Aunque las autoridades dicen que el aumento se debe a un cambio en el tratamiento de las cifras, es innegable que la realidad ha empeorado. ¿Qué hacer para recuperar el control?
Hugo Acero Velásquez*
Más muertos
Los homicidios aumentaron en 2018: pasamos de 12.066 en 2017 a 12.458 en 2018 es decir, un crecimiento del 3,2 por ciento.
También aumentó la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes. Si utilizamos la cifra preliminar del censo de población de 2018 (45 millones y medio de personas), hoy tenemos una tasa de 27,4 y no de 25,8 como dice el Plan Nacional de Desarrollo.
Con el nuevo censo también cambiaron las tasas de homicidio de las ciudades principales, como se puede ver en el siguiente cuadro:
TASA HOMICIDIOS CIUDADES DE COLOMBIA. 2017, 2018 |
||||
Ciudad |
2017 |
2018 |
Población censo 2018 |
Tasa por 100.000 habitantes 2018 |
Cali |
1241 |
1141 |
2.445.000 |
46,7 |
Cúcuta |
246 |
191 |
668.000 |
28,6 |
Barranquilla |
351 |
311 |
1.230.000 |
25,3 |
Pereira |
132 |
113 |
450.000 |
25,1 |
Medellín |
576 |
621 |
2.520.000 |
24,6 |
Cartagena |
262 |
213 |
1.036.000 |
20,6 |
Bucaramanga |
108 |
91 |
528.610 |
17,2 |
Bogotá |
1151 |
1053 |
8.180.000 |
12,9 |
Fuentes: Fiscalía General de la Nación. Censo Delictivo 2018. Población Censo DANE 2018. |
Debe notarse que en ciudades como Bogotá y Barranquilla se reportan menos homicidios, porque estas decidieron no registrar los atribuíbles al uso legítimo de la fuerza por parte de las autoridades. Ojalá esta situación se revierta para poder comparar las cifras de homicidios con las de otras ciudades y con las series históricas en cada una de ellas.
Más hurtos
![]() |
El gobierno, la Fiscalía, la Policía y algunas autoridades locales han dicho que el aumento registrado en el número de hurtos se debe (i) a la unificación de las bases de datos de la Policía (SIEDCO) y de la Fiscalía (SPOA) a partir de 2016, y (ii) la puesta en funcionamiento del aplicativo “A Denunciar” el 26 de julio de 2017. En otras palabras, el aumento se debería a la conciliación estadística y a la mayor facilidad para denunciar estos delitos.
La victimización directa de 14 por ciento en el segundo semestre de 2015 a 19 por ciento en el segundo semestre de 2017.
Pero según las varias encuestas, la victimización, que es uno de los indicadores más confiables, ha aumentado en algunas ciudades. Es el caso de Bogotá, donde la Encuesta de Percepción y Victimización de la Cámara de Comercio de Bogotá mostró que la victimización directa (cuando el ciudadano fue víctima de un delito) pasó de 14 por ciento en el segundo semestre de 2015 a 19 por ciento en el segundo semestre de 2017.
La victimización indirecta (cuando un familiar o conocido ha sido víctima de un delito) pasó de 22 a 27 por ciento en ese mismo período y la victimización total (la suma de la directa e indirecta), de 35 por ciento pasó a 46 por ciento.
Le recomendamos: Inseguridad en Bogotá: ¿percepción o realidad?
Según las encuestas de los programas Cómo Vamos, la victimización directa en Cali pasó de 18 por ciento en 2016 a 21 por ciento en 2018. Medellín se mantuvo en un 15 por ciento.
Por otro lado, según el Censo Delictivo de la Fiscalía General de la Nación, en la mitad de las capitales departamentales aumentaron los hurtos mientras que en la otra mitad disminuyeron: es lo que muestra el Cuadro siguiente.
Pero entonces: ¿cómo se explica la incidencia de la unificación de las bases de datos y del aplicativo “A Denunciar” en las ciudades donde disminuyeron los hurtos? En todo caso, las cifras muestran que la inseguridad ha aumentado en algunas ciudades y no propiamente por los cambios en el método para recolectarlas.
¿Qué hacer?
En primer lugar, las autoridades nacionales y algunas autoridades locales tienen que reconocer que la inseguridad ha aumentado. Ese sería un buen comienzo para atender los problemas de inseguridad.
