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Los partidos bajo Duque: debilidad y fracturas internas

Escrito por Juan Pablo Milanese
Capitolio Nacional

Juan Pablo MilaneseEl Partido Liberal y el Partido de la U han dejado ver sus grietas con la llegada del nuevo gobierno. También en Cambio Radical, en el conservatismo igual ¿Se viene un cambio en el sistema de partidos?

Juan Pablo Milanese*

El fin del bipartidismo

El bipartidismo colombiano fue singular porque:

  • Fue uno de los más longevos del mundo;
  • Fue uno de los más cerrados o más resistentes a la incursión de nuevas fuerzas políticas, y
  • Fue uno de los más “mentirosos”, porque detrás de las etiquetas Liberal y Conservador se escondían facciones que funcionaban como partidos dentro de los partidos.

Este sistema comenzó a desdibujarse desde finales de los años ochenta con la elección popular de alcaldes y gobernadores. Estas elecciones permitieron que los líderes locales adquirieran protagonismo en un escenario personalista que no tenía precedentes. Pero  las  “microempresas electorales” de la época no alcanzaron a romper por completo el sistema de partidos.

El desgaste de los partidos tradicionales vino a hacerse manifiesto en las elecciones locales del año 2000, y se agravó de manera ostensible con las elecciones legislativas y presidenciales del 2002 (cuando Uribe derrotó a los dos partidos).

Hacia un nuevo equilibrio

Capitolio Nacional
Capitolio Nacional
Foto: Wikipedia

Desde entonces, a los tumbos, el sistema de partidos parece estar buscando un perfil más estable:

  1. La Reforma Política de 2003 pretendió “reducir el personalismo y la fragmentación del sistema de partidos”.
  2. A esta reforma se le sumó la Ley de Bancadas, cuyos resultados en el plano nacional y en el plano local fueron notablemente distintos. Con esta ley se estableció “que los miembros de las corporaciones públicas elegidos por un mismo partido o movimiento político deben actuar en bancada, esto es de forma coordinada y en bloque”.

La Reforma Política de 2003 y la Ley de Bancadas permitieron una relativa estabilidad en el número de partidos y en los nombres que habían adoptado.

Este partido parece fracturarse cada vez que Uribe o un uribista alcanza la presidencia.

Pero a más de quince años de su último cambio significativo, el sistema de partidos parece estar cada vez menos organizado. La reacomodación también parece estar en curso, y esto conllevaría traumatismos de algún tipo.

Durante las últimas semanas se hicieron evidentes  las tensiones internas del Partido Liberal y del Partido de la U. En el Partido Liberal se anunció una renuncia masiva. Aunque el Partido de la U se había declarado parte de la coalición de gobierno, varios congresistas que se declararon independientes ante la opinión pública, le presentaron al presidente Duque las condiciones que tienen para apoyarlo.

El Partido Liberal

Sede Partido Liberal
Sede del Partido Liberal
Foto: @Anyelik

Este partido parece fracturarse cada vez que Uribe o un uribista alcanza la presidencia.  Le ocurrió en el 2002 y le está ocurriendo ahora.

Aunque un sector del partido anunció una dimisión masiva, el número de renuncias fue mucho menor de lo que se esperaba. Además, la división no parece afectar el trabajo legislativo porque entre los renunciantes no figura ninguno de los actuales congresistas.

Algunos de los dirigentes que se retiran del partido liberal son bien conocidos y tienen arraigo dentro de la organización; por ejemplo, Juan Fernando Cristo y Guillermo Rivera, o figuras como Yesid Reyes, Cecilia López, Amílkar Acosta o Juan Manuel Galán.

Las razones para irse o para quedarse pueden ser muchas, pero sin duda una de las principales es la posición que asumió la  bancada liberal en relación con el gobierno Duque. Algunos dirigentes defendieron la postura de independencia que adoptaron los congresistas,  mientras que otros aspiraban a que el partido se declarara de oposición.

