes.

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