Es un recorte general de la ayuda externa que por supuesto incluiría a Colombia. Pero el Congreso norteamericano seguramente va ser más cuidadoso, y en todo caso hay que mirar bien las cifras, las fuentes y los usos para evaluar su verdadero impacto.
Adam Isacson*
Un recorte general
En un momento poco oportuno para el desarrollo del Acuerdo de paz, el gobierno de Donald Trump acaba de proponer un recorte del 31 por ciento de la ayuda de Estados Unidos para Colombia en el 2018.
De aprobarse la propuesta, la ayuda habría pasado de 326 millones de dólares en 2016 (de los cuales el 52 por ciento fue para las Fuerzas Militares y la Policía) a 450 millones de dólares en 2017 (con un 47 por ciento para la Fuerza Pública) y, finalmente a 312 millones de dólares en 2018 (con un 55 por ciento para Fuerzas Militares y Policía). De este modo se desharía el aumento del paquete de ayuda Paz Colombia propuesto por el expresidente Obama para 2017.
Debo aclarar que estas estimaciones difieren un poco de lo que han reportado los medios colombianos porque yo incluyo dos canales principales de fondos: el presupuesto de ayuda al exterior –que disminuirá un 44 por ciento entre 2017 y 2018– y el presupuesto de Defensa, cuya cuenta antidrogas es fuente de alrededor de 45 millones de dólares para las Fuerzas Militares y la Policía. Lo reportado por los medios normalmente incluye solo el primero de estos fondos.
Ahora bien, el recorte propuesto es precisamente esto: una propuesta. La Constitución de Estados Unidos le otorga al Congreso el poder de asignar fondos; la Presidencia solo sugiere lo que desea. Aunque el Partido Republicano de Donald Trump controla las dos cámaras, quienes sugirieron este cambio –entre ellos el director de Presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney– son de un ala del Partido más radical e ideologizada que el grueso de la bancada republicana del Congreso.
Mulvaney y sus asociados han propuesto una serie de recortes muy profundos a una gran variedad de servicios básicos nacionales e internacionales. Quieren usar los ahorros para varios fines: reducir los impuestos para los más ricos, aumentar el gasto en defensa en un 9 por ciento y construir nuevos tramos de un muro en la frontera con México.
Debe aclararse que los recortes propuestos no representan ningún ánimo especial en contra de Colombia o su Acuerdo de paz. Es algo que afecta a todo el mundo: se busca un recorte radicalísimo del 29 por ciento para el cuerpo diplomático y para toda la ayuda exterior. Para América Latina se propone un recorte del 35 por ciento de la ayuda –tanto económica y social como militar y antidrogas– para 2018, teniendo como referencia el aporte hecho en 2016 por el fondo que administra el Departamento de Estado.
En cualquier caso, es muy poco probable que los recortes propuestos prosperen: el Congreso los descartará o, por lo menos, los suavizará. Pero, al mismo tiempo, en el caso de Colombia será difícil mantener los niveles de ayuda de 2017, que son resultado de la propuesta Paz Colombia hecha por Obama para apoyar la implementación del Acuerdo de paz. En este caso seguramente habrá un recorte.
¿Qué le da Estados Unidos a Colombia?
![]() Iniciativa del Gobierno Santos para combatir cultivos ilícitos tras los Acuerdos de Paz. Uno de los campos que se verá afectado si prospera el recorte Foto: Presidencia de la República |
Para entender mejor cómo quedaría la ayuda actual y lo que cambiaría si prospera la solicitud de Trump deben revisarse los principales programas y cuentas del paquete de ayuda que se aprobó para Colombia en 2017. Los montos de cada uno de estos programas y cuentas destinados a Colombia, que suman 450 millones de dólares, se aprobaron como ley –después de mucha demora– el 5 de mayo de este año y coinciden con lo propuesto por Obama en 2016. A continuación explico en qué consiste cada uno de estos fondos y su contribución a Colombia:
- Fondos de Apoyo Económico (Economic Support Funds – ESF): dio 187.328 millones de dólares en 2017 y solicitó 105 millones para 2018.
Este programa, que sufriría un durísimo recorte, es el principal programa de ayuda económica de Estados Unidos a Colombia. Apoya el cumplimiento de los compromisos del Acuerdo de paz y contribuye a los esfuerzos por aumentar la presencia estatal en zonas rurales, el desarrollo alternativo en territorios donde se siembra coca y el apoyo a víctimas y poblaciones desplazadas. En el futuro este fondo se usaría para apoyar la justicia transicional y la reintegración de combatientes desmovilizados. Para 2017 el Congreso exigió que 20 millones de esta cuenta se usaran para apoyar a comunidades afrocolombianas e indígenas, que 9 millones se invirtieran en programas de derechos humanos y que 4 millones se destinaran a programas de apoyo a la biodiversidad.
- Control Internacional de Narcóticos y Cumplimiento de la Ley (International Narcotics Control and Law Enforcement – INCLE): aportó a Colombia 143 millones de dólares en 2017 y se han solicitado 125 millones para 2018.
Este programa financia a la Fuerza Pública y al sistema civil de justicia. Apoya la erradicación de la coca, la incautación de la cocaína y el trabajo de la Policía y la Fiscalía, entre otras cosas. Para 2017 el Congreso exigió que 10 millones de dólares fueran para la Unidad de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la Fiscalía. Esto quiere decir que, a pesar de la preocupación en Washington por el aumento de los cultivos de coca en Colombia, la solicitud del gobierno de Trump buscaría recortar también los fondos para su defendida estrategia “dura” de la erradicación.
