Más que en todos los años anteriores, en 2014 los colombianos vibramos con los logros de nuestros deportistas en diversas competencias mundiales. ¿Cuáles fueron las victorias más sonados? ¿Cuáles las causas de este repunte? ¿Qué falta por hacer?
Andrés Felipe Hernández Acosta*
Competir sin violencia
En “el planeta de los seres ejercitantes”, como el filósofo alemán Peter Sloterdijk llama al mundo globalizado de nuestros días, el deporte ha pasado a ocupar un lugar preponderante en la agenda de todos los países.
El deporte ocupa este sitial porque combina la dirección inevitable del destino con la auto-superación de la especie humana, para llegar al ideal de sí misma – la conjunción entre naturaleza y libertad- que se expresan en procesos históricos y culturales dispares, pero que en el deporte se dan simultáneamente.
Por esto no se puede considerar que el deporte base toda su fuerza en ser una metáfora del espíritu capitalista orientado hacia la competitividad, los resultados y la productividad. Aunque esto también tenga mucho de cierto.
Cuyo triunfo festejamos de manera más consciente y entusiasta que la conmemoración del 20 de julio.
El deporte ha conquistado su espacio gracias también a su capacidad para enfrentar a los seres humanos en condiciones civilizadas y pacíficas. De aquí el papel de los torneos internacionales para afirmar los prestigios nacionales.
La nación es sobre todo un sentimiento de pertenencia que, cuando ya no se expresa en los campos de batalla, busca espacios que en nuestro caso pueden ser sintetizados con una frase de Albert Camus: “la patria es la selección de futbol”.
El Mundial y James
Esto se vivió y se sintió el 28 de junio de este año en el partido que Colombia le ganó a Uruguay por 2 a 0 en el Mundial de Fútbol de Brasil.
Allí se escribió una nueva historia y se enalteció un nuevo ídolo, James Rodríguez, que pasó a representar el ideal del colombiano, y cuyo triunfo festejamos de manera más consciente y entusiasta que la conmemoración del 20 de julio, día de la independencia de Colombia. Tras el partido se exhibieron las banderas nacionales en las casas de las grandes y las pequeñas ciudades, en los pueblos y veredas, y también cada persona exhibió la bandera al portarla como camiseta.
Así el Mundial de Fútbol (el deporte con más adeptos en Colombia) nos llevó al éxtasis, y la exaltación de la identidad fue tan intensa durante los cuatro partidos ganados como después de la derrota ante Brasil, que estuvo lejos de sumirnos en la frustración de Francia 98 o de Estados Unidos 94.
![]() El ciclista Nairo Quintana celebra su triunfo en el Giro d’Italia 2014. Foto: GDF SUEZ Italia |
Año de triunfos
Pero no fue solo el fútbol. El gran año deportivo de Colombia también se dio en ciclismo con las victorias de Miguel Ángel López en el Tour de L’Avenir, de Carlos Betancur en la competencia Paris Niza, y de Nairo Quintana en el Giro de Italia.
El triunfo colombiano en esta última prueba quedó redondeado con el segundo puesto de Rigoberto Urán y el campeonato de montaña de Julián Arredondo. Y a la lista de logros ciclísticos se sumó el oro para Edwin Ávila en la prueba por puntos 40 kms, durante el Mundial de Ciclismo de pista que tuvo lugar en Cali.
El deporte femenino siguió en su ruta de éxitos, con la corona mundial de BMX en Holanda para Mariana Pajón. Y por su parte Catherine Ibargüen, al conquistar invicta la Liga de Diamante y superar los 15 metros que la ponen al alcance del récord mundial, demostró una vez más por qué es la atleta más importante de la historia nacional.
La lista sigue con Yuri Alvear, quien revalidó el título de campeona mundial de judo, y con Rocío del Pilar Restrepo, María José Rodríguez y Clara Juliana Guerrero, quienes se adjudicaron la medalla de oro en el campeonato panamericano de bolos celebrado en México. Por su parte, Yercy Puello se convirtió en la strella de los mundiales de patinaje realizados en Argentina al colgarse las medallas de oro en 500 metros pista y 500 metros ruta.
