Todos los fines de semana desde muy temprano deportistas y creyentes se dan cita para subir el sendero peatonal Monserrate.
Son algo más de 2,4 kilómetros de ascenso hasta los 3152 m. de altura sobre el nivel del mar. Familias con niños pequeños suben y bajan por este sendero. Para los deportista que viven en la capital el tiempo puede ser de menos de media hora, para otros el tiempo depende de su condición física y la cantidad de paradas que tenga que hacer, no solo para tomar un respiro si no para hidratarse o comer cualquiera de los alimentos típicos en los puestos de vendedores que encuentra en el camino.
Este símbolo de la ciudad termina siendo uno de los lugares obligados para cualquier turista. Para mayor comodidad también puede hacer uso del teleférico o el funicular.