Nuestra estrategia de crecimiento económico se está quedando obsoleta. ¿Cuáles son esos retos, y cuáles son las propuestas del nuevo Plan Nacional de Desarrollo?
Jaime Acosta Puertas*
Crecimiento y desarrollo
El Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 (PND) implica un cambio en la noción del “crecimiento económico” porque incorpora además temas sociales, la paz y el cambio climático, en un entorno geopolítico que ha cambiado de manera sustancial.
El cambio propuesto debe ser consolidado por futuros gobiernos para evitar un retroceso con efectos devastadores.
Esta propuesta se aleja del enfoque de los pasados 30 años, pero no significa el fin del mundo para los actores que impulsaron el modelo de mercado fallido a partir del “consenso de Washington” al comenzar la década de 1990. La crisis del modelo económico ha llevado a la crisis del sistema político, que a su vez propició el triunfo de la corriente progresista que encabezan el presidente Petro y el Pacto Histórico, con el apoyo de otros partidos.
La política económica de las últimas tres décadas no ha permitido una correcta y oportuna transición energética, ni ha garantizado la autonomía alimentaria mediante una reforma agraria que conduzca a la paz total. Además, se necesita una sostenida acción de reestructuración productiva para superar la dependencia del petróleo, del carbón y del narcotráfico.
Colombia no tiene una dirección económica clara. Aunque existe una reestructuración global de la economía a través de cambios en la producción, la tecnología y el comercio internacional, Colombia no tiene un papel estratégico en el sistema productivo mundial, ni siquiera para impulsar un cambio productivo interno vinculado con las exportaciones.
La reindustrialización puede conducir a generar nuevos espacios urbanos relacionados con una nueva economía y una nueva sociedad, incluida una explosión cultural como nunca se ha visto en Colombia.
No obstante, Colombia sí cuenta con recursos naturales, humanos y la geografía necesarios para convertirse en un protagonista global en el futuro.

Viaje de Colombia al futuro
El PND se divide en cinco capítulos, dos de los cuales se centran en la reestructuración productiva. El capítulo 3 alude al derecho humano a la alimentación, mientras el capítulo 4 se enfoca en la Transformación productiva, internacionalización y acción climática.
El primer capítulo se enfoca en reestructurar la economía agraria y desarrollar las zonas rurales, mientras que el segundo se centra en la política de reestructuración basada en la revitalización de los recursos naturales, la transición a una economía carbono neutral y la transición energética inteligente. Además, busca la reindustrialización a través de la bioeconomía y otros sectores.
El primer capítulo es excelente. Demuestra el conocimiento y la madurez de la ministra Cecilia López y del viceministro Darío Fajardo. En cuanto al segundo capítulo, aunque su contenido es válido, su título no refleja la importancia superior de la reindustrialización, la cual debe incluir la revitalización de los recursos naturales, la transición a una economía carbono neutro y una transición energética inteligente.
Esto implica un modelo productivo intensivo en conocimiento, creatividad y sostenibilidad. Por lo tanto, sería más apropiado titular este capítulo como «Reindustrialización, internacionalización y cambio climático».
Incluso, hay elementos de la sección Naturaleza viva: revitalización con inclusión social. Esta sección podría formar parte de la política para el campo, ya que la agricultura debe proteger los recursos naturales. Además, la agricultura también es parte de la reindustrialización, ya que pueden desarrollarse insumos, máquinas y equipos, y servicios inteligentes. Las ventajas comparativas de Colombia se consolidarán si están ligadas a la reindustrialización.
De esa manera, la transformación de la producción comenzaría con la visión de una economía carbono neutral, que abarca regiones, ciudades y la sociedad como un todo.
Ahora bien, ha surgido una controversia sobre nuevas exploraciones petroleras en relación con la transición energética, la cual implica una revolución productiva, tecnológica y socio-cultural en torno al uso de energías alternativas y una mayor eficiencia en servicios eléctricos. Es fundamental abordar los desafíos energéticos en la política de reindustrialización.
Asimismo, el sistema de movilidad es un sector complejo y estratégico para la reindustrialización y la creación ciudades y hábitats resilientes. En el PND se infieren ciudades resilientes con economía, movilidad, urbanismo, arquitectura, gobernabilidad, creatividad y sostenibilidad como parte de las transformaciones urbanas y rurales sostenibles.
El problema del metro en Bogotá evidencia un atraso en el concepto de ciudad y de la ingeniería colombiana. El metro subterráneo propuesto por Petro es una opción acertada. Peñalosa causó un daño a Bogotá y Colombia, y Claudia debe apoyar al presidente con moderación.
Las ciudades necesitan evolucionar y adaptarse a las nuevas especializaciones productivas y tecnológicas de la reindustrialización. En línea con esto, Bogotá está creando un distrito de ciencia, tecnología e innovación, que se relacione con las especializaciones estratégicas del cambio productivo que Colombia impulsará con la política de reindustrialización, más sus propias ventajas competitivas.
