¿Por qué Europa le teme a los refugiados? - Razón Pública
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¿Por qué Europa le teme a los refugiados?

Escrito por Hasan Turk
Vista aérea del campo Za’atri para refugiados sirios en Jordania.

Vista aérea del campo Za’atri para refugiados sirios en Jordania.

Hasan TurkEl “Viejo Continente” se resiste a la entrada de los refugiados sirios por el racismo profundo que le dejó su pasado colonialista. Y sin embargo la integración democrática de los migrantes le ayudaría a salir de su propia crisis.

Hasan Turk*

Crisis globales

La historia de la humanidad ha sido un ir y venir entre momentos de paz y de guerra, de estabilidad y de crisis, de orden y de desorden. Estos momentos podían darse dentro de una nación, de una región o bien a nivel global. Pero hoy en día, gracias a la globalización, un conflicto, epidemia o crisis ecónomica en un país puede convertirse en un problema internacional en cuestión de semanas.

El mundo nunca había sido tan vulnerable en su conjunto, como en la actualidad, a las guerras, epidemias, crisis económicas, conflictos, contaminación del medio ambiente, comercio de personas y de órganos, narcotráfico y terrorismo internacional. Estos problemas se han globalizados y ya no reconocen fronteras.

En muchas ocasiones los Estados no son capaces de afrontarlos solos, porque los terroristas, los contrabandistas, los narcotraficantes y los delincuentes internacionales también forman alianzas para internacionalizar sus daños y enfrentar a los Estados.

Una de las regiones más inestables del mundo sigue siendo Oriente Medio. Esta región, ya sea por razones internas, externas o por estar en la mira de los grandes imperios, nunca ha tenido largos períodos de paz.

En el caso particular de Siria, tanto los países europeos como las naciones árabes tienen una gran responsabilidad.

En los últimos años la región se ha vuelto una fuente de conflictos que han implicado a todo el mundo, debido a fenómenos como la Primavera Árabe, los conflictos étnicos, religiosos y sectarios, y la lucha por el control de los recursos naturales. En el presente, naciones como Siria, Yemen, Irak, Libia o Afganistán, no ofrecen ninguna estabilidad y son suceptibles a dividirse y convertiste en pequeños Estados en cualquier momento.  

En la reciente reunión número 70 de la Asamblea General de Naciones Unidas, celebrada en Nueva York, uno de los problemas más discutidos fue el futuro de Siria y la situación de los desplazados y refugiados sirios en los países vecinos y en Europa.

En un mundo globalizado los Estados no pueden quedarse de brazos cruzados frente los problemas que sacuden al mundo, porque ningún país está a salvo de sus consecuencias. Y en el caso particular de Siria, tanto los países europeos como las naciones árabes tienen una gran responsabilidad.

En la raíz de los conflictos de hoy en Oriente Medio está el legado de las potencias colonizadores europeas del siglo pasado. Países como Francia e Inglaterra rediseñaron a su gusto la geografía de Oriente Medio durante la I Guerra Mundial. Por lo tanto, las naciones europeas tienen una gran responsabilidad moral y deben ser actores centrales en la solución de sus conflictos.

Además, las potencias europeas tienen una responsabilidad jurídica porque muchas normas jurídicas que existen sobre democracia, derechos humanos, derecho internacional humanitario y protección de los refugiados fueron creados por ellas. Y la aplicación de estas normas debe ser internacional y sin distinción de raza o religión.

El polvorín de Siria

Gran Salón de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, durante la 70va Asamblea General.
Gran Salón de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, durante la 70va
Asamblea General.
Foto: United Nations Photo

El conflicto en Siria entró recientemente en una etapa mucho más compleja, con la intervención directa de Rusia en el país árabe. Hasta hace poco, el apoyo de Rusia había sido diplomático, pero desde hace una semana los aviones cazas rusos están bombardeando objetivos del Estado Islámico y de otros grupos que representan un peligro para el régimen de Bashar Al Asad.

Por su parte, Estados Unidos está apoyando el grupo de la oposición a Bashar Al Asad, mientras Irán y el grupo Hezbolá comenzaron a enviar militares al territorio sirio para apoyar al régimen. Todas estas acciones agravan la situación de los refugiados.

Según los datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) el conflicto en Siria ha producido 13 millones de desplazados, con 7 millones de desplazados internos y 6 millones repartidos entre Turquía, Líbano y Jordania. A partir de este año, muchos de estos refugiados comenzaron a tocar las puertas de Europa.

Evidentemente, recibir refugiados tiene un costo y puede tener consecuencias positivas o negativas. Por ejemplo, según el gobierno, Turquía ha gastado más de 8 mil millones de dólares en cuatro años debido a los refugiados sirios. Esto ha creado un gran descontento en la población turca.

