La inteligencia artificial está cambiando las maneras de organizar el conocimiento y producir obras artísticas. Este texto repasa las implicaciones para el arte de una tecnología que promete grandes cambios.
Jorge Ocampo* y Juan Rendón**
La persistencia de crear seres artificiales que superen a los humanos en inteligencia, habilidades físicas y cognitivas ha sido objeto de debate desde hace varios siglos.
En la mitología, hay varios ejemplos de seres artificiales creados por los dioses o los humanos. En la mitología griega, el dios Hefesto creó el robot Talos, un autómata gigante hecho de bronce que protegía a la Creta Minoica de piratas e invasores. En la mitología romana, el rey Eneas construyó un robot llamado Allecto para ayudarlo en su lucha contra los troyanos. A partir del siglo XVIII aparecieron autómatas que imitaban el gesto de escribir, dibujar o tocar piano.
En la literatura, hay varios ejemplos de seres artificiales creados por los humanos. En la obra de Mary Shelley, Frankenstein, el personaje principal crea un ser artificial a partir de trozos de cuerpo humano. En El hombre invisible de H.G. Wells se describe a un científico que crea un serum para hacerse invisible, pero al final se convierte en una amenaza para la humanidad.
También en el cine hay varios ejemplos como Metrópolis, de 1927, dirigida por Fritz Lang, la cual cuenta la historia en un futuro distópico en el que las máquinas controlan la vida de las personas. La película plantea preguntas sobre la relación entre las máquinas y los seres humanos y cómo esta relación puede afectar a la sociedad.
En la película Blade Runner, de 1982, un grupo de científicos crea seres artificiales llamados Replicantes, que son superiores a los humanos en inteligencia y habilidades físicas. La película Ex Machina de 2014, un empresario tecnológico crea una inteligencia artificial en forma de una mujer robot que es capaz de pensar y sentir como un ser humano.
La IA también está afectando la vida cotidiana de las personas, ya que es usada en una variedad de aplicaciones, como el reconocimiento de voz, la asistencia personal y la automatización del hogar. Esto sin duda ha cambiado la forma en que las personas interactúan con la tecnología y cómo llevan a cabo sus tareas diarias.

En este punto conviene comparar la construcción de esos seres imaginarios con la robot artista AI-DA que fue “el primer robot artista humanoide ultra realista del mundo, completado en el año 2019”. Esta máquina fue diseñada para imitar los gestos humanos en la producción de arte pictórico y escultórico.
Etapas y usos de la inteligencia artificial
Desde una perspectiva científica, la IA se ha desarrollado a través de varias etapas.
- Inicialmente, en el siglo XIX, el matemático y filósofo Charles Babbage diseñó la primera máquina de computación, conocida como la Máquina Analytical Engine, que se considera el primer antecedente de las computadoras modernas.
- A principios del siglo XX, el matemático Alan Turing propuso el concepto «máquina de Turing» que podría simular cualquier proceso computacional, lo que sentó las bases para la computación teórica.
- Durante la década de 1950 y 1960, desde la psicología cognitiva, la lingüística, la matemática, entre otras disciplinas, se comenzaron a desarrollar teorías y algoritmos para la inteligencia artificial, cuando científicos e investigadores comenzaron a explorar la posibilidad de crear sistemas informáticos que pudieran imitar el comportamiento humano “inteligente”.
El propósito principal del desarrollo de la IA en este momento era crear sistemas que realizaran tareas que normalmente necesitaban de intervención humana, como el aprendizaje, el razonamiento y la adaptación.
En la actualidad, la IA se usa en una variedad de campos, como la automatización industrial, la medicina, la robótica, la búsqueda en internet, el transporte, la defensa y la seguridad.
La IA también está afectando la vida cotidiana de las personas, ya que es usada en una variedad de aplicaciones, como el reconocimiento de voz, la asistencia personal y la automatización del hogar. Esto sin duda ha cambiado la forma en que las personas interactúan con la tecnología y cómo llevan a cabo sus tareas diarias.

