A qué se deben las disputas internas dentro del Pacto Histórico, por qué y cómo podrían resolverse o agravarse, cómo podrían afectar la suerte del gobierno Petro.
Camilo Alipios Cruz Merchán* y Nadia Pérez Guevara**
Las disputas
El Pacto Histórico se declaró oficialmente como bancada de gobierno, pero desde el comienzo mismo de la legislatura se presentaron disputas internas que no han podido resolverse, como
- la de los integrantes de las mesas directivas en el Congreso,
- la falta de consenso alrededor del caso del senador Alex Flores, y
- el descontento por algunos nombramientos en el gobierno Petro.
¿Cuál es el origen de estas disputas y de qué manera pueden afectar la supervivencia o la gobernabilidad del Pacto Histórico?
Cuatro tipos de dirigentes
En la coalición de gobierno conviven cuatro tipos de figuras políticas centrales.
- Las que provienen de la izquierda tradicional, e intentan replicar modelos jerárquicos o centralizados propios de los movimientos de masas, inexistentes en la Colombia de hoy.
- Las que provienen de la política más tradicional, que intentan llegar a consensos siempre y cuando ellos favorezcan sus intereses personales.
- Las que provienen de los diversos movimientos sociales, que re general no han tenido carreras electorales, pero representan sectores amplios de la sociedad civil.
- Las figuras provenientes de los medios o las redes sociales, que carecen de experiencia política y de una base electoral específica; por eso necesitan mantenerse en la agenda pública a través de las mismas redes para no perder su visibilidad.
Esta diversidad, donde unos son más proclives a la negociación y al pragmatismo, otros más arraigados en el movimiento social y otros dependientes de la coyuntura mediática, plantea una serie de retos para el Pacto Histórico y para el presidente Gustavo Petro.
Coalición o bancada en construcción
Toda organización política está compuesta por facciones con distintos intereses y orientaciones. Por eso no es extraño que existan disputas internas en la bancada de gobierno.
Pero aun entonces es necesario aclarar si se trata de una bancada en formación o de una simple coalición. En el primer caso se trata de llegar a la unidad y actuar con disciplina en todos los momentos, en el segundo caso de admitir que algunos sectores operen como organizaciones autónomas dentro de una coalición y por lo tanto no siempre sigan a la mayoría.
Las disputas que ya existen muestran la necesidad de aclarar los límites del Pacto, puesto que hay varias organizaciones con personería jurídica que hacen de la bancada una coalición donde conviven pequeños grupos que claramente tienen intereses propios —con todo lo que esto implica, además, ante la falta de regulación para listas plurinominales—.
A lo anterior se suma el tema de los liderazgos ya mencionados que provienen del activismo, de organizaciones de base y otros sin mucha experiencia en la política, pero con una agenda mediática muy activa.
De aquí surgieron las disputas desde la confección de las listas electorales y que aún se mantienen al ejercer presión sobre decisiones del ejecutivo o decidir la agenda legislativa.
Lo que ha dicho Petro
La primera pieza para comprender el funcionamiento del Pacto Histórico es por su puesto su líder natural, Gustavo Petro, quien ha manifestado reiteradamente que las bancadas no son la pieza fundamental de la competencia política democrática sino las denominadas “ciudadanías libres”.
Este concepto lo acerca a la noción de multitud que utilizan Negri y Hardt, donde la organización resulta ser una condición paradójica, porque de un lado ella se necesita para la competencia electoral, pero del otro lado sus acciones no se circunscriben a las de una bancada.
Los progresistas de la Colombia Humana y del actual Pacto Histórico han transitado durante más de diez años por esta senda.
Es importante comprender que el Pacto Histórico surge como una agremiación de movimientos cercanos a Gustavo Petro que no alcanzaron la personería jurídica entre 2018 y 2022. Por eso recurrieron a personerías de bancadas minoritarias, que son las habilitadas para formar coaliciones.
Lo anterior implica que, desde el principio, el Pacto careció de una organización única y que sirvió más bien como una plataforma identitaria para la competencia electoral, suma de distintas organizaciones autónomas.

