Proyectos de desarrollo versus reservas forestales: ¿electricidad o bosque? - Razón Pública
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Proyectos de desarrollo versus reservas forestales: ¿electricidad o bosque?

Escrito por María del Pilar Pardo

Hace dos meses la Reserva Forestal Protectora de la Cuenca Alta Río Bogotá fue  reducida en una gran parte. Y ahora un proyecto de transmisión eléctrica la cercenaría aún más. ¿Seguirá la destrucción “sin reservas” de nuestro territorio?

María del Pilar Pardo*

El recorte

Recientemente los medios de comunicación informaron sobre el realinderamiento de la Reserva Forestal Protectora Productora de la Cuenca Alta Río Bogotá que llevó a cabo el Ministerio de Ambiente.

Con esta sustracción, la reserva pasó de 245.147 a solo 94.161 hectáreas. Esto equivale a una pérdida del 62 por ciento del área inicialmente decretada en 1977  por el Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente (INDERENA), la autoridad competente por entonces.

Durante los últimos 50 años hemos visto cómo las reservas forestales de Colombia han dejado de cumplir su principal función: preservar y conservar el agua y el alimento de las comunidades.

Pero este no es el único caso. Durante los últimos 50 años hemos visto cómo las reservas forestales de Colombia han dejado de cumplir su principal función: preservar y conservar el agua y el alimento de las comunidades, y le han dado paso a miles de proyectos que obtienen ganancias privadas a costa del interés general y la utilidad pública.

Con esto no quiero dejar la sensación de oponerme  a las actividades que contribuyen al crecimiento económico y al bienestar de los colombianos, sino advertir que ese desarrollo económico y social no es sostenible sino se miden con cuidado la ubicación y el modo de llevar a cabo los proyectos.


Nacimiento del río Bogotá.
Foto: Gina Parody

La reserva forestal

La decisión del Ministerio acerca de la realinderación la Reserva Forestal Protectora Productora de la Cuenca Alta Río Bogotá se sustentó sobre varias consideraciones:

a)  La biodiversidad, por ser patrimonio nacional y de interés de la humanidad, deberá ser protegida de manera prioritaria y ser  aprovechada en forma sostenible;

b) Las zonas de páramos y sub-páramos, los nacimientos de aguas y las zonas de recarga de acuíferos deben ser objeto de protección especial; y

c) El paisaje, por ser patrimonio común, debe ser protegido en concordancia con la Ley 99 de 1993.

Para mejor entender esta medida, hay que tener claro que el efecto protector es “aquel que permite conservar las coberturas naturales, el paisaje agropecuario y forestal característico de la Sabana de Bogotá y el recurso hídrico superficial y subterráneo, así como establecer y mantener la conectividad de los mismos”. Y es además el que permite “mantener la mayor cantidad de agua disponible para los 9 millones de habitantes en Cundinamarca”.

Por eso, el Ministerio argumentó la necesidad de mantener el efecto protector de las áreas redelimitadas para conservar la estructura ambiental en el territorio que sustente en el mediano y largo plazo el conjunto de valores ecológicos y socioeconómicos que representan para la Sabana de Bogotá, los municipios aledaños y la región (Resolución 138 de 2014).

La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), Corpochivor y el Instituto Alexander von Humboldt fueron los encargados de adelantar los estudios técnicos, socioeconómicos y ambientales que sustentaron la medida de realinderamineto  de la reserva forestal.

¿Cómo explicar ante la opinión pública que a finales de enero de este año se redujera un área protegida en el porcentaje arriba mencionado, y que tres meses después se proceda a aprobar una nueva sustracción, justo en el área que se pretende proteger?

El proyecto de transmisión eléctrica

El conflicto surge porque, por otro lado, la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) ha elaborado el Plan de Expansión de Referencia Generación –Transmisión 2010-2024, adoptado mediante la Resolución del Ministerio de Minas y Energía 18-2215 de noviembre de 2010.