Efectos y preocupaciones
Adicionalmente, la IA está teniendo un gran efecto en las prácticas de producción artística y en otras áreas:
- Creación automática de contenido: los algoritmos de IA pueden crear contenido “artístico” automáticamente, como música —Magenta proyect, Google, proyecto ‘Beethoven X—, imágenes —el próximo Rembrandt Microsoft, Obvius, DeepDream de Mordvintsev— y los más recientes como Midjourney, Stable Diffusion entre otros.
- También se han desarrollado software de creación de textos como es el caso de Chat GPT que es la IA que colaboró con la escritura de este artículo. Todo esto permite a los artistas crear nuevo contenido de forma más rápida y eficiente, así como explorar nuevas formas de expresión.
- Análisis y procesamiento de datos: los algoritmos de IA pueden analizar grandes cantidades de datos para crear nuevos patrones y tendencias en la producción de imágenes, música y textos. Esto permite a los artistas identificar tendencias y patrones emergentes en la cultura popular y en la sociedad en general.
- Interacción con el público: los sistemas de IA pueden ser usados para crear experiencias interactivas con el público. Esto permite a los artistas involucrar al espectador de manera activa para la producción de nuevos contenidos.
- Modificación y manipulación del contenido: los algoritmos de IA también permiten a los artistas modificar y manipular el contenido existente de manera más precisa y rápida. Por ejemplo, se pueden usar para retocar imágenes, aplicar filtros o efectos especiales.
En este sentido, el ser humano puede ser concebido como parte de la máquina, del dispositivo o del sistema, y viceversa, más que como inventor, propietario o gobernante.
Sin embargo, es importante mencionar que la IA también plantea algunas preocupaciones en el mundo del arte. Por ejemplo, algunos temen que la automatización de la producción artística pueda deshumanizar el arte y reducir la creatividad humana a la automatización que ofrece la IA.
También hay preocupaciones sobre la originalidad y la propiedad intelectual al utilizar la IA en la producción de imágenes y sobre la posibilidad de que el arte creado por la IA sea visto como menos valioso o significativo que el arte creado por humanos.
Además, se ha discutido sobre el efecto de la IA en el campo laboral de los artistas, ya que algunos temen que la automatización de tareas creativas pueda reducir la demanda de artistas humanos. Sin embargo, otros argumentan que la IA puede liberar a los artistas de tareas rutinarias y aburridas, lo que les permite enfocarse en aspectos más significativos en su trabajo.
Ese es el caso del presente artículo, que fue coescrito con Chat GPT en un proceso de conversación que dio como resultado los párrafos anteriores.
El humano como sistema y no como gobernante
Ahora bien, en este punto queremos complementar este intercambio de información entre seres humanos y una máquina con el siguiente argumento.
Es el humano quien tiene la capacidad de cambiar el marco de referencia que se otorga a los datos usados para entrenar la IA para la producción de textos o de obras de arte; la máquina no puede plantear rupturas o cambios intuitivos en los marcos de referencia que tienen los datos.
Por ejemplo, si en la época de Galileo hubiese habido Inteligencia Artificial para analizar los movimientos de la Tierra, no se habría podido descubrir que el planeta gira alrededor del sol, puesto que el marco de referencia para ese tipo de análisis no contaría con la información suficiente para poder confirmar dicho movimiento de la Tierra, como argumenta Stiegler.
Adicionalmente, nosotros entendemos la relación humano-máquina en el proceso de coproducción de arte desde una división estricta de ambos en donde la máquina no posee autonomía creativa y la creatividad humana se pone en duda.
Ya no se trata de preguntar si la IA es creativa o no, si está robando imágenes que no son de su autoría o si se basan en el trasnochado sistema de derechos de autor que tenemos en la actualidad, sino por cómo el humano aprovecha el aprendizaje de las máquinas de forma creativa para potenciar sus imágenes y su producción artística.
Entender cómo podemos operar dentro de las limitaciones del aparato que forma parte de nosotros se convierte en una tarea urgente para una muy necesaria teoría del arte posthumanista, en donde el arte producido por humanos convive con una plétora de agentes no humanos, así como con todo tipo de redes, desde el micelio hasta internet.
Además, se ha discutido sobre el efecto de la IA en el campo laboral de los artistas, ya que algunos temen que la automatización de tareas creativas pueda reducir la demanda de artistas humanos. Sin embargo, otros argumentan que la IA puede liberar a los artistas de tareas rutinarias y aburridas, lo que les permite enfocarse en aspectos más significativos en su trabajo.

En este sentido, el ser humano puede ser concebido como parte de la máquina, del dispositivo o del sistema, y viceversa, más que como inventor, propietario o gobernante.
Por último, le preguntamos a Chat GPT por el futuro del arte mediado por IA y su relación con los artistas —ilustradores, diseñadores, fotógrafos, entre otros— y esta fue su respuesta:
Hay varios artistas y críticos de arte que han expresado su preocupación sobre el uso de la inteligencia artificial (IA) en la creación de imágenes y otros trabajos artísticos. Algunos argumentan que el arte creado por una IA no es verdadero arte, ya que no es creado por un ser humano y carece de la originalidad y la subjetividad que caracteriza el arte humano.
Algunos artistas se oponen a la idea de que una IA pueda crear arte de la misma manera que un ser humano y argumentan que el arte de la IA es simplemente una imitación o una simulación del arte humano.
En cuanto a los humanos que crean arte basado en la imitación de otros humanos, es importante tener en cuenta que la imitación ha sido una parte importante de la tradición artística desde hace siglos. Los artistas han siempre aprendido de sus predecesores y se han inspirado en el trabajo de otros artistas, tanto en el pasado como en el presente.
La imitación puede ser vista como una forma de aprendizaje y una manera de desarrollar habilidades y técnicas, lo cual es esencial para el desarrollo de cualquier artista. Además, la imitación también puede ser una forma de homenaje y respeto hacia los artistas anteriores.
El uso de la IA en el arte y la creación de arte basado en la imitación son temas complicados y pueden ser interpretados de diferentes maneras. Es importante recordar que el arte siempre ha evolucionado y cambiado a lo largo de la historia, y la tecnología es solo una de las muchas influencias que ha contribuido a esa evolución.
*El texto en cursiva fue escrito por el Chat GPT.
1 Comentario
El mundo ya está lo suficientemente corrompido y confundido, ahora, si el arte también le es expropiado al humano, merecemos la extinción