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¿Qué pasa en Ecuador?

Escrito por Mauricio Jaramillo-Jassir
Mauricio Jaramillo

Ecuador, el país que siempre se identificó como pacífico, atraviesa una crisis de inseguridad y narcotráfico que se ve agravada por las malas decisiones del presidente Lasso.

Mauricio Jaramillo Jassir*

La crisis y la respuesta del gobierno   

En lo corrido del 2021 Ecuador ha registrado más muertes violentas que en todo el año pasado. Hace poco se produjo la peor masacre ocurrida en un centro penitenciario, la de la cárcel de Guayaquil, capital de la provincia de Guayas, que dejó 119 muertos.

El gobierno reconoció el aumento del consumo de estupefacientes y de los delitos vinculados con el narcotráfico. Su declaración oficial recuerda la guerra contra las drogas de Richard Nixon en los años setenta, pues el presidente Lasso aseguró que “en las calles del Ecuador, solo hay un enemigo: el narcotráfico”.

Por eso Lasso decretó el estado de emergencia, que incluye la polémica militarización de las ciudades, patrullajes las veinticuatro horas del día, y la creación de una unidad legal de asistencia para las Fuerzas Militares y la Policía. Esta unidad se encarga de la defensa jurídica de policías y militares que puedan ser acusados por sus actuaciones. Según Lasso, la asistencia legal se justifica porque la “ley debe intimidar al delincuente, mas no al policía”.

Los despliegues militares, en coordinación con la policía, tendrán lugar en nueve de las veinticuatro provincias ecuatorianas, a saber: El Oro, Guayas, Santa Elena, Manabí, Los Ríos, Esmeraldas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Pichincha y Sucumbíos —en la frontera con Colombia—.

El gobierno ecuatoriano insiste en que el país enfrenta una amenaza de enormes dimensiones y que eso justifica tal demostración de fuerza, según lo contempla la Constitución. En este discurso Lasso apuntó a un diagnóstico inquietante: Ecuador habría pasado de ser un lugar de paso para el tráfico de drogas, a ser uno de los epicentros de la actividad delictiva de los carteles.

Las causas de la inseguridad

En el pasado, Ecuador fue utilizado como una ruta parta el narcotráfico. Inclusive en 1999, en plena crisis financiera, el gobierno de Bill Clinton aprovechó la debilidad del entonces presidente Jamil Mahuad, y le ofreció apoyo a cambio de instalar la Base Militar de Manta. Esta base se mantuvo durante diez años, hasta que la administración de Rafael Correa se negó a renovarla por razones de soberanía.

La pandemia dejó al descubierto la poca capacidad de gestión del gobierno de Moreno, y Ecuador se sumió en una crisis.

Durante los diez años del gobierno Correa (2007-2017) Ecuador experimentó seguridad y bienestar gracias a la renta petrolera, la reactivación de la economía y la redistribución del ingreso.   En 2015, junto con Argentina y Uruguay, Ecuador estuvo entre los países que lograron una mayor disminución de la concentración de ingresos, según la CEPAL.  La reducción de la pobreza en más de diez puntos, así como una notable reducción de la desigual, hacían esperar que el país tuviera bases sociales que lo harían menos vulnerable a la inseguridad.

Pero durante los últimos años del gobierno de Lenin Moreno (2017-2021) Ecuador s volvió a las épocas de protestas y grandes movilizaciones sociales. La eliminación de subsidios a la gasolina afectó el acceso a ciertos bienes, sobre todo para los más vulnerables.   En 2019, justo antes de comenzar la pandemia, se pensó en la caída de Moreno, pero un pacto entre las elites empresariales de Guayaquil, los indígenas y sectores que veían con preocupación el retorno de Correa, lo mantuvieron en el cargo.

La pandemia dejó al descubierto la poca capacidad de gestión del gobierno de Moreno, y Ecuador se sumió en una crisis.  Especialmente en la provincia de Guayas, hoy golpeada por la inseguridad, pero en ese momento gravemente afectada por la COVID-19. El síntoma más crudo de la tragedia fueron las decenas de hogares que tuvieron que convivir con los cadáveres de seres queridos, debido a la respuesta poco efectiva de las autoridades locales y nacionales para contener la crisis.

Un desafío que sobrepasa el Ecuador   

Abrumado por la crisis de seguridad y una gobernabilidad frágil, Lasso opta por un discurso de mano dura contra la inseguridad, aun cuando esta estrategia ha fracasado en otras partes de América Latina azotadas por fenómenos similares.

Si bien puede otorgar una sensación de seguridad, la militarización de las ciudades no combate el fenómeno de fondo. Por el contrario, la militarización allana el camino para que la industria de las drogas obtenga márgenes de utilidad muy superiores al de la mayoría de las actividades legales al alcance de las clases medias y bajas.

Ecuador, que se sentía exento de la violencia ligada al narcotráfico, ahora hace parte del circuito de la droga.  Esto obliga al país a tener una postura contundente frente a Guayaquil y volver a los espacios regionales que fueron abandonados por el gobierno de Moreno.

La aparición de Guillermo Lasso en los Pandora Papers revela el carácter selectivo de los políticos y la dirigencia de los países de la región para centrar los esfuerzos en ciertas dimensiones de la criminalidad.

En el intento de distanciarse de Correa, el expresidente Moreno siguió el ejemplo de los gobiernos de derecha que se retiraron de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), siendo así que esta entidad propone un acuerdo multilateral sobre la droga para superar los estrechos márgenes del prohibicionismo tradicional.

Quito fue clave para convocar una sesión especial de la Asamblea General de Naciones Unidas en marzo de 2016. Allí, varios países que durante décadas han sufrido el flagelo del narcotráfico plantearon modificaciones en la estrategia para combatirlo.

En efecto: las respuestas a este flagelo han sido incapaces de contener la inseguridad que hoy golpea a las ciudades latinoamericanas. Estas urbes son las más violentas del mundo -entre las que no se encuentran en guerra— pues nueve de las urbes diez con más altas tasas de homicidio se encuentran en América Latina. Esta es una muestra de la magnitud de un fenómeno que se sigue expandiendo a la par de la globalización y la incapacidad de los Estados de organizar respuestas multinacionales.

Ecuador vive y afronta la paradoja de enfocar todos sus esfuerzos hacia la militarización de las calles, haciendo muy poco por controlar el lavado de activos —una actividad de la que depende en buena medida la viabilidad del tráfico de drogas—. Además, al ser una economía dolarizada la vulnerabilidad es innegable.

La aparición de Guillermo Lasso en los Pandora Papers revela el carácter selectivo de los políticos y la dirigencia de los países de la región para centrar los esfuerzos en ciertas dimensiones de la criminalidad.

Foto: Tano Simonetti - Abrumado por la crisis de seguridad y una gobernabilidad frágil, Lasso opta por un discurso de mano dura contra la inseguridad.

Mientras tanto, la eliminación de los paraísos fiscales, la transparencia fiscal y la rendición de cuentas sobre los ingresos de los más ricos parecen ideales que apenas necesitan de voluntad política, pero son irrealizables en el corto plazo.

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