La reindustrialización puede conducir a generar nuevos espacios urbanos relacionados con una nueva economía y una nueva sociedad, incluida una explosión cultural como nunca se ha visto en Colombia.
Reindustrialización y desarrollo
El PND resume la política de reindustrialización que ha sido objeto de trabajo desde la campaña presidencial. En los últimos meses, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo ha liderado un proceso de concepción, consulta y diseño de la política, en colaboración con otros ministerios, como el Ministerio de Hacienda.
Hace pocos días, en una reunión del gabinete, se anunció la política de reindustrialización y todos los ministros presentes firmaron esta iniciativa. Falta la firma del presidente que se espera en un futuro próximo. Cabe destacar que el gobierno consultó a economistas internacionales, como Mariana Mazzucato y Ha Joon Chang, y a expertos nacionales, entre ellos Luis Jorge Garay y Darío I Restrepo.
Esta política sustituirá las políticas de competitividad y desarrollo productivo que han fracasado, debido a su orientación errónea, lo que ha dado lugar a la llamada «enfermedad holandesa».
Así, se sugiere cambiar el nombre del Consejo Nacional de Competitividad y de Innovación por Consejo Nacional de Productividad e Innovación, dado que la competitividad no logró superar la dependencia en los sectores minero-energéticos, por eso la productividad ha tenido un comportamiento negativo en los últimos treinta años, dado que en Colombia la política económica no propició ni un cambio estructural ni un cambio tecnológico.
Para financiar la reindustrialización, Colombia debe impulsar exportación de alta tecnología que en 20-30 años generen ingresos superiores a los que hoy aportan el petróleo y el carbón, con una meta de alrededor de 100 mil millones de dólares para 2100.
Colombia ha sufrido durante dos siglos la influencia de un colonialismo productivo y tecnológico, por lo que tardará al menos medio siglo en construir su autonomía en estos ámbitos. No obstante, ya se han desarrollado ciertas capacidades que permiten dar un salto hacia un nuevo estado, con una economía renovada, una sociedad distinta y nuevas instituciones.
Por ahora, en el texto del PND se esbozan tres cosas que son determinantes en una política de reindustrialización:
- Los sectores de la vanguardia transformadora que serán responsables de aumentar la productividad y la transformación de la canasta exportadora (aeronáutico, naval, industrias de salud, industrias 4.0, electrónica, materiales, bioeconomía, bienes de capital de nueva generación).
- Los sectores que preservarán la competitividad de los años inmediatos (primarios e industriales)
- Y algo que me parece una novedad: la manera que el presidente y los ministros del bloque económico y social lo entienden: la economía popular como una manera más inteligente de asumir las economías informales, para entenderlas e integrarlas al sistema productivo formal, lo cual se podrá hacer si los sectores de la vanguardia transformadora tienen instrumentos e institucionalidad para irrigar oportunidades en toda la economía.
Hay que conocer y entender la economía popular para abrirle áreas y espacios que la transformen. No podemos seguir fracasando al llegar con la camisa de fuerza de la formalización, ya que la economía formal ha demostrado su fracaso como impulsadora de la productividad, diversificación, sofisticación y nuevas exportaciones.
Lo mismo ha ocurrido con la ley 100 de salud, que no solo dejó pérdidas monetarias, sino que no contribuyó al desarrollo de una potente industria de salud y sólidas capacidades en investigación científica. Afortunadamente, los ministerios de salud e industria están trabajando para rescatar este sector estratégico dentro de la política de reindustrialización en el PND.
Adicionalmente, El PND establece las bases para integrar las políticas productivas con la ciencia, tecnología e innovación, y destaca una clara mejora al definir fuentes de financiamiento para duplicar la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).
El cambio productivo y tecnológico requiere una integración entre producción e investigación. Las empresas con actividades productivas complejas serán las responsables de liderar la reindustrialización y la transición hacia una economía avanzada, basada en procesos sostenidos de I+D+i en colaboración con el Estado y las universidades.
Colombia ha sufrido durante dos siglos la influencia de un colonialismo productivo y tecnológico, por lo que tardará al menos medio siglo en construir su autonomía en estos ámbitos. No obstante, ya se han desarrollado ciertas capacidades que permiten dar un salto hacia un nuevo estado, con una economía renovada, una sociedad distinta y nuevas instituciones.
Desarrollar la investigación científica implica darle más fuerza en el capítulo 4 del PND, porque la investigación determina saltos en la productividad, en la cultura de la sociedad, y es la base de toda inteligencia transformadora
La banca de desarrollo jugará un papel fundamental en la política de reindustrialización, ya que se requieren recursos públicos para impulsar emprendimientos estratégicos y fomentar la innovación, lo que complementará los recursos de las empresas para la investigación, el desarrollo y las exportaciones.
Aún sin conocer el texto de la política de reindustrialización, pero conociendo como se la ha trabajado en los últimos años, lo cierto es que por fin Colombia tendrá una política que abrirá el camino a un desarrollo económico cierto y duradero. Si una fuerza progresista no hubiera llegado a la presidencia, seguiríamos con las políticas superficiales de los últimos treinta años.