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Los tres ceros del Fiscal

Escrito por Álvaro Moreno
Fiscal Néstor Humberto Martínez.

Alvaro MorenoSi se cambian los billetes actuales por otros diferentes, el dinero escondido de las organizaciones criminales se quedará sin valor de la noche a la mañana. Esta es la fórmula mágica del fiscal y del gobierno: ¿pero será verdad tanta belleza?

Álvaro Martín Moreno Rivas*

La propuesta

En un congreso de la Asociación Bancaria, y a propósito de la riqueza oculta de las FARC, hace unos días el fiscal Néstor Humberto Martínez propuso eliminar los tres ceros de los billetes que hoy circulan en Colombia, de manera que un billete de mil pesos sería reemplazado por uno de un peso. Habría un plazo perentorio para que las personas cambien sus billetes viejos por los nuevos, y una vez vencido el plazo los billetes anteriores perderían su valor.

De este modo “el billete de mil que no tenga origen legal, el que está encaletado y corresponde a economías criminales no lo pueden cambiar ni entrar al sistema financiero y se pierde toda esa acumulación de patrimonio ilícito”.

La propuesta del fiscal Martínez es básicamente la misma de un eminente profesor de Harvard, Kenneth Rogoff: reducir la cantidad de billetes para combatir la evasión fiscal, el crimen organizado, el tráfico de drogas, la corrupción y el terrorismo.

La propuesta de Martínez fue acogida por el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, quien añadió que “un billete dura normalmente dos años en circulación. Entonces, en la medida en que vayan saliendo se ponen unos nuevos. Esto no tiene un costo adicional”. El presidente Santos anunció que el proyecto de Ley será presentado en pocos días al Congreso, y la medida entraría en vigencia en unos meses.

Los cambios en la denominación de las monedas o billetes son una práctica común en el mundo, y tanto sus ventajas como sus desventajas han sido objeto de estudios y de debates. Este tipo de medidas tiene efectos sobre distintas variables y procesos, pero aquí me referiré sobre todo al argumento del fiscal esto es, a su presunta eficacia para acabar con la riqueza mal habida.

Como por arte de magia

Grandes cantidades de dinero.
Grandes cantidades de dinero.
Foto: Banco de la República – Guillermo Restrepo

Nadie puede desconocer la audacia retórica del fiscal: en medio de la vorágine de corrupción y dineros calientes, una propuesta de este tipo parece ser salomónica.

Si para reducir sustancialmente las actividades criminales, la corrupción, el tráfico de drogas y el terrorismo es suficiente con eliminar tres ceros de los billetes y establecer un cronograma para el cambio del efectivo, dejando sin valor la riqueza ilegal en manos de los delincuentes, sale sobrando el debate sobre la corrupción que ocupa hoy día a todos los candidatos al Congreso y a la presidencia de la República.

Si acabamos con el efectivo, reducimos la criminalidad a sus “justas proporciones”.

El origen de todos los males del país –sugiere el fiscal- es el efectivo en poder del público. Esa es la fuente y el combustible que mueve las complejas redes del narcotráfico, la corrupción, los delitos de cuello blanco y la compra de votos. De allí a la magia no hay sino un paso: si acabamos con el efectivo, reducimos la criminalidad a sus “justas proporciones”.

Batman y El Guasón

En la primera escena de la película “Batman el caballero de la noche”, el respetable multimillonario Bruce Wayne (es decir Batman) discute con el director ejecutivo de Wayne Enterprises sobre un proyecto secreto cuyos registros no aparecen en los libros contables de la Corporación.

Es claro entonces que este proyecto del señor Wayne se financia con el dinero en efectivo que proviene del lavado de activos: Batman es la fuerza ilegal de Ciudad Gótica.

Paradójicamente su perverso  archienemigo, el Guasón, un “hombre de gustos simples”, acomete un acto inaudito ante uno de los jefes de la mafia: le prende fuego a una montaña  de billetes. Es exactamente lo mismo que propone el fiscal: prenderle fuego a todas las montañas de billetes acumuladas por los criminales y las grandes organizaciones al margen de la ley.

La escena de la película de Batman demuestra claramente que la mejor manera de tener un mundo sin lavadores de dinero es acabar con el dinero en efectivo.

Una prueba estadística

¿Será verdad que la menor cantidad de billetes en circulación disminuye la delincuencia en Colombia?

Para probar esta hipótesis, tomemos la tasa de desplazamiento forzado como un indicador de las actividades ilegales, y tomemos la cantidad de dinero en efectivo como proporción del total de la moneda (donde además del efectivo se incluyen los depósitos bancarios y otros instrumentos financieros).

El Gráfico siguiente describe la evolución de estos dos indicadores a lo largo de más de veinte años, y lo primero que se nota es que las actividades ilegales no tienen una relación tan directa con el dinero circulante como lo dice el fiscal.

Fuente: Cálculos propios, Banco de la República y Codhes.

Visto con más detalle, el gráfico anterior permite distinguir tres períodos:

  • Entre 1985 y 1999, cuando el desplazamiento forzado aumenta y disminuye el dinero en efectivo.
  • Entre 1999 y 2008 aumenta ostensiblemente el dinero en efectivo, mientras que la tasa de desplazamiento forzado se dispara; pero aquí debe notarse que buena parte del aumento en la demanda de efectivo se debió a la introducción del impuesto a las transacciones financieras en 1999.
  • Entre 2008 y 2017 se redujeron ambas actividades, aunque la cantidad de efectivo se mantiene en niveles relativamente altos.

