Si quieres la paz, prepárate para la guerra | Razón Pública 2023
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Si quieres la paz, prepárate para la guerra: Colombia debe comprar aviones caza

Escrito por Juan Carlos Ruiz

Los viejos aviones no aguantan más remiendos. Hay que proteger a los pilotos y militares que se juegan la vida a bordo de nuestras latas volantes.

Juan Carlos Ruiz Vásquez*

Necesidad estratégica

Es inevitable que Colombia compre nuevos aviones caza.  Es inútil debatir cuántos colegios u hospitales se podrían construir con esta plata, o creer que la compra es para complacer a los militares con “juguetes”.

Reemplazar los viejos Kfir por un nuevo avión caza de alta tecnología es una necesidad estratégica para la defensa nacional. Aunque estos aviones cuestan mucho, son gastos en defensa imprescindibles que se hacen casi cada tres décadas.

El gobierno colombiano tiene 4 opciones.

1. Repotenciar los destartalados Kfir

Serviría para no dejar desprotegido el espacio aéreo, mientras tanto; paralelamente, se comprarían aviones nuevos o de segunda como opción definitiva. De hecho, desde 2020 la Fuerza Aérea ya ha dado de baja varios de estos vetustos aviones.

Esta opción es botar la plata a la basura. Estos aviones no aguantan un nuevo ajuste, como ya se ha hecho antes; proporcionalmente, sería un gasto alto para un resultado magro. Quizás protegería a los pilotos que se juegan la vida montados en latas volantes.

2. Comprar aviones de segunda

Recientemente, Croacia compró a Francia 12 Rafale que ya estaban en servicio en la fuerza aérea francesa. Es la opción más “rápida” y “menos costosa”: la entrega de los aviones no se demoraría 4 o 5 años —como los aviones nuevos si se ordenaran hoy mismo—. La sola fabricación de un Rafale nuevo toma, cuanto menos, 24 meses.

No obstante, la transferencia no es inmediata. Los aviones necesitan cambios, dependiendo del contrato de venta; además, hay que entrenar a los pilotos y trasladar capacidades de mantenimiento y reparación.

3. Comprar aviones de primera

Hace un año se daba casi por hecho que Duque preferiría los F-16 bloque 70, de Estados Unidos. Recientemente, la administración Petro aseguró que los Rafale franceses eran mejor opción; pero se echó para atrás ante las presiones de sus copartidarios, que juzgan esta compra como onerosa e innecesaria.

Tecnológicamente, los Rafale son los mejores aviones. Son también más costosos que los F-16 o los Gripen, que desde hace varios años han sido las otras dos opciones contempladas por el gobierno colombiano.

Colombia podría comprar los F-16 más baratos; pero el Rafale supera ampliamente las otras opciones para satisfacer las necesidades de seguridad y defensa del país, que no se limitan al control del espacio aéreo.

El Rafale se conoce como avión interoperacional, multirol o polivalente, lo cual le permite hacer tareas de avión caza —aquel que combate a otros aviones— y de ataque a tierra. En otras palabras, puede vigilar los cielos y el mar territorial, como también puede hacer control de tierra. El Rafale puede hacer lo que varios aviones de distinto tipo hacen hoy en día en una fuerza aérea.

Un muy completo estudio del gobierno suizo muestra que el Rafale es de lejos el mejor avión de guerra, comparado con el Eurofighter y el Gripen, en cuanto a contraataque defensivo, vigilancia aérea, escolta, reconocimiento y ataque aire-tierra.

Pero la tecnología no es la única variable para tener en cuenta. En este tipo de compras, el precio y los créditos hacen la diferencia. Los acuerdos entre gobiernos —donde el vendedor concede préstamos blandos y plazos de pago más largos— pueden impulsar la decisión final.

Sin embargo, cada vez es más difícil obtener estas ventajas en el momento de la compra, y gobiernos y fabricantes esperan el desembolso de un porcentaje muy importante para iniciar el pedido.

Para Colombia, las nuevas armas han aumentado mucho el porcentaje del gasto en defensa sobre el PIB: la compra de los Mirage franceses en 1972-73, los Kfir israelíes en 1989, los submarinos en 1975, las corbetas en 1983 o la construcción de bases como Bahía Málaga representaron un esfuerzo presupuestal descomunal.

También la política y la diplomacia son decisivas para finiquitar estos acuerdos de compra. Francia ha puesto a jugar lo que Romain Mielcarek  —cronista de Le Monde Diplomatiquellamó la “diplomacia Rafale”: vender su avión insignia a diferentes países de interés geoestratégico como Vietnam, India, Egipto, Arabia Saudita o  Qatar.

Tras el traspiés militar y diplomático en la venta de submarinos a Australia —que, de paso, deterioró las relaciones con Gran Bretaña y Estados Unidos—, Macron ha decidido intensificar esta diplomacia de la venta de armas.

En el reciente encuentro entre Macron y Petro en noviembre de 2022, seguramente hubo una invitación del gobierno francés a adquirir sus Rafale. Durante la primera mitad del siglo ⅩⅩ, Francia fue un proveedor de armas y formación militar muy importante para Colombia, pero fue perdiendo este papel protagónico: su última venta importante de armamento fueron los aviones Mirage en 1972; más recientemente, el ATR 42, un pequeño avión franco-italiano de transporte, en 2015.

Por último, en estas grandes ventas de armamento no hay que descartar el peso de la corrupción, el lobby, y todas las estrategias de relaciones públicas que utilizan los fabricantes —invitaciones, viajes, visitas y regalos para los posibles decisores finales de la compra—.

1. No comprar nada

Sería la peor decisión en términos estratégicos, políticos y de defensa nacional. Sin aviones caza sería imposible adelantar labores de vigilancia en el mar territorial, en el complicado contexto de demandas y reivindicaciones nicaragüenses.

Las posibilidades de disuasión se verían seriamente disminuidas. En estos momentos, aun si todos nuestros Kfir fueran funcionales, Colombia estaría por debajo del poder y número de los Sukhoi y F-16 venezolanos (41 en total), o de los MiG, los Sukhoi y los Mirage peruanos (48 en total).

No hay que olvidar que, en el conflicto con Perú de 1933, la aviación colombiana, con aviones y pilotos alemanes, logró ganar varios combates frente a los peruanos y fue determinante para saldar la disputa por Leticia.

Políticamente, no comprar puede deteriorar la relación entre la administración Petro y todo el sector de defensa,

Foto: Wikimedia Commons - La compra de nuevos aviones caza en Colombia es fundamental en términos estratégicos, políticos y de defensa nacional.

Cuando aún Gustavo Petro era candidato presidencial, en esta misma revista dije que “Una disminución ostensible del gasto de defensa cuando el país debe reemplazar su envejecida flota de aviones Kfir, un deterioro en la calidad de vida o en el estatus de soldados y policías o el nombramiento de un ministro de Defensa hostil al ejército podrían causar un daño serio a la relación entre el presidente y los militares”.

El autor militar romano Vegecio decíaIgitur qui desiderat pacem, praeparet bellum” (‘Aquel que desee la paz que se prepare para la guerra’). Esta frase se popularizó como “Sī vīs pācem, parā bellum” (‘si quieres la paz, prepárate para la guerra’).

El gobierno de Petro no puede esperar hasta 2025 para hacer una compra cuyas entregas y transferencia tecnológica se darán en 2030; tampoco puede esperar a que el próximo gobierno decida.

Si este gobierno no concreta la compra hoy, abrirá un hueco en la defensa nacional de forma sensible y deterioraría ostensiblemente su relación con el sector de la defensa.

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