Los BRIC: entre el reflujo y la desconexión - Razón Pública
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Los BRIC: entre el reflujo y la desconexión

Escrito por Farid Badrán
Las cabezas de Estado de Rusia, India, Brasil y Suráfrica.

Las cabezas de Estado de Rusia, India, Brasil y Suráfrica.

Farid BadranLos países integrantes de este grupo (Brasil, Rusia, India y China) parecen estar pasando por un momento de declinación en términos de influencia internacional.  Pero es temprano todavía para anunciar su fracaso como bloque.

Farid Badrán Robayo*

La lenta globalización

Existe una idea según la cual la globalización empieza en lo económico y solo en algunos casos trasciende hasta las esferas políticas. Uno de los contextos donde esto podría verse es el de las organizaciones internacionales y los foros multilaterales.

Los procesos de consolidación de estos actores del sistema internacional resultan interesantes porque precisan de un juego de equilibrio entre intereses y concesiones que en algunos casos se cristalizan y tienen éxito. No obstante, no todos los procesos de consolidación institucional en el marco de la globalización son automáticamente exitosos.

Baste recordar el accidentado proceso de consolidación política de la Unión Europea con el fracaso del tratado constitucional del año 2006, que solo pudo ver la luz en el 2010 con el Tratado de Lisboa. Este tratado finalmente convirtió a la Unión Europea en sujeto de derecho internacional con alcance político, después de una integración comercial y de seguridad que comenzó en la década de 1950.

Este podría ser también el caso de los BRIC (Brasil Rusia, India y China). Lo que empezó siendo un acrónimo derivado de una observación de Jim O’Neill para designar a un grupo de Estados y mercados emergentes, acabó por convertirse hacia 2008 en un foro multilateral también en materia política.

La Presidenta de Brasil Dilma Rousseff.
La Presidenta de Brasil Dilma Rousseff.
Foto: Agência Brasil Fotografias

¿Los países BRIC en crisis?

En las cumbres realizadas desde 2008, los BRIC han mostrado y defendido posiciones alternativas, sobre todo en lo en lo tocante a la economía internacional, a las instituciones financieras internacionales y a las lógicas de algunos mercados. Con ello quieren impulsar una visión alternativa sobre el capitalismo y sobre la forma de conducir la política económica global.

Pero lo que los BRIC son y pueden hacer hoy no es muy claro, pues cada uno de los Estados miembros enfrenta problemas importantes que de algún modo perjudican la imagen y proyección del cuerpo multilateral en el sistema internacional.

Cada uno de los Estados miembros enfrenta problemas importantes que de algún modo perjudican la imagen y proyección del cuerpo multilateral

-Desde la llegada de Dilma Rousseff al poder, Brasil ha cambiado su proyección regional para ocuparse de asuntos internos. Esto influyó en la reducción notable de la capacidad de UNASUR y de la diplomacia brasilera para influir sobre procesos regionales como la inestabilidad en Venezuela, el giro en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, o los episodios de espionaje de la CIA contra varios gobiernos latinoamericanos. A esto se suman la desaceleración económica y los constantes problemas de corrupción en el seno del Partido de los Trabajadores y del gobierno

-Por su parte, Rusia sufre una campaña internacional de descrédito desde la invasión de Ucrania para capturar la península de Crimea y asegurar un fortín pro-ruso que sirva de elemento disuasivo a las pretensiones políticas de la Unión Europea y de la OTAN. Esto ha producido una de las mayores tensiones entre Rusia y las potencias occidentales desde la guerra de Georgia en 2008, que se ha traducido en un endurecimiento de las sanciones económicas contra Moscú, aunque estas signifiquen un disparo en el pie para Europa. Al preocupante panorama ruso se debe sumar el descenso global en el precio internacional del petróleo.

-India también tiene serios problemas socioeconómicos, como el aumento de la desigualdad, el déficit fiscal, la inseguridad alimentaria, el decrecimiento económico y una depreciación galopante de la rupia.

-China no se queda atrás. Sus niveles de crecimiento económico han sido los más bajos en 24 años, con una tasa del 7,4 por ciento, después de haber tenido un promedio de 10 por ciento en los últimos diez años. No obstante, hay que reconocer que hoy la economía china es 24 veces más grande de lo que era en 1990 y que mantener un crecimiento económico tan acelerado durante una década marcada por las crisis financieras y económicas resulta, cuando menos, muy notable. Y así lo muestra el grafico:

Lo político y lo económico

Pero tal vez el verdadero problema de los BRIC no radica en las dificultades económicas que hoy enfrentan sus miembros, sino en el desgaste político resultante de su intento de  perfilarse como un nuevo punto de referencia de la economía política internacional.

