Para tener igualdad de género necesitamos asegurar condiciones dignas durante la menstruación para todas las mujeres.
Tatiana Gélvez Rubio*, Carol Martínez** y Cindy Rozo***
Menstruación y economía
En marzo se conmemora un largo camino histórico recorrido por miles de grupos feministas que luchan por el reconocimiento de los derechos de las mujeres en ámbitos sociales, económicos, políticos y culturales. En esta evolución, la importancia del derecho a acceder a condiciones menstruales dignas para todas ha tomado cada vez más espacio en la agenda de los gobiernos del mundo.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas define la pobreza menstrual como las barreras que muchas mujeres y niñas de bajos ingresos enfrentan para acceder a productos de higiene menstrual. Esto conduce a una mayor vulnerabilidad económica, ya que adquirir los suministros necesarios para la menstruación puede representar una carga financiera significativa.
En Colombia las medidas contra la pobreza menstrual son recientes y aún muestran pocos avances, como se observa en la Imagen 1. Los esfuerzos en políticas durante los últimos cinco años han sido escasos y desarticulados. Por lo tanto, es importante que el país avance en la adopción de medidas para abordar este tema.
Es importante señalar que garantizar condiciones dignas para las mujeres no solo implica el acceso a toallas sanitarias y tampones, sino a analgésicos y ropa interior.
Aquí se presentan algunas cifras que muestran las condiciones precarias de acceso a productos de higiene menstrual en poblaciones de bajos ingresos:
- En 2020, alrededor del 25 % de las mujeres y niñas en todo el mundo se encontraban en situación de pobreza menstrual.
- Mundialmente, 2 de cada 5 niñas en edad de menstruar perdieron un promedio de 5 días escolares al mes debido a la falta de instalaciones sanitarias o productos básicos de higiene menstrual.
- En América Latina se estima que aproximadamente 500 millones de mujeres y niñas se encuentran en esta situación.
- En Colombia, como se ilustra en la Gráfica 1, el 12,7 % de las mujeres informaron tener dificultades económicas para acceder a productos de higiene femenina en 2021.
- Según la Encuesta Pulso Social (EPS), para 2022 el promedio de mujeres que experimentan dificultades económicas se redujo a 11,7 %, como se muestra en la Gráfica 1.
La falta de acceso adecuado a productos de higiene menstrual lleva a que las mujeres tengan que gestionar su menstruación cada mes con métodos inadecuados, lo que puede tener un efecto negativo en su salud, confianza, desarrollo y capacidad para participar en la toma de decisiones.

En Colombia las medidas contra la pobreza menstrual son recientes y aún muestran pocos avances, como se observa en la Imagen 1. Los esfuerzos en políticas durante los últimos cinco años han sido escasos y desarticulados. Por lo tanto, es importante que el país avance en la adopción de medidas para abordar este tema.
Además, para que estos esfuerzos se lleven a una mejoría del bienestar de las mujeres, es fundamental que dichas iniciativas se integren en los planes y políticas del país a través de las entidades locales y nacionales encargadas de la promoción de la salud y la educación, así como del seguimiento del progreso en la inclusión de la población que necesita ser parte de estas iniciativas.

Licencia menstrual y productividad laboral
El 27 de febrero el gobierno presentó el Proyecto de Reforma Laboral con cambios sobre la licencia menstrual y así: «conceder licencias […] cuando la persona trabajadora presente ciclos menstruantes incapacitantes, dismenorreas o cuadros de tensión abdominal por la menstruación, asociados con endometriosis ya diagnosticado». Presentamos algunos aspectos clave para discutir esta propuesta.
En primer lugar, es crucial destacar que la menstruación puede afectar la productividad de las mujeres debido a diversos factores físicos y emocionales. Los síntomas menstruales, tales como dolor, cambios de humor y fatiga, entre otros, pueden dificultar el trabajo efectivo de las mujeres.
Por otra parte, la falta de comprensión y apoyo en el lugar de trabajo puede agravar estos síntomas, lo cual complica para las mujeres mantener su productividad durante su período.
La Encuesta Pulso Social (EPS) del DANE reveló que, en promedio entre 2021 y 2022, el 9,8 % de las mujeres tuvo que suspender sus actividades laborales durante su período menstrual. Las principales causas de suspensión fueron dolor de estómago, cabeza o malestar general (83 %), falta de implementos de higiene (3,72 %) y falta de baños (1,6 %).
La Gráfica 2 muestra las ciudades con mayor incidencia de este fenómeno: Armenia, Cúcuta, Florencia e Ibagué. Además, en promedio, el 11 % de las mujeres que abandonaron sus actividades diarias se encuentran en situación de pobreza (EPS, 2022).