En segundo lugar, hay que reconocer que la delincuencia es cada vez más organizada. En algunos casos son empresas con varias líneas de acción, como los grupos dedicados a exportar drogas y al menudeo dentro del país, al robo, recepción, transporte y comercialización nacional e internacional de bienes hurtados, como celulares, vehículos, motos y autopartes préstamos “gota a gota” y la distribución de productos legales, entre otras actividades ilegales.
Frente a esta situación tendría que mejorar el trabajo en cuatro campos:
1. Inteligencia e investigación criminal
Más cooperación entre las agencias de la Policía, la Fiscalía, las Fuerzas Militares y la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) del ministerio de Hacienda para identificar y expropiar los bienes mal habidos. Expropiar “sus bienes” es lo que más les duele a los criminales.
Una comunidad organizada y cercana a las autoridades es menos vulnerable.
Para esto es necesario recoger la experiencia de las llamadas “Estructuras de Apoyo” de hace algunos años. Estas unidades estaban conformadas por miembros de organismos de inteligencia e investigación criminal que aportan la información, encabezados por uno o dos fiscales especializados en el tipo de delito respectivo. Las unidades deberían trabajar de manera permanente y preventiva, no solo cuando ya han sucedido los hechos.
![]() Foto: Asamblea Departamental del Caquetá |
Hay que adelantar investigaciones que ataquen toda la cadena del delito, como en el robo de celulares. Según la Fiscalía en 2017 se denunciaron 54.559 casos, cifra que bien podría representar apenas la décima parte de su real incidencia. El año pasado se robaron más de medio millón de celulares, muchos de los cuales son reempacados, exportados y vendidos como nuevos en otros países.
Esta cadena criminal comienza con el hurto, sigue con la receptación, almacenamiento, embalaje y exportación, en la que seguramente participan funcionarios corruptos. De igual modo, en Colombia se deben de estar recibiendo y vendiendo celulares robados en otros países.
Esto también sucede con autos, motos, autopartes y otros productos que se hurtan y se venden en países de la región.
Puede leer: Cincuenta años de homicidios: tendencias y perspectivas.
2. Concentración de esfuerzos policiales y de justicia
Esta estrategia debería consistir en (1) La intervención conjunta de Policía, la Fiscalía y funcionarios municipales en los territorios donde se concentran los delitos, y (2) El mandato y seguimiento diario, semanal y mensual por parte del gobierno nacional para que las tasas delictivas se reduzcan en estos territorios.
Esto implica analizar diariamente la información producida por las instituciones que intervienen, y un control orientado a mejorar la operación y asignación de los recursos resultados. Desde el punto de vista operativo, la estrategia se puede resumir en las siguientes acciones:
- Concentración de esfuerzos de seguridad, justicia e intervención social en los territorios, barrios, días y horarios donde se presentan la mayor cantidad de hurtos y otros delitos.
- En los sectores intervenidos la Policía debe aumentar los puestos de control callejero, los controles a establecimientos, las requisas a ciudadanos, las capturas por flagrancia, las capturas por orden judicial, la incautación de armas de fuego, legales e ilegales, y de armas cortopunzantes.
- Cambio de la rutina de los policías en los territorios intervenidos, especialmente en los días y horarios que se presentan más delitos. Algunos delitos suceden los fines de semana —cuando hay menos policías y operatividad de la Fiscalía y los jueces—.
3. Esclarecimiento de los delitos y reducción de la impunidad
Aunque la Fiscalía ha logrado pasar del 14 al 29 por ciento en el esclarecimiento de los homicidios, el porcentaje de reducción de la impunidad es menor, ya que en no pocas oportunidades el actor del hecho no ha sido detenido: se sabe quién fue, pero no hay captura.
En este campo, hay que apoyar las acciones que la Fiscalía y la Policía judicial vienen desarrollando para aumentar la detención de los responsables y su puesta a disposición de los jueces.
Lea en Razón Pública: Hurtos e inseguridad en las ciudades.
![]() Foto: Policía Nacional de Colombia. |
4. Fortalecer el capital social
Organizar a las comunidades para que participen en decisiones y tareas relacionadas con su seguridad y su bienestar. Una comunidad organizada y cercana a las autoridades es menos vulnerable ante hechos delincuenciales y de terrorismo.
El trabajo conjunto de las comunidades con la Policía ha dado buenos resultados contra la delincuencia, ya que los ciudadanos se sienten más cercanos a la autoridad y se atreven a denunciar hechos o acciones sospechosas.
Y por supuesto: necesitamos una estrategia para mejorar la atención de las víctimas por parte de la Policía y la Fiscalía, con el apoyo de las administraciones locales.
*Sociólogo de la Universidad Nacional. Experto en seguridad ciudadana.