Las muertes prematuras son comunes en muchas partes de Colombia, incluyendo en especial las zonas con cultivos de coca. ¿Cómo deberían medirse los logros del PND y su promesa de proteger la vida?
Óscar Alfonso Roa*
Un enfoque innovador 
El artículo 1º de la ley 2294 de 2023 es una de las normas más esperanzadoras que los colombianos hayamos podido leer. Allí se encuentra la explicación del título del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026: “Colombia, potencia mundial de la vida”.
En pocas palabras, su promesa más importante es la posibilidad de llevar una vida digna con el Estado como garante de su protección. De este modo, se inaugurará un nuevo contrato social capaz de combatir las causas de las injusticias y la exclusión social.
Un propósito nacional tan esperanzador debe compaginarse con políticas públicas que evalúen sus avances y den cuenta de sus escalas para orientar los derroteros del gobierno.
Medir el bienestar
Uno de los enfoques más innovadores frente a la tasa bruta de mortalidad precoz es el de Bután, donde sus residentes gozan de tranquilidad y no revelan signos de estrés. El anterior resultado se debe a que el poder ejecutivo calcula, a través de encuestas periódicas a la población, el Índice de Felicidad Nacional Bruta.
Aunque no es el único país que ha incorporado el bienestar de la gente como una preocupación fundamental, sí es de los pocos que evalúan sistemáticamente la ausencia de corrupción, la sanidad gratuita, la salud mental y el uso del tiempo.
El aumento de la Tasa Bruta de Mortalidad Precoz es un rasgo característico de los países subdesarrollados. Aunque en la escala subnacional las brechas suelen ser grandes, en Colombia son sencillamente abrumadoras.
La expresión más evidente del nuevo Plan Nacional de Desarrollo es la longevidad, la cual se ha materializado en la política pública como la vejez saludable. Tal y como se analizó en Salud: rajados en prevención, entre 2019 y 2021 hubo 262.242 colombianos que no pudieron llegar a este punto.
Por lo general, se trata de infantes, jóvenes, adolescentes y adultos que no alcanzaron la expectativa de vida prevista para sus respectivas cohortes. El 81% residía en cabeceras municipales y el 18,8% vivía en zonas rurales.
Teniendo en cuenta la anterior información, propongo que la medida sintética para medir los logros del PND sea la Tasa Bruta de Mortalidad Precoz (TBMP), la cual tiene la capacidad de diseccionar por estadios del ciclo vital, por las causas de las defunciones y por el lugar de residencia al momento del deceso. Por cada 100.000 residentes, 174 murieron de forma prematura, 186 vivían en cabecera municipales y 136 en zonas rurales.
Mortalidad precoz en Colombia
El aumento de la Tasa Bruta de Mortalidad Precoz es un rasgo característico de los países subdesarrollados. Aunque en la escala subnacional las brechas suelen ser grandes, en Colombia son sencillamente abrumadoras.
En Mirití–Paraná, área no municipalizada del Amazonas, la Tasa Bruta de Mortalidad Precoz es de 14 por cada 100.000 habitantes, la más baja del país. Por otro lado, en Puerto Santander llegó a 558, convirtiéndose en la más elevada del territorio nacional.
En vista de la considerable amplitud del rango, es posible clasificar a los municipios colombianos en tres grandes grupos de acuerdo con la mortalidad precoz: elevada, promedio y muy elevada. Por ejemplo, la TBMP muy elevada es característica de los municipios del Pacífico, específicamente, Tumaco, la región del Darién, el Bajo Cauca antioqueño, el Catatumbo y una parte de la Guajira.
Entre las principales causas de la TBMP muy elevada en los niños de Colombia sobresalen la asfixia perinatal; los síndromes de aspiración neonatal y la dificultad respiratoria; y, por último, dolencias asociadas a la insuficiencia placentaria que pueden evitarse con los cuidados prenatales.
A pesar de que la alimentación balanceada es una de las soluciones, no hace parte de ningún plan de salud. Sin embargo, es importante destacar que sí es una garantía del Estado al Derecho Humano a la Alimentación.
Entre los adolescentes las principales causas son la leucemia linfoide, que afecta a quienes han sido objeto de radioterapias y quimioterapias; la parálisis cerebral generada por la rubéola, una infección durante la gestación de la madre; y al suicidio, el cual responde a la supresión de un dolor físico o psicológico.

un ejercicio econométrico con aceptable validez estadística confirma que la ausencia del Estado colombiano, expuesta en la TBMP, determina la existencia de los cultivos de coca con propósitos ilegales.
El suicidio es una causa que se recrudece entre los jóvenes, los que además son las principales víctimas de los accidentes de tránsito con motocicletas. Por su parte, la violencia homicida es la causa más importante de la mortalidad precoz entre los adultos. Le siguen los tumores malignos y el VIH. Adviértase, de nuevo, que muchas de estas enfermedades revelan de manera flagrante la ausencia de Estado.
La política de drogas
El artículo 193 del PND da lugar a la construcción participativa de la política de drogas. Vale la pena destacar que para llevarla a cabo se organizaron alrededor de 27 espacios territoriales.
De este modo, el principio de responsabilidad compartida dirige objetivos como la reducción de 90.000 hectáreas de coca, la priorización de la salud y el bienestar y la prevención de la vinculación de la población vulnerable a los circuitos ilícitos.
La existencia de población vulnerable se explica gracias a la ausencia del Estado y a la consecuente omisión de su rol como garante de derechos fundamentales como el de la vida y la alimentación. De honrarse a cabalidad dichos compromisos, la TBMP se reduciría, y al mismo tiempo, bajaría la Tasa Bruta de Mortalidad Precoz.
Tal como se aprecia en el siguiente mapa, la TBMP muy elevada y elevada concuerda con la presencia de cultivos de coca. Además, un ejercicio econométrico con aceptable validez estadística confirma que la ausencia del Estado colombiano, expuesta en la TBMP, determina la existencia de los cultivos de coca con propósitos ilegales.

La oxigenación de la política de drogas es enteramente compatible con el Plan Nacional de Desarrollo a través de la reducción sustancial de la Tasa Bruta de Mortalidad Precoz, la cual, debe ocurrir en los próximos años; sobre todo, en lo concerniente a la transformación de las condiciones económicas, sociales y culturales de los territorios más afectados.
Cuando la TBMP de todo el país se parezca a la de Mirití–Paraná, competiremos con Bután por ser la potencia mundial de la felicidad.
*Este artículo hace parte de la alianza entre Razón Pública y la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones son responsabilidad de los autores.