En esta coyuntura parecen estar actuando tres principales tipos de motivos:

  • Los ideológicos, que se traducen en críticas a las autoridades del partido; en su carta de renuncia, dice  Juan Manuel Galán que el rumbo se desvió y que el liberalismo se convirtió en un partido “neoconservador” bajo la orientación de César Gaviria.
  • Los estratégicos. La etiqueta de liberal no parece ofrecer ventajas electorales significativas en muchas circunscripciones, como en Bogotá. No es casual que se busque recuperar viejos rótulos asociados con el partido pero potencialmente más atractivos, como el del “Nuevo Liberalismo”.
  • Los de sobrevivencia. No pueden pasar desapercibidas la necesidad —y la vulnerabilidad— de muchos dirigentes a los recursos provenientes del gobierno nacional —comenzando por los congresistas—. Difícilmente el Partido Liberal podrá acceder a los recursos oficiales durante la primera legislatura del gobierno Duque, pero puede aspirar a ellos en un futuro no muy lejano. Por eso no han tomado distancia del gobierno.

Puede leer: IV. Partido Liberal: buscando un segundo aliento.

El Partido de la U

Logo del partido de La U
Logo del partido de La U
Foto: Concejo de Montería

Este partido parece estar muy cerca de una división abierta entre quienes se declararon  oficialistas y quienes se declararon independientes. Y nuevamente, el apetito burocrático de cada líder parecería ser el motivo principal de esa ruptura.

Sin embargo no se deben descartar otro tipo de razones, como decir la agenda del gobierno en relación con los acuerdos de paz y la reforma tributaria, entre otros temas que fueron mencionados en la carta al presidente Duque de los congresistas que se declararon independientes.

La etiqueta de liberal no parece ofrecer ventajas electorales significativas en muchas circunscripciones,

El  impacto de una  división  dentro de la U podría ser significativamente mayor que dentro  del Partido Liberal. De los 41 congresistas de la U, 25 apoyaron al gobierno y 16 se inclinaron por la independencia. Entre quienes se declararon independientes figuran varios de sus principales electores, como Roy Barreras o la “mini bancada”, de cuatro legisladores, que responde a Dilian Francisca Toro. De modo que a diferencia del caso del Partido Liberal, la ruptura dentro de la U implicaría una amenaza en términos de gobernabilidad para Duque.

Aunque ni el Partido Liberal ni el Partido de la U se hayan declarado de oposición, es probable que el gobierno tenga que hacer más concesiones burocráticas a los congresistas como consecuencia de las divisiones dentro de estos partidos.

Le recomendamos: Duque y su crisis de gobernabilidad.

Otras posibles rupturas

Por otro lado aumentan las dudas sobre cómo se comportará la oposición frente a las elecciones del año próximo. Las elecciones municipales y departamentales están caracterizadas por patrones de comportamiento, tanto de electores como de candidatos, dramáticamente distintos a las celebradas este año.Las tensiones por el reacomodamiento de los liderazgos en Cambio Radical y en el Partido Conservador no son menores y pueden dar de qué hablar en un futuro no muy lejano.

Puede leer: El miedo de Duque a la oposición

Interrogantes abiertos

Ofrecer respuestas a los interrogantes asociados a las divisiones de los partidos es una tarea extremadamente compleja.

Como se señaló, esto se debe a la debilidad estructural que estos muestran desde el plano organizativo. Pero esa dificultad crece si, simultáneamente, le incluimos la cuota de incertidumbre institucional que produce el tránsito en el Congreso de la República del proyecto de acto legislativo de Reforma Política y el debate que se produce en torno a él.

El  impacto de una  división  dentro de la U podría ser significativamente mayor que dentro  del Partido Liberal.

Y aunque buena parte de las reformas que hoy se están discutiendo en ese recinto suelen caerse, los políticos no pueden dejar de incluirlas dentro de sus cálculos. Así, por ejemplo, las propuestas de elecciones con listas cerradas, los mandatos de posición para mujeres dentro de ellas, las estrategias de democracia interna de los partidos, etcétera.

Por lo tanto, antes de esperar grandes movimientos o rupturas masivas, habrá que aguardar a que las nuevas reglas adquieran un perfil un poco más preciso y sobre todo definitivo.

Desde este punto de vista, aun cuando pueda ser cierto que el sistema de partidos muestre síntomas de metamorfosis, no debemos apresurarnos a esperar resultados inmediatos de los cambios. De hecho, si se producen, es posible que estos tarden, incluso algunos años, en madurar.

* Doctor en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Bolonia (Italia), jefe del Departamento de Estudios Políticos y profesor asociado del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad Icesi de Cali.

@milangacali

 

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