Por su parte, países como Qatar, Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudí, que son mucho más ricos que algunas naciones europeas, tienen normas muy estrictas a la hora de recibir inmigrantes. Por eso, los refugiados de Siria o del Magreb (Norte de África) prefieren ir a Europa en lugar de llegar a países donde hablan su idioma y practican su cultura y religión.

El argumento de los países árabes para no recibir a los refugiados sirios es que la población de esos países es muy reducida, que ya existen muchos trabajadores inmigrantes y que en cualquier momento puede comenzar un descontento social que derroque a los gobiernos actuales.

La Europa de puertas cerradas

En Europa países como Alemania quieren recibir más refugiados, pero los otros países del continente no los quieren porque los ven como un problema cultural, económico, étnico, religioso y geopolítico.

Las razones que dividen Europa son reales y pragmáticas. No hay que olvidar que Europa tiene sus propios problemas, cuyas soluciones no se ven a corto plazo. Entre estos problemas el más inquietante es la demografía. Hoy en día la población europea esta envejecida, el crecimiento demográfico está paralizado y solo las familias inmigrantes (latinas, árabes y africanas) tienen hijos.

En Europa existe una gran fobia hacia los musulmanes, por razones históricas, religiosas, culturales y demográficas. Durante siglos el mundo musulmán y el mundo cristianos estuvieron enfrentados en guerras y conflictos. El mundo musulmán no ha olvidado las Cruzadas ni los europeos olvidaron las invasiones otomanas.

Sin embargo, la población musulmana sigue creciendo en el corazón del mundo cristiano, no solo por los inmigrantes sino por los conversos, muchos de los cuales se alistan después en las filas del Estado Islámico. La falta de identidad cultural y religiosa en Europa y la ausencia de redes familiares llevan a mucha gente a convertirse al islam.

Para un europeo eurocentrista ser colonizado por una “etnia inferior” es algo doloroso y preocupante.

Esta situación inquieta a los líderes políticos europeos, y por eso en la última década han surgido muchos partidos políticos ultraconservadores e islamofóbicos. Para los líderes europeos la crisis de identidad en Europa es mucho más preocupante que la propia crisis económica. Para muchos, Europa ha sido la cuna de la civilización occidental y cristiana, y en nombre de estos valores ha ocupado buena parte del mundo. Pero ahora Europa se encuentra colonizada por los habitantes de sus excolonias.

Tal vez para las naciones latinoamericanas recibir inmigrantes no haya sido algo tan difícil porque la región fue poblada precisamente por inmigrantes, pero para un europeo eurocentrista ser colonizado por una “etnia inferior” es algo doloroso y preocupante. Los europeos no saben asimilar inmigrantes porque sus Estados han sido excluyentes.

Además, los países europeos temen que a la hora de recibir los refugiados, entre ellos se puedan infiltrar terroristas del Estado Islámico. Si estos elementos ingresan, tal vez no hagan atentados terroristas inmediatamente, pero pueden formar células y en el futuro pueden convertir al continente en un campo de batalla.

Por ese motivo los líderes europeos han ofrecido apoyo económico al gobierno turco para que reciba otros dos millones de refugiados y no permita el paso de los sirios hacia el territorio europeo.

Una posible democracia

Refugiados sirios llegan a una estación de trenes en la ciudad de Viena, Austria.
Refugiados sirios llegan a una estación de trenes en la ciudad de Viena, Austria.
Foto: Josh Zakari

Si las naciones europeas y/o árabes aplicaran las políticas que aplicaron los Estados latinoamericanos a la hora de recibir refugiados en siglos anteriores, podrían conseguir una verdadera integración democrática, que incluso ayude a solucionar los problemas económicos de Europa, porque con los refugiados jóvenes entra una nueva mano de obra.

Los europeos podrían ver hacia América Latina y preguntarse: ¿por qué los inmigrantes árabes fueron capaces de integrarse y asimilar la cultura latinoamericana y nunca se convirtieron en terroristas? En ese sentido, las políticas y la sociedad latinoamericanas tienen mucho que enseñarles a los europeos.

Europa debería poner en práctica la verdadera democracia incluyente que siempre ha defendido. Hasta ahora los europeos han sido democráticos entre ellos, pero la verdadera democracia es ser capaz de convivir y aceptar al otro diferente, y lo que han hecho con los inmigrantes latinos, árabes o africanos, es el fracaso de la democracia.

La democracia es la pluralidad, y es el momento de mostrar al mundo que Europa puede cambiar sus políticas y convertirse en un un faro demócrata.

 

* Magister en Ciencias Políticas, experto y analista sobre asuntos de Oriente Medio y las Relaciones Internacionales.

 

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