- Fondos de la cuenta Antidrogas y Anti-Crimen Organizado Transnacional del Departamento de Defensa (Defense Department Counter-Drug and Counter-Transnational Organized Crime): dio 44.6 millones de dólares en 2017 y la cifra será similar o quizás aumente en 2018.
Este programa de ayuda para la Fuerza Pública es dirigido por el Departamento de Defensa y no por los diplomáticos del Departamento de Estado, por lo que no hace parte del presupuesto de ayuda al exterior que busca recortar Trump en 2018. Por el contrario, hacer parte del presupuesto –ya enorme– de Defensa que Trump quiere aumentar en un 9 por ciento para el año entrante. Así, esta autoridad de ayuda militar –que hoy financia el entrenamiento de más soldados y policías colombianos que cualquier otra– podría ver aumentado su presupuesto en 2018.
Los recortes propuestos no representan ningún ánimo especial en contra de Colombia o su Acuerdo de paz.
- Financiamiento Militar al Exterior (Foreign Military Financing – FMF): aportó 38.525 millones en 2017 y no ha solicitado nada para 2018.
FMF es el programa principal de ayuda militar no antidrogas dentro del presupuesto de ayuda al exterior y es manejado por el Departamento de Estado. En 2017 se está utilizando principalmente para apoyar los cambios doctrinales de las Fuerzas Militares colombianas para su transición al posconflicto. La mayor parte de los recursos se ha invertido en el apoyo a ingenieros que construirán carreteras, estaciones de policía y bases militares en zonas de influencia histórica de las FARC. Aunque la derecha estadounidense tradicionalmente ha defendido la ayuda militar para Colombia, la solicitud de Trump busca eliminar el FMF en este país y en toda América Latina para ahorrar dinero en 2018.
- Anti-proliferación, Antiterrorismo, Desminado, y Programas Relacionados (Nonproliferation, Anti-Terrorism, Demining, and Related Programs – NADR): aportó 21 millones de dólares en 2017 y solicitó 20 millones para 2018. Este programa apoya la Iniciativa Global del Desminado, liderada por Estados Unidos y Noruega, que busca eliminar las minas en zonas anteriormente conflictivas. No se prevé un recorte muy fuerte a este programa.
- Otras cuentas que no son exactamente ayuda, pero que se incluyeron dentro del paquete Paz Colombia para que el monto pudiera llegar a 450 millones de dólares en 2017 aportaron 14 millones de dólares en 2017 y darán algo menos en 2018. Un documento del Departamento de Estado fechado en febrero de 2016 indicó que estos 14 millones están apoyando “Diplomacia Pública, la Voz de América y las actividades de la Agencia de Comercio y Desarrollo” en Colombia, que son tres categorías que normalmente no se consideran “ayuda” al exterior.
- Educación y Entrenamiento Militar Internacional (International Military Education and Training – IMET): dio 1.4 millones de dólares en 2017 y hará algo similar en 2018.
IMET es el programa principal de entrenamiento militar en el presupuesto de ayuda al exterior y es manejado por el Departamento de Estado. Normalmente apoya la participación de oficiales de alto nivel en cursos de desarrollo profesional ofrecidos normalmente en instituciones militares en suelo estadounidense.
Probabilidades
![]() Paz Colombia, alianza entre Estados Unidos y Colombia bajo el mandato del ex Presidente Obama. Foto: Presidencia de la República |
Visto así, es evidente que la solicitud de Trump recortaría los programas y cuentas de ayuda económica más necesarios para el Acuerdo de paz. Además, reduciría estos fondos en un momento muy frágil para el proceso porque el gobierno de Colombia sigue sufriendo de precariedad fiscal debido a la caída del precio del petróleo y la debilidad del peso.
Extrañamente, la solicitud de Trump también recortaría a los programas de ayuda militar y de erradicación forzosa de cultivos ilícitos. Aunque no me opongo a esos recortes, el mero hecho de que la Casa Blanca esté proponiendo reducir el presupuesto para esfuerzos firmemente apoyados por el Partido Republicano indica que la gente de Trump diseñó esta solicitud de manera apresurada, sin consultar ni siquiera con sus copartidarios.
La derecha estadounidense tradicionalmente ha defendido la ayuda militar para Colombia.
Por esa razón, es muy poco posible que el Congreso apruebe la solicitud. Quizás intentaría recortar la ayuda un poco, pero buscaría un recorte mucho menos drástico a la ayuda para todo el mundo. Los congresistas actuarían con bisturí y no con motosierra, como lo ha hecho Trump. O quizás ni siquiera haya un recorte, pues es posible que el lobby de la Embajada de Colombia en Washington, combinado con la presión ejercida por casi todos los centros de investigación y grupos de apoyo a la paz, logre revertir todos los recortes propuestos para Colombia.
Es demasiado temprano para saber. Aunque el año presupuestal 2018 del gobierno de Estados Unidos empieza en octubre de 2017 es posible que, como en los últimos años, el presupuesto no se apruebe hasta navidad. Durante ese tiempo la propuesta radical de Trump puede cambiar sustancialmente o incluso ser totalmente rechazada. Habrá en el segundo semestre de 2017 una pelea legislativa muy dura pero también muy interesante, y será muy importante para la relación futura de Estados Unidos con Colombia.
* Oficial Principal para Veeduría de Defensa, Oficina en Washington de Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
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