Además -y el mismo día del triunfo ante Uruguay- los pilotos Carlos Huertas, Juan Pablo Montoya y Carlos Muñoz hicieron el 1, 2, 3, respectivamente, en el Gran Premio de Houston I de la Indy Car en Estados Unidos. Y también en el mundo del automovilismo, Gabby Chaves consiguió el campeonato de la Indy Lights 2014.
En tenis, Santiago Giraldo venció en el US Open a rivales de la talla de Lleyton Hewitt, del francés Jo-Wilfried Tsonga y del británico y ex número 2 del ranquin ATP, Andy Murray; y así consiguió ser el primer colombiano en figurar entre los 30 mejores del escalafón mundial.
En natación, el campeón mundial Orlando Duque fue designado por la Federación Internacional como el mejor clavadista del año en saltos de altura.
Y también este año, la hegemonía de Colombia en patinaje (vencedora en 12 de 23 campeonatos mundiales realizados) se ratificó en el Mundial de Argentina, al obtener 21 preseas doradas.
La lista es larga y aquí mencioné apenas algunos de los triunfos más representativos de este año. He repetido sin ningún pudor esta palabra – triunfo- para destacar la capacidad que tiene el colombiano de proponerse, perseguir y alcanzar logros de tallas mundial.
![]() El clavadista colombiano, Orlando Duque. Foto: iragazzidiredbull |
Razones del éxito
Una cosecha como esta obedece a un proceso largo de preparación que puede tener su origen en la victoria olímpica de María Isabel Urrutia en Sydney 2000. En ese caso, la medalla de oro se obtuvo por un esfuerzo individual y casi contra la resistencia de la organización deportiva de entonces.
Ello obligó a la dirigencia deportiva del Estado (Departamento Administrativo del Deporte la Recreación, la Actividad Física y el Aprovechamiento del Tiempo Libre- COL DEPORTES) y de la sociedad civil (Comité Olímpico Colombiano) a replantear estas actividades como asuntos de genuino interés nacional.
Una cosecha como esta obedece a un proceso largo de preparación.
Por eso la misma María Isabel Urrutia, convertida en representante a la Cámara, en 2003 logró que un porcentaje del impuesto a las empresas de telefonía móvil se destinara a financiar los Juegos Nacionales, los Paralímpicos y el ciclo olímpico. Esta acción de la campeona solitaria logró que el sistema deportivo fuera adquiriendo recursos suficientes para financiar programas y proyectos; y esto fue complementado por la Ley 1389 de 2010, que por fin consagró la profesionalización de los deportistas de élite.
Todo esto resultó en las ocho medallas olímpicas que obtuvimos en Londres en 2012. Y por supuesto en este año record que acabamos de vivir
Los pendientes
Ciertamente, no contamos aún con un Sistema Nacional del Deporte realmente efectivo y que integre a todos los actores, desde la base hasta la cumbre. Un sistema que no espere a asimilar deportistas ya formados a punta de esfuerzos individuales, sino que vaya a buscarlos desde la infancia y en los últimos rincones de la geografía nacional.
Esto exigiría una inversión mucho mayor en educación física, en equipamientos deportivos y en dotación de entrenadores, entre otras condiciones para desarrollar una cultura del deporte en Colombia que nos dote de cosechas mucho más abundantes y constantes.
2014 dejó en el sentimiento nacional el recuerdo de un conjunto de individuos capaces de grandes logros – y obtenidos de manera legítima-. Esto contrasta con los antihéroes que los medios de comunicación producen explotando la cultura de la violencia y el narcotráfico y mandando al mundo una imagen vergonzosa de lo que somos.
Nuestros campeones y campeonas, por el contrario, brindan modelos dignos de ser emulados, porque representan virtudes reales que hacen parte de nuestro patrimonio común. Así, por ejemplo, la selección de fútbol nos expresó fielmente y permitió que nos autoafirmáramos, y no es por azar que James Rodríguez ha sido declarado, casi unánimemente, el personaje del año en los medios de comunicación del país.
* Historiador.