Mundialmente, se han realizado propuestas para crear la licencia menstrual en diferentes países que han tenido diversos avances.
- Japón cuenta con el derecho a la licencia menstrual en su legislación desde 1947. Las empresas no pueden obligar a una empleada a trabajar si pide “no asistir por menstruación”. No hay límite en el número de días que pueden tomarse para este permiso, pero por lo general no son pagos.
- En Corea del Sur, desde 1953, las empleadas pueden tomar un día libre menstrual al mes, que no es pagado, y las empresas que no cumplan con esta ley están sujetas a una multa de 5 millones de wons (US$4.000 dólares).
- Indonesia en 2003 aprobó una ley que prevé uno o dos días de “vacaciones pagas” al comienzo del ciclo menstrual. Las empleadas deben notificar previamente a sus empleadores la fecha en que se los toman.
- Zambia aprobó en 2015 una legislación que da a las mujeres el derecho a una licencia menstrual por medio de un día adicional de vacaciones al mes, sin previo aviso ni certificado médico en caso de períodos dolorosos.
- El caso más reciente es el de España, donde el gobierno presentó el 17 de mayo de 2022 un proyecto de ley para crear un «permiso de ausencia menstrual» que sería indefinido pero que debería ser validado por un médico.
En el 2021 en Colombia se propuso el proyecto de Ley 153, el cual, aunque no contemplaba a las trabajadoras y no fue debatido, proponía “Crear la licencia menstrual para niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres, así como para personas menstruantes que se encuentren cursando sus estudios en las instituciones educativas públicas y privadas hasta el nivel de educación superior”.
Sin embargo, el 8 de marzo de 2023 y con motivo del Día de la Mujer, la Sociedad de Activos Especiales (SAE) anunció que se convertirá en la primera entidad pública del país en adoptar la licencia menstrual para las mujeres.
Críticas y beneficios de la licencia menstrual
Aunque la adopción de la licencia menstrual es una iniciativa importante para promover la igualdad de género en el trabajo, también existen críticas sobre sus efectos. Esto es resultado de que la medida podría causar discriminación en la contratación de mujeres, debido a la potencial disminución de los días laborales trabajados, lo que aumentaría el desempleo femenino.

Sin embargo, la licencia menstrual no sólo beneficia a las mujeres, sino que puede tener un efecto económico positivo en la productividad del trabajo. La licencia puede ayudar a aumentar el rendimiento laboral de las mujeres y las empresas pueden adoptar políticas flexibles que permitan a las mujeres tomar la licencia menstrual sin afectar significativamente la operación de la empresa.
Por otro lado, desde un aspecto organizacional, de ser concedida esta licencia se podrán ver afectaciones el clima laboral en las empresas.
Sin embargo, la licencia menstrual no sólo beneficia a las mujeres, sino que puede tener un efecto económico positivo en la productividad del trabajo. La licencia puede ayudar a aumentar el rendimiento laboral de las mujeres y las empresas pueden adoptar políticas flexibles que permitan a las mujeres tomar la licencia menstrual sin afectar significativamente la operación de la empresa.
En resumen, avanzar hacia la equidad de género y mejorar la calidad de vida de las mujeres para promover un entorno más justo requiere abordar desafíos como la pobreza menstrual. Esto se logra mediante programas que brinden a las mujeres acceso a productos y recursos necesarios para mantener condiciones dignas durante su ciclo.
Además, la adopción de iniciativas como la licencia menstrual es otro paso potencial para reconocer la necesidad de que las mujeres tengan tiempo adicional para recuperarse durante su período menstrual y evitar que tengan que elegir entre su salud y su trabajo.
*Este artículo hace parte de la alianza entre Razón Pública y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones son responsabilidad de las autoras.