Dos ejemplos concretos
Un ejemplo de esta situación es la dificultad de una respuesta unificada a la demanda ciudadana por lo sucedido con el congresista Alex Flórez en la ciudad de Cartagena. Las opiniones de los directivos del Pacto fueron diferentes y por no lograron acordar sanciones internas:
- Un sector expresó la necesidad de un estatuto para disciplinar a sus miembros.
- Otros dijeron que el congresista había sido avalado por la bancada regional “independiente” del alcalde de Medellín y que esa organización debería tomar las decisiones del caso.
Semanas antes, la disputa entre Gustavo Bolívar y Roy Barreras por la presidencia del Congreso había mostrado esta ambigüedad en la organización de la bancada.
- Bolívar, quién fue cabeza de la lista Decentes y de la lista Pacto Histórico en 2018 y 2022 (ambas encabezadas por Gustavo Petro) expresó en varias oportunidades su inconformidad por la escogencia del senador Barreras como presidente a nombre del Pacto Histórico. Para Bolívar, el origen partidario de Barreras representaba las prácticas y élites derrotadas por el Pacto.
- Se sabe que la carrera de Barreras comienza en las bancadas de las coaliciones de gobierno entre 2006 y 2018 como miembro de Cambio Radical y el Partido de la U, culminando en 2022 como precandidato para la consulta interna de las fuerzas progresistas por medio de un grupo significativo de ciudadanos. Tras la consulta, Barreras consiguió el aval de la organización Alianza Democrática Amplia para inscribirse en la lista del Pacto Histórico.
Una organización en proceso de unificación
Si por el contrario, se concibe al Pacto como una organización en proceso de unificación e institucionalización, se pueden identificar varios retos que ayudan a comprender por qué existen estas disputas.
En primer lugar, si el Pacto transita hacia la figura de la bancada política, se enfrenta a las necesidades de una organización nueva, como la adopción consensuada de reglas y prácticas internas que medien los conflictos entre distintos sectores o lideres. Actualmente estos lideres funcionan como cabezas de facciones o personas con afán protagónico que suelen pasan por lo mediático y que exponen, de ese modo, las disputas internas.
En general, las bancadas en Colombia son organizaciones incapaces de controlar los liderazgos personales porque, en la práctica, cumplen apenas el papel de entregar avales electorales en vez de construir y garantizar carreras políticas. El Pacto Histórico se suma a ellas con las particularidades antes mencionadas.
Qué le espera al Pacto Histórico
Dependiendo del camino que escoja el Pacto Histórico surgirían distintos desafíos para su actuación cohesionada.
Si se mantiene como una coalición, las disputas internas deberían entenderse como expresión de las dificultades naturales de cualquier coalición a la hora de tomar decisiones y de compaginar los intereses de sus integrantes. A esto se suma la debilidad de las bancadas que lo integran para controlar a sus propias facciones internas.
Si el Pacto se concibe como bancada en construcción, habríamos de reiterar que en Colombia las bancadas no tienen la capacidad de regular los liderazgos internos debido a que el sistema de reglas favorece la personalización. Esta condición inherente al sistema obliga a ser lo más flexible posible para evitar escisiones. Además, en una organización unificada, los tipos de carreras políticas marcan la organización de distintas facciones internas con intereses divergentes.
De cualquier forma esta conjunción de intereses y de trayectorias tan diferentes resulta muy difícil de mediar para una organización nueva que hasta hoy no muestra signos de institucionalización.
En medio de esta diversidad, el factor de cohesión lo podría representar su “líder natural” que, como se mencionó, no tiene este tema dentro de sus prioridades.
Este vacío permite que liderazgos pragmáticos como el de Roy Barreras reúna las condiciones para consolidarse como una figura capaz de mantener cierto grado de institucionalización e imponer un estilo más pragmático en medio de las pugnas entre los otros liderazgos.
El tiempo definirá la trayectoria que seguirá el Pacto Histórico y si sobrevivirá de cara a futuras contiendas electorales. Pero su comportamiento no debe verse como una excepción sino como una expresión de la debilidad organizativa de las bancadas en Colombia y del incentivo a las figuras personalistas.