El 34 % de los colombianos viven en pobreza monetaria y por lo menos el 40 % tienen un trabajo informal. Qué haría cada uno de los candidatos…y cuáles son las cosas que ambos tendrían que hacer para salir del hueco.
Fabio Nieto* y Carolina Altamiranda**
Ingresos que no alcanza para sobrevivir
Según el DANE, la incidencia de la pobreza monetaria es “el porcentaje de la población colombiana cuyo ingreso per capita de la unidad de gasto (UG) está por debajo de la línea de pobreza o pobreza extrema, según dominio geográfico”.
En palabras sencillas, la pobreza monetaria indica el número de hogares cuyos ingresos no son suficientes para un nivel mínimo de vida.
Esa pobreza ha aumentado en Colombia d manera alarmante en los últimos años. Las condiciones laborales empeoraron con la pandemia; pero hay otras razones de fondo, más antiguas y sin resolver, como la informalidad que afecta por lo menos al 40 % de los trabajadores.
La variación de la pobreza monetaria se relaciona con los aumentos o caídas del PIB y con la forma de distribuir ese ingreso. También inciden los cambios en la manera de definir o medir la línea de pobreza y los factores micro y macro que determinan el ingreso familiar.
Incidencia de la pobreza monetaria
Como se puede en la Gráfica 1, durante los últimos cuatro años la pobreza monetaria aumentó considerablemente: en el total nacional, pasó del 34,7 % en 2018 al 39,3 % en 2021. Eso implica que, de cada 100 colombianos, casi 40 están viviendo en condiciones de vida inferiores al mínimo aceptable.
El deterioro de la situación fue especialmente grave en las 13 ciudades mayores y áreas metropolitanas, donde el índice pasó del 26,7 % al 34,3 %. Estos ciudadanos difícilmente podrán mejorar sus condiciones de vida, porque el niño en extrema pobreza no puede aprovechar muy bien la educación que reciba en la escuela, y el joven o la joven en esas condiciones se enferma con más facilidad.
Gráfica 1 | Pobreza monetaria en Colombia

La pobreza extrema
La miseria o la pobreza extrema se refiere al porcentaje de hogares por debajo de la línea de indigencia: no alcanzan a tener comida en sus mesas.
Según se ve en la Gráfica 2, entre 2018 y 2021 la pobreza extrema saltó del 3,9 % al 7,9 % en Colombia. La pandemia dejó desprotegidos a los hogares colombianos, aún después de los subsidios del gobierno. La pérdida de empleo —único ingreso de muchas familias— puede explicar ese aumento explosivo de la miseria.
Además, la brecha urbano-rural es persistente. Se observa un cambio sustancial en las cabeceras, pero la miseria sigue siendo menor que en los centros poblados y rurales. En efecto: la miseria aumentó 4 puntos en las cabeceras entre 2018 y 2002 (pasó de 8,2 % a 12,2 %) mientras que en los centros poblados y rurales dispersos el aumento fue de 2,6 puntos aunque acabó en más de seis puntos por encima de las cabeceras (pasó de 16,2 %, en 2018 a 18,8 % en 2021).
Gráfica 2 | Pobreza monetaria extrema en Colombia


Que haría Petro y qué haría Hernández
La elección de Gustavo Petro o de Rodolfo Hernández implicaría planes de gobierno diferentes: los mismos retos, pero propuestas distintas ante la pobreza y el mercado laboral.
El primer objetivo de desarrollo sostenible de la ONU dice que “la pobreza tiene muchas dimensiones, pero sus causas son el desempleo, la exclusión social y la alta vulnerabilidad de determinadas poblaciones a los desastres, las enfermedades y otros fenómenos que les impiden ser productivas”.
Rodolfo Hernández propone reestablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela, para abrir las fronteras y recuperar las exportaciones. Esto aumentaría la demanda de productos colombianos y, por ende, la contratación de mano de obra. También insiste en las economías digitales, en disminuir las barreras de entrada a los nuevos empresarios y en estimular el emprendimiento.
Gustavo Petro propone estimular los emprendimientos individuales y colectivos, democratizando las condiciones para trabajar: el saber, la salud, las tierras, el agua, las energías no contaminantes y el crédito. También propone un banco público para aumentar el crédito y potenciar la agroindustria colombiana.
Con respecto a la salud, Hernández propone garantizar el pago oportuno a los prestadores, así como acentuar la política nacional de control de precios de los medicamentos. También plantea recuperar la red pública hospitalaria, abriendo más hospitales y centros de salud.
Petro en cambio propone eliminar las EPS para que no haya más intermediación, a cambio de lo cual el Estado financiaría directamente la red hospitalaria pública y subcontrataría con la red privada. Adicionalmente, habría que restablecer la salud preventiva y aumentar el acceso a medicamentos y tecnologías de calidad.
Lo que más falta: voluntad política y reforma tributaria
Estos puntos son fundamentales para disminuir la pobreza en Colombia. Pero, independientemente de quien sea el ganador, deben pasar por el Congreso porque para financiarlos se necesita una seria reforma tributaria.
Y esa, creemos nosotros, es la batalla más grande.
* Este artículo hace parte de la alianza entre Razón Pública y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas son responsabilidad de los autores.