-Rusia ha salido de otras crisis económicas más profundas que la actual. Y sin embargo es difícil que su capital político internacional se recupere con facilidad, pues no es fácil recabar apoyos de Estados influyentes en el sistema internacional para una invasión militar como la de Putin a un Estado soberano, y está visto que la carta geoestratégica del gas y del petróleo ya no tiene el mismo impacto de  antes.

-Brasil es aún un país en vías de desarrollo, y esto implica limitaciones que no se permitirían otras potencias. Por otra parte, su inmovilidad política frente a los varios conflictos o grandes giros regionales ha ocasionado una pérdida de credibilidad en sus capacidades como facilitador potencial en negociaciones de alto nivel.

-India no tiene grandes pretensiones políticas regionales o internacionales, no ha participado en la neutralización de amenazas como la del terrorismo del Estado Islámico o Al Qaeda y su visibilidad internacional se limita a mantener a raya los episodios de tensión nuclear con Pakistán.

-Y por su parte China muestra un comportamiento político internacional errático y ambiguo, donde es difícil saber cuáles son sus principales socios estratégicos y sus más sensibles intereses. La interdependencia económica y comercial de China con Estados Unidos contrasta con sus posiciones políticas divergentes, sus giros diplomáticos hacia Rusia y con un mutismo pernicioso frente a escenarios delicados para la seguridad internacional, como la guerra civil en Siria o el programa nuclear norcoreano.

De este modo, visto desde la política, el grupo de los BRIC no tiene realmente elementos comunes que permitan agruparlos más allá de sus intereses en modificar parcialmente la arquitectura financiera internacional para subvertir el orden de dominación y jerarquía en el sistema.

Los BRIC como categoría de análisis, es decir, como una congregación de ideas, valores e intereses políticos, no existen realmente, o al menos están muy lejos de consolidarse. Los BRIC no han dejado de ser lo que fueron inicialmente: un acrónimo que agrupa economías emergentes, y resulta pretencioso ver en el foro un nuevo centro de gravedad en las relaciones internacionales, cuando los intereses y capacidades de los Estados miembros son tan disímiles.

Protestas en Moscú, en contra de la intervención armada de Rusia en Ucrania.
Protestas en Moscú, en contra de la intervención armada de Rusia en Ucrania. 
Foto: Wikimedia Commons

Siguen siendo fuertes

Debido a lo anterior, y visto desde las arenas de la política, es fácil caer en la tentación de pensar en el fracaso del bloque. Sin efectos visibles, la utilidad del grupo es nula y por ende se trataría de un chasco multilateral.

El momento económico que ha impuesto la crisis financiera, la caída del precio de los commodities y los conflictos en el Norte de África, Oriente Medio y Ucrania son también un desafío para estas potencias en desarrollo. Y parecen avecinarse escenarios de austeridad para las economías emergentes, al tiempo que Europa y Estados Unidos vuelven al cauce del crecimiento.

Todo esto supone un desafío para los BRIC, especialmente de cara a su intención de consolidar nuevos faros de conducción de la política económica internacional. Sin embargo, esto no quiere decir que los BRIC como foro estén condenados a un fracaso irremediable.

Los BRIC no han dejado de ser lo que fueron inicialmente: un acrónimo que agrupa economías emergentes

Por el contrario: este tipo de construcciones multilaterales con vocación de permanencia suelen tener altas posibilidades de éxito, y es probable que eventualmente materialicen sus pretensiones, sólo que el contexto internacional y los problemas internos harán más lenta y difícil la llegada a esta meta.

Si los BRIC pueden salir adelante en la escena internacional será justamente por su capacidad para trascender la esfera económica y ubicarse en las arenas de la política.

Pero no parece ser el momento para ver en los BRIC algo que aún no son; o de tener en el foro expectativas que todavía no pueden cumplirse. En lugar de ello, valdría la pena analizar su evolución en el marco de los desafíos que impone el sistema económico y financiero internacional, así como su capacidad de mantener y mejorar la condición de “emergentes” que detentan sus miembros (lo que parece absurdo, ya que China es la segunda economía mundial).

Las condiciones actuales del sistema internacional anuncian reflujos en el proceso de consolidación de los BRIC como foro, pero ello también ha sido común en otros procesos de consolidación institucional, como los de la Unión Europea o la misma ONU.

Sin duda, existen intereses y pretensiones políticas que eventualmente se pueden instrumentalizar con los BRIC. Sin embargo, la fase actual de consolidación y proyección del foro hace por lo menos cuestionable en el corto plazo la idea del ejercicio y despliegue de capacidades políticas en el curso y organización del sistema internacional.
 

* Internacionalista de la Universidad del Rosario, magíster en Análisis de Problemas Políticos, Económicos e Internacionales del Externado de Colombia y Maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Sorbona Nueva de París.

 

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