Como no es y a los que no era

Pero la propuesta del fiscal, el ministro y también del presidente tiene otros varios problemas.

En primer lugar, eliminar tres ceros de los billetes en circulación y establecer un plazo para cambiar unos billetes por otros no garantiza que la demanda de efectivo se reduzca después de la fecha límite. La razón es elemental: en la economía seguirán circulando billetes de $5, $10, $20, $50 y $100 pesos, es decir, aunque se quemen miles de millones de efectivo ilegal, seguirán existiendo billetes de alta denominación.

Y aquí entra a jugar otro hecho importante: los billetes de alta denominación facilitan las transacciones de las mafias, entre otras cosas porque se esconden y transportan con mayor facilidad. Por eso – y al revés de lo que propone el fiscal-  algunos países han eliminado los billetes de alta denominación, como hace poco lo hizo el Banco Central Europeo con el billete de 500 Euros.

La propuesta, a lo sumo ayudará a los agentes a reducir el tiempo de sumas y restas de sus presupuestos y balances, pero en lo que respecta a la escala de las actividades criminales, no tendrá ningún efecto.

En cambio los billetes de baja denominación son usados sobre todo por las personas más pobres (que no utilizan los bancos) para llevar a cabo sus transacciones cotidianas legales (formales e informales). Dos datos: La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) estima que la economía sumergida en Colombia representa el 39,8 por ciento del PIB (el 33,5 por ciento sería informal y el restante 6,3 por ciento sería ilegal), mientras que los billetes de 50 mil pesos o más representan apenas el 36 por ciento del efectivo en circulación.

Por otro lado el fiscal se olvida de algo que debió haber aprendido cuando fue miembro de la Junta Directiva del Banco de la República: que los agentes económicos tienen la capacidad de prever las consecuencias de las políticas anunciadas por las autoridades – de manera que a estas horas las organizaciones criminales ya están haciendo operaciones financieras y cambiando su riqueza en moneda nacional por dólares, euros y yenes-.

Bajo estas circunstancias, los perdedores serán las personas o agentes legales poco sofisticados que van a ser sorprendidos por la medida y no tienen un plan para salir rápidamente de sus billetes viejos.

En otras palabras, la propuesta tal como está, a lo sumo ayudará a los agentes (formales, informales, legales e ilegales) a reducir el tiempo de sumas y restas de sus presupuestos y balances, pero en lo que respecta a la escala de las actividades criminales, tráfico de drogas, corrupción y delitos de cuello blanco actuará como un velo neutral. No tendrá ningún efecto.

Pagar por ahorrar

Lavado de activos.
Lavado de activos.
Foto: Policía Nacional de Colombia

Aunque se trata de un tema bastante técnico, vale la pena comentar otra implicación de la propuesta del fiscal sobre la tasa de interés nominal que ha pasado desapercibida.

Es bien sabido que los bancos centrales reducen la tasa de interés cuando quieren estimular la economía. En países como Japón, este esfuerzo ha llegado hasta tener una tasa de interés negativa es decir, a que los bancos comerciales tengan que pagarle una suma a la banca central por mantener sus reservas: pagar por ahorrar.

Pero si la tasa de interés es negativa resulta más rentable guardar billetes que por lo menos conservan su valor. Y al existir menos billetes menor es el total del ahorro que se puede guardar en efectivo, o sea que el banco central tiene más campo para imponer una tasa negativa de interés.

Por eso el ya citado profesor  Rogoff considera que si se logra eliminar de manera gradual el efectivo de la economía, los bancos centrales podrán fijar tasas de interés más y más negativas – es decir que tendrán más instrumentos para salir de una seria recesión-. Una propuesta similar fue sugerida por Gregory Mankiw, aunque con un mecanismo diferente (un sorteo con las series de los billetes, los seleccionados perderían su valor).

Estos autores -por lo demás respetables- dejan de lado un punto cardinal de la teoría financiera. Marc Reinganum demostró que la imposibilidad de realizar viajes en el tiempo se debe a que la tasa de interés nominal es positiva. Si se contara con una máquina que permitiera ir al futuro y regresar al presente sin costo, la riqueza del viajero podría crecer hasta el infinito; pero muchos copiarían la tecnología y realizarían operaciones inter-temporales de manera que las oportunidades de beneficio se anularían hasta volver a una tasa de interés de cero. Por eso, como dice este autor, “la existencia de tasas de interés nominal positivas sugiere que los viajes en el tiempo no existen”.

El chiste del “maestro Salustiano Tapias” – el padre del señor fiscal que se hiciera famoso en la televisión- consiste en que la propuesta de su hijo no afectará las actividades ilegales pero en cambio podría incentivar una prometedora industria legal de fabricación de máquinas del tiempo.

No sin costos para el sector público y el privado. La impresión de nuevos billetes y su puesta en circulación tendrá costos importantes para el Estado. Del mismo modo el cambio de los billetes implicará cambios en los menús, lista de precios y catálogos de todos los establecimientos de la industria, el comercio y los servicios.

Como hace tiempos dijo Giuseppe de Lampedusa: “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. Sin duda un Cambio Radical.

*Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia y Profesor Investigador de la Universidad Externado de Colombia.

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