El plan señala prioridades para el desarrollo de varios proyectos de generación y transmisión eléctrica. Entre ellos está el proyecto Chivor II-Norte-Bacatá 230 KV, adjudicado mediante la convocatoria pública 03-2010 a la Empresa de Energía de Bogotá (EEB) para realizar “los estudios, el diseño, la adquisición de los suministros, la construcción, montaje, operación, mantenimiento de las subestaciones de Chivor II y Norte 230 kv y las líneas de transmisión asociadas”.

En cumplimiento de este contrato, la EEB está evaluando las alternativas por donde puede hacerse el trazado de la interconexión eléctrica. La EEB ha definido dos opciones: una denominada Tocancipá-Gachancipá, y la otra, “ruta norte”. En el siguiente mapa pueden verse las dos propuestas.

Fuente. Empresa de Energía de Bogotá. Expediente ANLA NDA 0907

Pero la ruta norte atraviesa la Reserva Forestal de la Cuenca Alta del Río Bogotá, recientemente realinderada, y la interviene en 25,7 kilómetros, de acuerdo con el  trazado que propone la empresa. Dentro de este recorrido, el área boscosa con mayor continuidad y sin fragmentación se encuentra en el municipio de Subachoque, con una longitud aproximada de 17 kilómetros.

En la imagen siguiente puede verse la nueva redelimitación de la Reserva y el trazado  “ruta norte” que propone la EEB:

Fuente. Elaboración propia.

Lo que está en juego

Si la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) escoge la “ruta norte”,  habría que llevar a cabo una nueva sustracción del área de la reserva, ya que este tipo de obras no figura entre aquellas que la Resolución 1527 de 2012 señala como “actividades de bajo impacto ambiental que pueden llevarse a cabo dentro de las reservas forestales en Colombia.

La sustracción del área correspondería a 25,7 kilómetros lineales con un buffer (área de intervención) de 1 kilómetro ancho, sin mencionar las vías de acceso que deban desarrollarse durante la construcción de las torres eléctricas y para su mantenimiento.

Cabe preguntar entonces si la ministra Luz Helena Sarmiento, anterior directora de la ANLA, estaría dispuesta a tomar una medida en franca contravía de su empeño en conservar la reserva forestal, si la ANLA optare por la ruta norte.

Resultaría lamentable que, por culpa de la desarticulación institucional, se sacrifique una de las pocas áreas de conservación que le quedan a Cundinamarca.

¿Cómo explicar ante la opinión pública que a finales de enero de este año se redujera un área protegida en el porcentaje arriba mencionado, y que tres meses después se proceda a aprobar una nueva sustracción, justo en el área que se pretende proteger?


La Ministra de Ambiente, Luz Helena Sarmiento.
Foto: Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible

Vuelve y juega

Los nacimientos de agua que surten a los acueductos verdales y municipales de la región se verían seriamente afectados por la nueva red de interconexión eléctrica. Y esto  sin mencionar la fragmentación de las áreas que son el hábitat de especies endémicas y amenazadas, ni los daños sobre la biodiversidad y otros servicios ambientales que producen las áreas boscosas en el departamento de Cundinamarca.

Resulta paradójico que un municipio como Subachoque, que se ha mantenido fiel al principio de hacer compatibles la conservación de sus recursos naturales con los desarrollos agropecuarios no extensivos, acabe siendo atropellado por una empresa pública del Distrito.

La Empresa sin duda piensa en reducir costos y en aprovechar la existencia de una comunidad campesina aparentemente débil y fácil de tranzar. Pero estaría muy equivocada por la historia de ese municipio y el apego de sus habitantes a su tierra y sus recursos naturales van más allá de lo que pueden imaginar los funcionarios desde sus escritorios en Bogotá.

Apelemos entonces a la cordura de las autoridades ambientales, ya que hemos sido testigos de la falta de coordinación entre las empresas del Estado, lo que ha llevado a la sobreexplotación de los recursos naturales con consecuencias irreversibles.

Resultaría lamentable que, por culpa de la desarticulación institucional, se sacrifique una de las pocas áreas de conservación que le quedan a Cundinamarca

* Abogada, especialista en Negociación y Relaciones Internacionales, gerente de la firma Gestión Ambiental Estratégica. 

 

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